domingo, 31 de marzo de 2019

Sin margen

Y Morón volvió a pagar demasiado caro sus errores o directamente sus "ausencias" futbolísticas, como el haber virtualmente "regalado" un tiempo, el primero, ante Guillermo Brown en Puerto Madryn, al igual que le ocurriera un par de jornadas atrás, también de visitante, en el "cachetazo" de Ferro en Caballito.

En efecto, el equipo de Alejandro Méndez y Walter Pico tardó '45 minutos en "entrar en partido", permitiéndole a un limitado conjunto local, ponerse con ventaja de dos goles arriba, mitad por méritos propios a la hora de "facturar" sus contadas, pero claras situaciones de gol, y mitad a partir capitalizar con acierto y oportunismo las facilidades que otorgara otra vez la última línea del Gallo, en particular durante la primera parte del encuentro.

Con la vuelta de Franco Racca, en lugar del lesionado Valentín Perales, recuperándose de los siete puntos de sutura recibidos en su frente, tras el choque de cabezas con su compañero, Matías Nizzo, el último domingo en el clásico ante Chicago,  y nuevamente sin "referente de área", aunque en esta oportunidad no por decisión táctica, sino por "fuerza mayor", ante las deserciones obligadas de Facundo Pumpido y Damián Akerman, quienes ni siquiera viajarían a Madryn, Morón jamás pudo encontrar el partido en aquellos primeros '45, y lo que es peor, volvió a mostrar por varios pasajes del desarrollo, ese "rostro" feo y preocupante del 1-5 con Ferro, desdibujado en lo individual y colectivo, sin reacción ni rebeldía y con una extrema vulnerabilidad en todas sus líneas.

Por eso, Juan Ramón Alsina, el primer marcador central local, cabecearía con tantas facilidades, para darle la ventaja inicial al conjunto chubutense, poco después del primer cuarto de hora, del mismo modo que a los '34, Lautaro Parisi, el mejor de los locales, hallara todas las ventajas para definir solo, ingresando al área sobre la derecha, para poner 2 a 0 a Brown de Madryn, ya en el primer tiempo, en un partido que parecía encaminarse a la "debacle" de Caballito, a pesar de las limitaciones del vencedor, disimuladas al máximo por un visita carente de la "tensión" necesaria, para encarar esta auténtica "final" por la permanencia, desde el minuto inicial de juego.

En el complemento, y con Ezequiel Lavezzi en cancha, en lugar de Luciano Lapetina, ya desde los '37 del primer tiempo, Morón salió de su "letargo" y en apenas dos minutos, consiguió el descuento, a través de un tiro libre de Nicolás Martínez, por una infracción sobre el vértice derecho, en perjuicio de Junior Mendieta, que luego de impactar en el palo diestro del arquero, ingresaría sobre su poste zurdo, "devolviendo" a la visita al partido, del mismo modo que el empate transitorio de Nicolás Ramírez, lo hiciera momentáneamente en la dolorosa derrota con Ferro.

Y sería allí donde se vería lo mejor del Deportivo Morón, retemplado ante la cercanía del resultado y mostrando la actitud ausente en los primeros '45, tanto es así que hasta podría haberlo empatado, antes de los '15, primero con otro tiro libre, en esta caso ejecutado por "Nico" Ramírez, que se iría apenas junto al "caño" izquierdo de Sebastián Giovini, y algunos minutos más tarde, ante una "chilena" con destino de "red" de Gastón González, que la mejor reacción del "1" local en todo el partido, privaría a Morón de un empate por entonces justo, puesto que en los primeros '20 del segundo tiempo, Brown no habría de pasar la mitad de cancha, por la presión asfixiante de un Gallo que volvería a "pagar" su falta de contundencia, en las pocas (o muchas) claras que genera.

Pasado su "cuarto de hora", casi en sentido literal de cronómetro, Morón "aflojaría" la presión y Brown lo aprovecharía para adelantarse en el terreno, emparejando el desarrollo en el medio, donde la modificación de Fabricio Alvarenga por Gastón González, no habría de brindarle a la "dupla", las soluciones requeridas para una visita que sin perder la iniciativa, había sí empezado a confundir los mejores caminos, aquellos que lo condujeran al descuento y casi a la igualdad, al comienzo de la segunda etapa.

Por su fuera poco, a diez del final, una reacción desmedida e innecesaria de Junior Mendieta (hasta allí, uno de los mejores de la visita, obligando con su velocidad y generando muchas infracciones, aunque evidenciando también los errores ya conocidos en la toma de decisiones en la "puntada final"), producto seguramente del estado de nerviosismo que nos envuelve a todos, sin excepción, tanto dentro como fuera de la cancha, determinaría su acertada expulsión por roja directa, de parte de un Sebastián Bresba de irreprochable arbitraje.

Con uno menos y dos "rivales" en cancha, Brown de Madryn y el "reloj", Morón iría por la  "heroica", con Juan Celaya por Cristian Lillo, para apostar a un empate agónico, en la "cancha de arriba", invirtiendo en el terreno los roles clásicos y habituales, puesto que Franco Racca terminaría jugando de "9", y hasta contaría con alguna chance para acercar peligro, bien hilvanada por el defensor de Morón y mejor resuelta por el arquero local, al igual que Emiliano Mayola, que jugaría los últimos minutos casi como mediocampista, tratando de aportar a un Gallo desesperado por traerse siquiera un punto.

Con el Gallito "jugado" por completo en ofensiva, y a "cara descubierta" en defensa, a tres minutos del final, Sergio González terminaría con una acertada definición, una buena contra local, para "decorar" un 3 a 1 de Brown en Madryn, exagerado en las cifras, pero congruente con un Morón que "regaló" un tiempo y cuando tuvo su "momento", no supo aprovecharlo de la misma manera.

Demasiadas "gentilezas" para un equipo al cual le cuesta demasiado generar fútbol y mucho más "traducir" su dominio en el arco contrario, y máxime en una situación límite como la que estamos viviendo respecto de la permanencia en la categoría.

Habrá que apostar a recuperar anímicamente al grupo, para encarar los últimos tres partidos de un torneo, con un sólo descenso en juego (entre los "directamente afiliados"), que ya se ha convertido en un auténtico e impensado suplicio.

La fe, es lo último que se pierde. Vayamos por Olimpo con las manos "entrecruzadas", implorando por "milagros" propios y ajenos.

Sin margen.


@elgallogustavo.



viernes, 29 de marzo de 2019

A Madryn, por tres puntos vitales

Luego del empate con "sabor a poco", frente a Nueva Chicago, en el Nuevo Francisco Urbano, donde el equipo de la "dupla", Alejandro Méndez y Walter Pico recuperara la "memoria" futbolística, precisamente un 24 de marzo, tras el "mazazo" de Ferro en Caballito, el Deportivo Morón afrontará su cuarta "final", de acá y hasta el final del campeonato, cuando este domingo desde las 16, visite a Guillermo Brown de Puerto Madryn, en el "Estadio Raúl Conti" de la ciudad chubutense, con el arbitraje de Sebastián Bresba, sin televisación de aire, ni streaming partidarios (salvo TyC Play, claro), por una resolución provincial, en el marco de la 22° fecha del Torneo de la Primera "B" Nacional, temporada 2018/2019.

