lunes, 27 de mayo de 2024

Los clásicos se ganan... Y cómo se disfrutan!

Corría el minutos 31 del segundo tiempo y Morón jugaba tan mal como los últimos partidos, claro que esta vez tenía varios "condimentos" especiales, porque se enfrentaba a su clásico rival de toda la vida, como Nueva Chicago, frente a un Nuevo Francisco Urbano colmado y necesitado de una alegría futbolera de las grandes y tras una semana de las más complejas de los últimos tiempos, con el despido de Fabián Nardozza (luego de la derrota del pasado fin de semana en Mendoza) y sin reemplazante de los buscados en la previa, es así que tuvo que hacerse cargo del "fierro caliente" un joven entrenador de la "casa", Sergio Achaval, más acostumbrado a la captación de jóvenes talentos y a su formación integral, en sus roles de técnico de la Tercera y coordinador general de inferiores, que a "piloto de tormentas" del plantel de primera.

Y pese a las buenas intenciones, está claro que en una semana resultaría imposible ver algo diferente a lo ofrecido en las anteriores 16 jornadas, tanto es así que los de Mataderos habían sido claramente superiores en el desarrollo del juego, hasta aquél minutos 31 del complemento, además de generar las mejores y casi únicas ocasiones de gol, en ambos arcos, un par de ellas muy bien resueltas por Juan Martín Rojas y las demás mal definidas por los rivales, incluyendo un gol bien anulado a Chicago, a los 38' del primer tiempo, por una posición adelantada de Evelio Cardozo, el "10" visitante, ante el remate desde afuera y con destino de red de Gaspar Vega, el volante central de Mataderos, que Pablo Giménez no advertiría, pero su árbitro asistente sí, puesto que Cardozo se interpondría en el recorrido de la pelota rumbo al gol, en posición fuera de juego.

En ese primer tiempo, con Rodrigo Arciero como lateral derecho y Brian Machuca como primer marcador central, sumados al regreso de Julián Vitale como "5" por el suspendido Pablo Ferreira, el "Torito" de Mataderos contaría con no menos de cinco o seis oportunidades manifiestas de gol, mientras que Morón apenas generaría un par de situaciones, casi en el tiempo cumplido, una en los pies de Gastón González, capitán del equipo y quién más cerca estuviese siempre del arco contrario.

Ya en el complemento, la situación no resultaría muy diferente, por lo menos hasta los 25' de la etapa complementaria, lapso durante el cual, Chicago intensificaría su presión sobre el arco de Rojas, determinando un dominio sostenido del visitante, ante un local replegado para la contra, sin ideas ni profundidad, hasta que a los 24' del complemento, Sergio Achaval decidiera los ingresos de Santiago Sala y Matías Romero, por Ezequiel Rescaldani y Juan Manuel Olivares, cambiándole radicalmente la fisonomía a un Morón que no hallaba el rumbo del partido y que comenzó a encontrarlo a partir de la "verticalidad" y las ganas contagiosas de los recién ingresados.

Y allí sí llegamos hasta el referido minuto 31 del segundo tiempo, en que luego de un tiro de esquina en propia área, Brian Machuca rechazara fuera de la misma, para que la pelota le cayera a Patricio Núñez (con altibajos, pero mejor que en Mendoza, nuevamente procurando acompañar a Rescaldani) y éste en lugar de "entretenerse" con la pelota, en una zona complicada como el borde del área grande, habilitara rápido por derecha a Gonzalo Berterame, que encararía con decisión el campo rival, aprovechando el adelantamiento de los medios visitantes, para darle el balón a Santiago Sala, una vez más, como en varios cotejos anteriores, el cambio "revulsivo" que precisaba el equipo, para recortar por el centro, en procura de la llegada de Gastón González por izquierda y la diagonal de Matías Romero por la banda diestra, hacia quien iría finalmente el pase, tomando a toda la defensa de Chicago en retroceso y a contrapierna, y cuando el arquero intentará "atorar" a Romero dentro del área, un enganche hacia adentro, que parecía para perfilar su remate al arco, sorprendería a propios y extraños con un pase para Gastón González, que solo y sin marcas, por el sector opuesto, la empujara al gol con el arco vacío, para el delirio y el deshogo dentro y fuera del maltrecho campo de juego.

Jugadón de contragolpe y golazo para la antología de los goles inolvidables en clásicos, que lejos de los merecimientos, se ganan con más gusto cuando resuenan a épicos.

