martes, 29 de marzo de 2022

De menor a mayor

De menor a mayor, Morón dio vuelta el resultado en Tandil, para sumar su segundo triunfo consecutivo, el primero de visitante y seguir "trepando" en la tabla, con la posibilidad de profundizar en la mejora del rendimiento colectivo, desde la tranquilidad inmejorable que reportan las victorias.

Sin jugar un gran partido, pero sobreponiéndose al "golpe" inicial de la temprana desventaja, el Gallo supo mantener la calma, esperar su momento e inclinar definitivamente la "balanza" de los merecimientos, ante un Ramón Santamarina desparejo en su andar, pero que por varios pasajes del encuentro complicara al equipo de Alejandro Orfila.

Con la modificación obligada de Mateo Levato en lugar de Damián Akerman, con una fuerte contractura, tras su "regreso" triunfal frente a Rafaela, y los cambios tácticos de Gonzalo Salega y Santiago Coronel, en reemplazo de Santiago Sala y Rodrigo Sayavedra, respecto del once inicial contra "La Crema", a Morón le costaría "meterse" en partido, en buena medida por un flojo comienzo propio, pero también por el mal estado del campo de juego, del "Estadio Municipal General San Martín", terreno que los "dueños de casa" conocen mucho mejor, por razones obvias, para "plantarse" mejor que su rival y obtener algún beneficio de la incomodidad ajena.

Así las cosas, cuando poco y nada había pasado en el encuentro, más allá de las intenciones de protagonismo del local, Lucas Vallejos, lateral derecho y uno de los mejores de Santamarina, le ganaría la "cuerda" en ofensiva a Lucas Abascia, para enviar un centro pasado, hacia el lado opuesto del área chica de Morón, donde Guillermo Villalba (nada menos) aprovecharía la distracción generada por Martín Michel por el centro, para cabecear solo contra el palo izquierdo de Bruno Galván, en la primera aproximación sería de ambos equipos, en doce minutos de juego.

Con la temprana ventaja a su favor, Ramón Santamarina comenzaría a justificar la diferencia en el marcador, anticipando a los volantes del Gallo en el medio y procurando generar nuevos desbordes por las bandas, con el propio "Guille" Villalba como su delantero más "punzante", figura de su equipo y del partido en la primera mitad.

Del lado de Morón, "partido" entre líneas y con grandes problemas para manejar la pelota y provocar alguna zozobra a la insegura última línea "Aurinegra", en el mejor momento del local y el peor de la visita, Morón hallaría la tranquilidad de la igualdad antes del final de la etapa, en una jugada iniciada por Gonzalo Salega por izquierda, cuya habilitación con destino a Mateo Levato, en primera instancia se prolongaría en un remate de derecha, del "9" del Gallo, contenido a medias por Nicolás Temperini, el "1" de Santamarina, con la fortuna que el rebote saldría elevado, lo suficiente para que el mismo Levato, en segunda jugada la cabecee al gol del empate, a los '32 del primer tiempo.

En el complemento, con una visita más tranquila y ajustada en su zona defensiva, comenzaría a dominar a su rival, primero en el mediocampo y más tarde, mostrándose más vertical y "agresivo" en los últimos metros locales, hasta que a los '24, en una pelota bajada de cabeza en el área por Alan Schönfeld, Luis López, que había ingresado minutos antes por Salega, mostraría su "oficio" de "9", sacándose de encima a su marca y cuando se disponía a rematar al arco, ser derribado con falta, para la sanción del primer penal a favor, en ocho jornadas del actual certamen.

Un minuto más tarde, Gastón González, "implacable" desde los "doce pasos", la ubicaría tan justa sobre el poste diestro, que el balón rebotaría en el palo, para meterse por el lado opuesto, no sin "suspenso", para el, por entonces, merecido 2 a 1 de Morón en Tandil.

De allí y hasta el final, Morón pudo haber capitalizado alguna chance de contrataque, mientras sostenía un triunfo laborioso e importante, con acierto en su área, más allá de un remate peligroso de Elián Tus, ingresado en el complemento, bien controlado por Galván, a falta de cinco minutos sin descuento, en el reloj de un correcto Juan Pafundi, en su primera "vez" dirigiendo al Gallo.

