No hay dudas que las convicciones son necesarias e importantes en la vida, hasta que comienzan a condicionar nuestras decisiones y cualquier buena idea se trastoca en dogmática, por "obra y gracia" de la obstinación humana.
Y decimos esto, porque realmente saludamos la sana intención de Walter Otta, de ir a "buscar" en todas las canchas y resaltamos el concepto general de procurar el protagonismo siempre, con el horizonte puesto en el arco de enfrente.
Sin embargo, no resulta menos cierto, y un análisis no invalida al otro, que esa idea de juego, por demás saludable, debe necesariamente ser acompañada de las modificaciones en los planteos, que requiere cada nuevo desafío y rival de turno, para lo cual consideramos imprescindible dotar a la misma de la "flexibilidad" táctica y conceptual suficiente, a fin de poder "adaptarla" a cada necesidad, oportunidad y circunstancia.
Y es en ese sentido, luego del 1-3 frente a Platense, en Vicente López, donde creemos empezar a divisar, señales de alerta provenientes del banco de los suplentes del Gallo, en tanto y en cuanto, y más allá de eventuales magros rendimientos individuales, se insiste en "volver sobre lo andado" en partidos precedentes y, fundamentalmente, en modificar aquellas "soluciones" tácticas que tan buenos resultados habían dado hace sólo una semana, en el 4 a 0 ante Talleres de Remedios de Escalada, en el Nuevo Francisco Urbano.
Porque Morón volvió a sufrir por las bandas, esta vez, por el sector izquierdo, donde Emiliano Mayola jamás se sintió cómodo ni pudo hacer pie, en el "mano a mano" con Nicolás Morgantini y Agustín Palavecino, por deméritos propios, claro está, pero también por la renovada ausencia de volantes por el carril zurdo, déficit repetido en varios pasajes de cotejos anteriores, hasta que con buen tino, en la jornada pasada, el mismo Otta hallara mayor equilibrio con Cristian Lillo recostado sobre la margen izquierda del mediocampo, y que a pesar de su muy buen partido, este sábado en Saavedra, regresara al banco de los suplentes, sin resultar siquiera opción de cambio durante los '90.
Precisamente por ese flanco, a los '12 de iniciado el "pleito" con Platense, el lateral zurdo "Calamar", Nicolás Morgantini (más tarde expulsado, de manera infantil), habría de usufructuar la soledad terrenal y un mal cierre de Mayola, para llegar al fondo y enviar un centro, apenas desviado por Patricio Rodríguez, para que la pelota le llegara franca a Agustín Palavecino, quien solo entre los centrales, habría de empujarla abajo, contra un palo, lejos de la resistencia de Milton Alvarez.
Y es que, si bien Morón había comenzado mejor el encuentro, con una presión "alta" asfixiante (al igual que frente a Talleres), que a su vez le permitiera generar dos jugadas claras de gol, en apenas seis minutos de juego, precisamente ése sería el tiempo en que el Gallo dominaría los "hilos" del desarrollo, hasta que los hábiles medios de "Tense" comenzaran a juntarse y de esa "asociación", comenzaran a aparecer los desequilibrios defensivos en la visita, con origen en la escasa contención de sus medios.
Para colmo, Emmanuel Francés repitiría otra actuación individual para el olvido (como ante Atlanta), perdiendo sostenida y ampliamente su "duelo" personal con Daniel Vega, justamente el autor del segundo tanto local, a falta de cinco para el cierre de la primera etapa, luego de un centro desde la izquierda, otra vez de Palavecino, que hallaría el cabezazo goleador del inoxidable "Trapito", ingresando con una soledad y facilidad llamativas dentro del área, producto de otro fallido intento de "achique" de la última línea del Gallo (había quedado "enganchado" Cristian Broggi, sobre el lateral derecho).
Con el 0-2 del entretiempo, y las escasas respuestas futbolísticas dentro del campo, la "cuesta arriba" resultaría evidente, obligándolo a Walter Otta a procurar la "heroica", resignando defensores y volantes de contención, con tal de superpoblar la ofensiva visitante, pero sin tender a solucionar los problemas tácticos de "origen", que determinaran (una vez más), los costosos desequilibrios defensivos.
Tanto es así, que Morón terminaría jugando el partido con tres en el fondo, Broggi-Gásperi (el mejor del equipo)-Mayola, dos en el medio (Giménez y Gerardo Martínez) y cinco delanteros, con Yassogna ya decididamente en ataque, más Rossi-Pardo-Turienzo y Mendieta.
Y pese a ello, Morón no habría de generarle opciones de gol netas, al arco de Andrés Desábato, salvo en los minutos finales del encuentro, cuando el relajamiento de Platense por la sensación de partido "resuelto", luego del tercero de "Tense" (remate letal de Luis Quiroga, la figura del partido, a los '6 del complemento) y el descuento de Emnanuel Giménez, desde afuera del área y con "complicidad" del propio Desábato, a falta de tres para el final, le dieran a Morón la falsa presunción de hallarse "en partido", con tiempo suficiente para acercarse a un nuevo descuento, con un cabezazo de Federico Turienzo, sobre los '48, que "reventara" el travesaño.
Con el final del partido en Vicente López y el 1-3 consumado ante Platense, Morón volvería a "intoxicarse" con "Calamar", justo en Semana Santa, como constituye ya una repetida historia, a lo largo de los años.
Como sea, las convicciones humanas siempre resultarán buenas, en tanto no condicionen nuestras decisiones.
Y a veces "cambiar" no es "claudicar" en una idea, sino sencillamente..., "profundizarla" para bien.
A trabajar y esperar al "Canario".
Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.
sábado, 26 de marzo de 2016
viernes, 25 de marzo de 2016
"Calamares"..., la opción ideal en esta Semana Santa.
La goleada 4 a 0 frente a Talleres de Remedios de Escalada, sin dudas que constituyó la mejor forma de aventar fantasmas y retemplar ánimo y confianza, luego de la falsa actuación con derrota incluida, en Ezeiza, ante Tristán Suárez.
En procura de consolidar lo bueno demostrado y lograr la regularidad necesaria para aspirar a pelear el campeonato, este sábado desde las 13.05, los dirigidos por Walter Otta tendrán una parada históricamente complicada, cuando visiten a Platense, en el "Ciudad de Vicente López", con el arbitraje de Américo Monsalvo y la televisación de TyC Sports, así como de "Pacífico TV Morón", a través de su canal de YouTube y de "La 94 Sport", por intermedio de su página web, en el marco de la 8° fecha del torneo de Transición 2016 de la Primera "B".
Con una sola modificación, respecto del once de inicio frente a Talleres (RE), en el Nuevo Francisco Urbano, dado el regreso a la titularidad de Emmanuel Giménez, luego de la jornada de suspensión, a raíz de su expulsión ante el "Lechero", quien reingresará en lugar de Cristian Lillo, los titulares del Gallo que intentarán hacerse fuertes en Saavedra, serán: Milton David Alvarez; Cristian Jesús Broggi, Emmanuel Francés, Nicolás Miguel Gásperi, Jonatan Emiliano Iván Mayola (capitán); Cristian Román Yassogna, Damián Ezequiel Toledo, Emmanuel Giménez, Gerardo Daniel Martínez; Rodrigo Ezequiel Díaz; Javier Nicolás Rossi.
Completan el listado de convocados, quienes habrán de concentrar por primera vez en el campeonato, en un hotel de Haedo Norte: Nicolás Roberto Angellotti, Juan Gabriel Ferreira, Rodrigo Fernando Basualdo, Cristian Damián Lillo, Matías Gabriel Pardo, Federico Ezequiel Turienzo y Junior Leandro Mendieta.
"Cazuela de calamares"..., la opción ideal en esta Semana Santa.
#OchoDe19.
Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.
Foto: exclusiva, Osvaldo Abades (h).
En procura de consolidar lo bueno demostrado y lograr la regularidad necesaria para aspirar a pelear el campeonato, este sábado desde las 13.05, los dirigidos por Walter Otta tendrán una parada históricamente complicada, cuando visiten a Platense, en el "Ciudad de Vicente López", con el arbitraje de Américo Monsalvo y la televisación de TyC Sports, así como de "Pacífico TV Morón", a través de su canal de YouTube y de "La 94 Sport", por intermedio de su página web, en el marco de la 8° fecha del torneo de Transición 2016 de la Primera "B".
Con una sola modificación, respecto del once de inicio frente a Talleres (RE), en el Nuevo Francisco Urbano, dado el regreso a la titularidad de Emmanuel Giménez, luego de la jornada de suspensión, a raíz de su expulsión ante el "Lechero", quien reingresará en lugar de Cristian Lillo, los titulares del Gallo que intentarán hacerse fuertes en Saavedra, serán: Milton David Alvarez; Cristian Jesús Broggi, Emmanuel Francés, Nicolás Miguel Gásperi, Jonatan Emiliano Iván Mayola (capitán); Cristian Román Yassogna, Damián Ezequiel Toledo, Emmanuel Giménez, Gerardo Daniel Martínez; Rodrigo Ezequiel Díaz; Javier Nicolás Rossi.
Completan el listado de convocados, quienes habrán de concentrar por primera vez en el campeonato, en un hotel de Haedo Norte: Nicolás Roberto Angellotti, Juan Gabriel Ferreira, Rodrigo Fernando Basualdo, Cristian Damián Lillo, Matías Gabriel Pardo, Federico Ezequiel Turienzo y Junior Leandro Mendieta.
"Cazuela de calamares"..., la opción ideal en esta Semana Santa.
#OchoDe19.
Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.
Foto: exclusiva, Osvaldo Abades (h).
sábado, 19 de marzo de 2016
Desde Escalada llegaron los "Tallarines", para que el Gallo "sirviera" flor de "pesto".
Este sábado, apenas pasado el mediodía, Morón puso el "agua" y desde Remedios de Escalada llegaron los "tallarines", para que el equipo de Otta le agregara el "pesto" necesario, capaz de redondear una actuación colectiva sobresaliente, como hacía tiempo no se veía en el Nuevo Francisco Urbano (tal vez, desde el 8 de diciembre de 2013, en el último 4 a 0, en tiempos de Mario Grana), gracias a un nivel parejo y muy alto en lo individual, para "triturar" a un rival de los "complicados", y recuperar la "memoria" futbolística, luego de tres fechas sin ganar y algunas dudas recurrentes en su funcionamiento.
Con una defensa nuevamente "remendada", por las ausencias obligadas y repetidas de Juan Ferreira y Nicolás Minici, el técnico del Gallo optaría por devolver a Cristian Broggi a su mejor "perfil", por el lateral derecho, corriendo al resto de la defensa hacia la izquierda, con tal de incluir a Emmanuel Francés como primer central, y consecuentemente, a Emiliano Mayola en función de marcador de punta zurdo, en un "revival" de sus primeros tiempos en Morón, también en tiempos del mencionado Grana.
Por fortuna, y a diferencia de su floja presentación, en el empate frente a Atlanta, Emmanuel Francés despejaría todo tipo de dudas, jugando un muy buen partido, con solidez en la marca, rapidez para las coberturas y fundamentalmente, inteligencia para no complicarse nunca. Asimismo, el capitán Mayola habría de demostrar una adaptación asombrosa a un puesto que parecía en el "recuerdo", para clausurar su lateral y complementarse de manera perfecta, con Nicolás Gásperi, su "compadre" defensivo de siempre, y de rendimiento tan parejo, sobrio y eficiente, que desde hace rato lo convierten en imprescindible. Y si a todo ello, le sumamos la recuperación del mejor Broggi, resulta comprensible, en parte, el retorno de la defensa a la solidez "extraviada" en los partidos precedentes.
Y decimos "en parte", porque el "resto" de la explicación debería buscarse en el mediocampo, donde el cuerpo técnico "tomaría nota" de los desequilibrios devenidos en los últimos tiempos, de la ausencia de volantes externos, para reforzar ambas bandas con el ingreso de Cristian Lillo (en lugar del suspendido, Emmanuel Giménez), para desempeñarse como carrilero zurdo, y jugar sin dudas, su mejor partido en largo tiempo, además de retrasar unos metros a Cristian Yassogna, con destino a su ya habitual "rol" de volante diestro, donde evidentemente hoy se siente más cómodo y desarrolla su mejor juego, con mayor terreno para explotar hacia adelante, y su prodigalidad y solidaridad características en la faz defensiva.
Por delante de ellos (sin olvidarnos de la versión mejorada de Damián Toledo, con más "compañía" en la marca y menos "recorrido"), resulta bien sabido que todo depende del "genio creativo" de ese doble enlace de lujo que tiene el conjunto de Walter Otta, y que de los pies y los "encuentros" de Rodrigo Díaz y Gerardo Martínez, depende en buena medida la suerte ofensiva del equipo, cuando los "conejos" afloran y los "pases de magia" le devuelven el verdadero sentido, a esa "palabrita" desusada y maltratada, del "fútbol" como deporte bien entendido.
