domingo, 29 de septiembre de 2024
Cambio de imagen y punto.
domingo, 22 de septiembre de 2024
Cada vez peor...
Morón volvió a perder y por tercer fin de semana consecutivo, sus “horrores” defensivos lo condenaron tempranamente a otra caída, con dos goles plagados de “licencias”, que su rival de turno, en este caso, Mitre de Santiago del Estero, aprovechara para ponerse 2 a 0, en el Nuevo Francisco Urbano, antes de los 15 minutos del primer tiempo.
Quinta derrota, de ocho encuentros, en el breve ciclo de
César Monasterio, pese a ello, resulta evidente que el responsable no es el
actual DT (a cargo de un plantel que vio pasar cuatro cuerpos técnicos en la
misma temporada), pero al mismo tiempo, deja en evidencia que, por lo menos
hasta el momento, no ha podido ser tampoco la solución, para un equipo que
difícilmente la tenga y menos la encuentre en los cinco juegos que faltan para
el final del torneo.
Con varias modificaciones tácticas, en especial en la
defensa, con los ingresos de Mariano Bracamonte, Brian Machuca e Iván Vaquero,
en lugar de Rodrigo Arciero, Agustín Gómez y Nicolás Henry, respecto de la
última línea que “hiciera agua” en Mar del Plata, en la jornada pasada, sumados
a la vuelta como titular de Gonzalo Berterame por el mismo Vaquero, que ante
Aldosivi jugase más adelantado y ante Mitre regresara a su posición original de
lateral zurdo, sin embargo, ninguno de los cambios nominales lograron cambiarle
el pálido “semblante” al equipo, con actuaciones individuales para el olvido,
incluso de algunos que habían mostrado un mejor nivel, como el caso de Fernando
Moreyra o Julián Vitale.
Tras el “espejismo” de algunas aproximaciones en los primeros
instantes del partido, en la primera acción “seria” de la visita, Matías
Kabalin, el volante diestro de Mitre, ingresaría sin oposición por su banda,
hasta quedar “cara a cara” con Juan Martín Rojas, que en principio podría
rechazar el remate, pero de su rebote largo (una vez más, el Gallo perdiendo
las “segundas pelotas”) Cristian Díaz, el “once” santiagueño impulsaría un pase
“filtrado” para otro ingreso solo, en este caso por el medio, de David Romero,
para que el “nueve” la “puntee” al gol ante la salida del arquero, mientras sus
compañeros de defensa se quedaban “atornillados” al piso y pidiendo posición
adelantada.
Iban apenas nueve minutos de juego, la visita se ponía 1 a 0
y como si no resultara suficiente “golpe”, apenas un par de minutos más tarde,
otra pelota con destino al punto del penal, del área de Morón, Thiago Lauro que
pifia el rechazo alto y Moreyra que cierra tarde, dejándole el espacio ideal a Kevin
Isa Luna, el “10” visitante y la figura del partido, para meter un remate seco
al palo derecho de Rojas y sellar el 2 a 0 de Mitre, casi sin “despeinarse”, en
dos llegadas y apenas 14 minutos del primer tiempo.
Lejos de reaccionar y acercarse siquiera al descuento, antes
del final de la primera mitad, el equipo de Mario Sciacqua podría haberse ido
al descanso con uno y hasta dos goles más de ventaja, uno evitado por Rojas y
otro increíblemente malogrado por David Romero, el autor del primero.
La pregunta subyacente es: Mitre fue demasiado bueno en esos
primeros 45’ o Morón todo lo contrario?. La respuesta resulta clara, ante un
mediocre conjunto santiagueño que supo aprovechar cada “horror” local, para
marcar tanta diferencia, en apenas un tiempo.
Ya en el complemento, Monasterio buscó torcer la historia,
con Matías Romero, Patricio Núñez y Gastón González (de regreso, tras su
desgarro) en reemplazo de Matías Castro, Santiago Sala y Lauro, generando un
poco más de “asociación” en el medio, con Lautaro Disanto (de lo poco
rescatable del primer tiempo) y en especial, el empuje de Mariano Bracamonte,
el “abanderado” de la búsqueda, siempre marcando el camino a sus compañeros y que
tendría su “premio” personal a los 12 de la segunda etapa, con un zurdazo desde
afuera del área, que marcaría el descuento con complicidad del arquero
visitante, Joaquín Ledesma.
