martes, 30 de agosto de 2022

Tan cerca, tan lejos...

Morón perdió con Quilmes 2 a 1 y resignó un invicto de once partidos, retrocediendo al 19° lugar en la tabla de posiciones, aunque el Reducido esté distante a sólo tres unidades, con 18 puntos en juego por delante.

Como le pasara semanas atrás, en Mataderos, y antes en Isidro Casanova y en el Nuevo Francisco Urbano, frente a Chacarita, en el inicio de la temporada, el Gallo no pudo ganar ninguno de los clásicos que le asignara el fixture, resignando puntos ante las "versiones" más "devaluadas", en bastante tiempo, de todos ellos, pero en especial, de Nueva Chicago y Quilmes, éste último, derrotándolo con demasiado poco y en ambos casos, muy lejos de aquellos choques por el Reducido de la temporada pasada, en la que construyeran una "llave" pareja y atrapante, apenas definida en favor del "Cervecero", por una mayor puntería a la hora de la definición por penales.

Con el mismo equipo que derrotara por la mínima a Maipú de Mendoza, en la agonía del último cotejo en el Oeste, un Morón en franca remontada de puntos, pero en declive futbolístiico desde Mataderos a esta parte, sostuvo durante buena parte del encuentro, un duelo con Quilmes, en el cual el "Cervecero" hizo mayores méritos para quedarse con los tres puntos, complicando continuamente a la visita, desbordandolo desde los laterales, generándole al Gallo un problema insoluble al cabo de los 90' y por donde se generarían las acciones de gol locales, una en cada tiempo.

Luego de un comienzo intenso, pero parejo, Morón no asomaría con la firmeza defensiva de otras fechas, además de mostrarse vulnerable en el medio (pese a otro buen partido de Santiago Ubeda, en el podio de los destacados, como ya es costumbre) y una vez más, sin peso ofensivo, con Gonzalo Salega muy controlado, Mateo Levato alternando buenas y malas, con el sacrificio de siempre y un Leonardo Ramos que desconcierta, porque tras dos o tres presentaciones para ilusionarse, desde hace varios partidos que no gravita, ni obliga, ni genera.

Cuando poco y nada había pasado, más allá de las buenas intenciones de unos y otros, a los 14' del primer tiempo, Lucas Comesaña sancionaría con penal, a favor de Quilmes, un cruce de Damián Adín, que asomaría poco menos que "mancha" en términos de juegos infantiles, "gentileza" árbitral que Iván Colman aprovecharía para adelantar en el marcador al "Cervecero", con un remate sobre poste zurdo, de un Juan Martín Rojas que apostaría a quedarse parado en el medio del arco.

Pese a la desventaja, Morón no decaería ánimicamente, tanto es así que apenas cinco minutos después y en otra acción más dudosa que la infracción en el área de Morón, un roce apenas visible para Lucas Comesaña, determinaría la sanción de otro penal, en este caso en favor del Gallo, que Gastón González "cambiaría" por el gol del empate, definiendo sobre palo diestro, a los 19' del primer tiempo.

De allí y hasta el final de la etapa, poco más sucedería para alterar la paridad parcial, más allá de un tiro libre de Lucas Angelini y un par de cabezazos en el área visitante, con demasiadas "licencias", tanto para enviar el centro desde las bandas, como para impactar de cabeza a escasos metros de Rojas.

Ya en el complemento, Morón cedería la iniciativa a la necesidad del local y sin volumen de juego en el medio, ni repentización para el quite o siquiera ganar las "segundas pelotas", de tanto ir en búsqueda del desnivel, en una jugada en la que Quilmes movería la pelota con paciencia, de un lado al otro de su ataque, Mariano Pavone, recién ingresado y determinante en las cuatro o cinco "bochas" que tocara, habilitaría por derecha, a Martín Ruiz Díaz, lateral diestro devenido en volante externo, para "engañar" a Rojas con un remate cruzado al segundo palo y definír fuerte al primero, para el 2 a 1 de Quilmes, a los 23' del segundo tiempo.

Pese a los cambios, Morón no hallaría la lucidez ni la claridad para llegar a un nuevo empate, a excepción de un remate de Levato, bien contenido en el área chica por el arquero local y en el tiempo agregado, una gran acción individual de Matías Córdoba, que otra vez el "1" quilmeño salvaría, enviando la pelota al tiro de esquina.

Con el pitazo final de un presumible mal arbitraje de Lucas Comesaña, Morón caería luego de once partidos, retrocediendo al 19° puesto en la tabla, aunque el Reducido siga a "tiro", a sólo tres puntos de distancia.

Sin embargo, y por el juego que evidenciara el equipo, en las últimas tres jornadas, pareciera que la clasificación se hallara mucho más cerca desde lo numérico, que desde el nivel futbolístiico demostrado desde la tarde de Mataderos a la noche del "Centenario".