Y para "desgracia" de la visita, Talleres se toparía con la mejor versión de "tándem", vista hasta el momento, con un gran partido de ambos, en términos colectivos, y una maravillosa primera media hora del "Rengo", una de las figuras del encuentro, complementada por el "genio creativo" más regular y biológicamente más joven, de Gerardo Martínez. Y si a estos auténticos fenómenos con la pelota en los pies, le agregamos ese delantero letal, inteligente y solidario, hallado en Javier Rossi (y con movimientos tan "akermanianos", que lo tornan aún más "familiar" para el "ojo Gallo"), fácil resulta entender que, cuando el nivel general se halla alto, Morón puede "aplastar" a cualquier rival, con absoluta autoridad y contundencia.
Ni más, ni menos, lo que habría de ocurrir en el mediodía pasado, de este sábado en el Nuevo Francisco Urbano, donde el Deportivo Morón borraría de la cancha a la visita, dominándolo a voluntad, mientras el partido fuera tal, en materia de equivalencias, lapso durante el cual convirtiera tres de los cuatro goles del encuentro, y hasta podría haber anotado un par más, por méritos y contundencia propios, más allá de las "ayudas" del arquero rival y su última línea, en la saludable intención, aunque imprudente en su reiteración sistemática, de salir jugando siempre desde el fondo, en cualquier circunstancia.
Por eso, tras los "gritos" de Yassogna a los '6, de Javier Rossi a los '8 y de Gerardo a los '15 (de tiro libre, con la "complicidad" de Alejandro Granero, lo que no le quita valor al remate "letal" del mismo), todos en el primer tiempo, en el complemento, Morón regularía a placer el trámite, cediéndole terreno y balón a un Talleres que, afecto también al buen trato de la pelota, carecería por completo de contundencia, resumiéndose en un "toqueteo" lindo, pero intrascendente, hasta tres cuartos, y en las pocas que pudiera arrimar peligro, encima se toparía con la seguridad de Milton Alvarez.
Tanto resultaría así que, en la media hora final del cotejo, cuando el Gallo se decidiera a buscar el cuarto, Junior Mendieta de regreso tras su lesión, armaría una jugada individual de excepción, mitad habilidad, mitad guapeza, para generar el inapelable penal que, gentileza de Gerardo Martínez y reconocimiento del resto de sus compañeros, ejecutara él mismo, para dejar sin chances a Granero y "decorar" el resultado con el definitivo y justificado cuatro a cero.
Morón puso el "agua" y desde Remedios de Escalada llegaron los "tallarines", para que el equipo de Otta pusiera "flor de pesto" y nos regalara una "panzada" de fútbol y goles.
Simplemente... GRACIAS. Así da gusto.
Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.
Foto: archivo, Osvaldo Abades (h).
Con una defensa nuevamente "remendada", por las ausencias obligadas y repetidas de Juan Ferreira y Nicolás Minici, el técnico del Gallo optaría por devolver a Cristian Broggi a su mejor "perfil", por el lateral derecho, corriendo al resto de la defensa hacia la izquierda, con tal de incluir a Emmanuel Francés como primer central, y consecuentemente, a Emiliano Mayola en función de marcador de punta zurdo, en un "revival" de sus primeros tiempos en Morón, también en tiempos del mencionado Grana.
Por fortuna, y a diferencia de su floja presentación, en el empate frente a Atlanta, Emmanuel Francés despejaría todo tipo de dudas, jugando un muy buen partido, con solidez en la marca, rapidez para las coberturas y fundamentalmente, inteligencia para no complicarse nunca. Asimismo, el capitán Mayola habría de demostrar una adaptación asombrosa a un puesto que parecía en el "recuerdo", para clausurar su lateral y complementarse de manera perfecta, con Nicolás Gásperi, su "compadre" defensivo de siempre, y de rendimiento tan parejo, sobrio y eficiente, que desde hace rato lo convierten en imprescindible. Y si a todo ello, le sumamos la recuperación del mejor Broggi, resulta comprensible, en parte, el retorno de la defensa a la solidez "extraviada" en los partidos precedentes.
Y decimos "en parte", porque el "resto" de la explicación debería buscarse en el mediocampo, donde el cuerpo técnico "tomaría nota" de los desequilibrios devenidos en los últimos tiempos, de la ausencia de volantes externos, para reforzar ambas bandas con el ingreso de Cristian Lillo (en lugar del suspendido, Emmanuel Giménez), para desempeñarse como carrilero zurdo, y jugar sin dudas, su mejor partido en largo tiempo, además de retrasar unos metros a Cristian Yassogna, con destino a su ya habitual "rol" de volante diestro, donde evidentemente hoy se siente más cómodo y desarrolla su mejor juego, con mayor terreno para explotar hacia adelante, y su prodigalidad y solidaridad características en la faz defensiva.
Por delante de ellos (sin olvidarnos de la versión mejorada de Damián Toledo, con más "compañía" en la marca y menos "recorrido"), resulta bien sabido que todo depende del "genio creativo" de ese doble enlace de lujo que tiene el conjunto de Walter Otta, y que de los pies y los "encuentros" de Rodrigo Díaz y Gerardo Martínez, depende en buena medida la suerte ofensiva del equipo, cuando los "conejos" afloran y los "pases de magia" le devuelven el verdadero sentido, a esa "palabrita" desusada y maltratada, del "fútbol" como deporte bien entendido.
Y para "desgracia" de la visita, Talleres se toparía con la mejor versión de "tándem", vista hasta el momento, con un gran partido de ambos, en términos colectivos, y una maravillosa primera media hora del "Rengo", una de las figuras del encuentro, complementada por el "genio creativo" más regular y biológicamente más joven, de Gerardo Martínez. Y si a estos auténticos fenómenos con la pelota en los pies, le agregamos ese delantero letal, inteligente y solidario, hallado en Javier Rossi (y con movimientos tan "akermanianos", que lo tornan aún más "familiar" para el "ojo Gallo"), fácil resulta entender que, cuando el nivel general se halla alto, Morón puede "aplastar" a cualquier rival, con absoluta autoridad y contundencia.
Ni más, ni menos, lo que habría de ocurrir en el mediodía pasado, de este sábado en el Nuevo Francisco Urbano, donde el Deportivo Morón borraría de la cancha a la visita, dominándolo a voluntad, mientras el partido fuera tal, en materia de equivalencias, lapso durante el cual convirtiera tres de los cuatro goles del encuentro, y hasta podría haber anotado un par más, por méritos y contundencia propios, más allá de las "ayudas" del arquero rival y su última línea, en la saludable intención, aunque imprudente en su reiteración sistemática, de salir jugando siempre desde el fondo, en cualquier circunstancia.
Por eso, tras los "gritos" de Yassogna a los '6, de Javier Rossi a los '8 y de Gerardo a los '15 (de tiro libre, con la "complicidad" de Alejandro Granero, lo que no le quita valor al remate "letal" del mismo), todos en el primer tiempo, en el complemento, Morón regularía a placer el trámite, cediéndole terreno y balón a un Talleres que, afecto también al buen trato de la pelota, carecería por completo de contundencia, resumiéndose en un "toqueteo" lindo, pero intrascendente, hasta tres cuartos, y en las pocas que pudiera arrimar peligro, encima se toparía con la seguridad de Milton Alvarez.
Tanto resultaría así que, en la media hora final del cotejo, cuando el Gallo se decidiera a buscar el cuarto, Junior Mendieta de regreso tras su lesión, armaría una jugada individual de excepción, mitad habilidad, mitad guapeza, para generar el inapelable penal que, gentileza de Gerardo Martínez y reconocimiento del resto de sus compañeros, ejecutara él mismo, para dejar sin chances a Granero y "decorar" el resultado con el definitivo y justificado cuatro a cero.
Morón puso el "agua" y desde Remedios de Escalada llegaron los "tallarines", para que el equipo de Otta pusiera "flor de pesto" y nos regalara una "panzada" de fútbol y goles.
Simplemente... GRACIAS. Así da gusto.
Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.
Foto: archivo, Osvaldo Abades (h).
viernes, 18 de marzo de 2016
Sábado a las 14..., ideal para "comerse" un buen "Tallarín".
Con la necesidad imperiosa de volver a sumar de a tres, luego de la primera derrota en el torneo, el último sábado en Ezeiza, que hilvanara una mini racha negativa de tres sin ganar, el Gallo de Walter Otta recibe a Talleres de Remedios de Escalada, en el Nuevo Francisco Urbano, este sábado desde las 14, con el arbitraje de Gastón Meineri y la televisación en vivo de DirecTV y de "Pacífico TV Morón", a través de su canal de YouTube, en el marco de la séptima fecha del "Transición 2016" de la Primera "B".
En procura de recuperar el terreno perdido, en la lucha por el campeonato, pero fundamentalmente, el buen rendimiento colectivo de las primeras cinco jornadas, el técnico del Deportivo Morón continuará aquejado del "mal de ausencias" que persigue al plantel, en materia de inasistencias obligadas por lesiones y suspensiones, sumándose a las nuevas bajas de Minici y Mendieta (más la duda de Ferreira), el "ausente" disciplinario de Emmanuel Giménez, expulsado casi en el epílogo de la derrota por la mínima, ante Tristán Suárez y que fuera sancionado con una fecha, a pesar de la roja directa (estará disponible en la próxima, con Platense en Vicente López).
Respecto del once de inicio frente al "Lechero", Otta ensayaría dos cambios, uno obligado y otro táctico, ingresando Cristian Lillo, para suplir la falta del cordobés Giménez, así como Emmanuel Francés en la última línea, en reemplazo de Maximiliano Jerez, lo que determinará varios corrimientos en la defensa de Morón, con Cristian Broggi regresando al lateral derecho, Francés acompañando a Nicolás Gásperi en la dupla de centrales, y Emiliano Mayola volviendo a desempeñarse por la punta izquierda, como lo hiciera en los primeros tiempos de su arribo al club.
Asimismo, Walter Nicolás Otta modificaría el dibujo táctico habitual, para ensayar un 4-4-1-1, con mayor cobertura por ambas bandas, precisamente el "Talón de Aquiles" en las últimas cuatro fechas, y por donde se registraran los desequilibrios defensivos y se gestaran la gran mayoría de los seis goles soportados en ese mismo lapso. Para ello, Cristian Yassogna retomará su ya conocida función de carrilero por derecha, mientras Lillo hará lo propio por el sector opuesto, con Rodrigo Díaz "suelto", en rol de enganche o media punta, intentando sumarse en ataque a Javier Rossi, el único punta definido en el esquema táctico preliminar del Gallo.
Es de destacar que, para el caso que se recupere a tiempo, Juan Gabriel Ferreira, por cuya "salud" el cuerpo técnico del Gallito, hoy aguarda esperanzado y "prende velas", el mismo ingresará como lateral derecho, corriéndose Cristian Broggi como primer marcador central, marginando del primer equipo a Emmanuel Francés, para ocupar un lugar entre los relevos.
En consecuencia, los probables once del Deportivo Morón que intentarán regresar al triunfo, frente al "Tallarín", serán: Milton David Alvarez; Cristian Jesús Broggi, Emmanuel Francés, Nicolás Miguel Gásperi, Jonatan Emiliano Iván Mayola (capitán); Cristian Román Yassogna, Damián Ezequiel Toledo, Gerardo Daniel Martínez, Cristian Damián Lillo; Rodrigo Ezequiel Díaz; Javier Nicolás Rossi.
Conformarían el banco de los suplentes (dudas y esperas mediante), de un plantel que almorzará en el estadio, a la espera del cotejo ante el conjunto de Remedios de Escalada: Nicolás Roberto Angellotti, Maximiliano Ezequiel Jerez, Alexis Beltrán, Rodrigo Fernando Basualdo, Matías Gabriel Pardo, Federico Ezequiel Turienzo y Javier Emmanuel Pérez.
Sábado a las 14..., día y horario ideal para "comerse" un buen "Tallarín".y
#SieteDe19.
En procura de recuperar el terreno perdido, en la lucha por el campeonato, pero fundamentalmente, el buen rendimiento colectivo de las primeras cinco jornadas, el técnico del Deportivo Morón continuará aquejado del "mal de ausencias" que persigue al plantel, en materia de inasistencias obligadas por lesiones y suspensiones, sumándose a las nuevas bajas de Minici y Mendieta (más la duda de Ferreira), el "ausente" disciplinario de Emmanuel Giménez, expulsado casi en el epílogo de la derrota por la mínima, ante Tristán Suárez y que fuera sancionado con una fecha, a pesar de la roja directa (estará disponible en la próxima, con Platense en Vicente López).
Respecto del once de inicio frente al "Lechero", Otta ensayaría dos cambios, uno obligado y otro táctico, ingresando Cristian Lillo, para suplir la falta del cordobés Giménez, así como Emmanuel Francés en la última línea, en reemplazo de Maximiliano Jerez, lo que determinará varios corrimientos en la defensa de Morón, con Cristian Broggi regresando al lateral derecho, Francés acompañando a Nicolás Gásperi en la dupla de centrales, y Emiliano Mayola volviendo a desempeñarse por la punta izquierda, como lo hiciera en los primeros tiempos de su arribo al club.