En definitiva, Morón se trajo tres puntos fundamentales de Tandil, para apostar e intensificar el proceso de "mejora continua" del equipo, a partir de la tranquilidad inmejorable de un nuevo triunfo.

Ahora, será tiempo de confirmar y profundizarlo ante el "Pincha" de Caseros, con Walter Otta en el banco, el próximo domingo por la tarde.

De menor a mayor.


@elgallogustavo.



           📸: Deportivo Morón.


jueves, 24 de marzo de 2022

Ganó Morón y es noticia!

Y una noche de otoño, Morón se acordó de ganar.

El gol de Cristian Paz, con un gran "frentazo", en el epílogo del primer tiempo, simplificó las cosas y abrió el camino de una victoria necesaria como el "agua", que en el complemento confirmaría con el tanto de Gonzalo Salega, mostrando además los mejores momentos del equipo en la noche del Nuevo Francisco Urbano.

Con la novedad saliente del ingreso como titular de Damián Akerman, luego de un año y 108 días, desde aquél lejano 5 de diciembre de 2020, en Vicente López, en el segundo cotejo oficial post suspensión por la pandemia, Morón sumó de a tres por primera vez en el actual torneo de la Primera Nacional, convirtiendo además sus primeros tantos de jugada, el 1 a 0, a partir de un gran centro del propio Damián, vestido con la "pilcha" de asistidor, invirtiendo roles con el "goleador", Cristian "Chueco" Paz.

Con la misma defensa que jugara en Puerto Madryn (Broggi por derecha, Paz y Verón como centrales y Abascia por la izquierda), Alejandro Orfila apostó nuevamente a Rodrigo Sayavedra como enganche y Santiago Sala, de entrada, acompañando en la ofensiva a Akerrman, con Salega, Coronel, Levato y Luis López en el banco de los suplentes.

En un primer tiempo mal jugado y sin emociones, Bruno Galván y Julio Salvá (un "conocido de la casa", ahora arquero de "La Crema"), se convirtieron en "espectadores privilegiados", hasta que en el segundo minuto adicionado por Leandro Rey Hilfer (por fin, un buen árbitro de la categoría), Damián Akerman daría un "rodeo" por la punta derecha, para hacerse del balón y enviar un centro a la cabeza de Cristian Paz, que cambiándole el palo a Salvá, desahogaría las "gargantas" en el Oeste, haciéndonos gritar el segundo gol en siete jornadas y por primera vez, para poner al equipo en ventaja parcial, algo no menor en una competencia tan pareja como el Nacional.

Ese "frentazo" goleador de Paz, abriría también el camino de una tan necesaria primera victoria, tranquilizando los ánimos en el Oeste, tanto dentro como fuera de la cancha, para que el Gallo se vaya al vestuario con una diferencia, que poco tenía que ver con el desarrollo del encuentro, donde tanto Morón como Rafaela se habían hecho acreedores del "cero" por bando, hasta el minuto 47 de la primera mitad.

Sin embargo, esa ventaja en el entretiempo, le daría al equipo de Orfila la calma y la claridad ausentes en varios pasajes de los cotejos precedentes, máxime a partir de los ingresos de Mateo Levato y Santiago Coronel, que contribuirían a manejar la pelota en el medio y preocupar a la visita en la contra, de un Rafaela incapaz de preocupar seriamente a Galván, en alguna medida por la impericia de los jugadores de "La Crema", pero en definitiva por la sólida tarea de una defensa  nuevamente sin fisuras, más allá de algunos anticipos fallidos de Lucas Abascia, nuevamente con el perfil cambiado, jugando como lateral zurdo.