Ahora, viene "La Lepra" mendocina al Oeste, y más tarde el irregular Ferro en Caballito, siempre esquivo para el Gallito.

Cerca en lo numérico, lejos en los futbolístiico, restan seis jornadas para "echar el resto" e ilusionarse, aunque la realidad se empecine en recortarnos los sueños.


@elgallogustavo.



           📸: Deportivo Morón.

lunes, 22 de agosto de 2022

"SaleGOL", triunfo en el epílogo e ilusión

Corría el minuto 41 del segundo tiempo, el "Mariscal" Cristian Paz, ya instalado en ofensiva, tomó la "lanza" y se internó en territorio rival, sobre el vértice diestro del ataque del Gallo, casi pegado a la raya y muy cerca de la línea de fondo. Un defensor de Deportivo Maipú de Mendoza, que frena la embestida del "2" de Morón, cuyo rebote lo toma Javier Bayk (una vez más, determinante, desde su ingreso al inicio del complemento) para "apoyarse" en Santiago Coronel, que llegaba libre y de frente al arco, para que el "Topo", otro relevo de preponderancia, al igual que en Mataderos, asistiera de manera fenomenal, con un exquisito pase en "cortada", para la llegada "solitaria" de Gonzalo Salega, "recortando" del centro hacia la derecha, para sacar un "latigazo" diestro, bajo, potente, rasante e inapelable, rumbo al poste más lejano de Gonzalo Rehak (el "12" mendocino, en cancha desde casi el inicio, por la lesión prematura del titular, Juan Cozzani), para que Morón "delire", con otro agónico gol, que le diera tres puntos fundamentales, para meterse en zona de clasificación a "Copa Argentina" y dejarlo a sólo dos unidades de la línea del Reducido.

Hasta allí, el Gallo no había jugado uno de sus mejores partidos, frente a un rival de buen "pie" e individualidades interesantes, dentro de la dinámica de un encuentro que tuviese en Morón, al protagonista de las acciones, buscando el desequilibrio por los laterales, mientras el "Botellero" apostara a su atildado manejo de la pelota, para procurar "lastimar" de contra.

Repitiendo por tercera vez consecutiva, el once titular que goleara a Almagro en el Nuevo Francisco Urbano y empatara en el descuento a Nueva Chicago, el equipo de Alejandro "Chiche" Migliardi y Joaquín Iturrería se mostraría una vez más, sólido y consistente en defensa, desde las manos de Juan Martín Rojas, que respondiera con acierto y sobriedad en las pocas que lo "convocaran" a intervenir, con el reiterado punto alto de la zaga central, con Paz y Lucas Abascia siempre en gran nivel, y otro muy buen partido de ambos laterales, tanto de Damián Adín como de Lucas Angelini (reemplazado casi en el final, por una lesión). 

En el medio, otra buena "faena" de Santiago Ubeda, le permitiría a Morón mostrarse equilibrado, en especial, a la hora del retroceso, con un Gastón González no tan "fino" como en Mataderos, un Gonzalo Salega por izquierda, nuevamente decisivo, "punzante" y desequilibrante en el "uno a uno", y por la banda derecha, un Alan Schönfeld, que propone sacrificio en la cobertura defensiva, pero que le está costando "horrores" volver a ser aquél jugador determinante, capaz de llevarse la marca a fuerza de potencia, llegar al fondo y sacar al centro, que tantas asistencias le aportara al Gallito, en el torneo pasado.

Una vez más, la ofensiva resultaría el sector más errático de Morón, con un Mateo Levato sacrificado y solidario como nos tiene acostumbrados, pero sin hallar eco en un Leonardo Ramos desconocido, al que le sobra voluntad, pero le falta precisión en los pases y complementación con sus compañeros, para poder sacar provecho de lo que mejor hace: marcar diferencias dentro del área contraria.

En ese contexto, el primer tiempo se iría con escasas acciones ofensivas para destacar, de ambos lados, salvo la jugada de Levato, que terminaría con la lesión de Cozzani, al inicio del juego y algún que otro centro cruzado desde la izquierda, que a poca estuviese de desviar al gol, Cristian Paz, al igual que ocurriese en ese mismo escenario, frente a Estudiantes de Río Cuarto.

En el complemento, el ingreso desde el inicio de Javier Bayk, dotaría a Morón de un desequilibrio mayor por la franja derecha, tanto es así que, apenas ingresado y comenzado el segundo tiempo, armaría una gran jugada personal, que finalizaría con un remate que pedía "red", de no mediar el "manotazo" salvador de Gonzalo Rehak, para que la pelota diese en el travesaño y "atragantara" el grito de gol en todo el Oeste.

