Cuántas veces soñamos con este título, durante lo últimos 27 años, y fantaseamos con un festejo emocionado luego de tanto tiempo y tantos “golpes” del destino futbolístico?.
Cuántas veces creímos que “este es el año”, y al tiempo la cruel realidad nos devolvía a la decepción repetida de una frustración que parecía karmática e inmodificable?.
Cuántos planteles de nombres conocidos y de presupuestos altos, para terminar “arañando” un puesto en el Reducido, o peor aún, salvando la categoría en la última jornada, con el “corazón en la garganta” y la garganta cerrada de angustia?
Cuántas finales perdidas, alguna de manera cinematográfica, propia del “thriller” más insospechado de nuestra “filmografía” futbolística de los últimos 27 años, repartida entre la ciencia ficción y el terror más verosímil?
Cuántas ilusiones extraviadas, en casi tres décadas y cuántos sueños rotos al cabo de los 17 años que nos demandara retornar de una “B” Metro, que al principios cometimos el pecado de soberbia de subestimarla y convencernos de un regreso rápido y aproximado al “trámite”, al tiempo que años tras año se convertía en la “trampa perfecta”?.
Cuánto prestigio dilapidado y cuánto dinero apostado a “inversiones de riesgo”, resignando crecimiento, calidad institucional y credibilidad entre propios y extraños?.
Cuánto prestigio dilapidado y cuánto dinero apostado a “inversiones de riesgo”, resignando crecimiento, calidad institucional y credibilidad entre propios y extraños?.
Cuánta “leyenda urbana” sobre decisiones dirigenciales subterráneas de no ascender jamás, cuando la realidad futbolística apuntaba más a la incapacidad que al dolo premeditado?.
Cuánto miedo a la “cosa juzgada” y a la reiteración sistémica de la desilución programada e irreversible, a mitad de camino o en el último suspiro del tiempo reglamentario, comenzaron a desbaratarse con el golazo de tiro libre de Rodrigo Díaz a Platense, a los ‘4 de iniciado el juego en el Nuevo Francisco Urbano?
Y ni hablar con el dos a cero, sobre el “Calamar” (equipo esquivo en la historia, si los hay), autoría de Javier Rossi, para que en el Oeste las lágrimas (esta vez de emoción) comenzaran a aflorar, antes de arribar al primer cuarto de hora de partido.
En el segundo tiempo, el golazo de tiro libre de Luis ‘Popi” Quiroga, para la visita (calco del ejecutado por el “Rengo” Díaz, por ubicación en la cancha y ángulo elegido para la conversión), a cinco del final, sólo serviría para agregar esa cuota de dramatismo siempre presente, que justifica el dicho popular de “si no se sufre, no es Morón”.
Pero llegó el pitazo final de Yamil Possi y con él, la liberación de miles de almas en el estadio, con llantos de emoción y abrazos interminables en las cuatro cabeceras de un Nuevo Francisco Urbano abarrotado de simpatizantes y sueños compartidos, mientras plantel y cuerpo técnico festejaban un campeonato obtenido cinco fechas antes del final, lo que revela la superioridad manifiesta de un Deportivo Morón justo campeón y por “afano”, predominante, sólido y regular, desde la tercera fecha del torneo en adelante.
Amanecidos y felices, con las emociones amontonadas y a flor de piel, en la histórica noche del martes 6 de junio de 2017, el plantel y cuerpo técnico lograron con trabajo, seriedad, sacrificio y capacidad, lo que hasta hace tan poco parecía imposible: derribar uno tras otro, todos los mitos reseñados en esta misma nota.
Y de esta manera, finalmente, pudimos gozar de la fiesta inolvidable que tanto anhelábamos, de la forma en que la merecíamos, esto es, ordenada, respetuosa para con los protagonistas y sin desbordes, evidenciando además una grado de madurez ejemplar en todos nosotros, socios e hinchas.
Morón es el campeón del torneo de la Primera “B”, temporada 2016/17, y ascendió a la “B” Nacional, tras 17 años de ausencia.
Creelo, disfrutalo, lloralo, gritalo a voz en cuello, vivilo…
El sueño se hizo realidad y con él, sepultó la pesadila.
Perdonenme, pero hasta acá llegué… Ya fueron demasiadas palabras y solamente quiero festejar.
Morón te amo, gracias por inundar mis venas de esta pasión sin igual.
Gracias, en definitiva, por este amor incondicional. Y el Gallo es Nacional!!.
@elgallogustavo.