Asimismo, Walter Nicolás Otta modificaría el dibujo táctico habitual, para ensayar un 4-4-1-1, con mayor cobertura por ambas bandas, precisamente el "Talón de Aquiles" en las últimas cuatro fechas, y por donde se registraran los desequilibrios defensivos y se gestaran la gran mayoría de los seis goles soportados en ese mismo lapso. Para ello, Cristian Yassogna retomará su ya conocida función de carrilero por derecha, mientras Lillo hará lo propio por el sector opuesto, con Rodrigo Díaz "suelto", en rol de enganche o media punta, intentando sumarse en ataque a Javier Rossi, el único punta definido en el esquema táctico preliminar del Gallo.
Es de destacar que, para el caso que se recupere a tiempo, Juan Gabriel Ferreira, por cuya "salud" el cuerpo técnico del Gallito, hoy aguarda esperanzado y "prende velas", el mismo ingresará como lateral derecho, corriéndose Cristian Broggi como primer marcador central, marginando del primer equipo a Emmanuel Francés, para ocupar un lugar entre los relevos.
En consecuencia, los probables once del Deportivo Morón que intentarán regresar al triunfo, frente al "Tallarín", serán: Milton David Alvarez; Cristian Jesús Broggi, Emmanuel Francés, Nicolás Miguel Gásperi, Jonatan Emiliano Iván Mayola (capitán); Cristian Román Yassogna, Damián Ezequiel Toledo, Gerardo Daniel Martínez, Cristian Damián Lillo; Rodrigo Ezequiel Díaz; Javier Nicolás Rossi.
Conformarían el banco de los suplentes (dudas y esperas mediante), de un plantel que almorzará en el estadio, a la espera del cotejo ante el conjunto de Remedios de Escalada: Nicolás Roberto Angellotti, Maximiliano Ezequiel Jerez, Alexis Beltrán, Rodrigo Fernando Basualdo, Matías Gabriel Pardo, Federico Ezequiel Turienzo y Javier Emmanuel Pérez.
Sábado a las 14..., día y horario ideal para "comerse" un buen "Tallarín".y
#SieteDe19.
martes, 15 de marzo de 2016
Lo que dejó una Asamblea..., con dos años de atraso.
El último domingo 13 del corriente, debajo de la "Platea Oficial Filiberto Ferrante", más precisamente, en la antesala del vestuario local, del Nuevo Francisco Urbano, tuvo lugar la Asamblea General Extraordinaria de Socios, convocada por la comisión directiva del Deportivo Morón, para repasar la actualidad económica e institucional del club, además de reseñar el estado de situación de las obras correspondientes a la segunda etapa de construcción del nuevo estadio, pero fundamentalmente, para someter a la consideración de los presentes, la adecuación de las cuotas societarias, en sus diferentes categorías.
Buena noticia en sí misma, teniendo en cuenta que la última Asamblea databa de dos años atrás a esta parte (si no nos traiciona la memoria, desde febrero de 2014), sin dudas demasiado tiempo de "silencio" oficial formal, en atención a la significación e importancia institucional de este tipo de ámbitos de participación societaria (tal vez la más determinante para la vida y funcionamiento del club, luego de la elección de sus autoridades), la misma habría de dar comienzo en su segundo llamado, apenas pasadas las 10, con la escasa asistencia de 167 socios activos.
Por espacio de casi tres horas, la directiva encabezada por el presidente en ejercicio, Pablo Sauro, se abocaría a realizar un racconto pormenorizado de los ingresos y egresos que registra el club, además de sus deudas corrientes y pagos efectuados, fundamentalmente desde diciembre a nuestros días, es decir, en coincidencia con el pedido de licencia del aún presidente (en receso), Diego Spina, y de conformidad a la línea argumental que ha venido sosteniendo el post-spinismo, desde el alejamiento del ahora concejal y en particular, a partir de su increscente nivel de descrédito público, tanto dentro como fuera del Deportivo Morón.
En sintonía con el sesgo de "administración nueva", que ha impulsado la comisión directiva "sin Spina", en su intento de despegarse y diferenciarse del presidente en uso de licencia, para evitar como "bajada" argumental pública, ser señalados como la continuidad de la misma gestión deplorable del otrora asesor de la ex AFSCA, cosa que constituye una verdad electoral e histórica incuestionable, Sauro habría de resaltar los números de la "pesada herencia" recibida ("heredada", en rigor de verdad, de sí mismos, porque el actual presidente en funciones, aún constituye desde lo formal, el vice primero de la misma gestión que se pretende desconocer ) y las acciones emprendidas para la "recuperación" económico-financiera del club, en apenas un trimestre, desde los últimos tiempos de "Spina" (así, a secas, en boca del presidente en funciones), discusivamente lejanos de aquellas épocas de "empatía" personal y política, en que el entonces presidente "todo poderoso", era sencillamente... "Diego".
Con una multiplicidad de cifras sin documentación respaldatoria, en ausencia de los correspondientes balances a la vista del socio (de acuerdo a lo comprometido en la ocasión, listos para su aprobación en Asamblea Ordinaria, recién dentro de un mes, cuando se halle finalizado uno de los dos en mora), Pablo Sauro anunciaría la existencia de una deuda por todo concepto, a diciembre/enero, de 8.220.000 pesos, a mitad de camino entre las estimaciones de "Spina" (ya sin nombre de pila), que jamás reconociera más de 4 millones y los 10 millones proyectados del entonces tesorero, Claudio Bertolé, quien se reconociera en otro tramo de la Asamblea, ha tenido que rubricar un par de cheques, luego de su dimisión mediante carta documento, para acelerar tiempos y evitar los "trastornos" del cambio de titularidad de firma, en la entidad bancaria donde el club posee radicada su cuenta.
Ante dicho cuadro de situación, el presidente en funciones anunciaría ingresos por valor de 7.300.000 pesos (entre cesión de derechos de jugadores, ingresos extra de sponsors y un préstamo de AFA para levantar inhibiciones, de 890 mil), lo cual habría reducido la deuda corriente actual, a 1.440.000 pesos (monto que incluye lo adeudado a Blas Giunta y los integrantes del anterior plantel que no inhibieron, así como los 700 mil pesos del reclamo de la empresa de seguridad, en instancia pre-judicial).
En la "balanza" de ingresos y egresos, Pablo Sauro reconocería un déficit operativo mensual, de 200 ó 250 mil pesos (dos millones y medio anuales, en proyección), producto de ingresos que oscilan 1.600.000 pesos y egresos situados en 1.800.000 pesos, gastos que incluyen la refinanciación de la deuda con AySA, de $ 273.000, en cuotas de 30 mil mensuales, así como el costo del actual plantel y cuerpo técnico, esto es, $ 670.000 más 100 mil pesos/mes).
Sin embargo, y más allá de todos estos números reseñados que, insistimos, debieron haber haber sido sustentados y corroborados públicamente, acompañados de los balances correspondientes, Sauro no admitió la existencia de juicio alguno en contra del club, versión oficial que habría de contraponerse con los dichos de un socio presente en la Asamblea, quien aseguró datos fehacientes sobre la existencia de tres juicios a la institución, uno de ellos por $ 670 mil, proporcionando además, las sedes judiciales en que se hallan radicadas y sustanciadas las demandas y sus respectivas actuaciones (dos juzgados laborales y el restante, comercial).
Asimismo, otro punto no debidamente aclarado en la Asamblea, resultaría el momento en que otro socio, preguntara por la recaudación del último cotejo frente a Atlanta, y su relación con el total de público asistente al encuentro, ante lo cual el presidente en ejercicio aportara la cifra de $ 370 mil en boleterías y 7 mil personas en cancha, que en presencia de un bono obligatorio de $70, tanto para socios como público en general, revelan un importante "faltante" de 120.000 pesos. Vuelto a requerir por el mismo socio, sobre las razones de lo ocurrido, Sauro habría de admitir: "que nos están robando, aunque no sabemos quién".
Sobre la segunda etapa de las obras, Pablo Sauro comentaría las reuniones ya mantenida con los diferentes "actores", y adelantaría un cónclave de todas las partes, para la semana próxima, además de trasladar el "compromiso" de la empresa, de entregar esta etapa, no más allá del venidero 5 de abril del corriente. Asimismo, aseguró que llegado ese momento, se realizará una inspección de obra y que, la aprobación y conformidad de la misma, se realizará previa consulta a los socios en reunión informativa.
Minutos más tarde, hablaría Juan Carlos Nigrele, en representación de la Comisión Ad Hoc, quien dejaría en clara evidencia, cómo la desidia e informalidad administrativa, han lesionado gravemente el patrimonio común del club: en efecto, el Deportivo Morón ha perdido el derecho de adquirir, algo así como 800 mil dólares, de parte de la empresa constructora y el grupo inversor, como producto de los 2 mil dólares diarios de multa, por cada día de demora en la entrega de la segunda etapa de obra, desde el 31 de mayo de 2015 a esta parte. Y decimos que lo ha "perdido", porque para la empresa "Bautec", la segunda etapa de obra aún no ha dado inicio legalmente, puesto que para que ello ocurra, primero deberían haberse escriturado tres parcelas, condición legal sine qua non para que el club pueda reclamar los correspondientes resarcimientos económicos (los "famosos" dos mil dólares diarios, desde hace más de nueve meses), en caso de incumplimiento o tardanza en su entrega efectiva.
Por desgracia, el club no estuvo en condiciones de escriturar aquellas parcelas, que le hubiesen otorgado el derecho de reclamar los resarcimientos económicos que le correspondían, de acuerdo al contrato de fideicomiso, ya que jamás inició el trámite para solicitar la eximición del impuesto a las ganancias, por las mismas razones legales que, en otro orden, aún le impiden poner en práctica, por ejemplo, el nuevo Estatuto, aprobado hace casi siete años: la falta de balances contables y la "flojedad de papeles" en materia de personería jurídica.
En definitiva, y como quedara expuesto con claridad en la Asamblea, el desorden y la impericia administrativa que ha caracterizado al Deportivo Morón, desde hace un buen tiempo, le ha significado al patrimonio institucional un perjuicio enorme, como grande resulta también el "limbo" formal en el que hoy se desarrolla el club, con un presidente en uso de licencia, pero que sin embargo, formal y legalmente "convoca" con su firma, a la propia Asamblea Extraordinaria del último domingo 13 de marzo.
Por último, pero no por ello menos importante, consterna y genera verguenza ajena, el penoso comunicado de prensa del club, sobre la misma Asamblea, el cual de manera tendenciosa y reñida con la ética profesional más elemental, pretende utilizar las herramientas comunicacionales de la institución, con fines groseramente oportunistas y electorales, cuando refleja como único diálogo, al cabo de tres horas de cónclave, la respuesta destemplada de un presidente honorario, a otro ex presidente, casualmente..., contrincante del oficialismo en las próximas elecciones, aún sin fecha ni convocatoria formal. Mismo presidente honorario que, minutos después y sin sonrojarse, le aconsejaría al presidente en ejercicio, vender (o incluso "rematar) el predio de Pontevedra, "porque da pérdidas".
Entre números sin respaldo contable disponible, vaguedades varias y la sensación de una desprolijidad administrativa inquietante, habría de pasar la primera Asamblea de socios, en más de dos años, con poco de Asamblea propiamente dicha (más allá del aumento en la cuota) y demasiado de acto de campaña proselitista.
Qué lástima... Esperamos tanto!.
Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.
Buena noticia en sí misma, teniendo en cuenta que la última Asamblea databa de dos años atrás a esta parte (si no nos traiciona la memoria, desde febrero de 2014), sin dudas demasiado tiempo de "silencio" oficial formal, en atención a la significación e importancia institucional de este tipo de ámbitos de participación societaria (tal vez la más determinante para la vida y funcionamiento del club, luego de la elección de sus autoridades), la misma habría de dar comienzo en su segundo llamado, apenas pasadas las 10, con la escasa asistencia de 167 socios activos.
Por espacio de casi tres horas, la directiva encabezada por el presidente en ejercicio, Pablo Sauro, se abocaría a realizar un racconto pormenorizado de los ingresos y egresos que registra el club, además de sus deudas corrientes y pagos efectuados, fundamentalmente desde diciembre a nuestros días, es decir, en coincidencia con el pedido de licencia del aún presidente (en receso), Diego Spina, y de conformidad a la línea argumental que ha venido sosteniendo el post-spinismo, desde el alejamiento del ahora concejal y en particular, a partir de su increscente nivel de descrédito público, tanto dentro como fuera del Deportivo Morón.