En un segundo tiempo no bien jugado, pero con mayor búsqueda de ambos lados, desde los 20' en adelante, el partido se "rompería" en el mediocampo, donde el centro del campo se convertiría en apenas una zona de "tránsito", sin las previsiones ni los recaudos defensivos de la primera mitad.

Y en ese contexto, de tanto ir e ir, de la "patriada" de Cristian Paz, a falta de cuatro minutos en el reloj, el rebote lo capturaría Bayk, para cederle el balón a Coronel que llegaba libre y sin marcas por el medio, y con tiempo para pensar y "frotar" la "lámpara", asistir en "cortada" a Gonzalo Salega, que ingresando por el centro, abriría el "empeine" de botín diestro, para ubicarla junto al poste derecho, bien lejos del esfuerzo del arquero de Maipú, para el 1 a 0 de un Morón que sigue de racha (ya son 11 sin perder), incursiona en zona de clasificación a "Copa Argentina" y se ilusiona con ingresar a un Reducido, distante a dos puntos y que 20 días atrás parecía menos que una utopía.

Ahora, llega el turno de Quilmes, en el "Centenario", un partido muy esperado por más de uno, para saldar viejas "cuentas" de una pasado reciente y de malos recuerdos en el Oeste.

Y quién te dice, Morón... Quién te dice...

Hoy..., hoy todo es posible.


@elgallogustavo.



        📸: Alejandra Busto.

lunes, 15 de agosto de 2022

En la última "bola", enmudeció a todo Mataderos

Y este Morón de espíritu retemplado y con mayor fortaleza anímica, pudo reponerse del "golpe" propinado por Nueva Chicago, con el desnivel en el epílogo del primer tiempo, para en la última "bola" de la tarde, y luego de dominar durante todo el complemento, hallar su "premio", en el tercer minuto agregado, con un tiro libre estupendo ejecutado desde dentro del semicírculo del área local, por un "especialista" como Santiago Coronel, para poner en valor un punto merecido y trabajado con decisión y sacrificio, que enmudeciera a todo Mataderos e hiciera delirar al Oeste, a la distancia física, frente al televisor, la compu o la radio.

Y es que no hubiese sido justo que el Gallo se fuera del "República de Mataderos" con las "manos vacías", por culpa de una distracción en el cierre de la etapa de inicio, cuando las mejores chances habían sido de la visita, como la "medía chilena" de Mateo Levato (el mejor de Morón) o el "manotazo" in extremis del arquero, tras el centro del propio Mateo, para evitar que en el segundo palo, pudiese definir solo Leonardo Ramos, jugadas que comenzarían a perfilar a la figura del encuentro: César Taborda, el "1" de Chicago, principal responsable que el empate del Gallito no llegara antes, respondiendo con acierto en cada jugada de riesgo, como también en aquel remate con destino de red, de Gastón González (otro de gran partido), al comienzo del segundo tiempo.

Hasta que el "Topo", Santiago Coronel, tomase el tiro libre en la "medialuna", producto de una grosera e innecesaria infracción al borde del área, consecuencia de la desesperación por marcar, de un Chicago que hizo del desgaste físico y el sacrificio en todas sus líneas, la "receta" para "resistir" las búsquedas de la visita (con mucha más lucidez y peligrosidad, a partir del ingreso de Javier Bayk), ante un Morón que en gran parte de los 90', pero en especial durante la totalidad del complemento, fuese el protagonista exclusivo del clásico, frente a un "Torito" dispuesto a abroquelarse en su campo, sin demasiada vocación de ir por el segundo de contra, sostenido por la figura de su arquero, imbatible hasta los 48' del segundo tiempo.

Con el mismo once de inicio, de la goleada en el Oeste, frente a Almagro (es decir, con los regresos de los suspendidos y ausentes en Puerto Madryn, Santiago Ubeda, Alan Schönfeld y Gonzalo Salega, en lugar de Cristian Lillo, Mariano Bracamonte y el mencionado Bayk), Morón afrontaba su quinto partido en menos de 20 días (con dos viajes incluidos, a Mar del Plata y el Sur del país), y nada menos que en Mataderos, frente a su clásico rival de toda la vida, frente a su gente y con la urgencia de cortar una racha de once encuentros sin triunfos y sumar de a tres, dada su peligrosa cercanía con el descenso, algo con lo que "coquetea", en rigor de verdad, desde hace no menos de tres temporadas a esta parte.

En esa primera etapa, Chicago apostaría al derroche físico y el sacrificio de su juvenil equipo, intentando sorprender a Morón, a espaldas de sus laterales, algo que lograría en algunas ocasiones, por la velocidad de sus extremos, Brian Guerra y Franco Bustamante (el autor del tanto de cabeza) y el "desgaste" de su referencia de área, Paul Charpentier, bien acompañados por el "gestor" futbolístico, el más "experimentado", José Luis Fernández.