Pero si Morón colabora siempre de manera indispensable con
sus adversarios ocasionales, en su propio arco, no recibe idéntica reciprocidad
en el contrario, razón por la cual la posibilidad de alcanzar el empate resultó
menos que una quimera futbolera, pese a los 33 minutos por delante y las vulnerabilidades
de Mitre.
En el horizonte venidero asoma la visita a Salta, para
enfrentar a Gimnasia y Tiro, el próximo domingo y luego el “Lobo” mendocino de
local y Nueva Chicago en Mataderos.
En este marco, el único deseo posible es no pasar una
vergüenza histórica ante el actual puntero de la zona.
Ojalá lo entiendan dentro de la cancha y puedan redondear un
partido a la altura del desafío clásico, para no generar más tristeza en el afuera.
Un afuera que requiere de un 2025 con mayor competencia en
los tomadores de decisiones. O repetiremos la debacle, con otros nombres.
@elgallogustavo
domingo, 15 de septiembre de 2024
"Todo pasa"...
Entre tantas peculiaridades que ha evidenciado esta penosa temporada del Deportivo Morón, una de ellas, ha sido la resucitación sistemática (y metafórica, claro está) de “muertos” futbolísticos.
Sin ir más lejos, este último sábado, el Gallo “revivió” a
un Aldosivi que no ganaba desde hacía seis fechas, y le permitió además conseguir
su mayor diferencia de gol en toda la competencia: 3 a 0.
En efecto, tras el “espejismo” del pasado fin de semana,
el equipo de César Monasterio volvió a la “normalidad” y cayó 3 a 0 en su
visita a Aldosivi, en el José María Minella de Mar del Plata, en otro partido que
empezó perdiendo desde el “vestuario”, cuando poco y nada había pasado,
pero esta vez no pudo revertirlo, como en la fecha pasada ante Estudiantes de Río
IV.
Con Iván Vaquero como externo por izquierda, en lugar del suspendido
Mariano Bracamonte y el regreso de Nicolás Henry como lateral zurdo, Morón una vez
más se complicaría solo, perdiendo una pelota en el medio, para que el “Tiburón”
facture el “regalito” prematuramente: Lautaro Disanto que intenta jugar hacia
atrás con Julián Vitale, que mal ubicado o sorprendido no logra retener el pase
y en su defecto, lo “rebota” para que Alan Sosa, el “7” local se acerque al área
sin oposición y saque un remate “teledirigido” al fondo del arco de Juan Martín
Rojas, apenas cumplidos los seis minutos de juego.
Tras algunos minutos de incertidumbre, en los cuales Aldosivi
pudo y estuvo cerca de usufructuar el gol tempranero, para aumentar la ventaja,
paulatinamente Morón volvió a ponerse en partido y a “merodear” el arco local, claro
que fiel a su costumbre, todo se redujo a centros sin destino, para un Matías
Castro que “choca” sin sentido y no gana ninguna, ni de alto, ni por abajo, y el
resto de sus compañeros que evidencian igual de voluntad, pero con idénticas
carencias de “herramientas” futbolísticas para torcer un destino de derrota, que
parece marcado de antemano, ante la impotencia de un Morón que roza la lástima.
Sin embargo, en aquél pobre primer tiempo, una mano insoslayable
para todo el estadio mundialista, menos para un reconocido caradura como Luis Lobo
Medina, privaría a la visita de la posibilidad del empate, por un penal clarísimo
no cobrado, que para este Gallo deshilachado
no resultaría garantía de nada, pero tal vez hubiese modificado el devenir de las
cosas.