Así las cosas, al cabo del último entrenamiento de la semana, en el Nuevo Francisco Urbano, asado de camaradería incluido, este sábado por la mañana, el plantel partirá rumbo al Sur, en la habitual línea aérea de bajo costo que los trasladara en el presente campeonato, para alojarse en el "Hotel Australis Yene Hue", sobre la avenida Julio Argentino Roca, en Puerto Madryn, con regreso pautado también vía avión, el mismo domingo 31, al término del encuentro.

Respecto de los convocados para la "final" ante Brown de Madryn, los "18" del Gallo registrarán tres cambios, respecto de los concentrados en ocasión del clásico del pasado domingo, puesto que ni Valentín Perales, en recuperación del fortísimo golpe en la cabeza con su compañero, Matías Nizzo (y por el cual recibiría nada menos que siete puntos de sutura en la frente), ni Facundo Pumpido, quien sufriera una lesión en uno de sus tobillos, en la práctica de fútbol del jueves, ni Damián Akerman, aquejado de una contractura desde el martes último, abordarán el vuelo que los depositará en la ciudad de las "ballenas francas" y las "tortas galesas".

Ante las deserciones obligadas de Perales, Pumpido y Akerman (que se suman a Diego Cháves, también baja por una lesión en el tobillo y quien difícilmente vuelva a jugar en el Deportivo Morón), Mariano Bracamonte, Mauricio Alonso y Ezequiel Lavezzi ocupará sus lugares, en el caso de los tres, seguramente en el banco de los suplentes.

Con relación al "once" de inicio que buscará tres puntos fundamentales en Puerto Madryn, que le otorgarían un "oxígeno" vital y casi decisivo en su lucha por asegurar la permanencia en la categoría, todo parece indicar que el mismo sólo registraría un cambio, con el ingreso de Franco Racca, en reemplazo del lesionado Valentín Perales, manteniendo el esquema de jugar sin "referencia de área", en esta ocasión por necesidad, ante las lesiones de Facundo Pumpido y Damián Akerman, con Nicolás Ramírez y Junior Mendieta alternando en ofensiva, tal cual lo hicieran en el clásico con Chicago, y le rindiera sus "frutos", dado el gol de "Nico" Ramírez, ingresando en típica posición de "9".

En definitiva, sin demasiados "misterios" y con la obligación de "traerse algo" de su "excursión" sureña, con la mirada puesta también en Los Andes-Temperley, que jugarán el sábado a las 13 y en Ferro-Quilmes, quienes lo harán el mismo domingo, desde las 15, el Gallo comienza a encarar su cuarta "final", por una tabla de los promedios que "desvela" a todo el Oeste.

1 de 4. 


@elgallogustavo.




lunes, 25 de marzo de 2019

No "maten" al fútbol

Si les queda un dejo de dignidad y verguenza, suspendan los ascensos y descensos de esta temporada, en todas las categorías de un Ascenso, "manchado" como nunca por el tráfico de influencias, la manipulación arbitral y la corrupción dirigencial.
La definición de la "B" Nacional es vergonzosa, la de la "B" Metro es bochornosa y el Federal "A" está inmerso en un escándalo de sospechas y acusaciones cruzadas.
Y ni la Superliga se salva, con la sanción "ejemplificadora" a San Lorenzo, rival interno en la última "elección" del Comité Ejecutivo del "38 a 38".
Mientras Juan Manuel Lugones (APreViDe) desafíe a los hinchas de Morón, ubicado entre la dirigencia de Chicago, Javier Marín digite los árbitros de los partidos del Ascenso y Claudio Tapia favorezca a los "amigos del poder" en AFA (sin olvidar el silencio cómplice y rentado de buena parte del periodismo deportivo)... el fútbol argentino estará condenado a que la pérdida de la pasión en unos cuantos, se lleve consigo el "negocio" de unos pocos.
Como sea, habrán "matado" al deporte más hermoso del mundo, en la "cuna" de Diego Maradona y Lionel Messi. Nada menos.
Aún están a tiempo.



@elgallogustavo.


domingo, 24 de marzo de 2019

Recuperó la "memoria" (un 24 de marzo)

Y en el partido más importante y esperado, nada menos que en el clásico frente a Nueva Chicago, el Deportivo Morón recuperó la "memoria" (precisamente un 24 de marzo, en el "Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia"), recuperando la fisonomía de equipo solidario y "combativo", supliendo muchas veces la falta de fútbol asociado, con sacrificio y prodigalidad, para "desterrar" la pálida y preocupante imagen de conjunto apático y desordenado, que entregara hace una semana atrás, en el lapidario 1-5 frente a Ferro en Caballito, "doloroso" en el resultado, pero fundamentalmente en el rendimiento individual y colectivo.

En efecto, ante su rival de siempre, en un Nuevo Francisco Urbano de gran concurrencia, calor y "color", el Gallo volvería a las "fuentes", apelando a una presión alta desde el inicio del juego, con dos "ligeritos" en ofensiva, como Junior Mendieta y Nicolás Ramírez, ambos de muy buen partido, en reemplazo de una "referencia de área", con Facundo Pumpido y Damián Akerman en el banco de los suplentes, con el máximo goleador histórico del club, ingresando a falta de diez minutos para el cierre del compromiso.

Así las cosas, con el correntino Mendieta "flotando" por todo el frente de ataque, generando desequilibrio en la última línea visitante, "Nico" Ramírez oficiaría de "9", en una interesante alternativa puesta en práctica, por la dupla Méndez-Pico, a quienes habrían de sumárseles Gastón Gonzalez por la banda derecha (desde el inicio, en lugar de Fabricio Alvarenga) y Luciano Lapetina por el carril opuesto, retornando al rol en que mejor rindiera, desde su arribo a la titularidad, dado el esperado regreso de Nicolás Martínez al lateral zurdo, para erigirse en el "abanderado" del sacrificio y mejor "intérprete" del cómo jugar un clásico, máxime en las actuales circunstancias, y a la postre el más destacado del Gallo (en un "podio" compartido con Mendieta y Ramírez), así como la vuelta al "once" de Maximiliano Paredes, otro de buen partido.

