domingo, 26 de marzo de 2023

"Punto"... de partida?

Morón se trajo de Mendoza, más que un punto de visitante y buenas sensaciones por lo hecho en el último cuarto de hora de partido: se vino con una respuesta anímica ausente en las siete jornadas anteriores, que le permitiera empatar en el epílogo y en una ráfaga de dos minutos, un encuentro que parecía irremediablemente perdido, por el resultado (0-2) y porque hasta hoy, este equipo no había sido capaz de sobreponerse a una situación adversa, tanto es así que pudo y mereció ganarlo, en el quinto minuto agregado, de no mediar el absurdo off side sancionado a Gonzalo Salega (fundamental en la remontada, desde su ingreso en el complemento), despojo perpetrado entre el árbitro, Pablo Giménez y uno de sus asistentes.

Tras un primer tiempo flojo de ambos, con mayores y mejores intenciones de Gimnasia de Mendoza, que contó con la posibilidad de abrir el marcador, con un penal en el palo, ejecutado por Maximiliano Padilla, promediando la primera etapa, por una mano de Agustín Gómez, no observada por el árbitro, pero sí por el juez asistente que más tarde sancionaría la posición adelantada inaudita de Salega, este Morón de Fabián Nardozza poco y nada había mostrado en esos 45' iniciales, con apenas un par de remates desde afuera, de Brian Orosco, Santiago Coronel y Leo Ramos, más aproximaciones que situaciones concretas de gol, para un Gallo que volvió a mostrarse carente de fútbol asociado y con demasiadas imprecisiones e inconvenientes repetidos en defensa, en especial, por los laterales.

Sin embargo, del lado local tampoco aportarían demasiado para evitar el "bostezo", más allá del penal malgrado y alguna otra situación, en los pies de Matías Nouet (de buen partido), un activo y siempre peligroso Bruno Nasta y del conocido Fernando Bersano, con "caño" a Damián Adín y un remate posterior cruzado y desviado, como nos tenía acostumbrados en el Oeste, más un cabezazo al "techo" del arco de Santiago López.

Pero en el entretiempo, el ingreso de Nahuel Menéndez, en el "Pituco", en lugar del lateral diestro, Facundo Nadalín, resultaría fundamental para cambiar el futuro inmediato del partido, ya que en apenas unos minutos, el "Lobo" mendocino avisaría con una remate del "10", Daniel Molina, apenas desviado, desde dentro del área y sin marcas, hasta que a los 7' del complemento, el referido Menéndez metiera un pase en "cortada" exquisito, a espaldas de Henry y Agustín Gómez, para que el "8" Santiago López ingresara sólo por la banda derecha y ante la salida de Ayala, la cruzara al segundo palo del arquero del Gallo, en otra floja respuesta del "1" visitante (que parece responder bien de "arriba", pero con algunos problemas a ras de piso).

En los minutos subsiguientes, a Morón le costaría recuperar la "vertical", jugándose en procura del empate, con los ingresos de Diego Sosa por Pablo Ferreira, Ezequiel Rescaldani en lugar de Franco García y minutos más tarde, el punto de inflexión de la remontada visitante, con Gonzalo Salega en reemplazo de Nicolás Henry, un "Pony" fundamental para desbordar y "lastimar" por el carril izquierdo.

Aunque Morón habría de recibir otro "cachetazo", a los '33 del segundo tiempo, cuando de una cesión de Adín a Ayala, con la presión de la ofensiva local demasiado próxima, el arquero de Morón intentara sacar largo con el pie, pero su remate rebotara en el "9" del "Lobo" mendocino, Bruno Nasta, que primero quedara de cara al gol, hasta que Josué Ayala pudiese recuperarse para bloquear el remate con su humanidad y, en una situación casi de artes marciales mixtas, más que de fútbol, con ambos (Ayala y Nasta) "enroscados" en una lucha cuerpo a cuerpo, al borde del área (y del penal), el delantero centro local lograra empujar la pelota al gol, con un remate débil, superando no sólo el "blooper" del arquero, sino la respuesta tardía y lenta del resto de sus compañeros de la última línea.