Ya en el segundo tiempo, en poco más de cinco minutos Aldosivi
definiría el pleito de manera increíble, con otros dos goles casi calcados: desbordes
por el lateral de Vaquero, devenido otra vez a marcador de punta, por el ingreso
en el entretiempo de un disminuido Gonzalo Berterame, en lugar de Henry, ambos
con despejes a medias de Rojas y la ausencia de toda la defensa en los rebotes,
para que Elías Torres, el “11” local, “facture” por duplicado y se convierta en
la insospechada figura del partido, con sus dos goles (a los 4’ y 11’ del segundo
tiempo), con la inestimable complicidad (como todo el torneo) del arquero y su última
línea.
De allí y hasta el final, con el resultado definido desde
los albores de la segunda mitad, las mejores chances de descontar estuvieron en
los pies de Matías Romero, que con sus conocidas limitaciones a cuestas, generó
en 15 minutos bastante más que Castro en 75’.
Ahora será tiempo de recibir a Mitre de Santiago, para intentar
sumar esos tres puntos que nos “salven” matemática y definitivamente de reválida
y descenso.
Ya sólo faltan seis partidos para que termine este calvario
de torneo.
Y no bastan los ensayos de autocrítica de los responsables
primarios y principales de tamaño papelón y desastre, en los micrófonos de los
medios partidarios.
El daño infligido a Morón es cruel y es mucho. Máxime cuando la hipocresía se apodera del discurso público, mientras en privado aflora la verdad inconfesable e incómoda (como las "goteras" del gimnasio).
“Todo pasa”, rezaba el paradigmático anillo de Julio
Humberto Grondona.
@elgallogustavo.
📷: Ilustrativa.
lunes, 9 de septiembre de 2024
Ganó Morón y es noticia
Por fin... Volvió a ganar Morón.
Debieron pasar 57 días para que el Gallo volviese a sonreír y a sumar de a tres, desde el sábado 13 de julio, por la fecha 23, en la victoria 1 a 0 ante Chaco For Ever, en el Nuevo Francisco Urbano, con el gol de Mauro Schönfeld (29’ ST).
O cuatro meses y once días, desde la última vez que dio vuelta un resultado y convirtió dos goles en un mismo partido, desde el 28 de abril, por la fecha 13, también en el Oeste, tantos de Gastón González de penal (10’ ST) y Patricio Núñez (29’ ST), ante Aldosivi, casualmente el próximo rival del equipo de un César Monasterio, que además consiguió su primera victoria como entrenador del equipo.
Por fin volvió a ganar Morón, pese a comenzar perdiendo desde los "vestuarios", con el gol de Luis Abraham a los 3 minutos de iniciado el juego, luego de un tiro de esquina desde la derecha, el centro que rebota en el punto del penal, sin que nadie la toque y desde afuera del área, con total liberad, sin cobertura de la "segunda pelota",, el lateral zurdo de Estudiantes de Río Cuarto "clavara" un "zapatazo" a media altura y al palo más lejano, de un Juan Martín Rojas que nada podría hacer, para evitar el 1 a 0 de la visita, en su primera aproximación "seria".
Con este panorama prematuro de por medio, la posibilidad de sumar, no sólo un triunfo necesario, sino tan sólo un punto, parecía menos que una quimera, para un equipo que sólo una vez había revertido un resultado y que venía de convertir apenas cuatro goles en los últimos siete juegos sin triunfos, con tres derrotas en fila.
Sin embargo, más allá de una buena atajada del propio Rojas, ante un remate a distancia de William Machado, un par de minutos más tarde de la apertura del marcador, Morón comenzaría a evidenciar esa positiva respuesta anímica que esbozaria una semana antes, en la caída en el final ante Colón en Santa Fe, que le permitiría acercarse a un empate que mereció, en los cinco minutos agregados.
Con el juvenil Thiago Lauro como "abanderado", la figura excluyente de la tarde-noche en el Oeste, bien acompañado por un Lautaro Disanto activo y "picante" cerca del área rival, más el orden ya acostumbrado de Julián Vitale (un auténtico "técnico" dentro de la cancha) y un recuperado Santiago Sala, con todas sus limitaciones a cuestas y sin sobrarle nada, el Gallo demostraría rebeldía para modificar su suerte y personalidad para ir al frente, con fútbol o sin él, generando un par de aproximaciones al arco visitante, siempre en los pies o la cabeza de Lautaro Disanto.