Como contrapartida, el Gallo se sostendría en la seguridad de su zaga (siempre con Ubeda como "rueda de auxilio"), con otro gran rendimiento de Lucas Abascia, nuevamente en el podio de los más destacados, y el primer pase ofensivo de un recuperado Gastón González, en esta oportunidad sin "descarga" por las bandas, porque Gonzalo  Salega no repetiría el desequilibrio de partidos anteriores y Alan Schönfeld no lograría hacer pie en Mataderos, déficit compensado por la prodigalidad habitual de Mateo Levato, que se las arreglaría para bajar unos metros o ir a los costados, para "pivotear" o encarar él mismo, ganando a los defensores por velocidad y capacidad técnica, aunque no encontrara el eco esperado en Leonardo Ramos, otra vez impreciso con la pelota en los pies, pero importante para "llevarse la marca" o "peinar" balones en el área contraria y "fajarse" con los defensores rivales.

En ese contexto, sólo las intervenciones de César Taborda, para evitar el golazo de "medía chilena" de Levato o con un "manotazo", que por el segundo palo, Ramos adelantara a Morón, en la última acción del primer tiempo, el local hallaría un "hueco" para avanzar por la izquierda de su ataque, con una floja respuesta, primero de Schönfeld en el medio y más tarde de Damián Adín, lo que demandaría que Cristian Paz saliera a cubrir, fuera de la "cueva" y superado en el centro, sólo en el área chica, Franco Bustamante aprovechara la ausencia de Paz, en su posición, para cabecear con potencia y sin oposición al fondo del arco visitante, ante un Juan Martín Rojas que tal vez pudo salir a cortar el centro, pero no lo hizo.

Con la sorpresiva e injusta desventaja, en el mismo cierre del primer tiempo, Morón saldría al complemento con la necesidad lógica de asumir el protagonismo, en procura del empate, algo que Chicago le permitiría, cediéndole a la vista, terreno y balón, para refugiarse cada vez más en su propia mitad del campo, a medida que pasaban los minutos y el Gallo se venía (a veces sin mucha claridad y en otras con mayor fluidez, en especial con el ingreso de Javier Bayk) con más y más gente contra el arco de Taborda.

Y tras "ahogarle" el grito a González, al comienzo de la segunda etapa (uno de los mejores momentos de Morón) y responder con acierto en cada acción en que debiera intervenir, llegaría la infracción a metros del área local, en tiempo agregado que, nobleza obliga, Pablo Dóvalo podría haber omitido (de acuerdo a sus "antecedentes" dirigiendo al Gallo) y sin embargo sancionó, como correspondía a la jugada, para que unos minutos después, Santiago Coronel, que había ingresado en el complemento, sacara un derechazo potente y "de rastrón", aprovechando el salto de la barrera, para ponerla abajo, inalcanzable, junto al palo diestro del arquero y enmudecer a todo un barrio, que ya festejaba un triunfo injusto, pero necesario como el aire.

En otra prueba de carácter, Morón puso en valor un punto agónico en Mataderos, frente a su clásico rival, por el que hizo suficientes méritos a lo largo de los 90', en una nueva demostración de convicción y fortaleza anímica, pese a la adversidad, que en otro momento del actual campeonato, seguramente hubiese terminado en derrota.

Ahora, a dos puntos del Reducido y con ocho partidos por delante, todo depende de este retemplado Morón, que acumula diez cotejos sin derrotas, pero en especial, el temperamento y la confianza en las propias fuerzas, que la dupla técnica supiera inculcar desde el banco y los jugadores convencerse y llevarlo a cabo dentro de la cancha.

Enhorabuena.


@elgallogustavo.



        📸: Deportivo Morón.


miércoles, 10 de agosto de 2022

De "cabeza" (ajena y propia) y a "tiro" del Reducido

Que el fútbol, desde hace un buen tiempo, excede largamente lo estrictamente futbolístico (valga la aparente redundancia), ya no constituye ninguna novedad. La preparación física, pero también la fortaleza mental y emocional, implican factores determinantes, en el deporte moderno, para comprender los "momentos" personales, así como los rendimientos colectivos.

En ese aspecto, hace sólo tres partidos atrás, en la previa del primer triunfo "eslabonado", ante Alvarado en el "José María Minella", Morón se hallaba (con dos y hasta tres cotejos menos, es dable destacarlo) a escasos cuatro puntos de la zona "roja" del descenso y hoy, con nueve de nueve conseguidos en las últimas jornadas (dos de ellas de visitante), el equipo de Alejandro "Chiche" Migliardi y Joaquín Iturrería se encuentran a tres..., pero de la línea de ingreso al Reducido.