Con el partido 2 a 0 en favor de Gimnasia de Mendoza, sin hacer demasiado, pero justificándolo hasta allí, el partido parecía encaminarse irremediablemente a otra derrota del Gallo, que encima se exponía a otras contras que pudiesen aumentar aún más el resultado (para un local que había convertido apenas tres goles en siete fechas, al igual que Morón), hasta que a los 38' del complemento, de una apertura de primera, de Ramos, para el desborde y centro "tres dedos" desde la izquierda, de Salega, Brian Olivera (que antes del segundo tanto local, había evitado la más clara visitante, en los pies de Rescaldani), rechazó de manera imperfecta la pelota, para que ingresando por detrás, Leonardo Ramos se sacara la "mufa", para el descuento del Gallito.

Y en una ráfaga, apenas dos minutos más tarde, un tiro libre de Santiago Coronel en "tres cuartos", de un Morón retemplado en su ánimo y decisión, Agustín Gómez que la impulsa al centro del área, para que del lado opuesto, otra vez Leo Ramos, de cabeza le cambie el palo a Olivera, para un sorpresivo 2 a 2 de la visita, a los 40' de la etapa final, cuando todo parecía perdido.

Y hasta tuvo la chance de ganarlo, en el quinto minuto agregado, a partir de un habilitación fenomenal de Brian Orosco (de buen rendimiento) para Gonzalo Salega, que ingresando de izquierda al centro, con un "recorte" hacia adentro se sacaría de encima a su marca y ante la salida del arquero, la mandara al fondo del arco entre sus piernas... Golazo y "triunfazo" en el descuento... No, porque al árbitro, Pablo Giménez y a su asistente (el mismo que, en el primer tiempo, le marcara la mano del penal malogrado por el local) se les ocurrió sancionar una posición adelantada insólita, para anular el tanto legítimo y del triunfo agónico de Morón, cuando claramente Salega partió desde atrás, no menos de un par de metros.

Con el "pitazo" de Giménez y un final "caliente" por la jugada del gol anulado, Morón se llevó un punto importante para el Oeste, fundamentalmente porque en un cuarto de hora del complemento, pese a su pobre nivel del primer tiempo, sus escasas ideas y los "horrores" con los que convive su defensa en cada partido, esta vez pudo revertir un resultado que parecía sentenciado, a partir de un cambio de actitud ausente hasta esta tarde, en Mendoza.

En definitiva, con mejores sensaciones finales y mucho por mejorar, este Morón de Fabián Nardozza se dio cuenta que "puede". Y ese "puede" significar un verdadero comienzo.

"Punto"... de partida?. Ojalá.


@elgallogustavo.  



       📸: Deportivo Morón.


martes, 21 de marzo de 2023

Confiamos en Nardozza

Tras el gélido despido de la "dupla", Migliardi e Iturrería, con "visita" barra en el medio y rescisión de "Tino" Costa, que tardó más en la sesión de fotos de prensa oficial, a su arribo, que en la cantidad de minutos efectivos en cancha, con apenas un par de prácticas encima, Morón terminó dividiendo puntos con Alvarado, en el debut de Fabián Nardozza como técnico, en un partido que ganaba y justificaba durante 75' y en el segundo minuto agregado, volvió a cometer otro error garrafal en defensa, para "obsequiarle" un punto a una visita que jamás preocupó seriamente a la última línea del Gallo.

Hundido en el fondo de la tabla, con apenas cinco unidades sobre 21 posibles, el equipo de los "sueños", que prematuramente nos ilusionara a todos, le llevará un buen tiempo de laburo al nuevo técnico, para dejar de ser la "pesadilla" que hoy preocupa a todos, con raptos de buen juego y merecimientos, pero que siempre, de una u otra manera, termina por desinflarse y sucumbir ante el rival de turno, más por "colaboraciones" propias que argumentos futboleros ajenos.