Hasta que a los 31 minutos del primer tiempo y luego de un lateral largo desde la derecha, a cargo de Rodrigo Arciero (de mejor "semblante" en los últimos dos cotejos), la pelota "picaría" en el centro del área, sin que nadie la tocase, hasta que Vitale lograra apenas "peinarla" hacia atrás, donde llegaría sólo Lautaro Disanto, para impulsarla al fondo del arco, para un enorme grito de gol y desahogo dentro y fuera de la cancha.
Con el envión anímico del merecido empate, el Gallo aprovecharía su momento, como muy pocas veces en el presente torneo, valiéndose de una sucesión de errores visitantes, para que el mejor de la noche, Thiago Lauro, se emocionase y nos hiciera emocionar a todos, con su primer gol como profesional, a los 43 minutos de la etapa inicial.
Estudiantes de Río IV que intenta salir jugando por su lateral izquierdo y ante la buena cobertura de Morón, emprende el camino de regreso hasta su arquero, Juan Strumia, que dentro de su área grande y simulando preparar un remate largo, le marca el pase corto por el centro, a su compañero, Marcio Gómez, que mal perfilado y presionado por Matías Castro (sin chances de gol, pero una vez más, de encomiable voluntad para ir a todas y "fajarse" con los defensores rivales), perdería contacto con el balón, para que Thiago Lauro la dominara fuera del área e ingresando a ella, el joven de 19 años, con inferiores en Cambaceres y su primer contrato profesional firmado en el Gallo, definiera con serenidad y categoría junto al poste zurdo de Striuma, para las lágrimas contagiosas del pibe y el 2 a 1 de Morón, antes del cierre de los 45' iniciales.
El complemento casi que estuvo de más, con un Morón que prefirió resguardar la diferencia, esperando a su rival en campo propio y un Estudiantes de Río IV, sin ideas ni variantes, que jamás supo complicar a la defensa del Gallito, generando entre ambos un segundo tiempo sin situaciones de gol, entre la necesidad local de atesorar el demorado triunfo y la impotencia visitante.
Debieron pasar demasiadas semanas y hasta meses, para volver a gritar no uno, sino dos goles, para revertir un resultado adverso y sumar de a tres, luego de ocho fechas "eternas".
Ojalá sea un nuevo comienzo, para ganar en confianza y puntos extras, necesarios para alejarse definitivamente del fondo de la tabla y comenzar a pensar en la próxima temporada.
Ganó Morón y vaya si es noticia.
@elgallogustavo.
📸: Deportivo Morón.
lunes, 2 de septiembre de 2024
Lo perdió sólo...
Morón volvió a perder, hilvanando su tercera
derrota consecutiva, en una visita a Colón en Santa Fe, que a priori resultaba
un partido "perdible", dada la disímil actualidad de ambos, pero con
el 0-1 puesto y a la luz del desarrollo de un encuentro chato, parejo y
disputado, el equipo de César Monasterio debió traerse un punto, pero otra vez,
le facilitó las cosas a un rival que no sabía cómo romper el cero, hasta
complementar su insólita inoperancia en el arco ajeno, con sus infaltables y
decisivas "contribuciones" en el área propia.
Con todas sus debilidades a cuestas, ya conocidas,
referidas y padecidas hasta el cansancio, el Gallo llegaba a este pleito ante el
“Sabalero”, con un “mal de ausencias” extra, a partir de las lesiones de Gonzalo
Berterame, Gastón González, Nicolás Henry y Agustín Curruhinca, sumadas a la
suspensión de Fernando Moreyra, el más regular de la defensa, expulsado en el
final de la caída frente a Almirante Brown.
Con Brian Machuca por Moreyra, acompañando en la
zaga a Agustín Gómez, Iván Vaquero en lugar de Henry, Mariano Bracamonte reemplazando
a Patricio Núñez, Thiago Lauro por González y Santiago Sala en lugar de
Curruhinca, Morón supo llevar a Colon a su juego, bajando el ritmo y la
intensidad a las urgencias del “Sabalero”, redondeando un buen primer tiempo,
con la tenencia del balón, sin pasar sobresaltos en su última línea y generando
un par de chances de peligro, como el anticipo de Matías Castro, apenas iniciado
el partido, que terminaría en la cancha de Unión (por lo alto y desviado del
remate) y la más clara de la primera mitad, con la media vuelta de Bracamonte, dentro
del área, despejada al tiro de esquina por Manuel Vicentini, en el único intento
visitante en todo el cotejo, con destino cierto de arco.