En sintonía con el sesgo de "administración nueva", que ha impulsado la comisión directiva "sin Spina", en su intento de despegarse y diferenciarse del presidente en uso de licencia, para evitar como "bajada" argumental pública, ser señalados como la continuidad de la misma gestión deplorable del otrora asesor de la ex AFSCA, cosa que constituye una verdad electoral e histórica incuestionable, Sauro habría de resaltar los números de la "pesada herencia" recibida ("heredada", en rigor de verdad, de sí mismos, porque el actual presidente en funciones, aún constituye desde lo formal, el vice primero de la misma gestión que se pretende desconocer ) y las acciones emprendidas para la "recuperación" económico-financiera del club, en apenas un trimestre, desde los últimos tiempos de "Spina" (así, a secas, en boca del presidente en funciones), discusivamente lejanos de aquellas épocas de "empatía" personal y política, en que el entonces presidente "todo poderoso", era sencillamente... "Diego".
Con una multiplicidad de cifras sin documentación respaldatoria, en ausencia de los correspondientes balances a la vista del socio (de acuerdo a lo comprometido en la ocasión, listos para su aprobación en Asamblea Ordinaria, recién dentro de un mes, cuando se halle finalizado uno de los dos en mora), Pablo Sauro anunciaría la existencia de una deuda por todo concepto, a diciembre/enero, de 8.220.000 pesos, a mitad de camino entre las estimaciones de "Spina" (ya sin nombre de pila), que jamás reconociera más de 4 millones y los 10 millones proyectados del entonces tesorero, Claudio Bertolé, quien se reconociera en otro tramo de la Asamblea, ha tenido que rubricar un par de cheques, luego de su dimisión mediante carta documento, para acelerar tiempos y evitar los "trastornos" del cambio de titularidad de firma, en la entidad bancaria donde el club posee radicada su cuenta.
Ante dicho cuadro de situación, el presidente en funciones anunciaría ingresos por valor de 7.300.000 pesos (entre cesión de derechos de jugadores, ingresos extra de sponsors y un préstamo de AFA para levantar inhibiciones, de 890 mil), lo cual habría reducido la deuda corriente actual, a 1.440.000 pesos (monto que incluye lo adeudado a Blas Giunta y los integrantes del anterior plantel que no inhibieron, así como los 700 mil pesos del reclamo de la empresa de seguridad, en instancia pre-judicial).
En la "balanza" de ingresos y egresos, Pablo Sauro reconocería un déficit operativo mensual, de 200 ó 250 mil pesos (dos millones y medio anuales, en proyección), producto de ingresos que oscilan 1.600.000 pesos y egresos situados en 1.800.000 pesos, gastos que incluyen la refinanciación de la deuda con AySA, de $ 273.000, en cuotas de 30 mil mensuales, así como el costo del actual plantel y cuerpo técnico, esto es, $ 670.000 más 100 mil pesos/mes).
Sin embargo, y más allá de todos estos números reseñados que, insistimos, debieron haber haber sido sustentados y corroborados públicamente, acompañados de los balances correspondientes, Sauro no admitió la existencia de juicio alguno en contra del club, versión oficial que habría de contraponerse con los dichos de un socio presente en la Asamblea, quien aseguró datos fehacientes sobre la existencia de tres juicios a la institución, uno de ellos por $ 670 mil, proporcionando además, las sedes judiciales en que se hallan radicadas y sustanciadas las demandas y sus respectivas actuaciones (dos juzgados laborales y el restante, comercial).
Asimismo, otro punto no debidamente aclarado en la Asamblea, resultaría el momento en que otro socio, preguntara por la recaudación del último cotejo frente a Atlanta, y su relación con el total de público asistente al encuentro, ante lo cual el presidente en ejercicio aportara la cifra de $ 370 mil en boleterías y 7 mil personas en cancha, que en presencia de un bono obligatorio de $70, tanto para socios como público en general, revelan un importante "faltante" de 120.000 pesos. Vuelto a requerir por el mismo socio, sobre las razones de lo ocurrido, Sauro habría de admitir: "que nos están robando, aunque no sabemos quién".
Sobre la segunda etapa de las obras, Pablo Sauro comentaría las reuniones ya mantenida con los diferentes "actores", y adelantaría un cónclave de todas las partes, para la semana próxima, además de trasladar el "compromiso" de la empresa, de entregar esta etapa, no más allá del venidero 5 de abril del corriente. Asimismo, aseguró que llegado ese momento, se realizará una inspección de obra y que, la aprobación y conformidad de la misma, se realizará previa consulta a los socios en reunión informativa.
Minutos más tarde, hablaría Juan Carlos Nigrele, en representación de la Comisión Ad Hoc, quien dejaría en clara evidencia, cómo la desidia e informalidad administrativa, han lesionado gravemente el patrimonio común del club: en efecto, el Deportivo Morón ha perdido el derecho de adquirir, algo así como 800 mil dólares, de parte de la empresa constructora y el grupo inversor, como producto de los 2 mil dólares diarios de multa, por cada día de demora en la entrega de la segunda etapa de obra, desde el 31 de mayo de 2015 a esta parte. Y decimos que lo ha "perdido", porque para la empresa "Bautec", la segunda etapa de obra aún no ha dado inicio legalmente, puesto que para que ello ocurra, primero deberían haberse escriturado tres parcelas, condición legal sine qua non para que el club pueda reclamar los correspondientes resarcimientos económicos (los "famosos" dos mil dólares diarios, desde hace más de nueve meses), en caso de incumplimiento o tardanza en su entrega efectiva.
Por desgracia, el club no estuvo en condiciones de escriturar aquellas parcelas, que le hubiesen otorgado el derecho de reclamar los resarcimientos económicos que le correspondían, de acuerdo al contrato de fideicomiso, ya que jamás inició el trámite para solicitar la eximición del impuesto a las ganancias, por las mismas razones legales que, en otro orden, aún le impiden poner en práctica, por ejemplo, el nuevo Estatuto, aprobado hace casi siete años: la falta de balances contables y la "flojedad de papeles" en materia de personería jurídica.
En definitiva, y como quedara expuesto con claridad en la Asamblea, el desorden y la impericia administrativa que ha caracterizado al Deportivo Morón, desde hace un buen tiempo, le ha significado al patrimonio institucional un perjuicio enorme, como grande resulta también el "limbo" formal en el que hoy se desarrolla el club, con un presidente en uso de licencia, pero que sin embargo, formal y legalmente "convoca" con su firma, a la propia Asamblea Extraordinaria del último domingo 13 de marzo.
Por último, pero no por ello menos importante, consterna y genera verguenza ajena, el penoso comunicado de prensa del club, sobre la misma Asamblea, el cual de manera tendenciosa y reñida con la ética profesional más elemental, pretende utilizar las herramientas comunicacionales de la institución, con fines groseramente oportunistas y electorales, cuando refleja como único diálogo, al cabo de tres horas de cónclave, la respuesta destemplada de un presidente honorario, a otro ex presidente, casualmente..., contrincante del oficialismo en las próximas elecciones, aún sin fecha ni convocatoria formal. Mismo presidente honorario que, minutos después y sin sonrojarse, le aconsejaría al presidente en ejercicio, vender (o incluso "rematar) el predio de Pontevedra, "porque da pérdidas".
Entre números sin respaldo contable disponible, vaguedades varias y la sensación de una desprolijidad administrativa inquietante, habría de pasar la primera Asamblea de socios, en más de dos años, con poco de Asamblea propiamente dicha (más allá del aumento en la cuota) y demasiado de acto de campaña proselitista.
Qué lástima... Esperamos tanto!.
Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.
sábado, 12 de marzo de 2016
Más que "Tristones"...
Sin demasiados misterios, Morón jugó el peor partido de la "era Otta" y, consecuentemente, perdió sin atenuantes su primer encuentro en el campeonato, además de resignar su invicto en el actual torneo, frente a Tristán Suárez, en el "20 de Octubre".
En la actuación más floja, en lo individual y colectivo, desde la asunción de Walter Nicolás Otta como técnico del Gallo, aún por debajo de lo mostrado en el debut, ante Deportivo Riestra (en especial, durante el primer tiempo en Ezeiza), el Deportivo Morón jamás pudo imponer su juego, más allá de un breve lapso del complemento, y careció de ideas y claridad para intentar arribar siquiera al empate, partiendo en desventaja por cuarto cotejo consecutivo.
Al mismo tiempo, y tal como ocurriese en Isidro Casanova, donde comenzaran a encenderse las primeras señales de alarma, y que luego se profundizaran en varios pasajes del empate frente a Atlanta, el Gallo volvió a sufrir el partido en defensa, en particular por las bandas, donde una mala tarde de Maximiliano Jerez, por derecha (en reemplazo de Nicolás Minici, con un esguince de tobillo) y de Cristian Broggi por izquierda, sumados a la ausencia de carrileros naturales que tiene este equipo, determinaría un constante "dos-uno", de parte de los puntas y volantes "Lecheros", para complicarles la existencia a los jóvenes laterales de Morón, de regular rendimiento, es cierto, pero también sin cobertura alguna de sus medios, a la hora de cubrir su zona en inferioridad númerica (qué lástima haber dejado ir a Federico Domínguez, por ejemplo, a consecuencia de un simple y subsanable, entre gente de bien, encono personal).
Precisamente, de la manera referida, Tristán Suárez arribaría al único gol del partido, cuando sobre los '30 de la etapa inicial y luego de haber "avisado" de idéntico modo, en un par de oportunidades, sólo minutos antes, Abel Sandoval, la "pesadilla" del local y figura del encuentro, superaría con una gambeta a Maxi Jerez, para despachar un centro a media altura, que terminaría dentro del arco de Milton Alvarez, luego del anticipo ofensivo de Facundo Diz, sobre el primer palo, ante el reiterado estatismo de una última línea de Morón, nuevamente "atornillada" al piso, como ocurriese el último martes, en ocasión del primer tanto de Atlanta, en el Nuevo Francisco Urbano.
Con renovadas dudas de una defensa cada vez más "emparchada", con Juan Gabriel Ferreira otra vez ausente, debido a su fascitis plantar, el referido esguince de Minici y un Nicolás Gásperi que llegaba al límite, luego de una semana de bronquitis y un estado febril con altas temperaturas, del medio hacia adelante, el Gallo no hallaría las respuestas que había encontrado hasta el momento, con un tándem de enganches, Díaz-Martínez, sin la claridad de otros cotejos y tal vez, acusando también el cansancio y trajín de los últimos dos partidos, en menos de cuatro días, y alguna molestia muscular que venían arrastrando, tal el caso de Gerardo Martínez.
Asimismo, con un Emmanuel Giménez disminuido físicamente y "entre algodones", por una contractura que lo mantendría en duda durante la última y corta semana de entrenamiento (expulsado en tiempo cumplido, en una sanción exagerada de Pablo Dóvalo, que podría haberse "solucionado" con una amarilla, y no con roja directa), sumado a un Damián Toledo que se exige e intenta, pero no remota la "cuesta" de su repetido bajo rendimiento, esta vez, los delanteros de Morón quedarían más aislados que nunca, debiendo retroceder varios metros para hacerse del balón y, una vez hecho el esfuerzo, con demasiado terreno y escasa compañía para arribar con peligro hasta el área del "Lechero".
De hecho, en aquel pálido e intrascendente primer tiempo del equipo de Otta, la primera aproximación recién llegaría sobre el cuarto de hora, con un remate de Gerardo, desde afuera, quien repetiría a los '39, en la más clara de los '45 iniciales mediante un buen tiro libre, la especialidad del ejecutante, que habría de irse apenas ancho sobre el palo derecho de Nicolás Tauber, quien más allá de su gesto de "tengo todo controlado"..., de haber impactado con más justeza, la hubiese tenido que ir a buscar "adentro".
Ya en el segundo tiempo, y durante los primeros '15 del complemento, las necesidades habrían de "despertar" al Gallo, logrando lo que jamás hasta ese momento: manejar el balón y arrinconar a Tristán contra su arco. Claro que, sin ideas en la creación, ni sorpresa en los intentos, ni mucho menos claridad en los últimos metros, Morón no resultaría capaz de generarle una sola jugada neta de gol, al arco de Tauber, más allá de un par de aproximaciones aéreas, por tiros libres del "Rengo" Díaz y sendos cabezazos del capitán Mayola.
Tanto fue así, que la única llegada clara del segundo, y a la sazón, la segunda chance neta de todo el encuentro y las más próxima al gol, en los '90, sobrevendría a los '27, cuando luego de un buen desborde por derecha de Matías Pardo (en cancha, desde el entretiempo, en reemplazo de Toledo), primero el "Bicho" Rossi y, segundos más tarde, Cristian Broggi, habrían de perderse lo que pudo y debió haber sido el empate del Gallo, más allá que esta vez, los merecimientos no habrían estado de su lado.
Luego de eso, Walter Otta "quemaría las naves", mandando al terreno de juego a dos puntas, como Federico Turienzo (en su debut oficial en el Gallito) y Javier Pérez, reestablecido del desgarro sufrido ante la Reserva de San Lorenzo, para jugar con tres en el fondo, los dos enganches y tres puntas (con Javier Rossi, aunque sin Cristian Yassogna), para sin embargo, entre el apuro, la falta de "lucidez" y el cansancio casi generalizado, no poder crearle una sola opción franca de empate, más allá de la descripta, no capitalizada por Rossi y Broggi.