Es que, si bien faltan todavía nada menos que 30 fechas, en apenas siete jornadas este proyecto de grupo ya se "comió" a un cuerpo técnico, "quemando" nada menos que a un ídolo del club, aunque las responsabilidades compartidas y no asumidas, se irradian a una secretaría técnica sin autocrítica pública (y por lógica extensión, a una directiva partícipe y "muda") que "jubiló" al máximo goleador histórico (con partido homenaje pendiente y sin fecha cierta), retiró de "prepo" al último referente capaz de hacerle entender a los nuevos, lo que significa esta camiseta y vació de contenido y pertenencia a un vestuario, que sólo un técnico con la "espalda" de Nardozza y el cariño que despierta en el hincha como ex campeón, podrá recomponer con el trabajo en la semana y el devenir de los partidos, lo que la necedad de unos pocos y el "blindaje" mediático de otros tantos, ("operando" cerca o a distancia, pero de manera incansable), derrumbó como un "castillo de naipes", a pesar de la nube de "humo" que se instaló como funcionalidad necesaria.

Y es que estamos hablando de la "foto" actual, no de la "película", que ninguno de nosotros sabe a ciencia cierta cómo habrá de terminar, dicho esto por todos aquellos que estarán leyendo estas líneas con fastidio politizado, mientras se golpean el pecho al grito de "la vida por el Gallo" y justifican lo injustificable, a partir de un conchabo laboral (en Morón Municipio, no Deportivo Morón) o una identificación que nada tiene ni tendrá que ver con los verdaderos intereses de la institución.

De vuelta al partido, Morón mereció ganar y hasta pudo estirar la ventaja inicial, pero con el correr de los minutos se fue deshilachando, para permitir que un limitado Alvarado, en la última embestida de la noche, se llevara un premio excesivo para Mar del Plata.

Confiamos en Fabián Nardozza, en su capacidad para revertir este triste presente y en su carácter para imponer su criterio, sin intromisiones ni condicionamientos de ninguna clase.

Y sólo en Fabián Nardozza.

El hincha de Morón, el genuino, el que no vende ni compra "humo", ni hace un culto de la soberbia, creyéndose dueño de una pasión subalterna a intereses ajenos..., ese hincha auténtico y silencioso se merece algo mejor.


@elgallogustavo.




viernes, 17 de marzo de 2023

Bienvenido Fabián (Nardozza) y buena suerte

Tras la paupérrima imagen ofrecida en la derrota 2 a 0 frente a Flandria, del último domingo en Jáuregui, en uno de esos auténticos partidos "saca técnicos", el "buzo antiflama" que caracterizara a "Chiche" Migliardi y a Joaquín Iturrería, desde su llegada como "bomberos" a la dirección técnica del Gallo, terminó por quemarlos, en lugar de protegerlos, de un "incendio" futbolístico que se iniciara fuera del campo de juego, con refuerzos no pedidos y los solicitados no concedidos, y finalmente dentro de la cancha, con rendimientos que deberían generar vergüenza propia y ajena, en quienes se empecinaron en traerlos, por simple "golpe" de efecto, para que algunos de ellos "caminaran" el césped sin ruborizarse o directamente casi no lo pisaran al cabo de seis fechas.

Como suele pasar en estos casos, en el fútbol de nuestro medio, "el hilo siempre se corta por lo más delgado", y sin "derecho a réplica", "Chiche" y Joaquín fueron despedidos en la tarde-noche del lunes pasado, luego de una reunión con los miembros de la secretaría técnica, pese a la voluntad y la convicción de la "dupla", en revertir la situación y "enderezar" el rumbo, al igual que sucediera en 2022, cuando los fueran a buscar a las inferiores, para "sacar a flote" un barco que "naufragaron" Alejandro Orfila y Walter Coyette, y cuya remontada (que conduciría a una gran campaña en las fechas finales y una clasificación al Reducido, poco menos que impensada, cuando asumieran) se iniciara a partir de un triunfo vital en Mar del Plata, ante Alvarado, precisamente el rival del Gallo el próximo lunes, pero en el Oeste.