Con buenos rendimientos de Thiago Lauro, hasta que
“aguantara” físicamente, de Lautaro Disanto (el único capaz de aportar algo de claridad,
en ausencia de Gastón González), de Bracamonte, “obligando” permanentemente, más allá
de su “barullo”, de Julián Vitale y el correcto desempeño de toda la defensa, en
particular de los laterales, con Vaquero en buen nivel y tal vez, el mejor partido
de Rodrigo Arciero, desde su debut con gol incluido, en el “espejismo” del 3-0
de la primera fecha con Brown de Adrogué, Morón llevaba con acierto y sin sufrimiento
en su arco, el desarrollo de un cotejo en el que Colón buscaba, pero sin ideas,
e incluso dejando “huecos” en su retroceso, algunos aprovechados por Morón, en
el complemento, como en aquél desborde y centro de Vaquero, que Bracamonte en
el punto del penal, remataría al arco con zurda y la pelota rebotaría en su pierna
derecha, para irse desviada por encima del travesaño.
Hasta ese momento, el equipo de Rodolfo de Paoli
sólo había inquietado con un remate fuerte, bien contenido por Juan Martín
Rojas y un par de remates “envenenados” de Brian Farioli, el “10” del “Sabalero”.
Pero en apenas dos minutos, entre los 38 y 39 del
segundo tiempo, todo lo bueno hecho por el Gallo, dentro de sus limitaciones, que
le alcanzaban para “maniatar” y controlar a Colón ante su gente, se esfumaría
en beneficio de las incapacidades locales, entre malas decisiones, errores repetidos
y hasta ingenuidad en acciones puntuales.
Como en la jugada de la expulsión de Emilio
Lazza, que había ingresado diez minutos antes por Sala y en su pretensión de anticipar
de cabeza a su rival, en una acción intrascendente, pegada al lateral izquierdo,
saltara de manera evitable e imprudente con la rodilla en alto, provocando la falta
y la roja directa de Fabricio Llobet.
Y de ese tiro libre, mal ejecutado en principio,
tanto que parecía pelota recuperada por la visita, la escasa y tardía reacción
de los jugadores de Morón, permitirían recuperar el control del balón largo y del
intento de rechazo “al bulto” en la puerta del área grande, la pelota con algo
de fortuna se introduciría dentro de la misma, entre el amague y “recule” de Rojas
en salir a cortar, el rechazo defectuoso de cabeza de Gómez, que terminaría con Fernando Barrientos habilitando (involuntariamente) de "pecho" a
Nicolás Talpone, mal cerrado por los defensores y con al arquero a mitad de
camino.
Uno a cero a falta de seis minutos para el final
de un partido, que de no mediar tamaña cantidad de “licencias”, dudas y errores
por parte de Morón, tenía destino irremediable de empate sin goles.
Pero habría más, en los cinco minutos agregados,
porque el Gallo apretaría como nunca a su rival, contra su área y lo lograría,
pero su conocida inoperancia ofensiva, lo privarían de un empate justo, en dos
acciones tan claras como emblemáticas de su incapacidad irremediable de llegar al
gol: en la primera, Matías Romero, mal ubicado, se interpondría de manera insólita,
en el remate al arco de Rodrigo Arciero rechazando su intento, y en la última “bola”
de la noche, Iván Vaquero tomaría un inmejorable rebote en el área y con el arco
a su merced, la mandaría… a Rosario.
No lo ganó Colón. Lo perdió Morón.
A falta de ocho fechas, trece puntos nos separan
del descenso y la reválida.
Ojalá no lo suframos más de la cuenta. Ya la decepción
es demasiada para terminar penando por la permanencia.
@elgallogustavo.
📸: Deportivo Morón.