Luego de la derrota en el
descuento, con Atlanta en Villa Crespo, del último martes, el Deportivo Morón
debía dar una prueba de carácter (otra más, en 22 partidos efectivamente
disputados), para recuperarse rápidamente y vencer, ante su público, a un duro
rival como el Comunicaciones de Alejandro Orfila, encaramado en el cuarto
puesto de la tabla de posiciones.
Así las cosas, y lejos de
complicarse o evidenciar signos de abatimiento por la pérdida del invicto de 18
jornadas, en el “León Kolbowski”, el equipo de Walter Otta convertiría en
sencillo, lo a priori difícil, para superar con inobjetable claridad y hasta
por momentos con suficiencia, a un “Cartero” que opondría cierta resistencia
hasta la media hora del primer tiempo, hasta que Damián Emilio Akerman, el “súper
héroe” inoxidable del Oeste, en la tarde de su cumpleaños 37, volviera al gol
ante “Comu”, nada menos que para abrir el camino a una victoria imprescindible,
al tiempo de concretar el gol 100 en el Nuevo Francisco Urbano y, fundamentalmente,
inscribir su nombre en letras de oro, en otra de tantas páginas memorables
aportadas a la historia grande del Gallo, convirtiendo su tanto 150 con la camiseta
que mejor le sienta, en los albores de un mediodía de sábado que preanunciaba
una tarde de fiesta.
En efecto, hasta ese instante “mágico”,
de recuerdo imborrable en las retinas de los afortunados contemporáneos al
enorme goleador histórico de la institución, Comunicaciones se había opuesto lo
más posible a la ambición permanente de un Morón, que siempre tiene como “norte”
el arco de enfrente, bajo la premisa de la pelota al piso y la combinación a
uno o dos toques, con un Nicolás Francisco Ramírez que comenzaría a erigirse en
la figura indiscutida del encuentro, aún por encima del dueño de todos los
récords en el Oeste, apostado sobre la franja izquierda para “lastimar”
continuamente a la defensa visitante, a fuerza de gambeta, velocidad, pausa,
criterio, habilidad y mucho talento, no exento de sacrificio y solidaridad, a
la hora de marcar y colaborar en la recuperación de la pelota.
Por eso, apenas iniciado el
segundo tiempo, Nicolás Ramírez, el mejor de la tarde, tendría su premio en la
red adversaria, tras conectar de cabeza un centro preciso de Emmanuel Giménez
(otro al que le sobra calidad y de gran partido, que sin embargo deberá
perderse el próximo cotejo, al recibir la quinta amarilla, de parte de Gonzalo
López Aldazábal), para adelantar al Gallo dos a cero y, a fuerza de goles, pero
también de dominio y buen juego, ir cerrando de a poco un partido que, apenas ’47
antes, preocupaba y mucho por la actualidad y rendimiento del conjunto de
Agronomía.
A partir de allí, el Deportivo
Morón profundizaría su predominio sobre la visita, hasta controlar balón y territorio
casi a voluntad, máxime con la expulsión de Federico Barrionuevo, el “distinto”
del “Cartero”, por doble amonestación, resultando cuestión de tiempo y
precisión en los últimos metros, para que el Gallo volviera a vulnerar el arco
de Sebastián Giovini, arquero de la visita, esta vez, a través de Matías Pardo
(reemplazante de Rodrigo Díaz, lesionado), quien definiría abajo y esquinado, ingresando por
la izquierda, como corolario de una gran contra encabezada por Damián Akerman y
continuada en la habilitación y pase gol por Nicolás Ramírez, por si algo le
faltaba a su tarde perfecta en el Nuevo Francisco Urbano.
Con el 3-0 lapidario y más de ’25
por delante, el Deportivo Morón dosificaría energías y reguardaría “piernas”,
luego de un reinicio de torneo apresurado y con un calendario apretado, en
procura de un cuarto tanto que finalmente no llegaría, pero tampoco descuento alguno
ni siquiera sufrimiento, en los “dominios” de un seguro Milton Alvarez que, por
estos tiempos, constituye sin dudas el mejor arquero de la categoría.
Tras el “tropiezo” en Villa
Crespo, el Gallo debía dar una gran muestra de carácter y la otorgó con creces,
jugando uno de sus mejores partidos en el campeonato, para hacer sencillo lo
difícil y derrotar con claridad y contundencia a un Comunicaciones en alza.
La punta es sólo nuestra. Con
fútbol, goles, fiesta y el recuerdo de otra tarde histórica e inolvidable
protagonizada por el emblema futbolístico máximo de todos los tiempos.
Simplemente… ¡¡150 veces GRACIAS,
DAMIAN EMILIO AKERMAN!!.
@elgallogustavo.
Foto: gentileza, Prensa Deportivo Morón.