Como contrapartida, y sin constituir nunca un "dechado de virtudes", el Tristán de Vicente José Stagliano y Eduardo Daniel Bazán Vera, manejaría mejor la pelota, con Juan Manuel Azil y Sandoval, mientras estuvieron en cancha, al punto de contar con tres o cuatro chances de contra, para definir el encuentro, algunas bien resueltas por Milton Alvarez, de buen partido, y en otras, como en la jugada más "rara" del cotejo, cuando Damián Emilio Akerman, en su primer enfrentamiento con el Gallo, mano a mano con el arquero visitante y con el perfil justo para su remate letal y ya conocido de derecha, prefiriera dar el pase al medio del área, para un compañero que llegaba con lo justo y apareado por la marca de los zagueros... Y que cada uno, saque sus propias conclusiones.
Con el final del partido, y la primera derrota en el campeonato, los rostros de Otta (expulsado por Dóvalo, en tiempo cumplido) y de los propios jugadores del Gallo, lo decían todo: se jugó mal, jamás se hallaron los caminos, y la caída resultó la consecuencia lógica de un retroceso, que vino dando señales desde Almirante e incluso antes, durante algunos pasajes del triunfo con la UAI Urquiza.
A "barajar y dar de nuevo", antes que la ilusión del torneo se extinga demasiado pronto.
Suárez profundizó nuestros problemas, se impuso con justicia y nos dejó a todos más que "Tristones".
Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.
En la actuación más floja, en lo individual y colectivo, desde la asunción de Walter Nicolás Otta como técnico del Gallo, aún por debajo de lo mostrado en el debut, ante Deportivo Riestra (en especial, durante el primer tiempo en Ezeiza), el Deportivo Morón jamás pudo imponer su juego, más allá de un breve lapso del complemento, y careció de ideas y claridad para intentar arribar siquiera al empate, partiendo en desventaja por cuarto cotejo consecutivo.
Al mismo tiempo, y tal como ocurriese en Isidro Casanova, donde comenzaran a encenderse las primeras señales de alarma, y que luego se profundizaran en varios pasajes del empate frente a Atlanta, el Gallo volvió a sufrir el partido en defensa, en particular por las bandas, donde una mala tarde de Maximiliano Jerez, por derecha (en reemplazo de Nicolás Minici, con un esguince de tobillo) y de Cristian Broggi por izquierda, sumados a la ausencia de carrileros naturales que tiene este equipo, determinaría un constante "dos-uno", de parte de los puntas y volantes "Lecheros", para complicarles la existencia a los jóvenes laterales de Morón, de regular rendimiento, es cierto, pero también sin cobertura alguna de sus medios, a la hora de cubrir su zona en inferioridad númerica (qué lástima haber dejado ir a Federico Domínguez, por ejemplo, a consecuencia de un simple y subsanable, entre gente de bien, encono personal).
Precisamente, de la manera referida, Tristán Suárez arribaría al único gol del partido, cuando sobre los '30 de la etapa inicial y luego de haber "avisado" de idéntico modo, en un par de oportunidades, sólo minutos antes, Abel Sandoval, la "pesadilla" del local y figura del encuentro, superaría con una gambeta a Maxi Jerez, para despachar un centro a media altura, que terminaría dentro del arco de Milton Alvarez, luego del anticipo ofensivo de Facundo Diz, sobre el primer palo, ante el reiterado estatismo de una última línea de Morón, nuevamente "atornillada" al piso, como ocurriese el último martes, en ocasión del primer tanto de Atlanta, en el Nuevo Francisco Urbano.
Con renovadas dudas de una defensa cada vez más "emparchada", con Juan Gabriel Ferreira otra vez ausente, debido a su fascitis plantar, el referido esguince de Minici y un Nicolás Gásperi que llegaba al límite, luego de una semana de bronquitis y un estado febril con altas temperaturas, del medio hacia adelante, el Gallo no hallaría las respuestas que había encontrado hasta el momento, con un tándem de enganches, Díaz-Martínez, sin la claridad de otros cotejos y tal vez, acusando también el cansancio y trajín de los últimos dos partidos, en menos de cuatro días, y alguna molestia muscular que venían arrastrando, tal el caso de Gerardo Martínez.
Asimismo, con un Emmanuel Giménez disminuido físicamente y "entre algodones", por una contractura que lo mantendría en duda durante la última y corta semana de entrenamiento (expulsado en tiempo cumplido, en una sanción exagerada de Pablo Dóvalo, que podría haberse "solucionado" con una amarilla, y no con roja directa), sumado a un Damián Toledo que se exige e intenta, pero no remota la "cuesta" de su repetido bajo rendimiento, esta vez, los delanteros de Morón quedarían más aislados que nunca, debiendo retroceder varios metros para hacerse del balón y, una vez hecho el esfuerzo, con demasiado terreno y escasa compañía para arribar con peligro hasta el área del "Lechero".
De hecho, en aquel pálido e intrascendente primer tiempo del equipo de Otta, la primera aproximación recién llegaría sobre el cuarto de hora, con un remate de Gerardo, desde afuera, quien repetiría a los '39, en la más clara de los '45 iniciales mediante un buen tiro libre, la especialidad del ejecutante, que habría de irse apenas ancho sobre el palo derecho de Nicolás Tauber, quien más allá de su gesto de "tengo todo controlado"..., de haber impactado con más justeza, la hubiese tenido que ir a buscar "adentro".
Ya en el segundo tiempo, y durante los primeros '15 del complemento, las necesidades habrían de "despertar" al Gallo, logrando lo que jamás hasta ese momento: manejar el balón y arrinconar a Tristán contra su arco. Claro que, sin ideas en la creación, ni sorpresa en los intentos, ni mucho menos claridad en los últimos metros, Morón no resultaría capaz de generarle una sola jugada neta de gol, al arco de Tauber, más allá de un par de aproximaciones aéreas, por tiros libres del "Rengo" Díaz y sendos cabezazos del capitán Mayola.
Tanto fue así, que la única llegada clara del segundo, y a la sazón, la segunda chance neta de todo el encuentro y las más próxima al gol, en los '90, sobrevendría a los '27, cuando luego de un buen desborde por derecha de Matías Pardo (en cancha, desde el entretiempo, en reemplazo de Toledo), primero el "Bicho" Rossi y, segundos más tarde, Cristian Broggi, habrían de perderse lo que pudo y debió haber sido el empate del Gallo, más allá que esta vez, los merecimientos no habrían estado de su lado.
Luego de eso, Walter Otta "quemaría las naves", mandando al terreno de juego a dos puntas, como Federico Turienzo (en su debut oficial en el Gallito) y Javier Pérez, reestablecido del desgarro sufrido ante la Reserva de San Lorenzo, para jugar con tres en el fondo, los dos enganches y tres puntas (con Javier Rossi, aunque sin Cristian Yassogna), para sin embargo, entre el apuro, la falta de "lucidez" y el cansancio casi generalizado, no poder crearle una sola opción franca de empate, más allá de la descripta, no capitalizada por Rossi y Broggi.
Como contrapartida, y sin constituir nunca un "dechado de virtudes", el Tristán de Vicente José Stagliano y Eduardo Daniel Bazán Vera, manejaría mejor la pelota, con Juan Manuel Azil y Sandoval, mientras estuvieron en cancha, al punto de contar con tres o cuatro chances de contra, para definir el encuentro, algunas bien resueltas por Milton Alvarez, de buen partido, y en otras, como en la jugada más "rara" del cotejo, cuando Damián Emilio Akerman, en su primer enfrentamiento con el Gallo, mano a mano con el arquero visitante y con el perfil justo para su remate letal y ya conocido de derecha, prefiriera dar el pase al medio del área, para un compañero que llegaba con lo justo y apareado por la marca de los zagueros... Y que cada uno, saque sus propias conclusiones.
Con el final del partido, y la primera derrota en el campeonato, los rostros de Otta (expulsado por Dóvalo, en tiempo cumplido) y de los propios jugadores del Gallo, lo decían todo: se jugó mal, jamás se hallaron los caminos, y la caída resultó la consecuencia lógica de un retroceso, que vino dando señales desde Almirante e incluso antes, durante algunos pasajes del triunfo con la UAI Urquiza.
A "barajar y dar de nuevo", antes que la ilusión del torneo se extinga demasiado pronto.
Suárez profundizó nuestros problemas, se impuso con justicia y nos dejó a todos más que "Tristones".
Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.
viernes, 11 de marzo de 2016
A Ezeiza, en busca de tres puntos para "despegar".
Tras dos igualdades consecutivas, ambas 2 a 2, frente a Almirante y Atlanta, que determinaron cierta pérdida de terreno respecto de la punta del torneo, hoy en manos de un Fénix de producción numérica perfecta, el Deportivo Morón afronta un nuevo compromiso, por la sexta fecha de la "B", con la necesidad y urgencia de volver al triunfo, en Ezeiza, ante el Tristán Suárez de Damián Emilio Akerman y de Vicente José Stagliano en el banco, en dupla técnica con Eduardo Daniel Bazán Vera (nada menos).
En efecto, este sábado desde las 16.30, el equipo de Walter Nicolás Otta (invicto en el certamen, con dos victorias y tres empates), visitará el "Estadio 20 de Octubre", con el arbitraje de Pablo Germán Dóvalo y la televisación de DirecTV y de "Pacífico TV Morón", a través de su canal de YouTube, con las urgencias ya referidas y las complicaciones de un plantel que, jornada tras jornada engrosa su enfermería: a las lesiones preexistentes de Junior Leandro Mendieta y de Juan Gabriel Ferreira, luego del encuentro frente al "Bohemio", habrían de sumarse las "nanas" de Nicolás Guillermo Minici, Nicolás Miguel Gásperi y Emmanuel Giménez.
Sin embargo, sólo el lateral zurdo, Minici, no llegaría al cotejo frente al "Lechero", recuperando con lo justo y "entre algodones", tanto a Gásperi como a Giménez, con las nuevas ausencias obligadas de Mendieta y Ferreira, ante la falta de laterales con "rodaje", más allá de los juveniles y mellizos Vallejos (de primer contrato, y aún sin debut oficial en primera), dentro de una defensa escasa en recambio y con muchos problemas en los últimos dos partidos.
De esta manera, dos serían los cambios que ensayaría el técnico del Gallo, para procurar llevarse tres puntos de una visita riesgosa ante el "Lechero", con la vuelta de Nicolás Gásperi, en reemplazo de Emmanuel Francés y la inclusión desde el inicio de Maximiliano Ezequiel Jerez, en lugar de Nicolás Minici, aunque cubriendo el lateral diestro, originando el corrimiento de Cristian Jesús Broggi, con destino a la punta izquierda de la defensa de Otta.
En consecuencia, los titulares de Morón, para enfrentar a Tristán Suárez, este sábado desde las 16.30, serían: Milton David Alvarez; Maximiliano Ezequiel Jerez, Nicolás Miguel Gásperi, Jonatan Emiliano Iván Mayola (capitán), Cristian Jesús Broggi; Damián Ezequiel Toledo, Emmanuel Giménez, Gerardo Daniel Martínez; Rodrigo Ezequiel Díaz; Cristian Román Yassogna, Javier Nicolás Rossi.
Completan el listado de convocados: Nicolás Roberto Angellotti, Emmanuel Francés, Alexis Beltrán, Rodrigo Fernando Basualdo, Cristian Damián Lillo, Matías Gabriel Pardo (de regreso, tras la fecha de suspensión, por su expulsión en Casanova), Federico Ezequiel Turienzo, Santiago De Ossa Tobón y Javier Emmanuel Pérez (dos de los cuales, quedarán marginados de los "dieciocho").
A Ezeiza, en busca de un triunfo necesario, para "despegar" y evitar que Fénix siga remontando "vuelo", y comience a tornarse inalcanzable.
#SeisDe19.
Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.
En efecto, este sábado desde las 16.30, el equipo de Walter Nicolás Otta (invicto en el certamen, con dos victorias y tres empates), visitará el "Estadio 20 de Octubre", con el arbitraje de Pablo Germán Dóvalo y la televisación de DirecTV y de "Pacífico TV Morón", a través de su canal de YouTube, con las urgencias ya referidas y las complicaciones de un plantel que, jornada tras jornada engrosa su enfermería: a las lesiones preexistentes de Junior Leandro Mendieta y de Juan Gabriel Ferreira, luego del encuentro frente al "Bohemio", habrían de sumarse las "nanas" de Nicolás Guillermo Minici, Nicolás Miguel Gásperi y Emmanuel Giménez.