En un interesante primer tiempo del Deportivo Morón, con algo de fútbol y mucho de "entrega", el Gallito dominaría las acciones en dicha etapa de inicio, con una defensa mucho más sólida que frente a Ferro, en especial, con la necesaria recuperación de Emiliano Mayola, de regreso a su regularidad y sobriedad acostumbradas, y un "doble cinco" más acorde a cotejos anteriores, con Matías Nizzo otra vez en buen nivel y el acertado acompañamiento de Cristian Lillo, lo que le permitiría ejercer el control territorial y del balón, ante un Chicago confundido y "nervioso", aunque con la peligrosidad siempre latente de Alejandro Melo, Arnaldo González ó Juan Sánchez Sotelo, en un interesante conjunto de Walter Perazzo, que no casualmente se halla en la "pelea" por el título, con Sarmiento de Junín y Arsenal de Sarandí.

Por eso, a los '12 del primer tiempo, no sería de extrañar que, tras una gran proyección ofensiva del retornado "Maxi" Paredes, enviara un centro bien dirigido y a media altura, buscando a Nicolás Ramírez en el área, quien ante la floja intervención de Agustín Silva (seguro de arriba, pero con flaquezas por abajo), no tuviera más que empujarla a la red, casi sobre la línea de gol, para desatar el delirio de la multitud que se acercara al Nuevo Francisco Urbano, en una hermosa tarde de otoño en el Oeste.

Pese a la apertura del marcador, Morón no cedería la tenencia de la pelota, ni el predomino territorial, agudizando el nerviosismo de un Chicago que, incapaz de asumir el protagonismo del encuentro, en aquél primer tiempo, intentaría arrimar peligro con alguna pelota parada, desde los pies del "Pitu" González, quien por fortuna no contaría con la "puntería" de otras tardes, pese a la "generosidad" de un Yamil Possi, de mal arbitraje y decidido a cobrar todas las "divididas" en favor de la visita, máxime si se registraban cerca del área local.

Sobre el cierre de la primera mitad, en momentos en que el Gallo se imponía con autoridad, en un encuentro disputado con "dientes apretados", como todo buen clásico, Junior Mendieta contaría con una chance inmejorable de ampliar el triunfo parcial, luego de una fabulosa corrida por la derecha y al ingresar al área, ensayar una doble "finta" para dejar desairado y "enroscado" a su marcador, y así sacar un "latigazo" fortísimo de diestro, que se perdería tan cerca del "caño" izquierdo de Silva, que en primera instancia pareció gol y más de uno terminó con el grito "atragantado" en la garganta y agarrándose la cabeza, en señal de incredulidad..

Con el antecedente auspicioso del primer tiempo, todo parecía indicar que, sin retroceder demasiado, el equipo de Alejandro Méndez y Walter Pico debería "jugar" con la obligación, la necesidad y en especial, los "nervios" de Nueva Chicago, para intentar hallar espacios en la última línea y procurar definir el pleito de contra, sin embargo, el cambio de Nicolás Franco, delantero, por Gonzalo Miceli, volante de marca, le daría "frutos" rápidamente a Walter Perazzo, ya que a los '10 del complemento y tras una buena habilitación de Sánchez Sotelo, el "18" quedaría "cara a cara" con Bruno Galván, sobre el vértice derecho del área del Gallo, para definir con categoría, de "empeine" derecho y colocarla bien lejos del alcance del "uno" local, en la primera llegada bien hilvanada del visitante.

El pronto y sorpresivo empate de Chicago, "agrandaría" a la visita y confundiría al Gallito, que pese a la continuidad de sus intenciones y su vocación solidaria y de sacrificio, no lograría emular lo mucho y bueno evidenciado en los primeros '45, con un predominio repartido del terreno y el balón, con mayor participación de los mejores intérpretes visitantes, ya con la tranquilidad del punto transitorio.

Con el correr de los minutos, y sin demasiados desequilibrios en ambas áreas, Morón contaría con un remate defectuoso de Gastón González, desde buena posición, ingresando solo y franco por el sector izquierdo del área, mientras que la visita volvería a apelar a la "pelota parada" (con una gran atajada de Bruno Galván ante el remate "envenenado" del "eterno" Cristian "Gomito" Gómez), pero a diferencia de la primera etapa, con una mayor tenencia y dominio de la misma.

El ingreso de Fabricio Alvarenga por Luciano Lapetina (amonestado desde el primer tiempo) no le aportaría a Morón el desequilibrio perseguido, puesto que el ex Vélez sólo aportaría vértigo, pero no habría de finalizar con acierto ninguna de sus intenciones ofensivas. Del igual modo, el debut de Gonzalo Baglivo (en lugar de Gastón González), tampoco le reportaría a la "dupla" la tenencia del balón buscada, ya que el ex Lanús y el fútbol peruano no lograría "hacer pie" en el medio, en los minutos que le tocara jugar.

Ya en tiempo cumplido, y tras el choque de cabezas de Matías Nizzo y Valentín Perales, que terminaría con ambos cortados en su cuero cabelludo y con sendas vendas, Nueva Chicago contaría con una oportunidad inmejorable para quedarse con los tres puntos, luego de una buena jugada colectiva, por izquierda, que terminaría con un centro pasado para la llegada solitaria de Nicolás Franco, el autor del gol visitante, que por fortuna para el Gallo, en este ocasión no sería capaz de definir con la eficacia de aquella jugada del empate.

Con siete minutos de agregado y el pitazo final de un Yamil Possi, a quien le quedaría enorme tamaño partido, el uno a uno dejaría un sabor "agridulce", puesto que durante el primer tiempo Morón tuvo todo para ganarlo y controló a su clásico rival, pero no pudo sostenerlo en el complemento, y debió conformarse con un punto, que sin embargo suma, máxime en las actuales circunstancias.

En definitiva, con una imagen muy mejorada, más acorde a lo demostrado en cotejos anteriores, previos al "cachetazo" en Caballito, el Gallo jugó un interesante partido, ante un rival de jerarquía, y pese a no ganar, sumar un punto valioso que retempla el ánimo y las convicciones futboleras, de cara al desafío de los últimos cuatro compromisos de la temporada.

Y es que Morón recuperó la "memoria", precisamente un 24 de marzo, "Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia", y nada menos que ante su clásico rival de siempre.

Puerto Madryn, el domingo a las 16,  la próxima "parada" del "tren" de la permanencia.

Allá vamos, con toda la fe.



@elgallogustavo.



sábado, 23 de marzo de 2019

A "todo o nada" con Chicago

Luego del "cachetazo" de Ferro, y los dos triunfos al hilo de Los Andes, que complicaron notablemente la situación del Deportivo Morón, respeto de su posición en la tabla de los promedios, el destino y el fixture quiso que la necesidad de una urgente rehabilitación futbolera se imponga ante el clásico rival, como Nueva Chicago, quien por si fuera poco, se halla en "lucha" mano a mano con Sarmiento de Junín, por el ascenso directo a la Superliga, "condimentos" que convierten al cotejo frente al "Torito", de este domingo 24 de marzo, "Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia", a partir de las 15:05, en un compromiso vital para las aspiraciones de ambos, a falta de cinco encuentros para el cierre de la temporada.