Para el destaque final, buen ingreso del juvenil ex Cambaceres, Thiago Lauro, por un Vitale partido a partido más asentado, evidenciando las condiciones técnicas y el temperamento de un pibe que puede darle mucho a Morón, con un técnico como Achaval que confíe y apueste por él, incluso haciéndolo debutar en los minutos finales de un clásico siempre "caliente".

Ganó Morón a Chicago y está bien. Siempre va a estarlo. Los análisis de merecimientos quedan para las "tarjetas" de boxeo, y esto afortunadamente es fútbol.

Ya habrá tiempo para mejorar y tomar decisiones acertadas, dentro de la cancha, pero fundamentalme fuera de ella, en la semana y para quienes sí, no pueden seguir equivocándose como hasta ahora.


@elgallogustavo.



      📸: Deportivo Morón.


domingo, 19 de mayo de 2024

A ganar el clásico... Tan simple y complejo

Morón jugó otro mal partido (uno más y van...), con un primer tiempo pésimo y un complemento aceptable, por lo menos en algunos pasajes, por ejemplo, cuando la necesidad lo obligó a "animarse" y ser más ambicioso, lapso durante el cual llegó al empate y "desnudó", aún con sus enormes y repetidas limitaciones, las ventajas que daba el fondo de Gimnasia y Esgrima de Mendoza, que no por casualidad llegaba com tres derrotas en fila (dos por el torneo y uno por Copa Argentina) y con su técnico en la "cuerda floja".

Sin embargo, y como también viene sucediendo en todos los partidos, en especial en los últimos tres encuentros, una vez más el equipo de Nardozza volvió a quedarse con uno menos, por otra expulsión evitable, en este caso de Pablo Ferreira, que regresaba después de un buen tiempo al once inicial, generando que el Gallo afrontara los últimos 25 minutos de partido en inferioridad numérica y con ello, facilitando la tarea de un local que llenó el área visitante de centros, hasta que encontró el anticipo ofensivo fatal de Luis Silba, para llevarse los tres puntos, de manera merecida, a falta de diez más el agregado.

En rigor de verdad, sobre el desarrollo del cotejo en general, podríamos "recortar y pegar" la introducción del comentario sobre el partido pasado, que se asimilarla sin problemas a lo sucedido en la tarde de Mendoza, porque lo de Morón volvió a ser muy pobre, con apenas ese breve lapso del segundo tiempo en que llegara a la igualdad e ilusionara (?) con poder generar algo más, hasta que la cuarta tarjeta roja en tres fechas consecutivas, lo devolviera a su realidad, de un equipo perdido desde lo táctico y sin respuesta futbolística ni anímica desde lo individual, cada vez con menos protagonistas capaces de salvarse del "naufragio", de un Morón que deambula por la cancha, sin alma, ni rebeldía, ni mucho menos autocrítica del cuerpo técnico.

Mucho más para decir, realmente no hay, más que para redundar en la pobreza de conjunto de un Gallo que "lastima" verlo cada fin de semana.

Y ahora viene Nueva Chicago al Nuevo Francisco Urbano.

Una buena oportunidad para demostrar algo de vergüenza deportiva, por amor propio y para darle una alegría a una hinchada (la genuina, no la "rentada"), que sufre y a pesar de todo acompaña, aunque desde adentro no reciba nada.

Es tiempo de buscar "soluciones" y no solamente "excusas" (o "culpables" en el "afuera", con argumentos que rozan lo ridículo), en especial para aquellos que tienen la responsabilidad de lo que viene pasando.

A ganar el clásico. Tan simple y complejo como eso.


@elgallogustavo.



       📸: Gimnasia y Esgrima (Mendoza).


sábado, 11 de mayo de 2024

No para de "superarse"...

Morón jugó otro mal partido, sin ideas, ni fútbol, ni mucho menos profundidad y apenas rescató un empate a cero, en su "reencuentro" futbolero con Gimnasia y Tiro, en el Oeste, un conjunto salteño que mereció mejor suerte y de no mediar su falta de "puntería" frente al arco, sumados a un par de buenas intervenciones de Juan Martín Rojas y un "palo" a favor del Gallo, pudo quedarse con los tres puntos, ante una defensa local que volvió a ser un desconcierto total y que una vez más quedó con uno menos, durante la última y "soporífera" media hora de juego.