Sin embargo, sólo el lateral zurdo, Minici, no llegaría al cotejo frente al "Lechero", recuperando con lo justo y "entre algodones", tanto a Gásperi como a Giménez, con las nuevas ausencias obligadas de Mendieta y Ferreira, ante la falta de laterales con "rodaje", más allá de los juveniles y mellizos Vallejos (de primer contrato, y aún sin debut oficial en primera), dentro de una defensa escasa en recambio y con muchos problemas en los últimos dos partidos.
De esta manera, dos serían los cambios que ensayaría el técnico del Gallo, para procurar llevarse tres puntos de una visita riesgosa ante el "Lechero", con la vuelta de Nicolás Gásperi, en reemplazo de Emmanuel Francés y la inclusión desde el inicio de Maximiliano Ezequiel Jerez, en lugar de Nicolás Minici, aunque cubriendo el lateral diestro, originando el corrimiento de Cristian Jesús Broggi, con destino a la punta izquierda de la defensa de Otta.
En consecuencia, los titulares de Morón, para enfrentar a Tristán Suárez, este sábado desde las 16.30, serían: Milton David Alvarez; Maximiliano Ezequiel Jerez, Nicolás Miguel Gásperi, Jonatan Emiliano Iván Mayola (capitán), Cristian Jesús Broggi; Damián Ezequiel Toledo, Emmanuel Giménez, Gerardo Daniel Martínez; Rodrigo Ezequiel Díaz; Cristian Román Yassogna, Javier Nicolás Rossi.
Completan el listado de convocados: Nicolás Roberto Angellotti, Emmanuel Francés, Alexis Beltrán, Rodrigo Fernando Basualdo, Cristian Damián Lillo, Matías Gabriel Pardo (de regreso, tras la fecha de suspensión, por su expulsión en Casanova), Federico Ezequiel Turienzo, Santiago De Ossa Tobón y Javier Emmanuel Pérez (dos de los cuales, quedarán marginados de los "dieciocho").
A Ezeiza, en busca de un triunfo necesario, para "despegar" y evitar que Fénix siga remontando "vuelo", y comience a tornarse inalcanzable.
#SeisDe19.
Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.
miércoles, 9 de marzo de 2016
El "peso de la historia" y otro empate con "sabor a poco".
Sin importar demasiado con qué "versión" habremos de enfrentarnos (candidato o "del montón", brillante o mediocre), año tras año, la historia futbolística nos devuelve (casi) siempre el mismo resultado, con prescindencia de los merecimientos circunstanciales: aquella que justifica la paternidad en los números y que reivindica, temporada a temporada que, rara vez, el Gallo puede festejar con Atlanta, su auténtica "bestia negra" a lo largo de los años.
En este caso, y tal cual la (incómoda) costumbre, quien "pegaría" primero resultaría la visita, para comenzar a "escribir" un nuevo capítulo de ese "libro" aparte de los enfrentamientos con el "Bohemio", (mal) acostumbrado a complicarnos la "existencia" de entrada y en su primera llegada.
En efecto, a los '10 de iniciado el encuentro, un centro desde la izquierda del ataque de Atlanta, despejado en un primer intento y permitida su reiteración casi "calcada", por el preanuncio de la mala noche de la última línea del Gallo, "viajaría" sin escalas hasta el botín derecho de Lucas Mancinelli, quien aprovechándose del estatismo de los defensores locales, empalmaría el balón sobre el segundo palo, derrotando sin atenuantes a un sorprendido Milton Alvarez.
Con el "baldazo de agua helada" consumado, tan acostumbrado en aquellos muchachos de camiseta azul y amarilla, a rayas verticales, venidos de Villa Crespo, el equipo de Walter Otta debía enfrentarse y sobreponerse a su tercer desventaja parcial y consecutiva, en los últimos tres partidos, luego de revertir los 0-1 ante UAI Urquiza y Almirante, con triunfo y empate final, en sus antecedentes más recientes.
Evidentemente, los desacoples defensivos que encenderían las alarmas, hace una semana, en Isidro Casanova, y que le costaran dos goles en contra al once de Otta, se reiterarían y profundizarían con Atlanta, dejando en evidencia la endeblez y vulnerabilidad de la última línea del Gallo, no detectada previamente, por la escasa demanda y exigencia de los puntas de Riestra, Armenio y la UAI Urquiza, pero que hoy constituyen una realidad incontrastable (con cinco goles soportados en apenas tres partidos), que comienza a inquietar y mucho.
Con las ausencias obligadas de Juan Ferreira y Nicolás Gásperi (en este caso, impensada y de última hora), el Morón de Walter Otta no hallaría un mejor rendimiento en sus reemplazantes, Cristian Broggi y Emmanuel Francés, permitiendo que el lateral derecho de la defensa de Morón, resultase el sector a "explotar" por los volantes y delanteros visitantes.
En rigor de verdad, Ferreira (con una molesta fascitis plantar, al igual que Junior Mendieta, nuevamente ausente), no venía convenciendo en su rendimiento, puesto que pese a su saludable vocación de proyectarse e ir al ataque con acierto, había dejado que desear a la hora de la marca, en definitiva, su función primordial.
Sin embargo, el regreso de Broggi, luego de su experiencia de selección con la sub 23, resultaría extrañamente errática, con un primer tiempo para el olvido y un complemento donde recién, con el ingreso de Maximiliano Jerez (ante la lesión de Nicolás Minici, tal vez otra nueva baja para la complicada defensa del Gallo) y su corrimiento hacia el sector izquierdo, le devolvería algo de la solidez a la que nos tiene acostumbrados. Pese a ello, y conociendo las enormes condiciones de Cristian Broggi, quien no requiere demostrar absolutamente nada, será cuestión de tiempo y "rodaje" para regresar a su verdadero nivel.
El caso de Emmanuel Francés sería diferente, ya que obligado a ingresar a minutos de comenzar el partido, para reemplazar nada menos que al "Gordo" Gásperi, de los más rendidores de las últimas temporadas, erigiéndose en imprescindible para la defensa, lo del ex Italiano resultaría decididamente malo, con muchas dudas en la marca, poco timming en el anticipo y una marcada lentitud a la hora de "lidiar" con los puntas "ligeritos" de Atlanta.
En este marco, con un Broggi de mal partido y un Francés de actuación aún peor, las dudas se apoderarían de todo el sector defensivo del Deportivo Morón, "contagiando" de nerviosismo al siempre regular Emiliano Mayola, y hasta al seguro Milton Alvarez, quien creemos decidiera "aventurarse" más allá de los "confines" de su área, en un par de inapropiadas oportunidades, en virtud de la desconfianza que le generaban sus compañeros de última línea, como al resto de los asistentes al Nuevo Francisco Urbano.
Menos mal que la respuestas que el Gallo hoy no tiene en su defensa, las cuenta y en grandes proporciones, de tres cuartos de cancha en adelante, con un Rodrigo Díaz en un fantástico nivel y una inmejorable condición física, al igual que Gerardo Martínez, "enchufado" y brillante como nunca y de cuyos encuentros sobreviene el por qué de la "magia" de este deporte tan hermoso, llamado fútbol.
Por si fuera poco, este Morón de Walter Otta ostenta también la calidad futbolística de un volante central de "otra categoría", como Emmanuel Giménez, quien además de "morder", quitar y anticipar como lo "manda" su posición, exhibe una capacidad de primer pase y una talento desusados para un "doble cinco", además de su saludable vocación ofensiva y su formidable pegada a distancia, como quedara demostrado sobre los '36 del primer tiempo, cuando clavara un derechazo inatajable para el arquero de Atlanta, igualando con un auténtico golazo, un partido que comenzaba a complicarse, con la visita en ventaja y cerrándose cada vez más cerca de su área.
Con la salvedad de Damián Toledo, de innegable voluntad, pero en un nivel bajísimo, desde su regreso oficial, luego de la grave lesión ligamentaria en una de sus rodillas, unos pasos por delante, y aún en ausencia de Junior Mendieta, el Gallo cuenta con ese "optimista de toda la cancha", de apellido Yassogna, que a veces embarullado y otras veces más claro, empuja, obliga y se prodiga los '90, como volante, media punta o delantero, erigiéndose en otro jugador indispensable, de esos que uno no quisiera tener nunca más enfrente.
Hasta llegar a Javier Rossi, aquél al que le costara "ensamblarse" en el "circuito" de Gerardo y el "Rengo", durante los primeros partidos, pero que hoy comienza a esbozar las razones de un pasado reciente y goleador en Tiro Federal y Villa Dálmine, por evitar sólo dos ejemplos en su carrera, y que además de evidenciar las "credenciales" de un "9' letal en los últimos metros, lo muestran también como un delantero solidario, que baja permanentemente a "dar una mano" y que posee la capacidad ya casi inexistente, de saber moverse muy bien de espaldas al arco (en función de "pivot") y sin la pelota, en los espacios vacíos.
Precisamente por "obra" del "Bicho", luego de una enorme jugada individual, dentro del área, de derecha al centro y sacándose rivales de encima, en un auténtico "slalom" futbolístico, a los '20 del segundo tiempo, Rossi volvería a emparejar el marcador para Morón, con el segundo golazo de la noche, para un 2 a 2 que no se modificaría hasta el final del encuentro, más allá de las opciones con las que contara el Gallito para ganar el partido (con un hombre de más, durante 26 minutos), puesto que en definitiva y a lo largo de los '90, el once de Otta habría de merecer mejor suerte.
Pero al igual que sucediera hace una semana, en Casanova, el Deportivo Morón se quedaría con un regusto a poco en la boca, castigo a los desacoples defensivos que ya se pasaron de simples alarmas (¿será prudente jugar tanto al "achique", con árbitros como López Aldazábal, que no te cobran absolutamente nada?), y a la "siesta" que volvería a repetir al comienzo del complemento, al cederle la iniciativa al oponente y reaccionar recién después de tener que ir a buscar el balón dentro de su arco.
Como sea y a pesar de los años, sin importar "versiones" futbolísticas rivales, ni merecimientos circunstanciales, la historia sigue imponiendo su peso y, frente a Atlanta, su "bestia negra" de siempre..., evidentemente los "festejos" del Gallo son pocos y contados.
Ahora se viene el "Lechero", con Stagliano y Bazán Vera en el banco, y la obligación imperiosa de ganar, para que la ilusión del ascenso no se aleje "volando" en las garras de un "Cuervo".
Se aleja Fénix y se acorta el tiempo. A sumar de a tres en Ezeiza, donde la "taba" de la historia, frente a Suárez, siempre nos regala una "sonrisa".
A dejarlos "Tristones" (una vez más).
Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.
En este caso, y tal cual la (incómoda) costumbre, quien "pegaría" primero resultaría la visita, para comenzar a "escribir" un nuevo capítulo de ese "libro" aparte de los enfrentamientos con el "Bohemio", (mal) acostumbrado a complicarnos la "existencia" de entrada y en su primera llegada.
En efecto, a los '10 de iniciado el encuentro, un centro desde la izquierda del ataque de Atlanta, despejado en un primer intento y permitida su reiteración casi "calcada", por el preanuncio de la mala noche de la última línea del Gallo, "viajaría" sin escalas hasta el botín derecho de Lucas Mancinelli, quien aprovechándose del estatismo de los defensores locales, empalmaría el balón sobre el segundo palo, derrotando sin atenuantes a un sorprendido Milton Alvarez.
Con el "baldazo de agua helada" consumado, tan acostumbrado en aquellos muchachos de camiseta azul y amarilla, a rayas verticales, venidos de Villa Crespo, el equipo de Walter Otta debía enfrentarse y sobreponerse a su tercer desventaja parcial y consecutiva, en los últimos tres partidos, luego de revertir los 0-1 ante UAI Urquiza y Almirante, con triunfo y empate final, en sus antecedentes más recientes.
Evidentemente, los desacoples defensivos que encenderían las alarmas, hace una semana, en Isidro Casanova, y que le costaran dos goles en contra al once de Otta, se reiterarían y profundizarían con Atlanta, dejando en evidencia la endeblez y vulnerabilidad de la última línea del Gallo, no detectada previamente, por la escasa demanda y exigencia de los puntas de Riestra, Armenio y la UAI Urquiza, pero que hoy constituyen una realidad incontrastable (con cinco goles soportados en apenas tres partidos), que comienza a inquietar y mucho.
Con las ausencias obligadas de Juan Ferreira y Nicolás Gásperi (en este caso, impensada y de última hora), el Morón de Walter Otta no hallaría un mejor rendimiento en sus reemplazantes, Cristian Broggi y Emmanuel Francés, permitiendo que el lateral derecho de la defensa de Morón, resultase el sector a "explotar" por los volantes y delanteros visitantes.
En rigor de verdad, Ferreira (con una molesta fascitis plantar, al igual que Junior Mendieta, nuevamente ausente), no venía convenciendo en su rendimiento, puesto que pese a su saludable vocación de proyectarse e ir al ataque con acierto, había dejado que desear a la hora de la marca, en definitiva, su función primordial.