Con el arbitraje de Yamil Possi, acompañado de Diego Verlotta y Mariano Rossetti como asistentes uno y dos, respectivamente, más Mariano Negrete como cuarto árbitro, el Gallo procurará sumar de a tres ante el conjunto de Mataderos, para recuperar la confianza "vapuleada" en Caballito y tomar un poco de "oxígeno", en una "pelea" por la permanencia impensada, a principios de campeonato (y hasta sólo algunas fechas atrás), pero que hoy lo tiene en una situación más que incómoda y preocupante, con el propio "Milrayitas" y Quilmes (que el lunes recibe a Brown de Adrogué, en el "Centenario"), como indeseados protagonistas principales, de un final de torneo a puro nervio y angustia.

Respecto del equipo, Nicolás Martínez estará de regreso en el once de inicio, luego de purgar la fecha de suspensión por llegar a la quinta tarjeta amarilla acumulada, importante y necesaria vuelta, de un referente dentro de la cancha, capaz de transmitir a sus compañeros la importancia de enfrentar a Chicago, máxime en una instancia decisiva como la actual, en su doble rol de jugador e hincha. 

Al mismo tiempo, y en comparación con los convocados para el cotejo con Ferro, Maximiliano Paredes es otro que estará de regreso, en este caso como titular, lo que determinará que Mariano Bracamonte se vea marginado de los concentrados (con Franco Racca en el banco y Mauricio Alonso como "19"), luego de dos promisorias presentaciones del juvenil lateral diestro, ante Quilmes y Sarmiento, una actuación con "claroscuros" frente a Brown de Adrogué y un flojo partido en Caballito, en rigor de verdad, al igual que toda la defensa y casi el equipo en su totalidad, en la actuación más decepcionante de Morón en mucho tiempo, más allá del contundente 1-5 del lapidario resultado.

Del mismo modo, con el muy probable ingreso de Gastón González desde el comienzo, en reemplazo de un Fabricio Alvarenga, de mucho vértigo en Caballito, pero escasa cobertura en el retroceso defensivo, constituye una alternativa cierta, considerada por Alejandro Méndez y Walter Pico, el jugar frente a Nueva Chicago sin "referencia de área" (con Facundo Pumpido y Damián Akerman entre los relevos), apostando a un equipo de "chiquititos", veloces y de mejor pie, con Junior Mendieta y Nicolás Ramírez más cerca del arco rival.

Así las cosas, en la reedición de un clásico siempre esperado, pero en esta ocasión, con el agregado especial de la necesidad imperiosa de sumar puntos, para lograr una "bocada de aire" en la lucha por mantener la categoría, el Deportivo Morón se juega mucho más que el "honor" de siempre ante Nueva Chicago, procurando recuperar la "Memoria", precisamente un 24 de marzo.

Sin margen para el error, a "todo o nada" con el "Verdinegro".



@elgallogustavo.



domingo, 17 de marzo de 2019

"Cachetazo" que lastima y preocupa

Y una tarde volvimos a hablar exclusivamente de fútbol, aunque no de la manera esperada y deseada.

En efecto, tras la sucesión de despojos arbitrales, desde el semestre pasado, pero con especial hincapié en las pasadas dos jornadas, con el bochorno de Barraza en Junín y la "bandera" permanentemente levantada, cual "barrera" descompuesta, del asistente Martín Saccone, en la derrota de la última semana ante Brown de Adrogué, en el Oeste, este domingo Morón sufrió una caída dolorosa y preocupante, por deméritos propios y virtudes ajenas, sin injerencia alguna de un Diego Ceballos regular como siempre, pero sin fallos determinantes en el 5 a 1 lapidario de Ferro en Caballito.

Y es que Morón jamás salió a "jugar" este partido, en el "Arquitecto Ricardo Etcheverri", con la peor actuación individual y colectiva en mucho tiempo, tanto es así que pareció tratarse de otro equipo, respecto del que dominara y mereciera ganar ante el líder, en Junín, de no mediar la vergonzosa intervención de Julio Barraza, y que aún en la derrota, y también jugando mal, nada tuviera que ver con el once frente a Brown de Adrogué, que debió ser empate, en este caso, "impedido" por Nazareno Arasa y el referido Saccone.

Sin embargo, la versión del Gallo que deambuló por el terreno de juego de Ferro, dejó tantos interrogantes como preocupaciones a futuro inmediato, puesto que más allá del lógico dolor por un durísimo 1-5, subsiste la preocupación por una actuación sencillamente paupérrima, que facilitara la labor de un local, que terminó haciéndonos cinco, pero que de no mediar algunas intervenciones de Bruno Galván, pudieron ser dos o tres más en la cuenta final.

Con "horrores" graves y repetidos a lo largo de los '90, en todas las líneas, pero en especial en defensa, ya que en sólo cinco minutos, Morón "amanecería" al partido uno a cero abajo, con el primero de su cuenta de Renzo Tesuri, el "10" local (tras una gran habilitación de Cristian Bordacahar), a los '2 de juego, y "zafaría" del segundo, puesto que el indiscutible penal cometido por Mariano Bracamonte, en perjuicio del propio Tesuri, resultaría desviado sobre palo izquierdo, por Gabriel Díaz, permitiéndole a la visita continuar en partido, por lo menos desde el resultado, puesto que en el desarrollo siempre habría de tenerlo lejísimo, con una supremacía notoria y notable de Ferro.

Para tomar real dimensión de lo muy malo de Morón, en su "tarde negra" de Caballito, resulta casi imposible encontrar a algún protagonista que se haya "salvado" del "naufragio" general, en un conjunto llamativamente "largo", en el campo de juego, sin profundidad, ni mucho menos fútbol en el medio, pero sin el quite y la contención acostumbrados del "doble cinco", y una fragilidad defensiva alarmante, tanto es así que el local generaba riesgo cada vez que se lo proponía, tanto sea por ambos laterales (con Luciano Lapetina en lugar de Nicolás Martínez, ausente por acumulación de amarillas), como por el medio de la última línea.

Y si el 0-1 era "precio" para un Morón superado en todas sus líneas y facetas del juego, el empate impensado de Nicolás Ramírez, a través de un golazo de tiro libre, le abría la posibilidad a la visita, a los '38 del primer tiempo, de pensar que el partido en el resultado no era una quimera, siempre y cuando en el entretiempo, pudiese tranquilizarse, ordenarse tácticamente y sobre todo, mejorar ostensiblemente en una defensa, donde los cuatro del fondo jugarían su peor encuentro en el torneo, quizá "contagiados" de un capitán, Emiliano Mayola, absolutamente errático, lento e impreciso, sin dudas en su rendimiento más pobre en mucho tiempo, tal vez desde sus comienzos con esta camiseta, cuando en tiempos de Mario Grana hacía "agua" como lateral zurdo.