Misterio?.. Ninguno..., sí, una mejora futbolera continua y evidente, que se fue plasmando partido a partido, a pesar de la sucesión de empates, sin triunfos, algún cambio de sistema táctico que colaboró con un mejor equilibrio del equipo y fundamentalmente, la convicción en las propias capacidades individuales y colectivas, que potenció los rendimientos personales y arrastró (para bien) al conjunto, tal vez sumados a una pequeña dosis de "fortuna" o de contundencia en el arco contrario, ausentes casi por completo en no menos de 23 cotejos precedentes, salvo honrosas excepciones a esta regla no escrita de la presente temporada.

Y de esta manera, con dos triunfos en fila, que trajeron muchísima tranquilidad, en el momento más crucial del equipo y del torneo, con el ánimo individual y colectivo retemplado y una "cabeza" más fuerte para creer en las propias fortalezas y "explotar" las debilidades ajenas, con inteligencia y paciencia, Morón hilvanó su tercera victoria consecutiva, algo inédito en el campeonato y con otro triunfo bien planificado, buscado y trabajado en los 90' de juego, el Gallo ganó también por primera vez dos cotejos consecutivos, en condición de visitante, para sacar once y doce puntos de distancia del "infierno tan temido" y, consecuentemente, acercarse a sólo tres unidades de un Reducido, que parecía una utopía futbolera, apenas diez días atrás.

Por si fuera poco, Morón llegó a Puerto Madryn, para enfrentar al Deportivo local, en el "Gigante del Golfo" (esta vez en avión, algo que incide no sólo en el descanso elemental, sino también contribuye al ánimo del conjunto), con tres ausencias significativas, como Santiago Ubeda, de excelso nivel en los últimos tiempos, Gonzalo Salega, otro de gran rendimiento desde hace ya varias fechas, y Alan Schönfeld, de "versión" recuperada y mucho más parecida al jugador destacado de la pasada campaña, todos ellos por llegar al límite de cinco amarillas y, de paso, no correr el riesgo en el Sur, que una amonestación los dejara sin clásico, el próximo lunes en el "República de Mataderos".

Ante ello, este "renovado" Morón, de similar fisonomía externa, pero diferente decisión y vigor interno, supo desde el banco de los suplentes, justamente, "suplir" con idéntica capacidad y sacrificio, las ausencias referidas, a partir del esperado retorno de Cristian Lillo, de imprescindible y necesario aporte, tanto desde lo futbolístico como en lo anímico, las ganas de ir siempre para adelante de Mariano Bracamonte y las "pinceladas" de talento de Javier Bayk, como para poner el centro, en el gol del triunfo, que debió haber sido de Leo Ramos, o Mateo Levato, o cualquier otro de sus compañeros, pero que encontró la cabeza de Sebastián Hernández, defensor local, que de frente al arco, y sin posibilidades de modificar el rumbo, de una pelota ejecutada con ventaja para quienes vienen de frente (por lo general, suelen ser los delanteros), el "6" local no tuvo otra que impulsarla con potencia dentro de su propio arco y vencer a un seguro Yair Bonnin (arquero de Deportivo Madryn), algo que no pudieron lograr los puntas y volantes visitantes, pese a contar con varias chances claras de desnivel, en ambos períodos, antes del autogol a los 25' del complemento.

Y es que Morón salió a imponer condiciones desde el comienzo, tanto es así que la primera situación clarísima de gol, la tendría Leonardo Ramos, allá por los '3 de iniciado el juego, luego de una buena habilitación al "vacío",  con destino a Mariano Bracamonte por derecha y el pase en profundidad para dejar "cara a cara" al "7" de Morón con el arquero, pero con la pelota un tanto atrás, la definición imperfecta se iría lejos, sobre el travesaño. 

Con el correr de los minutos, y mientras Deportivo Madryn no lograba hacerse de la pelota, ni mucho menos complicar a la defensa visitante, Bracamonte llegaría otra vez solo por la banda diestra, aunque su "volea" se perdería cerca del segundo palo, hasta el zurdazo con destino de red, de Javier Bayk, que sólo una enorme atajada del golero local, impediría que Morón gritara su gol mucho tiempo antes.

Como contrapartida, un mal despeje hacia dentro, de Bracamonte, casi generaría un "blooper" en el área chica de Morón y en tiempo cumplido del primer tiempo, un exceso de vehemencia en la disputa del balón, sobre el vértice derecho del área de la visita, le daría la "excusa" justa a Luis Lobo Medina (una vez más, de flojo y "localista" desempeño) para cobrar penal de Lucas Abascia, cuando poco y nada había hecho Deportivo Madryn para justificar la posibilidad de la ventaja.

Por suerte, o mejor dicho, por imperio de la capacidad y la intuición, Juan Martín Rojas, otro de altísimo nivel desde que retomara la titularidad, atajaría de manera excepcional el remate de Leonardo Marinucci, rechazándolo sobre su poste derecho, pese a la potencia del remate del "7" local.