En uno de esos buenos encuentros entre Santiago Coronel, Mateo Levato y ahora también, Gonzalo  Salega, reemplazante de un ovacionado Damián Akerman (sacando una vez más, la "cara" por el público de Morón y sus compañeros, a pesar de cierto destrato de la mayoría de los técnicos, que lo relegaron al  banco de los suplentes, o ni siquiera eso, desde 2019 a la fecha), Coronel "pincharía" una pelota exquisita, para que Levato la "aguante" de espaldas al arco, en la puerta del área, deje sin reacción a su marca y esperando el tiempo exacto, le ponga un pase perfecto a Gonzalo Salega, que ingresando como punta por izquierda, la "acomode" fuerte y arriba, sobre palo derecho de Salvá, que nada puso hacer para evitar el 2 a 0 de Morón, que para ese entonces lo justificaba en el juego y también en el resultado, sobre los '25 del complemento.

De allí y hasta el final, el Gallo pudo ampliar aún más la diferencia, con un Gonzalo Salega de buen ingreso, mientras que no pasaría sobresaltos en su área, más allá de un gol del "Taca" Claudio Bieler, correctamente anulado por Rey Hilfer, por una infracción previa del "9" de la visita en perjuicio de un sobrio y sólido Cristian Paz, hasta aquí, el punto más alto y regular del equipo, en los siete partidos disputados.

Con el desahogo del primer triunfo, la "calma" volvió al Oeste, aunque ahora se deberá revalidar en la visita al "Municipal de Tandil", el próximo lunes, desde las 20:30, frente a Santamarina.

Ganó Morón..., y es noticia. 

Al fin!!.


@elgallogustavo.



                📸: Alejandra Busto.


sábado, 19 de marzo de 2022

"Punto" de partida?...

Morón se trajo un empate de su "excursión" a Puerto Madryn, donde enfrentó a Guillermo Brown, líder del torneo junto a San Martín de Tucumán y Belgrano con 13 unidades, que esperemos se convierta en un auténtico "punto" de partida, para la mejora definitiva de un equipo, que sigue en deuda con su juego y en especial, con la efectividad en el arco contrario, luego de un 0 a 0 que no dejó mayor saldo positivo, que la unidad lejos de "casa".

En efecto, en otra actuación regular y despareja, el Morón de Alejandro Orfila "sufrió" el primer tiempo, en especial hasta la media hora inicial, donde Brown de Madryn intentó "ahogar" a la visita en la salida, presionando bien arriba, obligando a los defensores del Gallo a "dividir" el balón permanentemente, algo bien aprovechado por los medios y los laterales locales, en particular, por el sector derecho, a partir de las "trepadas" con velocidad y criterio de Rodrigo González, el lateral diestro local.

En ese lapso, Brown contó con algunas llegadas peligrosas, quizá no tan "claras", pero comprometiendo a la última línea de una visita, que debió sostener el "envión" inicial de los "dueños de casa", con el talentoso Martín Rolle en la distribución del juego, Cristian García en la recuperación y el "raspe" (en una oportunidad, al borde de la "roja"), el criterio ya conocido de Renso Pérez como externo por derecha, y el desborde de Gastón Benedetti por izquierda, en procura de un Flavio Ciampichetti, que complicó a los defensores con sus movimientos ofensivos, y también con sus "mañas".

Por el lado de la visita, con Cristian Broggi por el lateral derecho (en lugar de Damián Adín), la vuelta de Franco Verón como segundo marcador central, por Lucas Angelini, corriéndose Lucas Abascia a la banda izquierda, sumados al ingreso de Rodrigo Sayavedra (en reemplazo de Gonzalo Salega) y de Santiago Sala por Mateo Levato (con la primera convocatoria de Damián Akerman, en la "era Orfila"), en aquél primer tiempo, el Gallo se vería superado por el empuje y algunas buenas "sociedades" de Brown de Madryn, que mereció irse en ventaja al descanso, "premio" a la resistencia visitante y a la escasa "precisión" ofensiva del local.

En el complemento se vería la mejor versión de Morón, a partir del ajuste de ciertas marcas, para por ejemplo, no resultar tan vulnerable a las "incursiones" en ataque del "4" de Brown, adelantándose unos metros en el campo de juego del "Raúl Conti", lo que le permitiría tener más tiempo el balón y empezar a buscar a sus delanteros en cancha (por entonces, Luis López y Santiago Sala), más cerca del área rival que de la mitad de cancha.