Así las cosas, con la esperanza de un resurgimiento en el complemento, a partir de hallarse en partido desde las cifras, pero como quedara dicho, a muchos "cuerpos" de distancia de un local ampliamente superior en el trámite, el segundo tiempo no ofrecería aquellos cambios necesarios, y para colmo de males, Ferro lograría la contundencia que no tuviera en los primeros '45, para darle cifras ajustadas a los hecho por uno y otro al cabo de los '90.

Tanto es así, que "a duras penas", con "cero" fútbol en el mediocampo (quizá, Fabricio Alvarenga, haya sido uno de los pocos "rescatables", en su vuelta tras tres jornadas de ausencia por suspensión), a partir de un "Nico" Ramírez autor de un golazo, pero desdibujado como pocas veces, y un Junior Mendieta con las buenas intenciones de siempre, pero en esta oportunidad equivocando las decisiones en la mayoría de sus intervenciones, Morón volvería a estar "obligado" a cederle el protagonismo al local, puesto que el "doble cinco" se mostraría muy lejos de su rendimiento acostumbrado, con un raramente errático Cristian Lillo y un Matías Nizzo de mejor partido (sin redondear por ello una buena actuación), tal vez condicionado por las cuatro amarillas, que lo mantenían al límite de quedarse afuera del clásico del próximo domingo.

Sin profundidad en ataque, con la vuelta del goleador eterno, Damián Akerman, en lugar de Facundo Pumpido, participativo pero sin opciones de gol (salvo una en el primer tiempo, que Gabriel Díaz se la sacaría del "buche", dentro del área), sin recuperación ni fútbol en el medio y con la reiteración de fallas garrafales en la defensa (con Bracamonte en su peor versión, desde su arribo como titular, lo mismo que Valentín Perales, un Mayola desconocido y Luciano Lapetina con muchos problemas en la marca, aunque de mejor segundo tiempo), el dominio territorial y de balón de Ferro, daría sus frutos, desnivelando a través de Enzo Díaz, su máximo artillero, a los '15 de la etapa complementaria.

Luego del 2 a 1 del "Verde", Walter Pico mandaría al campo de juego a Facundo Pumpido (Alejandro Méndez había sido expulsado en el primer tiempo y al trasladarse por el sector de platea, debería soportar el intento de agresión de un nutrido grupo de (cobardes) plateístas locales, al igual que un miembro de prensa oficial del club, Leo Gabial, que en su intento por ayudarlo, resultaría también agredido físicamente y con el susto mayúsculo de su pequeña hija, que lo acompañaba en ese momento, razón por la cual vaya nuestra solidaridad con ellos y el más enérgico repudio con los violentos), para acompañar a Damián Akerman y Junior Mendieta en ofensiva, por Fabricio Alvarenga, lástima que las enormes ventajas de la última línea visitante volverían a facilitarle las cosas a Ferro, que hallaría con comodidad el 3 a 1, en los pies nuevamente de Renzo Tesuri, luego que Mayola perdiera la marca sobre Enzo Díaz y Perales se resbalara en el despeje.

Por si fuera poco, sólo dos minutos más tarde, el desconcierto absoluto de un Morón sin rumbo en la cancha, permitiría que a Cristian Lillo le "robaran" la pelota y ante el estatismo de la defensa, otra vez, Enzo Díaz convirtiese el 4-1, para darle cifras más ajustadas a un desarrollo en el que el Gallo jamás pudo hacer pie, más allá de la "joya" circunstancial, del empate de Ramírez, y sobre el cierre de la primera etapa, el mano a mano que Andrés Bailo le sacara a Alvarenga, en dos jugadas sinceramente de otro partido.

Con Mauricio Alonso en el terreno, luego de seis meses de ausencia por lesión, en lugar de Mendieta y de Gastón González por Ramírez, un Morón con la actitud de siempre, pero derrotado en el resultado y el desarrollo, recibiría el último "cachetazo" de una "tarde negra", en Caballito, con la corrida solitaria del ingresado Bruno Barranco, para que con sólo cinco minutos en cancha, anotara el quinto en tiempo cumplido.

El pitazo final de Diego Ceballos, de regular arbitraje, pero sin jugadas polémicas ni acciones u errores determinantes para la "chapa" definitiva del encuentro, nos devolvería los rostros de preocupación, dentro y fuera del "Ricardo Etcheverri", ante la consumación de una derrota dolorosa, lógicamente por los cinco goles, pero más allá de ello, por el profundo interrogante a futuro, a falta de cinco cotejos para el cierre del torneo y metidos de lleno en la "pelea" menos pensada, a principios de temporada: la "lucha" por la permanencia, "mano a mano" con Los Andes (que ganó y se acercó a tres puntos) y Quilmes (distante cuatro unidades, pero aún pendiente del partido de esta 20° fecha, con Sarmiento, de visitante, en la noche del lunes).

Y encima el domingo 24, a las 15:05, llega el "turno" de Nueva Chicago (nada menos), en el Oeste.

Para "salvar el año", sin dudas..., pero fundamentalmente para recuperar la fe y la "vertical" rápidamente, en procura de acercarse al objetivo de conservar la categoría, algo que por estas horas, genera una profunda preocupación que, lentamente, comienza a transformarse en angustia, en el corazón del hincha.

A mantener la calma, seguir confiando y salir de esta fea situación con trabajo. Y ganarle a Chicago, claro... Otra no queda.



@elgallogustavo.



sábado, 16 de marzo de 2019

Pensando en "Verde", como antesala del "Verdinegro"

Luego de la derrota en el Oeste, ante Brown de Adrogué, en otro "capítulo" del despojo sistémico que viene soportando el Deportivo Morón, en la presente temporada, pero con especial hincapié en el actual "sprint" final del certamen, donde se definen los ascensos y en particular, los descensos a la "B" Metro, el Gallo buscará un triunfo que le devuelva la tranquilidad, respeto de la tabla de promedios, cuando este domingo a las 16, visite a un rival directo en dicha "lucha" por la permanencia, como Ferro en Caballito, con el arbitraje de Diego Ceballos, acompañado de Duilio Montello y Walter Ferreyra como asistentes uno y dos, más Germán Bermúdez en rol de cuarto árbitro, en un cotejo sin televisación de aire, correspondiente a la vigésima fecha del Torneo de la Primera "B" Nacional 2018/2019.

Con la ausencia confirmada de Nicolás Martínez, quien ante el "Tricolor" de Adrogué llegara a la quinta tarjeta amarilla, la dupla de Alejandro Méndez y Walter Pico deberá decidir entre Luciano Lapetina, que venía ocupando un lugar en el "once" inicial, pero como volante por izquierda, o Juan Celaya, ya recuperado de la lesión que lo mantuviera marginado durante los últimos cuarenta días.