Ya en el complemento, la necesidad de Deportivo Madryn lo obligó a jugar unos metros más adelantado, merodeando el área de Morón, pero sin generar grandes chances de empate, y en las que pudo "filtrar" un pase, en "territorio" de la segura última línea de Morón, allí emergería la figura recurrente de Rojas, para sumar su novena valla en cero sobre 24 partidos en el arco del Gallo.

En esta segunda mitad, otra vez las ocasiones más claras volverían a ser del Gallo, que esperando con paciencia para "lastimar" de contra, entre Bonnin, el mejor del local y la escasa puntería de los delanteros, privarían a Morón de una ventaja tranquilizadora en la "chapa" final del partido, que resultara de una diferencia más amplia en el trámite, que en el resultado y a la postre, merecido triunfo por la mínima.

En definitiva, Morón se trajo un triunfazo desde el Sur, pero fundamentalmente, confirmó que es un  equipo mentalmente "nuevo", seguro de su juego e inteligente para vulnerar las debilidades ajenas.

Y ahora, Chicago, nada menos, para consolidar todo lo bueno, con una victoria en Mataderos, luego de 24 años.

Con el corazón como "estandarte" y la convicción como "aliada" (del triunfo). 


@elgallogustavo.



       📸: Deportivo Morón.



sábado, 6 de agosto de 2022

La "vuelta al mundo" en dos partidos

Morón jugó el mejor partido de la temporada, con rendimientos superlativos individuales y un juego de conjunto sólido y consistente, tuvo asimismo la contundencia de la que adoleciera en 25 fechas previas del torneo y con todo ello, "demolió" a uno de los animadores del certamen, como Almagro, goleándolo 3 a 0, con absoluta justicia y en un resultado que pudo ser aún más abultado, de haber estado más "finos" frente al arco "Tricolor".

Al aparecer, los signos de recuperación esgrimidos en Mar del Plata, frente a Alvarado, pero fundamentalmente, la cosecha de un triunfo tan apretado como necesario, generó un desahogo en los protagonistas, que permitió no sólo tomar distancia de la cercanía preocupante con los puestos de descenso, apenas dos jornadas mediante, sino también retemplar el ánimo, recuperar la "vertical" colectiva y tomar confianza en los rendimientos individuales, en un proceso de mejora que comenzó a esbozarse en el empate a dos ante Estudiantes de Río IV, en el Oeste, pero que evidentemente, precisaba de sumar de a tres para consolidar lo bueno y empezar a desterrar temores e inseguridades.

Repitiendo equipo, respecto de los once que iniciaran el partido en el "José María Minella", desde el comienzo del pleito con el "Tricolor" de Villa Raffo, se notó un mejor manejo del balón, por parte de la visita, quien necesitaba de la tenencia paciente como puntapié inicial para generar espacios en terreno local, mientras que en el caso de Morón, por el contrario, la búsqueda era más frontal y vertical, sin tanta transición en el mediocampo, procurando salir rápido de contra, cada vez que se recuperaba la pelota, generando desequilibrio desde la bandas, tanto por sus extremos, como por la permanente vocación ofensiva de sus laterales.

En este sentido, Damián Adín, por segundo partido consecutivo, titular en el lateral diestro, ofrecería la mejor versión futbolística a la fecha, con un partido impecable en la marca y de sobresaliente criterio a la hora de encarar con decisión en terreno rival, siendo determinante en la ruptura de líneas desde el fondo y coronando su mejor noche con un gran gol, en el complemento, en una acción ofensiva que él mismo iniciara, erigiéndose en la figura del partido, dentro de un rendimiento de conjunto, en el caso del Gallo, con muchos puntos altos, algunos repetidos y otros, por suerte, "contagiados" de este sendero de renovada confianza.

Así las cosas, con Adín al tope de los destacados, una vez más, la dupla central de Cristian Paz y Lucas Abascia, volverían a ubicarse apenas por debajo, con altísimos rendimientos y una inmejorable complementación, en especial en el  segundo tiempo, cuando Almagro se viniera con todo (y todos) en búsqueda del descuento y de a poco, progresiva e inexorablemente, la solidez sin fisuras de la última línea local, lo fueran desanimando y "desinflando" de tal manera, hasta extinguir cualquier atisbo e intención de volver a "meterse en partido".

Del mismo modo, las buenas respuestas de Juan Martín Rojas, en las dos o tres que le tocara intervenir, en particular en la primera mitad, se completaría con otra buena presentación de Lucas Angelini, por el carril zurdo, autor además de un golazo antológico, para la apertura del marcador, cuando recibiera una asistencia de lateral de Damián Adín y con un zurdazo impresionante, por potencia y dirección, hiciera estéril cualquier esfuerzo del arquero visitante, por evitar que la pelota "explotara" en la red, junto al vértice diestro del arco de Almagro, a los 13 minutos. GOLAZO #1.