Sin embargo, el regreso de Broggi, luego de su experiencia de selección con la sub 23, resultaría extrañamente errática, con un primer tiempo para el olvido y un complemento donde recién, con el ingreso de Maximiliano Jerez (ante la lesión de Nicolás Minici, tal vez otra nueva baja para la complicada defensa del Gallo) y su corrimiento hacia el sector izquierdo, le devolvería algo de la solidez a la que nos tiene acostumbrados. Pese a ello, y conociendo las enormes condiciones de Cristian Broggi, quien no requiere demostrar absolutamente nada, será cuestión de tiempo y "rodaje" para regresar a su verdadero nivel.
El caso de Emmanuel Francés sería diferente, ya que obligado a ingresar a minutos de comenzar el partido, para reemplazar nada menos que al "Gordo" Gásperi, de los más rendidores de las últimas temporadas, erigiéndose en imprescindible para la defensa, lo del ex Italiano resultaría decididamente malo, con muchas dudas en la marca, poco timming en el anticipo y una marcada lentitud a la hora de "lidiar" con los puntas "ligeritos" de Atlanta.
En este marco, con un Broggi de mal partido y un Francés de actuación aún peor, las dudas se apoderarían de todo el sector defensivo del Deportivo Morón, "contagiando" de nerviosismo al siempre regular Emiliano Mayola, y hasta al seguro Milton Alvarez, quien creemos decidiera "aventurarse" más allá de los "confines" de su área, en un par de inapropiadas oportunidades, en virtud de la desconfianza que le generaban sus compañeros de última línea, como al resto de los asistentes al Nuevo Francisco Urbano.
Menos mal que la respuestas que el Gallo hoy no tiene en su defensa, las cuenta y en grandes proporciones, de tres cuartos de cancha en adelante, con un Rodrigo Díaz en un fantástico nivel y una inmejorable condición física, al igual que Gerardo Martínez, "enchufado" y brillante como nunca y de cuyos encuentros sobreviene el por qué de la "magia" de este deporte tan hermoso, llamado fútbol.
Por si fuera poco, este Morón de Walter Otta ostenta también la calidad futbolística de un volante central de "otra categoría", como Emmanuel Giménez, quien además de "morder", quitar y anticipar como lo "manda" su posición, exhibe una capacidad de primer pase y una talento desusados para un "doble cinco", además de su saludable vocación ofensiva y su formidable pegada a distancia, como quedara demostrado sobre los '36 del primer tiempo, cuando clavara un derechazo inatajable para el arquero de Atlanta, igualando con un auténtico golazo, un partido que comenzaba a complicarse, con la visita en ventaja y cerrándose cada vez más cerca de su área.
Con la salvedad de Damián Toledo, de innegable voluntad, pero en un nivel bajísimo, desde su regreso oficial, luego de la grave lesión ligamentaria en una de sus rodillas, unos pasos por delante, y aún en ausencia de Junior Mendieta, el Gallo cuenta con ese "optimista de toda la cancha", de apellido Yassogna, que a veces embarullado y otras veces más claro, empuja, obliga y se prodiga los '90, como volante, media punta o delantero, erigiéndose en otro jugador indispensable, de esos que uno no quisiera tener nunca más enfrente.
Hasta llegar a Javier Rossi, aquél al que le costara "ensamblarse" en el "circuito" de Gerardo y el "Rengo", durante los primeros partidos, pero que hoy comienza a esbozar las razones de un pasado reciente y goleador en Tiro Federal y Villa Dálmine, por evitar sólo dos ejemplos en su carrera, y que además de evidenciar las "credenciales" de un "9' letal en los últimos metros, lo muestran también como un delantero solidario, que baja permanentemente a "dar una mano" y que posee la capacidad ya casi inexistente, de saber moverse muy bien de espaldas al arco (en función de "pivot") y sin la pelota, en los espacios vacíos.
Precisamente por "obra" del "Bicho", luego de una enorme jugada individual, dentro del área, de derecha al centro y sacándose rivales de encima, en un auténtico "slalom" futbolístico, a los '20 del segundo tiempo, Rossi volvería a emparejar el marcador para Morón, con el segundo golazo de la noche, para un 2 a 2 que no se modificaría hasta el final del encuentro, más allá de las opciones con las que contara el Gallito para ganar el partido (con un hombre de más, durante 26 minutos), puesto que en definitiva y a lo largo de los '90, el once de Otta habría de merecer mejor suerte.
Pero al igual que sucediera hace una semana, en Casanova, el Deportivo Morón se quedaría con un regusto a poco en la boca, castigo a los desacoples defensivos que ya se pasaron de simples alarmas (¿será prudente jugar tanto al "achique", con árbitros como López Aldazábal, que no te cobran absolutamente nada?), y a la "siesta" que volvería a repetir al comienzo del complemento, al cederle la iniciativa al oponente y reaccionar recién después de tener que ir a buscar el balón dentro de su arco.
Como sea y a pesar de los años, sin importar "versiones" futbolísticas rivales, ni merecimientos circunstanciales, la historia sigue imponiendo su peso y, frente a Atlanta, su "bestia negra" de siempre..., evidentemente los "festejos" del Gallo son pocos y contados.
Ahora se viene el "Lechero", con Stagliano y Bazán Vera en el banco, y la obligación imperiosa de ganar, para que la ilusión del ascenso no se aleje "volando" en las garras de un "Cuervo".
Se aleja Fénix y se acorta el tiempo. A sumar de a tres en Ezeiza, donde la "taba" de la historia, frente a Suárez, siempre nos regala una "sonrisa".
A dejarlos "Tristones" (una vez más).
Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.
lunes, 7 de marzo de 2016
Frente a su "bestia negra" de Villa Crespo, para revalidar la "pilcha" de candidato.
Tras el empate en dos, en Isidro Casanova, que bien pudo ser victoria, el Gallo regresa al Nuevo Francisco Urbano, en procura de tres puntos fundamentales para no perder terreno en la lucha por el título, frente a uno de sus rivales históricos más incómodos: Atlanta.
De campaña irregular, pero siempre peligroso, el "Bohemio" constituirá otra exigente medida, para un equipo de Walter Otta que dejara "buenas sensaciones", frente a Almirante, más allá del empate final y algunos desacoples defensivos, que permitieran los dos tantos del local, el último martes por la tarde.
Para el encuentro frente a los de Villa Crespo, de este martes 8 de marzo a las 21.05, con el arbitraje de Gonzalo López Aldazábal y la televisación de TyC Sports y "Pacífico TV Morón", a través de su canal de YouTube, el técnico de Morón dispondrá un cambio obligado, respecto del once de inicio ante el "Mirasol", con la vuelta de Cristian Jesús Broggi, en reemplazo de Juan Gabriel Ferreira, aquejado de una fascitis plantar, al igual que la lesión original de Junior Leandro Mendieta, por estos días con un desgarro en la planta del pie, y con un "descanso" forzoso de un par de semanas más.
En consecuencia, los once del Gallito que recibirán al "Bohemio", este martes desde las 21.05, en cotejo válido por la quinta fecha del "Torneo de Transición 2016" de la Primera "B", serán: Milton David Alvarez; Cristian Jesús Broggi, Nicolás Miguel Gásperi, Jonatan Emiliano Iván Mayola (capitán), Nicolás Guillermo Minici; Gerardo Daniel Martínez, Damián Ezequiel Toledo, Emmanuel Giménez; Rodrigo Ezequiel Díaz; Cristian Román Yassogna, Javier Nicolás Rossi.
Completan el listado de convocados: Nicolás Roberto Angellotti, Emmanuel Francés, Maximiliano Ezequiel Jerez, Cristian Damián Lillo, Rodrigo Fernando Basualdo, Santiago De Ossa Tobón y Federico Ezequiel Turienzo (quien estará disponible por primera vez, desde su llegada al Gallo, en el presente semestre, reestablecido de la tendinitis que sufriera durante la pretemporada).
Para revalidar su buen momento y confirmar su "pilcha" de candidato en el torneo, el Deportivo Morón recibe a su "bestia negra" de Villa Crespo, que poco conserva de "Bohemio" cada vez que se lo enfrenta.
Pero las estadísticas, como las "paternidades" futbolísticas, están hechas para "romperse", al igual que los "mitos" y "leyendas" futboleras para "derribarse".
#CincoDe19.
Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.
Foto: Osvaldo Abades (h).
De campaña irregular, pero siempre peligroso, el "Bohemio" constituirá otra exigente medida, para un equipo de Walter Otta que dejara "buenas sensaciones", frente a Almirante, más allá del empate final y algunos desacoples defensivos, que permitieran los dos tantos del local, el último martes por la tarde.
Para el encuentro frente a los de Villa Crespo, de este martes 8 de marzo a las 21.05, con el arbitraje de Gonzalo López Aldazábal y la televisación de TyC Sports y "Pacífico TV Morón", a través de su canal de YouTube, el técnico de Morón dispondrá un cambio obligado, respecto del once de inicio ante el "Mirasol", con la vuelta de Cristian Jesús Broggi, en reemplazo de Juan Gabriel Ferreira, aquejado de una fascitis plantar, al igual que la lesión original de Junior Leandro Mendieta, por estos días con un desgarro en la planta del pie, y con un "descanso" forzoso de un par de semanas más.
En consecuencia, los once del Gallito que recibirán al "Bohemio", este martes desde las 21.05, en cotejo válido por la quinta fecha del "Torneo de Transición 2016" de la Primera "B", serán: Milton David Alvarez; Cristian Jesús Broggi, Nicolás Miguel Gásperi, Jonatan Emiliano Iván Mayola (capitán), Nicolás Guillermo Minici; Gerardo Daniel Martínez, Damián Ezequiel Toledo, Emmanuel Giménez; Rodrigo Ezequiel Díaz; Cristian Román Yassogna, Javier Nicolás Rossi.
Completan el listado de convocados: Nicolás Roberto Angellotti, Emmanuel Francés, Maximiliano Ezequiel Jerez, Cristian Damián Lillo, Rodrigo Fernando Basualdo, Santiago De Ossa Tobón y Federico Ezequiel Turienzo (quien estará disponible por primera vez, desde su llegada al Gallo, en el presente semestre, reestablecido de la tendinitis que sufriera durante la pretemporada).
Para revalidar su buen momento y confirmar su "pilcha" de candidato en el torneo, el Deportivo Morón recibe a su "bestia negra" de Villa Crespo, que poco conserva de "Bohemio" cada vez que se lo enfrenta.
Pero las estadísticas, como las "paternidades" futbolísticas, están hechas para "romperse", al igual que los "mitos" y "leyendas" futboleras para "derribarse".
#CincoDe19.
Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.
Foto: Osvaldo Abades (h).
miércoles, 2 de marzo de 2016
En el camino (que ilusiona)...
La foto final del encuentro hubiese desorientado a más de un televidente desprevenido: Morón lanzado con decisión en ofensiva, en procura de alcanzar el gol del triunfo, en el cierre del partido, apretando contra su arco a un Almirante desbordado y resignado a "aguantar" el empate, sin la mínima chance concreta, ni rebeldía o voluntad de replicar de contra, hubiera confundido a cualquier espectador neutral, sobre la nociones de localía de unos y otros, con el Gallo jugado en ataque y con la ambición propia de cualquier "local", y los de Casanova sosteniendo el punto como "premio", más propio de un "visitante" en el epílogo de un clásico, lejos de casa y de su gente.
Porque Morón fue casi siempre más y mereció mejor suerte en su excursión, siempre riesgosa al "Fragata Presidente Sarmiento", y debió alzarse con los tres puntos, por imperio de su mejor juego y su supremacía en el balance de los '90, de no mediar aquellos diez minutos del complemento, en los cuales inexplicablemente se replegó en su área y se dejó "arrear" por la voluntad sin fútbol ni ideas de Brown, para permitir la igualdad en dos y hasta alguna salvada providencial de Milton Alvarez (como el desvío magistral, ante la volea de Marcelo Vega, que hubiese significado un injusto 2-3), para "envalentonar" en lo actitudinal, a un local que siempre hubo de resultar inferior al Gallito, tanto en lo individual como en lo colectivo.
De entrada, ante un marco escaso de público (sólo socios de Almirante) y la repetición inagotable de hechos de violencia en la previa, y en las inmediaciones del estadio, en el marco de una "guerra" facciosa sin fin entre los cuatro sectores de delincuentes comunes, que pugnan por la supremacía de la barra brava local, dentro del terreno de juego, los primeros minutos de partido, hasta la sorpresiva apertura del marcador, mostrarían a un Morón con la clara y saludable vocación ofensiva de siempre, procurando imponer su idea de juego asociado y con el arco de enfrente "entre ceja y ceja", sin importar la rivalidad histórica del encuentro ni el escenario adverso.
Bajo la premisa innegociable de la pelota al piso, y el volumen futbolístico de sus "usinas" habituales en cancha (Gerardo Martínez, Rodrigo Díaz y Emmanuel Giménez, en ausencia de Junior Mendieta, afuera del clásico por lesión), el Gallo de Walter Otta asomaría levemente superior, mediante la sana intención de "juntar sus piezas" y llegar "tocando" hasta el arco defendido por Pablo Migliore.