Al mismo tiempo, un "tibio" Rodrigo Sayavedra, en el primer tiempo, y que parecía cambio "cantado" para la segunda mitad (puesto que además estaba amonestado), se mostraría mucho más participativo y parecido al hábil generador de juego, que hemos "sufrido" temporadas anteriores, en Estudiantes de Buenos Aires, convirtiéndose en el más destacado y desequilibrante del complemento, por debajo en la consideración general, del capitán Cristian Lillo, siempre regular en su juego, solidario y criterioso, aunque muchas veces solo contra el "mundo", para contener las embestidas ajenas.

Y justamente en los pies de Rodrigo Sayavedra, la visita contaría con las dos ocasiones más claras de llegar a la ventaja, como en aquella buena juega colectiva, que derivaría en un centro preciso de Sala, a "espaldas" de la última línea local, que el "10" de Morón, ingresando solo por el segundo palo, tomaría de volea, y la pelota se iría apenas por encima del travesaño, promediando el segundo tiempo.

En la otra situación de peligro, protagonizada por Rodrigo Sayavedra, una "corrida" de Mateo Levato por la banda derecha, y su posterior centro al área, generaría un rechazo, para que el balón le quedara en la "media luna" del área grande y su remate de zurda, pegado al poste izquierdo del "1" local, que poco podía hacer, más que mirar y rogar por que saliera "ancha".

En el medio, Bruno Galván habría de "lucirse" un par de veces, primero ante un tiro libre desde casi la línea del área grande, de Martín Rolle, sacándola sobre su palo diestro y más tarde ante un remate esquinado y "envenenado", luego de una serie de rebotes en el área, que exigiría a una "estirada" magnífica del "Araña", para rechazarla al tiro de esquina, sobre poste izquierdo, en una jugada que parecía tener "destino" irremediable de gol.

Con Damián Akerman en cancha, luego de largo y esperado tiempo, por Luis López, a los pocos minutos, se produciría el ingreso del referido Mateo Levato, a consecuencia de una acción que una vez más, "mancha" al fútbol de Ascenso con arbitrajes vergonzantes, como el de Maximiliano Nicolás Ramírez, que debió expulsar a Facundo Ferrero, arquero local, ante una salida lejos de su área y golpe "criminal" sobre Santiago Sala, que terminaría con una traumatismo de cráneo, con pérdida de conocimiento, por fortuna sin consecuencias graves para el joven punta del Gallo, más allá del susto de sus compañeros, su salida en camilla y cuello ortopédico, su posterior tomografía en el Hospital Zonal y, como quedara dicho, la inaudita amonestación de otro árbitro, que perjudicó a la visita (porque era una acción evidente de expulsión) y puso en peligro serio la integridad física de uno de los protagonistas.

De allí y hasta el final, el local fue con más empuje que ideas, en procura de una diferencia que debió sacar en el primer tiempo, pero que en el complemento, Morón supo emparejar y hasta ser un poquito más, sin mayores consecuencias para la última línea visitante y la seguridad de Galván, pese a los DIEZ minutos adicionados por otro arbitraje lamentable (ni aún con la salida de Sala, el partido estuvo detenido durante tanto tiempo).

En definitiva, Morón se llevó un empate de Puerto Madryn, que suma por el escenario y el rival, de buen presente y campaña, pero que deja pocas virtudes para destacar, respecto de la derrota precedente ante Chacarita, a diferencia del clásico, con una primera mitad para el "olvido" y un complemento con algunas mejorías.

Veremos si el miércoles 23 del corriente, desde las 20, con Rafaela en el Oeste, se trata de un "punto" de partida, o de un "punto" sin retorno.


@elgallogustavo.



           📸: Alejandra Busto.

domingo, 13 de marzo de 2022

"Cuesta abajo"

Y el Gallo sigue sin levantar la "cresta".