Como contrapartida, el que estará en condiciones de regresar, es Fabricio Alvarenga, quien seguramente volverá al carril derecho del medio juego del Gallito, tras purgar tres jornadas de suspensión, una sanción desmesurada por su expulsión ante Independiente Rivadavia, en Mendoza, ante una "plancha" habitual, de las que se registran por decenas en cada encuentro de cualquier categoría de nuestro medio.

Con Alvarenga por derecha, es muy factible que Junior Mendieta se corra a la banda opuesta, más teniendo en cuenta el posible atraso de Lapetina, hacia el lateral zurdo, manteniéndose la duda del volante "libre" sobre el centro, dado que luego de un gran partido frente a Quilmes, Gastón González bajó considerablemente su rendimiento, ante Sarmiento en Junín y Brown en el Oeste, lo cual abre la posibilidad del retorno de Nicolás Ramírez, desde el comienzo, un "Nico" que ingresara con "buen pie", en el complemento del cotejo ante el "Tricolor".

Asimismo, es de destacar la ausencia de Franco Racca, entre los convocados (con una molestia física) y la vuelta al banco de los suplentes del uruguayo Mauricio Alonso, de regreso luego de larga ausencia, al cabo de seis meses de una ruptura de ligamentos de rodilla, que lo dejara fuera del equipo, desde aquél encuentro amistoso ante River en Ezeiza, en la pretemporada de invierno de 2018.

Por último, ¿jugará Facundo Pumpido o regresará desde el inicio, el goleador eterno del Gallo, Damián Akerman, próximo a cumplir 39 años, el próximo lunes 25 del corriente?.

Así las cosas, un Morón preocupado por los hechos extra futbolísticos, que rodean al arbitraje y lo han privado de sumar no menos de seis unidades, que hoy lo tendrían con la tranquilidad de haber asegurado la permanencia en la categoría y mucho más cerca de la zona de clasificación al Reducido, procurará aventar "fantasmas" muy "vívidos" y repetidos, ganando en un escenario siempre complicado y esquivo como Caballito, para comenzar a olvidarse de los promedios y retemplar el ánimo, de cara al clásico del domingo 24, a las 15:05, con Nueva Chicago en el Nuevo Francisco Urbano.

Pero primero, lo primero..., y eso implica no venirse con "las manos vacías" ante Ferro.


@elgallogustavo.



sábado, 9 de marzo de 2019

"Masticar" bronca, no "vidrio".

Qué difícil se torna mantener la "compostura" y procurar hablar sólo de fútbol, aún en la derrota, cuando todo parece mezclarse y en esta AFA tan corrompida y sospechada, los pésimos arbitrajes y los fallos notoriamente perjudiciales van hilvanándose uno tras otro, precisamente en este lapso crítico de los torneos, donde se definen ascensos y, principalmente, descensos.

Y decimos esto porque Morón perdió ante Brown de Adrogué, este sábado por la tarde, en el Nuevo Francisco Urbano, en un partido que parecía encaminarse a un empate "clavado", casi que nos animaríamos a aventurar en cero, en el marco de un magro cotejo de los dirigidos por Alejandro Méndez y Walter Pico, que siendo una "sombra" de aquél que fuera despojado impunemente en Junín, el lunes último, careció de ideas para arrimar peligro al arco de Martín Ríos, y encima, en uno de los pocos errores que uno de los puntos más altos del equipo, como Bruno Galván, cometiera desde que se "quedara" por mérito propio con el arco del Gallo, la visita se valdría de esa salida fallida del "1", para capturar el rebote y llevarse un "premio" notoriamente excesivo del Oeste.

Eso desde lo futbolístico, donde Morón cometería un error, que pagaría carísimo y como contrapartida, desde lo individual y colectivo, jugaría el partido más flojo en buen tiempo, con la actuación destacada de Junior Mendieta, Cristian Lillo y Matías Nizzo, protagonista de otro gol mal anulado por los "hombres de amarillo", en este caso, por la "banderita" mal levantada de Martín Saccone, el asistente número uno de un pésimo Nazareno Arasa.

Y es allí donde comienza la otra historia, la de la vergüenza repetida, la de Arsenal en Sarandí, con Héctor Paletta, la de Bruno Bocca y Juan Carlos del Fueyo (línea número dos, en la tarde de sábado ante el "Tricolor" de Adrogué) con Mitre en Santiago del Estero, y el "eslabón" más reciente de esta "cadena" de despojos arbitrales, con el despropósito inadmisible de los fallos de Julio Barraza, en la noche del lunes, en Junín, para "robar" a cara descubierta, un partido que era transitoriamente de Morón en el juego y la "chapa" parcial, y de no mediar la intervención "protagónica" del árbitro, se encaminaba a serlo también en el resultado definitivo, ante el líder del torneo, en su propia casa.

Y también es allí donde uno desea fervientemente aventar "fantasmas" extrafutbolísticos y buscar razones sólo dentro de la cancha, por deméritos propios y virtudes ajenas a los puntos que en varias canchas ha resignado Morón, más en estas últimas fechas del campeonato, pero ocurre que esos mismos "espectros" se "aferran" al Gallo y se "renuevan" en cada partido, poniendo en tela de juicio la imparcialidad de los árbitros, ante la evidencia irrefutable y reiteradamente agotadora, que siempre se "equivocan" en contra del Deportivo Morón.

Porque pese a sus limitaciones de este sábado y a una baja actuación colectiva, en comparación con otros encuentros recientes, como frente a Quilmes y la misma bochornosa noche de Junín, el equipo de la dupla contaría con un gol legítimo, allá por los '20 del segundo tiempo, cuando tras el centro de Nicolás Ramírez (que había ingresado en lugar de Gastón González), y de un par de rebotes en el área, la última pelota impulsada por Cristian Lillo, terminara dentro del arco de Martín Ríos, pero Nazareno Arasa, a instancias de su asistente uno, Martín Saccone, habría de anularlo por una posición adelantada INEXISTENTE de Junior Mendieta... Sí, una vez más, los "fantasmas" de lo extrafutbolístico, pero por primera vez, en nuestra propia "casa".

Y es que existen muchas maneras de "despojar" a un equipo, comenzando por la más obvia y bochornosa, como los goles legítimos anulados en Sarandí, Santiago del Estero, Junín y el Nuevo Francisco Urbano, sino también convalidando goles rivales ilegítimos, como frente a Sarmiento o sancionando penales inverosímiles y absurdos, al igual que en la misma noche de Junín (a propósito,  a Morón no le cobraron un sólo penal en toda la actual temporada, sea verídico o fingido), puesto que también, el recurso de levantar la "banderita" durante toda la tarde, invalidando cada intento ofensivo propio, constituye otra forma "reglamentaria" de "despojo", tal como ocurriese con Martín Saccone, encargado del ataque del Gallo, en el segundo tiempo.