Así las cosas, consumada la cesantía de Alejandro Migliardi y Joaquín Iturrería, quienes no volverán a desempeñar funciones en las formativas del club, comenzaría la típica "danza de nombres", habitual en estos casos, desde técnicos con pasado reciente de Liga Profesional e inaccesibles desde lo económico, pasando por algunos otros, mencionados en todos los cambios de dirección técnica, pero al frente de otras instituciones en la actualidad, hasta llegar a un "viejo conocido" de Morón, campeón como jugador en el 90', con algunas resistencias internas, en la propia secretaría técnica, por no corresponder al estilo consagrado en el "Manual de Buenas Prácticas" futboleras, que los mismos impulsaran desde su llegada, hoy reducido prácticamente a escombros, por la dinámica de una realidad que torna (lógicamente) imposible sostener lo escrito, en la tranquilidad de una pc hogareña, cuando la necesidad y la obligación te "corren de atrás" dentro de la cancha.

Y es allí donde "desembarca" Jorge Fabián Nardozza (según reza su DNI, pero conocido por todo el mundo del fútbol, desde su época de jugador, como "Fabián"), nacido el 23 de septiembre de 1965 en Ciudadela, y que vistiera como pocos, la camiseta número 5 del Gallo, en aquél inolvidable campeón de 1990.

Con debut como entrenador en Atlanta, en la temporada 2005/2006, luego se sucederían en su carrera como DT: Sarmiento de Junín (2006-2007), El Porvenir (2007-2008), Acasusso (2008-2011 y 2013-2014), Platense (2011-2012), Los Andes (2014-2015), Juventud Unida Universitario de San Luis (2016), Deportivo Riestra (2016), Barracas Central (2016-2017), Defensores de Belgrano (2017-2021), Almirante Brown (2021-2022) y Tristán Suárez (2022-2023).

En su palmarés, siempre como entrenador, se cuentan dos ascensos a la Primera Nacional: con Los Andes en 2014 y Defensores de Belgrano en 2018.

En un Morón "sumergido" en la tabla de posiciones, con apenas cuatro unidades sobre 18 posibles, la tarea de Fabián Nardozza (siempre secundado por Guillermo Héctor Crudo, ex arquero del Gallo) no sólo consistirá en armar un equipo competitivo, de una puñado de voluntades con distintos grados de capacidades y compromisos, sino un grupo carente de referentes naturales y en especial, sentido de pertenencia, debido a un apartado nunca escrito del mismo decálogo de "buenas prácticas", impulsado desde la secretaria técnica, colmado de buenas intenciones (y algunos lugares comunes), pero superado por la realidad del rodar de la pelota.

Bienvenido Fabián, y buena suerte.


@elgallogustavo.




domingo, 12 de marzo de 2023

Desmoronados

Hace una semana, tras el agónico triunfo en el Oeste, frente a San Martín de San Juan, en la última "bola" de la noche, se destacaba claramente la importancia de sumar de a tres, por primera vez en el campeonato, procurando llevar un poco de tranquilidad en el afuera (porque el adentro lo desconocemos), para intentar desde el trabajo en la semana, comenzar a mejorar en el rendimiento individual y colectivo, de un Morón que necesitaba y mucho mejorar en lo futbolístico, para sostener en el futuro esa primera alegría.