Volvió a perder (segunda derrota consecutiva y por la mínima), en este caso, nada menos que frente a Chacarita, en el Nuevo Francisco Urbano y acumula sólo tres puntos de quince posibles, con la estadística más que preocupante, de haber convertido un gol (el golazo de Coronel, de "pelota parada", en la última jugada del partido, ante Defensores, también en el Oeste) al cabo de cinco partidos jugados.

Tras otra pobre actuación colectiva del equipo de Alejandro Orfila, Morón volvió a quedarse con las "manos vacías", por factores ajenos y propios, entre un penal "inventado" por Sebastián Zunino, árbitro del encuentro, que nuevamente perjudicó al Gallito, sancionando su quinto penal en contra, en seis partidos dirigidos, que lógicamente condicionó el desarrollo del cotejo (máxime cuando Chacarita no había hecho nada para merecer la ventaja), y luego de aquella acción, la repetida impotencia de un local sin volumen de juego, ni mucho menos ideas, y por lo tanto, incapaz de revertir el resultado adverso, a partir de su funcionamiento de conjunto o, cuanto menos, por alguna acción individual que disimule la ausencia de fútbol asociado.

Con el único cambio de Gonzalo Salega, en lugar del suspendido Santiago Coronel (por su expulsión en la caída en Adrogué, en otro partido "caliente" y de arbitraje vergonzoso), desde el comienzo, el Gallo intentó imponer condiciones a su rival, necesitado de un triunfo, tras cuatro fechas sin "halagos", máxime en un clásico y frente a su gente. Sin exhibir un gran funcionamiento, ni mucho menos, hasta la jugada del penal en contra, Morón manejó terreno y balón, no exento de las imprecisiones de partidos anteriores, procurando "lastimar" al "Funebrero", con un buen primer tiempo de Salega, con Mateo Levato por "afuera" y Luis López por el "centro", sumados a un Gastón González que llegaba por el medio y que contara con un par de ocasiones para "probar" desde lejos, pero sin justeza a la hora de los remates.

Al igual que sucediera en Adrogué, pero con menos ideas, el Gallo contó con mayor tenencia de balón que su rival, aunque una vez más, le costó "horrores" hilvanar alguna jugada de gol, más allá de un cabezazo de Levato, en el "amanecer" del juego, los referidos intentos de González desde fuera del área y en especial, una jugada poco clara, pero la más concreta de la primera etapa (y a la postre, del partido), iniciada por el mismo Levato por derecha, cuyo centro al "corazón" del área, no lograra ser capitalizado con precisión por Gastón González, y de su rebote, esta vez sería Lucas Angelini, quien la elevaría por sobre el travesaño.

Así las cosas, con eso solo, realmente poco, aún así Morón merecía mejor suerte que su mediocre y mezquino rival, que solamente había tenido un centro, que había pasado por toda el área chica local, sin que nadie la pudiera "soplar", hasta que en un intento por derecha, dentro del área grande, Facundo Parra se tirara a la "pileta", ante el mínimo contacto de Alan Schönfeld, y Sebastián Zunino, "coherente" con sus antecedentes dirigiendo a Morón, sancionase un penal inexistente, que no sólo terminaría por "inclinar la balanza" en favor de la visita, con la concreción de tiro penal, por el propio Parra, a los '38 del primer tiempo, sino que además desnaturalizaría el juego, con encontronazos entre los protagonistas, tanto es así que este pésimo árbitro (que ya cuesta creer que sólo se trate de decisiones equivocadas y no de mala fe o intencionalidad manifiesta), debió expulsar en el primer tiempo a Alejandro Manchot (lo hizo recién a los '40 del complemento, ante otra falta violenta), por un codazo en el rostro contra Damián Adín, y luego de la sanción de la "discordia", también a Gastón González, por una agresión contra Leandro Godoy (que venía de otro "cruce" con Lucas Abascia), para cuando el partido había dejado de ser tal, para convertirse en una confrontación continua, entre el nerviosismo de Morón y la actitud "compadrita" de la visita. 