Sin ir más lejos, permitiendo ya que los "fantasmas" nos "tomen por asalto" el ánimo y el comentario, del mismo modo que "por asalto" nos han tomado los árbitros y asistentes, ante la pasividad y permisividad incomprensible de nuestra propia dirigencia, en la jugada de gol de Lucas Campana, a la postre el tanto de la victoria visitante, Galván le da un "puñetazo" a la pelota, impulsada desde la derecha de la defensa local, con la cercanía de un Nicolás Benegas, que bien podría haber sido sancionado por interferir con la acción del arquero de Morón, en el salto, en una jugada de "interpretación" asimilable a la registrada varios minutos más tarde, en el área de Brown, pero que, de muy similares características, en este caso Nazareno Arasa sancionara con infracción a Facundo Pumpido, por interponerse a Martín Ríos, cuando del rebote la pelota habría de quedarle justa a Cristian Lillo, sin marca cercana, para probar al arco desde inmejorable posición.

Con la "calentura" del "pitazo" final, de todo un Morón que ya venía con la "carga" del "despojo" en Junín, el ingreso al vestuario estuvo dado por los reclamos airados de los jugadores del Gallo, con el  propio Arasa como principal destinatario de sus lógicos reproches, suponemos cansados que todo el esfuerzo puesto en el campo de juego (jugando mal, bien o regular), se haya visto una vez más, alterado por las malas decisiones arbitrales, en jugadas puntuales y determinantes para el resultado definitivo del encuentro.

Es que una vez, puede ser error involuntario..., dos hasta casualidad y mala fortuna..., pero de tres en adelante, los yerros comienzan a poner en "tela de juicio" la imparcialidad y honestidad de los arbitrajes, máxime en esta etapa "sensible" de los torneos, y más cuando los "errores" siempre tienen como gran perjudicado a uno solo de los protagonistas, es decir, el Deportivo Morón.

No queda otra que volver a "masticar" bronca, y poner la mente "fría" para emprender un duro y vital compromiso por la permanencia, con Ferro en Caballito.

Eso sí..., hablamos de "masticar" bronca, jamás "vidrio".


@elgallogustavo.


viernes, 8 de marzo de 2019

Por el segundo consecutivo de local

Tras el empate con sabor a despojo, del último lunes en Junín, por los vergonzosos fallos arbitrales que perjudicaran claramente al Deportivo Morón, pero en un análisis futbolístico, con la tranquilidad y satisfacción de una gran producción ante el único líder del torneo, donde el Gallo superase por muchos momentos a Sarmiento y en la noche del "Eva Perón", la visita invierta los roles lógicos y jugara como el puntero, este sábado desde las 17, el equipo de Alejandro Méndez y Walter Pico deberá confirmar la importancia del aquél punto, conseguido con fútbol y sacrificio y sobreponiéndose a las injusticias de Julio Barraza, procurando sumar de a tres, nuevamente en "casa", ante un siempre complicado y bien "trabajado" Brown de Adrogué, que llegará al Nuevo Francisco Urbano con la premisa de sumar para no alejarse de la zona de Reducido.

Así las cosas, con el arbitraje de Nazareno Arasa, acompañado como asistentes, de Martín Saccone y Juan Carlos del Fueyo (el mismo línea que levantara la "banderita", en la noche santiagueña, a fines del año pasado, para invalidar el empate legítimo de Junior Mendieta, en tiempo cumplido, en otro cotejo bochornoso ante Mitre de aquella provincia) y sin televisación de aire, el Deportivo Morón seguramente repetirá equipo, respecto del once de inicio ante Sarmiento en Junín, dado el convincente rendimiento que exhibiera el pasado lunes, continuidad de otra muy buena producción, en el anterior compromiso como local, con triunfo por la mínima frente a Quilmes.

Sin embargo, la única variante se producirá en el banco de los suplentes, debido a la nueva lesión sufrida por el punta uruguayo Diego Cháves, quien en una de las últimas prácticas de la semana, sufriera un esguince de tobillo, cuyo tiempo de recuperación dependerá del grado de lesión del mismo, aunque sí es un hecho que lo marginará del encuentro ante el "Tricolor" de Adrogué.

Ante esta nueva baja obligada de Cháves, quien había retornado al primer equipo luego de larga ausencia, más precisamente desde la tercera fecha del campeonato, en la derrota ante Platense, en Vicente López, originalmente con un desgarro que más tarde se agravaría con una dolencia meniscal, que incluiría una "toilette" quirúrgica de la rodilla, su lugar será ocupado por Agustín Lavezzi, para acompañar a Damián Akerman, como alternativas ofensivas en el banco de los suplentes, más allá que también esté convocado y concentrado Juan Gabriel Celaya, otro que regresa de una ruptura parcial del tendón peroneo largo de su pie diestro.

En definitiva, un Morón que retornaría al Oeste, luego de su "excursión" juninense, con buenas sensaciones futbolísitcas, más allá de la bronca por el despojo arbitral, de un triunfo que mereció en la cancha y lo estaba obteniendo de forma parcial, hasta que Julio Barraza desnaturalizara el juego con sus fallos inadmisibles y perjudiciales para la visita, este sábado desde las 17 buscará consolidar el muy buen funcionamiento colectivo, alzándose con su segunda victoria consecutiva en el Oeste, para comenzar a olvidarse de las tabla de los promedios y empezar a darse el lugar a soñar con un lugar en el Reducido, en el "sprint" final del torneo.

A ganarle a Brown.


@elgallogustavo.



martes, 5 de marzo de 2019

El "protagonista" menos pensado: Julio Barraza

Y la noche de Junín, tuvo un protagonista tan impensado como determinante para el resultado final del encuentro... ¿Emiliano Mayola, el capitán del Gallo, autor de un gol, luego de largo tiempo?..., ¿Nicolás Miracco, responsable del empate de Sarmiento y del penal malogrado para el local?... Ninguno de los dos, ni los 20 jugadores restantes en el campo de juego. 

En efecto, el "protagonista" decisivo y exclusivo de una jornada vergonzosa en el "Eva Perón", no resultaría otro que Julio Barraza, responsable de dos sanciones inconcebibles, que privarían "arbitraria" (¿será que de allí proviene la etimología de "árbitro"?) y antojadizamente de un triunfo que Morón mereció y justificó durante los '90 de juego, de un gran partido ante el líder del torneo, de no mediar la intermediación incalificable de un Barraza imperdonable en sus groseros desaciertos, para no incurrir en el fangoso terreno de la buena o mala fe de los "hombre de negro" (ahora de "amarillo").

Es que corría el minuto 24 del segundo tiempo, y tras el certero "testazo" de Mayola, luego del tiro libre desde la izquierda de Nicolás Martínez, el Deportivo Morón justificaba la victoria parcial y dominaba las acciones y los tiempos de un partido con Sarmiento en Junín, donde los roles parecían haberse invertido, y el local que deambulaba incómodo ante su gente, no podía justificar su posición de privilegio en la tabla de posiciones, y mucho menos generarle peligro a una visita que llegó con la ambición de quedarse con los tres puntos, y lo estaba logrando con absoluta justicia, superando a su rival individual y colectivamente.