Con el ingreso como titular de Emilio Lazza, como segundo marcador central, en lugar del suspendido Facundo López (corriéndose Agustín Gómez como zaguero por derecha) y la oportunidad desde el arranque para Patricio Núñez, por Mauro Schönfeld, para sumarse al medio de "buen pie", de Gastón González y Juan Manuel Olivares, y de esta manera, con Ezequiel Rescaldani más sólo que "Kung Fu", para "lidiar" con la línea de cinco visitante, el planteo confirmó en el campo de juego, las dudas que había despertado en la previa, al conocerse la formación, porque en definitiva, con un volante creativo más, el equipo siguió carente de ideas colectivas y apenas si remató al arco contrario en un par de ocasiones en cada tiempo, en el contexto individual y colectivo de uno de los partidos más pobres en el campeonato, asimilable al también empate en cero con Deportivo Madryn, en el mismo Nuevo Francisco Urbano.

En un primer tiempo flojo y sin emociones, pero que a la luz de lo hecho en el complemento, por lo menos hallaría contados buenos encuentros entre los medios del Gallo, sumado a un cabezazo de Rescaldani, que exigiera al arquero del "Albo" salteño, las chances más claras de gol las tendría la visita, que en cada contragolpe encontraría tantas ventajas juntas y "gratuitas", entre la nula contención en el medio y el retroceso siempre errático de los defensores, que de no mediar, Rojas, su poste izquierdo y en especial, el repetido error en la toma de decisiones de los delanteros de Gimnasia y Tiro, y su escasa "puntería", el "Millonario" salteño debió irse en ventaja al entretiempo.

Ya en el complemento y con la misma tónica en el desarrollo de un partido para el "bostezo", Fabián Nardozza mandaría al campo de juego (en pésimo estado, una vez más, pero eso no justifica la incapacidad para dar dos pases seguidos con acierto) a Santiago Sala, procurando darle un poco más de compañía a Rescaldani y que el "canterano" lograse convertirse en el "revulsivo" ofensivo que Patricio Núñez no supo ni pudo ser, evidentemente de mejor desempeño ingresando desde el banco, que desde el minuto cero.

Sin embargo, la expulsión evitable de Emilio Lazza, a los 16' de la segunda etapa, primero por "agarrarse" en el área contraria con un defensor visitante (demasiado estricto, Juan Pablo Loustau, pero ajustado al reglamento) y apenas unos minutos más tarde, por salir demasiado lejos a anticipar de cabeza e impactar con el brazo a un jugador visitante (falta "pava", pero de sanción irreprochable), otra vez y por segundo partido consecutivo, Morón volvería a quedarse con uno menos y a complicarse sólo, un trámite de partido que ya lo tenía complejo once contra once.

Pese a ello, en los minutos siguiente se vería lo mejor del Gallo en toda la tarde, apretando a su rival contra su arco, sin ideas, pero con vergüenza deportiva, generándole el poco de zozobra que soportara el visitante, en su debut en el Nuevo Francisco Urbano, aunque exponiéndose a contras salteñas, una más clara que la otra, y que a excepción de una notable atajada de Juan Rojas, el visitante se encargara de dilapidar todas y cada una, para fortuna de un Morón que, por si fuera poco, estaba "fundido" físicamente, por correr con diez durante media hora, más el agregado.

El cero a cero sin dudas que "califica" y preocupa en un equipo que, creyendo haberlo visto en su peor versión futbolística, no para de "superarse" semana a semana.


@elgallogustavo.


      📸: Eduardo Fabián Acuña.


sábado, 4 de mayo de 2024

La "modorra" santiagueña, la "sacudió" el protagonista menos pensado

Morón manejaba el trámite del partido, era superior a su rival (en los términos ya conocidos, de un Gallo muchas veces de toque repetido, intrascendente y muy escasa profundidad) y dentro de la "humildad de conjunto", de un encuentro de "vuelo bajo" y sin relieve, merecía un poquito más que el cero a cero, hasta que al regreso del entretiempo y a medida que Mitre demostraba su incapacidad para torcer el rumbo, al igual que sucediera tiempo atrás, en Rafaela (expulsó a Brian Machuca, por una falta inexistente en el complemento, cuando Morón lo ganaba bien y era muy superior), comenzaría el  "unipersonal" de. Alvaro Carranza, el árbitro cordobés en Santiago del Estero.

