Morón perdió con Quilmes 2 a 1 y resignó un invicto de once partidos, retrocediendo al 19° lugar en la tabla de posiciones, aunque el Reducido esté distante a sólo tres unidades, con 18 puntos en juego por delante.
Como le pasara semanas atrás, en Mataderos, y antes en Isidro Casanova y en el Nuevo Francisco Urbano, frente a Chacarita, en el inicio de la temporada, el Gallo no pudo ganar ninguno de los clásicos que le asignara el fixture, resignando puntos ante las "versiones" más "devaluadas", en bastante tiempo, de todos ellos, pero en especial, de Nueva Chicago y Quilmes, éste último, derrotándolo con demasiado poco y en ambos casos, muy lejos de aquellos choques por el Reducido de la temporada pasada, en la que construyeran una "llave" pareja y atrapante, apenas definida en favor del "Cervecero", por una mayor puntería a la hora de la definición por penales.
Con el mismo equipo que derrotara por la mínima a Maipú de Mendoza, en la agonía del último cotejo en el Oeste, un Morón en franca remontada de puntos, pero en declive futbolístiico desde Mataderos a esta parte, sostuvo durante buena parte del encuentro, un duelo con Quilmes, en el cual el "Cervecero" hizo mayores méritos para quedarse con los tres puntos, complicando continuamente a la visita, desbordandolo desde los laterales, generándole al Gallo un problema insoluble al cabo de los 90' y por donde se generarían las acciones de gol locales, una en cada tiempo.
Luego de un comienzo intenso, pero parejo, Morón no asomaría con la firmeza defensiva de otras fechas, además de mostrarse vulnerable en el medio (pese a otro buen partido de Santiago Ubeda, en el podio de los destacados, como ya es costumbre) y una vez más, sin peso ofensivo, con Gonzalo Salega muy controlado, Mateo Levato alternando buenas y malas, con el sacrificio de siempre y un Leonardo Ramos que desconcierta, porque tras dos o tres presentaciones para ilusionarse, desde hace varios partidos que no gravita, ni obliga, ni genera.
Cuando poco y nada había pasado, más allá de las buenas intenciones de unos y otros, a los 14' del primer tiempo, Lucas Comesaña sancionaría con penal, a favor de Quilmes, un cruce de Damián Adín, que asomaría poco menos que "mancha" en términos de juegos infantiles, "gentileza" árbitral que Iván Colman aprovecharía para adelantar en el marcador al "Cervecero", con un remate sobre poste zurdo, de un Juan Martín Rojas que apostaría a quedarse parado en el medio del arco.
Pese a la desventaja, Morón no decaería ánimicamente, tanto es así que apenas cinco minutos después y en otra acción más dudosa que la infracción en el área de Morón, un roce apenas visible para Lucas Comesaña, determinaría la sanción de otro penal, en este caso en favor del Gallo, que Gastón González "cambiaría" por el gol del empate, definiendo sobre palo diestro, a los 19' del primer tiempo.
De allí y hasta el final de la etapa, poco más sucedería para alterar la paridad parcial, más allá de un tiro libre de Lucas Angelini y un par de cabezazos en el área visitante, con demasiadas "licencias", tanto para enviar el centro desde las bandas, como para impactar de cabeza a escasos metros de Rojas.
Ya en el complemento, Morón cedería la iniciativa a la necesidad del local y sin volumen de juego en el medio, ni repentización para el quite o siquiera ganar las "segundas pelotas", de tanto ir en búsqueda del desnivel, en una jugada en la que Quilmes movería la pelota con paciencia, de un lado al otro de su ataque, Mariano Pavone, recién ingresado y determinante en las cuatro o cinco "bochas" que tocara, habilitaría por derecha, a Martín Ruiz Díaz, lateral diestro devenido en volante externo, para "engañar" a Rojas con un remate cruzado al segundo palo y definír fuerte al primero, para el 2 a 1 de Quilmes, a los 23' del segundo tiempo.
Pese a los cambios, Morón no hallaría la lucidez ni la claridad para llegar a un nuevo empate, a excepción de un remate de Levato, bien contenido en el área chica por el arquero local y en el tiempo agregado, una gran acción individual de Matías Córdoba, que otra vez el "1" quilmeño salvaría, enviando la pelota al tiro de esquina.
Con el pitazo final de un presumible mal arbitraje de Lucas Comesaña, Morón caería luego de once partidos, retrocediendo al 19° puesto en la tabla, aunque el Reducido siga a "tiro", a sólo tres puntos de distancia.
Sin embargo, y por el juego que evidenciara el equipo, en las últimas tres jornadas, pareciera que la clasificación se hallara mucho más cerca desde lo numérico, que desde el nivel futbolístiico demostrado desde la tarde de Mataderos a la noche del "Centenario".
Ahora, viene "La Lepra" mendocina al Oeste, y más tarde el irregular Ferro en Caballito, siempre esquivo para el Gallito.
Cerca en lo numérico, lejos en los futbolístiico, restan seis jornadas para "echar el resto" e ilusionarse, aunque la realidad se empecine en recortarnos los sueños.
@elgallogustavo.
📸: Deportivo Morón.