Corría el minutos 31 del segundo tiempo y Morón jugaba tan mal como los últimos partidos, claro que esta vez tenía varios "condimentos" especiales, porque se enfrentaba a su clásico rival de toda la vida, como Nueva Chicago, frente a un Nuevo Francisco Urbano colmado y necesitado de una alegría futbolera de las grandes y tras una semana de las más complejas de los últimos tiempos, con el despido de Fabián Nardozza (luego de la derrota del pasado fin de semana en Mendoza) y sin reemplazante de los buscados en la previa, es así que tuvo que hacerse cargo del "fierro caliente" un joven entrenador de la "casa", Sergio Achaval, más acostumbrado a la captación de jóvenes talentos y a su formación integral, en sus roles de técnico de la Tercera y coordinador general de inferiores, que a "piloto de tormentas" del plantel de primera.
Y pese a las buenas intenciones, está claro que en una semana resultaría imposible ver algo diferente a lo ofrecido en las anteriores 16 jornadas, tanto es así que los de Mataderos habían sido claramente superiores en el desarrollo del juego, hasta aquél minutos 31 del complemento, además de generar las mejores y casi únicas ocasiones de gol, en ambos arcos, un par de ellas muy bien resueltas por Juan Martín Rojas y las demás mal definidas por los rivales, incluyendo un gol bien anulado a Chicago, a los 38' del primer tiempo, por una posición adelantada de Evelio Cardozo, el "10" visitante, ante el remate desde afuera y con destino de red de Gaspar Vega, el volante central de Mataderos, que Pablo Giménez no advertiría, pero su árbitro asistente sí, puesto que Cardozo se interpondría en el recorrido de la pelota rumbo al gol, en posición fuera de juego.
En ese primer tiempo, con Rodrigo Arciero como lateral derecho y Brian Machuca como primer marcador central, sumados al regreso de Julián Vitale como "5" por el suspendido Pablo Ferreira, el "Torito" de Mataderos contaría con no menos de cinco o seis oportunidades manifiestas de gol, mientras que Morón apenas generaría un par de situaciones, casi en el tiempo cumplido, una en los pies de Gastón González, capitán del equipo y quién más cerca estuviese siempre del arco contrario.
Ya en el complemento, la situación no resultaría muy diferente, por lo menos hasta los 25' de la etapa complementaria, lapso durante el cual, Chicago intensificaría su presión sobre el arco de Rojas, determinando un dominio sostenido del visitante, ante un local replegado para la contra, sin ideas ni profundidad, hasta que a los 24' del complemento, Sergio Achaval decidiera los ingresos de Santiago Sala y Matías Romero, por Ezequiel Rescaldani y Juan Manuel Olivares, cambiándole radicalmente la fisonomía a un Morón que no hallaba el rumbo del partido y que comenzó a encontrarlo a partir de la "verticalidad" y las ganas contagiosas de los recién ingresados.
Y allí sí llegamos hasta el referido minuto 31 del segundo tiempo, en que luego de un tiro de esquina en propia área, Brian Machuca rechazara fuera de la misma, para que la pelota le cayera a Patricio Núñez (con altibajos, pero mejor que en Mendoza, nuevamente procurando acompañar a Rescaldani) y éste en lugar de "entretenerse" con la pelota, en una zona complicada como el borde del área grande, habilitara rápido por derecha a Gonzalo Berterame, que encararía con decisión el campo rival, aprovechando el adelantamiento de los medios visitantes, para darle el balón a Santiago Sala, una vez más, como en varios cotejos anteriores, el cambio "revulsivo" que precisaba el equipo, para recortar por el centro, en procura de la llegada de Gastón González por izquierda y la diagonal de Matías Romero por la banda diestra, hacia quien iría finalmente el pase, tomando a toda la defensa de Chicago en retroceso y a contrapierna, y cuando el arquero intentará "atorar" a Romero dentro del área, un enganche hacia adentro, que parecía para perfilar su remate al arco, sorprendería a propios y extraños con un pase para Gastón González, que solo y sin marcas, por el sector opuesto, la empujara al gol con el arco vacío, para el delirio y el deshogo dentro y fuera del maltrecho campo de juego.
Jugadón de contragolpe y golazo para la antología de los goles inolvidables en clásicos, que lejos de los merecimientos, se ganan con más gusto cuando resuenan a épicos.
Para el destaque final, buen ingreso del juvenil ex Cambaceres, Thiago Lauro, por un Vitale partido a partido más asentado, evidenciando las condiciones técnicas y el temperamento de un pibe que puede darle mucho a Morón, con un técnico como Achaval que confíe y apueste por él, incluso haciéndolo debutar en los minutos finales de un clásico siempre "caliente".
Ganó Morón a Chicago y está bien. Siempre va a estarlo. Los análisis de merecimientos quedan para las "tarjetas" de boxeo, y esto afortunadamente es fútbol.
Ya habrá tiempo para mejorar y tomar decisiones acertadas, dentro de la cancha, pero fundamentalme fuera de ella, en la semana y para quienes sí, no pueden seguir equivocándose como hasta ahora.
@elgallogustavo.
📸: Deportivo Morón.