Sin embargo, y cuando poco había hecho para justificarlo en el trámite, Almirante habría de ponerse en ventaja a los 22 de comenzado el cotejo, merced a una salida rápida del mencionado Migliore, luego de una pelota parada en favor del Gallo, con destino a la corrida solitaria de Leonardo Heredia, el "10" de la "Fragata", quien valiéndose de un mal y tardío retroceso defensivo de la visita, y con "caño" incluido a Juan Gabriel Ferreira (junto a Damián Toledo, los puntos más "flacos" y permeables del equipo), le cedería el gol a Ramiro Fergonzi, que con remate bajo, seco y cruzado vencería la resistencia de Milton Alvarez.
Con la sorpresiva desventaja, el Deportivo Morón sólo tardaría unos pocos minutos en asimilar el "golpe" y reaccionar de manera positiva, evidenciando como la fecha pasada, ante la UAI Urquiza, una personalidad y carácter destacables, a la vez de una tranquilidad y paciencia importantes, para no desesperarse y comenzar la búsqueda de la paridad, respetando su línea de juego, sin apresuramientos ni desbordes o desórdenes tácticos.
Así las cosas, y cuando el trámite del partido y el monopolio del balón comenzaban a erigirse en propiedad exclusiva de la visita, aumentando progresivamente su presión sobre la última línea "Mirasol", un centro estupendo de Gerardo Martínez hallaría la cabeza goleadora de Javier Rossi, para que el "Bicho", ingresando por el segundo palo y a espaldas de todos, metiera el "frentazo" perfecto para el uno a uno en el "Fragata Sarmiento", a los '34, y otorgarle de esta manera, un poco más de coincidencia al resultado, con el desarrollo del encuentro.
Ambicioso por naturaleza y convicción, el Gallo de Otta no se conformaría con el empate y antes del cierre del primer tiempo, más precisamente a los '42, nuevamente Javier Rossi se anotaría en el marcador (tercer gol consecutivo del ex Barracas, en los últimos dos partidos), luego que de un rechazo largo de la defensa de Morón, Cristian Yassogna (reemplazante de Mendieta) le ganara en velocidad y con guapeza a los centrales locales, para llegar al fondo y meter un centro exacto para el ingreso del "Bicho", que con un remate preciso y fortísimo casi le rompa el arco a Pablo Migliore.
Con el final del primer tiempo y el 2-1 parcial a favor de Morón, las sensaciones eran más que positivas y no sólo por el triunfo, sino fundamentalmente por la manera de "construirlo", máxime a partir de la desventaja inicial, que en otras épocas hubiese significado "el principio del fin", de un resultado irremontable, en el juego y la actitud, aunque aún quedaran por delante 45 minutos.
Lamentablemente, en los primeros '10 del complemento, el Gallo habría de retrasarse inexplicablemente contra su arco, evidenciando problemas defensivos no detectados hasta la fecha, en virtud de no haber soportado demasiado asedio, en ninguno de los juegos precedentes, a excepción de los coincidentes primeros '15 del segundo tiempo, en Ingeniero Maschwitz, donde habría de erigirse en figura Milton Alvarez, para sostener el 2 a 0 parcial de entonces, al igual que interviniera en Casanova, para impedirle a Marcelo Vega dar vuelta el resultado, en apenas diez minutos de la etapa complementaria.
Luego del dos a dos convertido por Gabriel Rodríguez, a los '4 del segundo tiempo, tras un centro de Nahuel Benítez y la "peinada" en la camino de un compañero, y pese a la posición más que dudosa del autor del empate, Almirante finalizaría su asedio con el referido remate "a quemarropa" del ex Morón, desviado de forma brillante por el arquero del Gallo, en "la" atajada de la tarde, puesto que a partir de entonces y como ocurriera a posteriori de la apertura del marcador, el once de Otta retomaría su idea de juego, hasta imponerla, para progresivamente obligar al dueño de casa a replegarse, mientras Gerardo y el "Rengo" se juntaban y creaban, y el resto corría, metía y comprometía al rival.
Entre los quince y el final del encuentro, el Deportivo Morón mostraría lo mejor de su buena producción en Casanova, con Gerardo Martínez manejando los "hilos" y "haciendo jugar" a sus compañeros, con otra buena labor de Rodrigo Díaz (mientras estuvo en cancha, luego reemplazado por Cristian Lillo) y Cristian Yassogna, con la entrega generosa de siempre y ese "amor propio" que contagia.
A pesar de algunas chances, mal resueltas por los "nuestros" o bien contenidas por Migliore, el Gallito retrataría la toma final del partido, tal cual lo descripto al inicio, apretándolo a Almirante contra su última línea, como si se tratase del "local", apurado por evitar que se le "escapen" dos puntos valiosos y por los cuales había hecho suficientes méritos, mientras Brown parecía oficiar de "visitante", reducido a contener los embates finales de Morón y a "sostener" el empate.
Y hasta quedaría espacio para la polémica, ante dos jugadas muy dudosas en el área chica local, que en ambas y en primera instancia, parecieron penales favorables a Morón, no sancionados por un mal arbitraje de Hernán Mastrángelo, peor secundado por sus jueces asistentes.
En definitiva, diez minutos de "modorra" le impidieron al Morón de Walter Otta, alzarse con un triunfo justo, por el que hiciera méritos suficientes, con altibajos lógicos, en los '80 restantes.
Sin embargo, el punto suma, pero mucho más el funcionamiento y la personalidad de este equipo que, con el paso de las fechas, consolida su idea y robustece su carácter.
Y nos ilusiona a todos, al desansar a paso firme, el camino correcto.
Que se venga Atlanta...
Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.
Porque Morón fue casi siempre más y mereció mejor suerte en su excursión, siempre riesgosa al "Fragata Presidente Sarmiento", y debió alzarse con los tres puntos, por imperio de su mejor juego y su supremacía en el balance de los '90, de no mediar aquellos diez minutos del complemento, en los cuales inexplicablemente se replegó en su área y se dejó "arrear" por la voluntad sin fútbol ni ideas de Brown, para permitir la igualdad en dos y hasta alguna salvada providencial de Milton Alvarez (como el desvío magistral, ante la volea de Marcelo Vega, que hubiese significado un injusto 2-3), para "envalentonar" en lo actitudinal, a un local que siempre hubo de resultar inferior al Gallito, tanto en lo individual como en lo colectivo.
De entrada, ante un marco escaso de público (sólo socios de Almirante) y la repetición inagotable de hechos de violencia en la previa, y en las inmediaciones del estadio, en el marco de una "guerra" facciosa sin fin entre los cuatro sectores de delincuentes comunes, que pugnan por la supremacía de la barra brava local, dentro del terreno de juego, los primeros minutos de partido, hasta la sorpresiva apertura del marcador, mostrarían a un Morón con la clara y saludable vocación ofensiva de siempre, procurando imponer su idea de juego asociado y con el arco de enfrente "entre ceja y ceja", sin importar la rivalidad histórica del encuentro ni el escenario adverso.
Bajo la premisa innegociable de la pelota al piso, y el volumen futbolístico de sus "usinas" habituales en cancha (Gerardo Martínez, Rodrigo Díaz y Emmanuel Giménez, en ausencia de Junior Mendieta, afuera del clásico por lesión), el Gallo de Walter Otta asomaría levemente superior, mediante la sana intención de "juntar sus piezas" y llegar "tocando" hasta el arco defendido por Pablo Migliore.
Sin embargo, y cuando poco había hecho para justificarlo en el trámite, Almirante habría de ponerse en ventaja a los 22 de comenzado el cotejo, merced a una salida rápida del mencionado Migliore, luego de una pelota parada en favor del Gallo, con destino a la corrida solitaria de Leonardo Heredia, el "10" de la "Fragata", quien valiéndose de un mal y tardío retroceso defensivo de la visita, y con "caño" incluido a Juan Gabriel Ferreira (junto a Damián Toledo, los puntos más "flacos" y permeables del equipo), le cedería el gol a Ramiro Fergonzi, que con remate bajo, seco y cruzado vencería la resistencia de Milton Alvarez.
Con la sorpresiva desventaja, el Deportivo Morón sólo tardaría unos pocos minutos en asimilar el "golpe" y reaccionar de manera positiva, evidenciando como la fecha pasada, ante la UAI Urquiza, una personalidad y carácter destacables, a la vez de una tranquilidad y paciencia importantes, para no desesperarse y comenzar la búsqueda de la paridad, respetando su línea de juego, sin apresuramientos ni desbordes o desórdenes tácticos.
Así las cosas, y cuando el trámite del partido y el monopolio del balón comenzaban a erigirse en propiedad exclusiva de la visita, aumentando progresivamente su presión sobre la última línea "Mirasol", un centro estupendo de Gerardo Martínez hallaría la cabeza goleadora de Javier Rossi, para que el "Bicho", ingresando por el segundo palo y a espaldas de todos, metiera el "frentazo" perfecto para el uno a uno en el "Fragata Sarmiento", a los '34, y otorgarle de esta manera, un poco más de coincidencia al resultado, con el desarrollo del encuentro.
Ambicioso por naturaleza y convicción, el Gallo de Otta no se conformaría con el empate y antes del cierre del primer tiempo, más precisamente a los '42, nuevamente Javier Rossi se anotaría en el marcador (tercer gol consecutivo del ex Barracas, en los últimos dos partidos), luego que de un rechazo largo de la defensa de Morón, Cristian Yassogna (reemplazante de Mendieta) le ganara en velocidad y con guapeza a los centrales locales, para llegar al fondo y meter un centro exacto para el ingreso del "Bicho", que con un remate preciso y fortísimo casi le rompa el arco a Pablo Migliore.
Con el final del primer tiempo y el 2-1 parcial a favor de Morón, las sensaciones eran más que positivas y no sólo por el triunfo, sino fundamentalmente por la manera de "construirlo", máxime a partir de la desventaja inicial, que en otras épocas hubiese significado "el principio del fin", de un resultado irremontable, en el juego y la actitud, aunque aún quedaran por delante 45 minutos.
Lamentablemente, en los primeros '10 del complemento, el Gallo habría de retrasarse inexplicablemente contra su arco, evidenciando problemas defensivos no detectados hasta la fecha, en virtud de no haber soportado demasiado asedio, en ninguno de los juegos precedentes, a excepción de los coincidentes primeros '15 del segundo tiempo, en Ingeniero Maschwitz, donde habría de erigirse en figura Milton Alvarez, para sostener el 2 a 0 parcial de entonces, al igual que interviniera en Casanova, para impedirle a Marcelo Vega dar vuelta el resultado, en apenas diez minutos de la etapa complementaria.
Luego del dos a dos convertido por Gabriel Rodríguez, a los '4 del segundo tiempo, tras un centro de Nahuel Benítez y la "peinada" en la camino de un compañero, y pese a la posición más que dudosa del autor del empate, Almirante finalizaría su asedio con el referido remate "a quemarropa" del ex Morón, desviado de forma brillante por el arquero del Gallo, en "la" atajada de la tarde, puesto que a partir de entonces y como ocurriera a posteriori de la apertura del marcador, el once de Otta retomaría su idea de juego, hasta imponerla, para progresivamente obligar al dueño de casa a replegarse, mientras Gerardo y el "Rengo" se juntaban y creaban, y el resto corría, metía y comprometía al rival.
Entre los quince y el final del encuentro, el Deportivo Morón mostraría lo mejor de su buena producción en Casanova, con Gerardo Martínez manejando los "hilos" y "haciendo jugar" a sus compañeros, con otra buena labor de Rodrigo Díaz (mientras estuvo en cancha, luego reemplazado por Cristian Lillo) y Cristian Yassogna, con la entrega generosa de siempre y ese "amor propio" que contagia.
A pesar de algunas chances, mal resueltas por los "nuestros" o bien contenidas por Migliore, el Gallito retrataría la toma final del partido, tal cual lo descripto al inicio, apretándolo a Almirante contra su última línea, como si se tratase del "local", apurado por evitar que se le "escapen" dos puntos valiosos y por los cuales había hecho suficientes méritos, mientras Brown parecía oficiar de "visitante", reducido a contener los embates finales de Morón y a "sostener" el empate.
Y hasta quedaría espacio para la polémica, ante dos jugadas muy dudosas en el área chica local, que en ambas y en primera instancia, parecieron penales favorables a Morón, no sancionados por un mal arbitraje de Hernán Mastrángelo, peor secundado por sus jueces asistentes.
En definitiva, diez minutos de "modorra" le impidieron al Morón de Walter Otta, alzarse con un triunfo justo, por el que hiciera méritos suficientes, con altibajos lógicos, en los '80 restantes.
Sin embargo, el punto suma, pero mucho más el funcionamiento y la personalidad de este equipo que, con el paso de las fechas, consolida su idea y robustece su carácter.
Y nos ilusiona a todos, al desansar a paso firme, el camino correcto.
Que se venga Atlanta...
Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.
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