Sin embargo, ante Flandria, en el "Carlos V", Morón volvió a mostrar más de lo mismo, es decir, una imagen demasiado pobre y pálida, tanto en lo individual como en el juego de conjunto, para sumar una nueva derrota (la cuarta en seis presentaciones) y lo que resulta más preocupante, sin señales concretas de mejoras futbolísticas, por el contrario, hasta una involución en el rendimiento, con respecto a partidos como frente a Agropecuario y Brown de Puerto Madryn, en los cuales el equipo no pudo ni supo ganar, pero por lo menos, durante algunos pasajes, puso de manifiesto mayores intenciones dentro de la cancha, que albergaban mejores sensaciones en lo venidero.

Lejos de ello, el Gallo volvió a jugar (muy) mal y a perder bien, ante un rival apenas ordenado y decidido a "lastimar", frente a lo cual Morón sólo opuso resistencia en los primeros minutos de partido, con un par de aproximaciones, generadas desde el sector derecho, para luego desdibujarse y resquebrajarse lentamente, con el correr de los minutos, y cederle terreno y pelota al dueño de casa que, insistimos, con muy poco, al igual que otros rivales anteriores, le alcanzara para generarle peligro, apenas con el recurso recurrente y sencillo de los centros cruzados al área, algo tan elemental como insoluble para la defensa visitante, con un arquero "atornillado" en la línea de meta, y compañeros a los cuales anticiparan y ganaran de cabeza, una y otra vez, hasta que Alejandro Gagliardi, acostumbrado "verdugo", pusiera en ventaja al "Canario", a los 10' del complemento, con los merecimientos del caso.

En rigor de verdad, el primer tiempo había finalizado 0 a 0 casi de casualidad, porque el local ya había evidenciado razones para sacar diferencias y hasta había anotado un gol, promediando la etapa inicial, luego anulado por el árbitro Gastón Suárez, a instancias de su asistente, lo que marcaba a las claras que la endeblez de Morón en todas las líneas y su escasa capacidad de reacción y nulas ideas, harían muy difícil que pudiese llevarse algo de Jáuregui, salvo que se produjera un vuelco sustancial, en lo individual y colectivo, algo que finalmente no sucediera, ni siquiera a partir de los cambios propiciados desde el banco de suplentes, con el partido ya en desventaja.

Pero, quizá lo que más preocupe, al cabo de seis cotejos, es la falta de rebeldía de algunos de los protagonistas, para forzar un cambio, a base de temperamento y actitud, aunque las ideas escaseen y no se den dos pases seguidos, en especial de aquellos que con su experiencia y trayectoria, deberían asumir ese rol cuando las cosas no salen, y marcarles el camino a sus compañeros con menos recorrido. O por lo menos intentarlo y "morir" futbolísticamente hablando, en ese intento, que implicaría además un mayor grado de compromiso personal y con la "causa" de conjunto.

Y en ese aspecto, el segundo gol de Flandria resulta un ejemplo más que gráfico, de un Morón derrotado desde hacía mucho tiempo antes, que se jugase el quinto y último minuto agregado, en el que de otro tibio intento de llegar al empate, sin convicción ni ideas como en toda la tarde, Maxi Coronel increíblemente detuviera su corrida, para intentar cortar el avance, permitiendo que otra vez, Alejandro Gagliardi dominara la pelota y con una "vaselina" desde fuera del área, la colocara por encima del intento de achique de Josué Ayala, para que el local se floree en el final, con el 2 a 0, por méritos propios y mucho de demérito ajeno.

Perdió Morón (por cuarta vez en seis partidos y las tres veces que salió de "casa") y parece en un "tobogán" sin respuestas anímicas ni futboleras.

Desmoronados.


@elgallogustavo.



      📸: Deportivo Morón.


domingo, 5 de marzo de 2023

En la última bola, el desahogo

En la última bola de la noche..., el desahogo.

A los 47' del complemento, y en su primer gol oficial, tras una larga inactividad por lesión, el ingresado Matías Ledesma tomó el rebote, ingresando al área visitante y con un derechazo bajo, potente y esquinado, venció finalmente la resistencia de Mariano Monllor, tras la corrida por izquierda y el centro inicial del uruguayo Franco García, a la postre, el mejor del Gallo, por voluntad, entrega y ganas.