Sin embargo, un Julio Barraza que, llamativamente, había tenido una buena actuación al cabo de los primeros '45, tras el centro de Yamil Garnier, a la altura del borde del área grande de Morón, Nicolás Orsini (y otro de sus compañeros), habría de partir en búsqueda de la pelota, no menos de tres metros adelantado, razón por la cual la última línea visitante se quedaría "parada", en espera de la sanción del árbitro asistente, algo que jamás existiría y pese a no tomar contacto con el balón, pese a intentarlo en el salto, invalidando de manera inequívoca cualquier acción posterior, Barraza permitiría que la pelota continuara su curso rumbo a Nicolás Miracco, sobre el sector opuesto, quien luego de eludir a Bruno Galván anotaría el empate de Sarmiento, provocando la reacción airada de todo Morón, dentro y fuera de la cancha, ante lo inverosímil de una jugada, que debió ser invalidada en la previa, por la posición adelantada de Orsini, cuya intervención en grado de "tentativa", provocara que Galván se preocupara más por evitar la intervención del "9", que por ejemplo, de cortar el centro con destino a Miracco, autor de un gol que jamás debió ser convalidado.

Por si fuera poco, con un Morón desencajado ante el "despojo" arbitral, a poco menos de diez para el final del encuentro, luego de un forcejeo normal por la posesión de una pelota, de trayectoria paralela al arco, casi sobre la "margen" derecha del área, Barraza sancionaría una penal absurdo, por una infracción inexistente de Mariano Bracamonte (otra vez, de gran partido, confirmando todo lo bueno demostrado en el debut frente a Quilmes), para que Nicolás Miracco tuviese la oportunidad de dar vuelta un partido que el local perdía y de manera merecida, hasta que el árbitro se erigiese en protagonista excluyente, para "favorecer" al puntero en la búsqueda de un triunfo impensado e inmerecido.

Sin embargo, la "justicia" actúa muchas veces de manera "misteriosa", será por eso que el remate del "7" de Sarmiento impactaría en la base del poste izquierdo de Galván, ya jugado sobre su lado opuesto, para evitar la consumación de una injusticia aún mayor, incluso ante el rebote capturado por Nicolás Orsini, que se perdería cerca del palo diestro del "uno" de Morón.

Mientras el Gallo trataba de recobrar la compostura y evitar, por ejemplo, alguna expulsión, en los minutos finales contaría con un par de ocasiones como para llevarse el triunfo que fue a buscar, como el remate de Bracamonte que daría en el vértice zurdo del arco de Manuel Vicentini, u otro de Junior Mendieta, que apenas se iría por encima del "horizontal".

Pese al enojo y la amargura por la sensación lógica de "despojo", ante el pitazo final del árbitro, que los últimos minutos de adicional, los jugaría a "media luz", por un apagón en buena parte de la iluminación artificial del estadio, para redondear una actuación impresentable, el equipo de Alejandro Méndez y Walter Pico abandonaría el "Eva Perón" con el saldo positivo de una gran actuación, donde resultara superior al líder del certamen, en varios pasajes de los '90, y que en términos de merecimientos, dentro de un partido normal y no desnaturalizado por los erráticos fallos, se hubiese vuelto al Oeste seguramente con los tres puntos (si bien el empate, es de por sí valioso), de no mediar la intervención "protagónica" del menos pensado: Julio Barraza.

A "masticar" la bronca y pensar en Brown de Adrogué (el próximo sábado 9, a las 17), que se está por el buen camino, a pesar de todo y de todos.



@elgallogustavo.



domingo, 3 de marzo de 2019

A "honrar" la historia, "bajando" al líder en Junín

Luego del esperado desahogo del último domingo, con el necesario triunfo ante Quilmes, en el Nuevo Francisco Urbano, el Deportivo Morón afrontará un duro y exigente compromiso ante el único líder del certamen, Sarmiento de Junín, en el "Estadio Eva Perón", este lunes 4 del corriente, a partir de las 21:05, con el arbitraje de Julio Barraza, acompañado de Diego Martin y Ramiro Cabre, como asistentes uno y dos, respectivamente, sumados a Gastón Iglesias en rol de cuarto árbitro, en el marco de la 19° fecha del Torneo de la Primera "B" Nacional, temporada 2018/2019, en cotejo televisado por TyC Sports.

Respecto de la festejada victoria ante el "Cervecero", un rival directo del Gallo en la lucha por la permanencia en la categoría, el once de inicio de la dupla, conformada por Alejandro Julián Méndez y Walter Reinaldo Pico no sufriría cambios en su visita de riesgo a Junín, dado el muy buen rendimiento individual y colectivo del equipo, durante los '90 del cotejo en el Oeste, donde debió cerrar el partido por una diferencia mucho más amplia que el exiguo uno a cero final, producto directo de la falta de profundidad que Morón ha padecido a lo largo de todo el presente campeonato.

Así las cosas, las únicas dos modificaciones sólo se registrarían en el banco de los suplentes, con el regreso de Nicolás Ramírez, recuperado de la fuerte contractura en el gemelo derecho, que lo mantuviera marginado de los "18" durante un par de encuentros, en lugar de Nisim Vergara y la vuelta de Maximiliano Paredes, ausente ante Quilmes, incluso entre los sustitutos, por razones tácticas, por el "Pochito" Agustín Lavezzi.

De esta manera, un Morón que llega con los resultados "puestos" de Los Andes y Quilmes, ambos con empates agónicos, un triunfo del Gallo ante Sarmiento, le permitiría tomar aún más "oxígeno", respecto de la tabla de los promedios, y comenzar a pensar nuevamente en la clasificación al Reducido, hoy distante a siete puntos, pero cuyo último "boleto", el noveno en las posiciones, se halla en poder de un Agropecuario que aún debe quedar libre, a diferencia del Deportivo Morón que ya lo hiciera en la 15° jornada.

En definitiva, sin demasiadas dudas, respecto de los "18" que este domingo emprenderán el viaje a Junín, con la ratificación de la confianza en el juvenil lateral diestro, Mariano Bracamonte, de promisorio debut ante Quilmes, el Gallo buscará repetir la "tradición" histórica, aquella que indica que siempre, en cualquier tiempo, temporada o categoría, se ha "especializado" en "bajar" a los punteros, tanto en el Oeste como a "domicilio".

Entonces, a hacerle "honor" a esa historia y dar el "batacazo" ante el único líder, Sarmiento, en Junín, trayéndose tres puntos fundamentales para el Oeste, que ratifiquen el muy buen triunfo ante Quilmes y permitan encarar el tramo final del torneo Nacional, mirando más hacia arriba que hacia abajo de la tabla.


@elgallogustavo.