Todo ello, claro está, desencadenado por un Sebastián Zunino, que debería ser "sancionado" de alguna forma, por sus "errores" groseros y decisivos para el resultado, pero como suele pasar en la AFA y su "brazo armado", el "Colegio de Arbitros", seguramente resulte "premiado", designándolo cuarto árbitro en la próxima jornada de la "Copa de la Liga Profesional". 

Hasta allí los factores externos, de los que hablábamos al comienzo de la presente nota, pero desde el inicio del complemento, Morón "desnudaría" una vez más, sus enormes limitaciones para llegar con peligro al arco contrario, tanto es así, que no recordamos una intervención decisiva de Germán Salort, el arquero de Chacarita, pero sí de una defensa que se las arreglaría para despejar todo lo que le "tirara" el Gallo, repetido y previsible, a partir de centros desde los laterales, sin potencia, cortos y siempre a la "cabeza" de la "resistencia" visitante, que con sólo plantar dos líneas de cuatro y "prestarle" la pelota y el terreno a Morón, sería suficiente para "enredar" a un Gallo sin ideas, precisión, ni fútbol y en definitiva, hasta sin "rebeldía" para cambiar el resultado.

Y no exageramos si nos aventuramos a afirmar, que en todo el segundo tiempo, y pese a controlar pelota y campo de juego, Morón no lograría armar una sola chance manifiesta de gol, como para ilusionar al  menos con un empate, para disimular un poco la flojísima actuación.

En un partido mal jugado por ambos, y con la "intervención" determinante de Sebastián Zunino, Chacarita no mereció llevarse los tres puntos del Oeste, pero Morón fue incapaz de llegar, siquiera al empate, por una anomia de juego y contundencia, que se repite y preocupa, aunque se cambie el esquema o se modifiquen los nombres.

Y encima, ahora toca visitar a Guillermo Brown, en Puerto Madryn. 

Más allá de la distancia y la complejidad del rival (que llega "encaramado" en los puestos de vanguardia), resulta una gran oportunidad para dar "señales" concretas de "vida" futbolística, ausentes hasta hoy, salvo pasajes en Tucumán y el "Lorenzo Arandilla".

"Cuesta abajo".


@elgallogustavo.



       📸: Alejandra Busto.


sábado, 5 de marzo de 2022

Con la "pólvora mojada"

En un partido "peleado" (metafórica y literalmente), "caliente" y siempre al "filo" del desborde entre los protagonistas, gracias a la paupérrima actuación de un arbitraje lamentable, del "selecto grupo" de "amigos del poder de AFA", Morón perdió el invicto en el torneo, en un encuentro increíble, en el que hizo los méritos suficientes para ganar, generó las mejores chances de la tarde, pero una vez más, falló en la definición y, por su fuera poco, se "topó" con un rival tan pragmático como efectivo, que llegó dos veces en los '90 (una fue penal y la otra gol) y en su arco, tuvo a la figura excluyente de la tarde, Horacio Ramírez, que evitó un par de "goles hechos" y resultó inexpugnable en cada intervención.

En efecto, en un cotejo "paradójico" y tenso, el Gallo de Alejandro Orfila, mostró su mejor "versión" en lo que va de la incipiente temporada, superando claramente en el juego (en especial, en el primer tiempo) a Brown de Adrogué, líder a la fecha, en su complicado reducto del "Lorenzo Arandilla", para sin embargo, quedarse con las "manos vacías", entre el arbitraje tendencioso de Nelson Sosa, la contundencia de un "Tricolor" que no mereció ni el empate, pero sacó enormes réditos de su ya tradicional y mezquina propuesta, sumados a las "manos" de su arquero y a la permisividad de una terna arbitral que llevó el desarrollo lejos del fútbol, y mucho más cerca de la queja permanente, el reclamo irritante y la pretensión de imponerse "de guapo", que exhibiera el equipo de Pablo Vicó, dentro y fuera del reducido rectángulo de juego.