En el mediocampo, en la noche del Oeste se vería un andar más equilibrado, en los rendimientos individuales de los cuatro, que suelen formar una suerte de "rombo": con Santiago Ubeda, más cerca de sus línea de fondo, Gastón González retemplado en el juego y la "pegada", con Alan Schönfeld por derecha, mucho más parecido al "tractor" imparable del torneo pasado y Gonzalo Salega por izquierda, en un gran momento del "10" del Gallo, con velocidad y habilidad, para encarar hacia adelante y ganar a fuerza de gambetas, como incansable para retroceder y "dar una mano" en la marca, cuando se pierde la pelota.

Precisamente, a los 31 minutos del primer tiempo, de otra pelota "boyando" en la puerta del área grande visitante, Gastón González la "tomaría de lleno", a puro empeine de su botín diestro, para colocarla junto al poste, esta vez zurdo del arco visitante, para el segundo de Morón y el GOLAZO #2 de la noche.

Antes y después, hasta la finalización de la etapa, bien pudo Almagro llegar al descuento, en un par de ocasiones bien conjuradas por Rojas y la defensa, como Morón "liquidar" la contienda en los primeros 45', en un par de contras que no fueron gol de "milagro" o mala puntería.

En el complemento y antes de los primeros 10 minutos, el Gallo ya había generado méritos y situaciones suficientes como para ganar por tres goles (con mucha participación de Mateo Levato), pero malas decisiones en la "puntada final" lo privarían de sentenciar el resultado en el amanecer mismo del segundo tiempo.

Tomándose un "respiro", dentro de un trámite vertiginoso y vibrante, Morón le cedería el dominio del balón y el terreno a la visita, aflorando la solidez de su defensa y en cada contra, la sensación de "partido liquidado", una vez que se "calibrara la mira" o se acertara en la toma de decisiones, frente al arco "Tricolor".

Y sobre los 28' de la etapa complementaria, una muy buena acción iniciada por Damián Adín, por el centro, buscaría en Leonardo Ramos la "pared" justa, algo que el "7" de Morón, más participativo que en los cotejos precedentes, aunque no estuviera "fino" en las definiciones que le quedaran, se la devolviera de "taco", dentro del área, para que Adín se anticipara con repentización al arquero, para impulsarla desde el piso al tres a cero. GOLAZO #3.

Hasta el final, Morón resistiría la embates de Almagro, por alcanzar cuanto menos el descuento, y de paso, "limpiar" de tarjetas a los titulares que se hallaban al límite y, como tal, con el riesgo cierto de resultar amonestados el próximo miércoles, en Puerto Madryn (en el postergado de la fecha 25) y por lo tanto, perderse nada menos que el clásico ante Nueva Chicago, en Mataderos, del venidero lunes 15 del corriente.

Con el pitazo final de Juan Pablo Loustau, de muy correcto arbitraje, Morón hilvanaría por segunda vez en el torneo, dos triunfos en fila, algo que no conseguía desde las jornadas séptima y octava, en sus primeras victorias, en tiempos de Alejandro Orfila, frente a Rafaela de local y Santamarina en Tandil.

Ganó, goleó y gustó, en una suerte de "vuelta al mundo", en apenas dos partidos.

Y lo que es aún mejor, pareció por primera vez en lo que va del torneo, tomar confianza en sus propias fuerzas, para imponerse a un rival de talla, con absoluta justicia y contundencia, potenciando virtudes colectivas como rendimientos individuales, y aventando miedos e inseguridades.

Ojalá sea sólo el comienzo, de un proceso de mejora continua, que nos lleve al lugar que nos merecemos, dentro y fuera de la cancha.


@elgallogustavo.



          📸: Deportivo Morón.


martes, 2 de agosto de 2022

La "Feliz" le sienta bien

Luego de cinco fechas e igual cantidad de empates consecutivos, el Gallo volvió al triunfo, en una ciudad que le resulta realmente "Feliz".

En efecto, frente a Alvarado, en el "José María Minella" de Mar del Plata, Morón volvió a sumar de a tres, ante un rival y en un escenario que le resulta favorable, para tomar un poco de distancia de los últimos puestos y retemplar el ánimo, de cara al último tramo del Torneo de la Primera Nacional.