Para desatar el delirio, dentro y fuera de la cancha, de un triunfo tan necesario, como demorado y trabajoso, para un Morón al que siempre todo parece costarle el doble, más allá  de cuándo lean estas líneas.

Y es que ganó el Gallo, por primera vez en el torneo y fue justo, con "el tiro del final" de Matías Ledesma, tras 90 minutos en que alternó más malas que buenas, con otra actuación despareja y por momentos pobre, pero jamás "negociando" la búsqueda, salieran o no las cosas, con la dignidad y la voluntad que se requiere para revertir los malos momentos, primero desde el banco y luego en el campo de juego.

Y es que la gente de Morón necesitaba gritar un gol, a voz en cuello, como en la noche del sábado, y más en el Nuevo Francisco Urbano, porque aunque se tratara de la quinta fecha del campeonato, el partido con San Martín de San Juan tenía "olor" a final del mundo, máxime ante un rival que jamás propuso nada y se dedicó a hacer tiempo y jugar con la desesperación local, del afuera y del adentro, para llevarse un punto del Oeste del Gran Buenos Aires.

Porque Morón no jugó bien, a excepción de algunos minutos en el comienzo del encuentro, hasta que el visitante ajustó las marcas en el mediocampo, y si bien no sufrió el desarrollo en su defensa (por méritos propios y mucha mezquindad ajena), le costó horrores generar juego, salvo cuando la ponía bajo la "suela", Brian Orosco y en ofensiva sólo contó con la voluntad y la entrega del oriental Franco García, el que más intentó y preocupó a la última línea sanjuanina.

Con Pablo Calderón, en lugar de Damián Adín, como lateral por derecha, de rendimiento desparejo,  Gonzalo Berterame en rol de volante externo diestro, en lugar de Diego Sosa, de buenos primeros minutos que se fueron extinguiendo con el correr del partido y los ingresos de García y Ezequiel Rescaldani, por Pablo Ferreira y Leonardo Ramos, en procura de un "dibujo" táctico más ofensivo, el mismo no pudo ser llevado a cabo, por la repetición y conjunción de bajos rendimientos individuales (con la salvedad ya referida del punta uruguayo y un Rescaldani desconocido), y apenas si Morón pudo acercar peligro en un par de ocasiones por tiempo, con el agregado de un Santiago Coronel impreciso, a diferencia de los partidos anteriores, donde se erigiera en valor destacado.

Pese a todo, con más voluntad que ideas y juego asociado, el Gallo fue el único que siempre propuso y quiso ganar el partido, mientras San Martín de San Juan se limitaba a imponerse en la "batalla" del mediocampo y hacerse fuerte en su última línea, evidenciando una mezquindad llamativa, para un equipo importante de la categoría y con nombres propios para salir a ganar en cualquier cancha, en lugar de hacer tiempo con su arquero y protestar cada fallo de un paupérrimo Juan Pafundi que, sin embargo, no perjudicó a nadie en particular, porque se equivocó (y a veces grosero), en igual medida para ambos lados.

Y en el descuento, cuando parecía que el cotejo se encaminaba a un pobre 0 a 0, la "justicia" se "acordó" del Gallo y por partida doble: porque pudo "sacarse la mufa" y gritar el primer triunfo, a tres minutos del final, pero además porque el gol del desahogo lo convirtió Matías Ledesma, alguien que durante largo tiempo no la pasó nada bien, por una seguidilla de lesiones, primero musculares y luego ligamentarias, que lo mantuvieran alejado de las canchas en casi todo 2022.

Ganó Morón y es lo más importante. 

Para mejorar en los individual y colectivo, hay tiempo y siempre se trabaja más tranquilo desde los buenos resultados.

Ahora, a poner en marcha un proceso de mejora continua, que se prolongue en Jáuregui, ante Flandria, por la sexta fecha.

Al fin, Gallito...


@elgallogustavo.