En principio, es de desatacar que el técnico de Morón, Alejandro Orfila, supo apartarse del 4-3-3, que ensayara en las primeras tres jornadas, y dejara más dudas que certezas, por un 4-3-1-2, mucho más afín al "dibujo" táctico que mejor le sentara a varios de estos mismos jugadores, durante el campeonato  pasado y los llevara a pelear el segundo ascenso en el Reducido, cayendo injustamente, recién en los penales, frente a Quilmes, a quien superara en el desarrollo de ambos partidos, pero también careciera de la contundencia para traducirlo en resultados.

Con el regreso del capitán, Cristian Lillo, por Santiago Ubeda, titular en cotejos anteriores y desafectado frente a Brown de Adrogué, Alan Schönfeld se desempeñaría a su derecha y Gastón González sobre la izquierda, con Santiago Coronel unos metros más adelantado, como enganche, y por primera vez en el torneo, con dos "9", debido a la inclusión de Luis López, en lugar de Gonzalo Salega, para acompañar a Mateo Levato, demasiado solo y aislado en los partidos precedentes.

Con este esquema, y luego de unos minutos iniciales, en los cuales el local intentaría probar la "resistencia" de la defensa visitante, con unos cuántos centros y a partir de la pelota parada, buscando su potencial "aéreo", poco a poco la visita se iría asentando y manejando la pelota en su línea media, procurando "abastecer" a un Luis López de buena presentación desde el arranque, intercambiando posiciones con Mateo Levato, "pivoteando" por dentro o "ampliando" la cancha por afuera, asistidos por las "pinceladas" de calidad de Gastón González y Santiago Coronel.

Sobre los '20, cuando Morón había tomado control del partido y Bruno Galván era por entonces un "espectador de lujo", González habilitaría por derecha al "Animal" López, que enviando un centro pasado, sobre el segundo palo del arco de Ramírez, hallaría una vez más al recuperado volante del Gallito, que "apareado" por su marca, y con el arco desguarnecido, apenas podría conectar con dificultad la pelota, favoreciendo el despeje en la línea (literal) de Ariel Kippes, el primer marcador central del "Tricolor" de Adrogué.

Unos minutos más tarde, en otra habilitación de González a Luis López, dentro del área, pero por el sector izquierdo del ataque visitante, el "Animal" resultaría "tumbado" por un "cruce" desesperado, que debió ser sancionado con penal para Morón, salvo en opinión de Nelson Sosa, que comenzaría a demostrar el "mandato" que traía consigo al "Lorenzo Arandilla". "Siga, siga"...

Por si fuera poco, en la primera media hora de juego, Mateo Levato procuraría llevarse la pelota dentro del área, y terminaría en el piso, aunque en este caso, si hubo contacto, parecería ser mínimo, casi de "mancha"... El mismo tipo de "fricción", que a los '30 del complemento, y sobre el mismo arco, pero en favor del local, resultaría penal para Brown de Adrogué.

A poco del cierre de la primera mitad, y cuando el Gallo era mucho más que su rival, que no había generado ni una ocasión de gol, como para preocupar a Galván, un lateral largo de Damián Adín, derivaría en una suerte de "Coca Cola", dentro del área, entre Mateo Levato y Luis López, para que la pelota le cayera a González, solo sobre el segundo palo y cuando el remate fortísimo, "cara a cara" con Ramírez, tenía irremediable destino de "red", imprevistamente, entre el festejo y la ventaja merecida a favor de Morón, se interpondría de manera providencial, el guante izquierdo del "1" local, para despejar de manera asombrosa el balón al tiro de esquina..., en una jugada que, en la repetición, estamos seguros que se transforma en gol.

El empate en cero, al término del primer tiempo, implicaba un "premio" excesivo para el local, que no había hecho absolutamente nada como para llevarse un punto, siquiera parcial, y como contrapartida, un "castigo" a la falta de definición visitante, compartida con la magistral intervención del arquero "Tricolor".