Con el reiterado punto alto de su defensa, y al igual que frente a Estudiantes de Río IV, en el Oeste, uno de sus marcadores centrales (en este caso, Lucas Abascia, mientras que ante el "León del Imperio" había sido Cristian Paz), se volvería a "vestir" de delantero para cabecear al gol, un centro de Lucas Angelini (otro de buen regreso al primer equipo, desde el inicio y por segundo partido consecutivo, encargado de la pelota parada que terminaría en "grito"), a los 21' del segundo tiempo, para darle a la visita, en la noche marplatense, una "bocanada de oxígeno" necesaria, para conseguir su quinto triunfo en 25 fechas y el segundo de visitante, desde la octava jornada, el pasado lunes 28 de marzo del corriente, en el por entonces conjunto dirigido por Alejandro Orfila, para derrotar 2 a 1 a Ramón Santamarina, en Tandil.

Con los regresos de Gastón González y Lucas Abascia (por Santiago Coronel y Cristian Broggi, este último lesionado), luego de sendas suspensiones (en el caso del zaguero, cuando todo hacía pensar una sanción de dos fechas, al llegar al límite de las diez amonestaciones acumuladas, el boletín de AFA confirmó la buena noticia que se trataba de una sola ausencia) y los ingresos desde el arranque de Damián Adín, Lucas Angelini y Alan Schönfeld, en lugar de Mariano Bracamonte, Leonel Bontempo y Javier Bayk, un Morón con cinco cambios, cuatro de ellos tácticos, arribaba al "mundialista" de Mar del Plata con la obligación de sumar, tomando en consideración la victoria previa de Flandria en Mataderos, que "hundía" en zona de descenso a Sacachispas, por entonces, distante tres puntos de la "zona roja".

En los primeros minutos, Morón intentaría imponer condiciones, a partir del desequilibrio que ejercía, sobre la banda izquierda, Gonzalo Salega, el mejor jugador del encuentro, encarando con decisión y complicando con su gambeta, como en aquél recorte hacia el medio y posterior remate de derecha, que "reventaría" el travesaño de Pedro Fernández, el arquero del "Torito" marplatense.

Como contrapartida, Facundo Pons, a quien el Gallo "sufriría" en el Reducido de la última temporada, vistiendo la camiseta de Quilmes, se perdería una oportunidad inmejorable frente al arco de Juan Martín Rojas, luego de un centro "venenoso" desde la derecha, que el "1" de la visita rechazara con la justo y de cuyo rebote el "11" local no pudiese sacar provecho, pese a su soledad por el segundo palo.

Con vaivenes en el control de las acciones, Morón contaría también con un "desvío" de Leonardo Ramos, en el primer palo, que se perdería apenas por el poste opuesto y un remate a la carrera de Mateo Levato, ingresando por el flanco diestro, alto sobre el travesaño.

En el complemento, antes de los '10 de juego, Leandro Vella reemplazaría a Marcos Astina, en el conjunto dirigido por Rubén Darío Forestello, y apenas en un par de acciones, el "18" rival generaría mucho más, que el conjunto de sus compañeros de ofensiva, en todo el primer tiempo.

De hecho, en una infracción generada por el propio Vella, en el borde el área, el punta de "refresco" ejecutaría el tiro libre posterior, impactando la pelota en el travesaño del arco de la visita, para luego "picar" apenas fuera de la línea de gol y terminar rechazada al córner por Cristian Paz (una vez más, de muy buen partido, como toda la línea de fondo de Morón, en esta oportunidad, sin excepciones), cuando Juan Martín Rojas no podía hacer otra cosa que observar y "hacer fuerza" para que no termine dentro de su arco.

Promediando la segunda etapa, de un tiro de esquina de Lucas Angelini, desde la derecha del ataque visitante, Leo Ramos cabecearía la pelota con destino de red, pero en una gran reacción, Pedro Fernández evitaría la apertura del marcador, complementada en el rechazo, por un defensor sobre el poste izquierdo, que evitaría que el balón se introdujese del rebote en el cuerpo del arquero.

Hasta que a los '21 del complemento y tras una infracción en perjuicio de Gastón González (de buen partido y mucha participación, en su regreso tras la suspensión), sobre la banda zurda y desde una posición muy similar al gol de Cristian Paz, para el empate en dos ante Estudiantes de Río IV, en esta ocasión, sería Lucas Abascia el que anticipara de cabeza a dos defensores, luego del centro de Angelini, para dejar sin chances al arquero y desatar el festejo de la visita, dentro de la cancha, y el desahogo de miles a la distancia.

De allí y hasta el final, Alvarado intentaría llegar al empate, con más vergüenza que fútbol, sin generar grandes sobresaltos a la segura última línea del Gallo, mientras que Morón apostaría a una contra que definiera el "pleito", aunque el cansancio y la escasa precisión en las contras, lo llevarían a defender el resultado en su campo, en los siete minutos que Rodrigo Rivero le agregara sin motivo valedero al partido.

Ganó Morón y es noticia.

La "Feliz" le sienta bien.


@elgallogustavo.



      📸: Deportivo Morón.