Primero a los 23 del segundo tiempo, con la expulsión, en este caso irreprochable de Facundo López, que intentando enmendar otro retroceso defensivo inadmisible del equipo de Fabián Nardozza, máxime ante un pelotazo previsible (el único recurso exhibido por los locales durante toda la tarde) desde la mitad de cancha, con destino al único punta en cercanías del área de Morón, el reiterado e inexplicable adelantamiento de sus compañeros de zaga, incluido el propio Lopéz y ya superado en velocidad por Franco Posse (el "9" de Mitre), para buscar el "cara a cara" con Juan Martín Rojas, con más desesperación que "timming", lo cruzaría duro desde atrás, en una acción prometedora de gol. Roja directa (otra más, para un López que juega muchas veces expuesto, por errores propios y ajenos) y el partido que empezaba a complicarse, en este caso por razones reglamentarias valederas.

La segunda expulsión de la tarde santiagueña se prodiciría casi a los 40 minutos del complemento, pero minutos antes, un par de hechos previos podrían encontrar explicaciones posibles, aunque no atendibles ni justificables, al cierre del "unipersonal" arbitral de Carranza.

Así las cosas, a los 11' de la misma etapa complementaria, Matías Romero reemplazaría a un inconexo Mauro Schönfeld y sobre los 33', otro buen ingreso de Patricio Núñez por Ezequiel Rescaldani, (con una sola opción de gol en el primer tiempo y siempre lejos del arco, como en sus peores momentos de la pasada temporada), harian que la supremacía posicional de Morón obtuviera más "picante" en los metros finales locales, tanto es así que en un puñado de acciones bien verticales de Núñez, abierto y "suelto" por la banda diestra, para luego "recortar" hacia el centro, dejaría en posición de gol a varios de sus compañeros, como Gonzalo Berterame y en especial al formoseño Romero, con las dos más claras, una de cabeza bien resuelta por el arquero y la otra ingresando solo por derecha, mal definida, al cuerpo del "1" de Mitre, Luciano Jachfe.

Con ese poquito, más una acción increíble desperdiciada por Juan Manuel Olivares, en la primera parte, un remate desde su propio campo de Gastón González, en el complemento, apenas desviada y aprovechando el adelantamiento del golero, a las cuales podría sumarse una doble acción, con dos potenciales infracciones dentro del área local, una a Romero (no pareció penal) y la segunda a Nicolás Henry (dudosa, pero sin embargo sancionable), y cuando en definitiva, Mitre no daba "señales de vida" y Morón parecía más cerca del triunfo con un jugador menos, a los 39 del segundo tiempo, en una acción sin consecuencia alguna y en "tres cuartos" del terreno local, el árbitro (de frente a la jugada) creyó ver un "codazo" de Matías Romero y dejaba al Gallo con dos menos, a falta de cinco minutos más el agregado.

En rigor de verdad, jugadas como la referida (a veces imprudentes, es muy posible) existen de a decenas en cada partido y salvo intervención de un asistente mejor ubicado (esta fue casi en mitad de cancha) o la asistencia del VAR en Liga Profesional, hay que estar muy convencido para sancionarla con tamaño rigor y sin ningún lugar a dudas. O en el caso de futuros refuerzos, al igual que en el caso de los defensores en el área, los clubes deberán plantearse seriamente contratar futbolistas amputados de sus extremidades superiores, para evitar este tipo de interpretación arbitral, ante un jugador que natural e instintivamente salta de espaldas con el brazo extendido, no sólo para ganar impulso, sino para evitar el golpe artero del defensor que viene de frente.

Como sea, aún con dos jugadores menos, lo de Mitre fue tan, pero tan pobre, que colaboró con un Morón que no debió sufrir en los minutos restantes, más allá de errores propios, como en la expulsión de Facundo López y en los condicionamientos que generan demasiados árbitros, en especial en plazas del interior, tradicionalmente "complejas", como lo es Santiago del Estero y en particupar, el modesto estadio de Mitre, club de fuertes e inocultables vínculos con el poder concentrado de AFA y el Colegio de Árbitros.

En este punto, no equiparemos posibles actos imprudentes propios del juego y la interpretación arbitral, con ser incautos respecto de "aquellos" que se "equivocan" adrede y digitan desde la "rosca" político-futbolera, muy ligadas desde siempre y más desde 2022, en el predio de Ezeiza.

Punto que vale, más como prueba de carácter, que por lo demostrado en el juego. 

En Santiago del Estero, la "modorra" de la tarde la "sacudió" el protagonista menos pensado.


@elgallogustavo.



      📸: Deportivo Morón.