Ya en el complemento, Brown de Adrogué emparejaría las acciones, no por manejo del balón u oportunidades manifiestas de gol, sino por llevar al Deportivo Morón al terreno de la fricción, la "lucha" por demás y el reclamo permanente, para lo cual contaría con la "colaboración" inestimable de Nelson Sosa, que por ejemplo, permitiera que Matías Sánchez y Matías Sproat, literalmente le "manejaran" el partido, que de allí en adelante, transitaría por el borde del "desmadre", con jugadas de bruscas a violentas de ambos lados, y reiterados "encontronazos" entre los protagonistas, dentro y fuera del campo de juego, porque ni siquiera Orfila se salvaría de "caer" en la "trampa" premeditada del desborde, ante la mirada impávida y complaciente del vergonzoso árbitro del encuentro.

Pese a ello, Morón contaría con otra chance inmejorable para abrir el marcador, cuando un remate largo en búsqueda de Levato, solo y de "cara" al arco, resultara en un impacto defectuoso, del "7" visitante, para elevarla por encima del travesaño, cuando tenía todo el arco a su disposición.

Y como las partidos se ganan con goles, más allá de los merecimientos, a los '30 del complemento, un centro desde la izquierda del ataque local, con infracción previa en perjuicio de Damián Adín, terminaría con una cabezazo de Oscar Berlinetz, el "9" local, a las manos de Bruno Galván, pero el árbitro advertiría un contacto "minúsculo" en el forcejeo previo, de Lucas Angelini, para darle la excusa justa de cumplimentar sus "órdenes" y sancionar penal para Brown de Adrogué, que un par de minutos más tarde, Ariel Kippes, el primer zaguero central, enviaría el balón muy por encima del travesaño.

En esa jugada, resultaría expulsado Alejandro Orfila, por un festejo desmedido del penal marrado, lo que marca a las claras el grado de descontrol, en el que había ingresado el partido, que si bien permanecía en cero, encontraba a Morón con diez hombres, por la tarjeta roja a Santiago Coronel, quien en definitiva, debió ser expulsado varios minutos antes, por un codazo (no intencional, pero peligroso al fin), sobre Matías Sánchez, con la consecuencia de un "corte" en su cabeza, en una acción que terminaría por enrarecer el ambiente y de haber sido advertido a tiempo, por el banco visitante, hubiese determinado el cambio oportuno del "10" del Gallo, para evitar una expulsión previsible, reclamada a los gritos por todo Brown, dentro y fuera de la cancha.

Por si no fuera suficiente, y pese a la expulsión de Jacobo Mansilla, en el local, por una "entrada" dura e innecesaria sobre Damián Adín, a falta de diez minutos para el final, Luciano Balbi, el lateral izquierdo de Brown, sacaría un zurdazo letal, que en su trayecto se desviaría levemente en el propio Adín, para volver aún más infructuosa la estirada de Galván, frente a una pelota que iría a "dormir" junto al poste zurdo del "1" de Morón, para la ventaja injusta del "Tricolor" de Adrogué, en su segunda llegada en todo el partido.

Con la desventaja a cuestas, Guillermo Almada Flores, ayudante de campo visitante, agotaría relevos ofensivos, con Santiago Sala, Alan Salvador y Gonzalo Salega, y este último, casi en tiempo cumplido, demostraría que es más punta que extremo, armando una buena jugada individual por izquierda, para recortar hacia el medio y ensayar un derechazo con chances de empate, nuevamente bien controlado por el arquero de Brown.

Y faltaría la del "estribo", con el desborde por la banda izquierda de Salvador, y el centro cerrado que iría a caer irremediablemente, en las seguras manos de la figura excluyente, en la tarde-noche de Adrogué: Horacio Ramírez.

Morón jugó su mejor partido en el campeonato, generó no menos de cinco situaciones claras de gol (un par de ellas, que aún cuesta entender cómo no se concretaron) y sin embargo se volvió del "Lorenzo Arandilla" con las "manos vacías", ante un local que llegó dos veces en los '90, para que le sancionen un penal más que dudoso y convertir el tanto de la victoria.

En definitiva, mereció mejor fortuna, pero no concretó (lleva un gol a favor en cuatro partidos). 

Y en el fútbol, como en la vida, a la "suerte" hay que "ayudarla".


@elgallogustavo.



         📸: Deportivo Morón.