viernes, 15 de noviembre de 2024

Bienvenido, Walter. Te estábamos esperando...

Tras la decisión de la comisión directiva, de prescindir de los servicios de César Monasterio como entrenador, al término del torneo de la Primera Nacional, haciendo uso de la cláusula recíproca de rescisión unilateral, este viernes se produjo un regreso muy esperado por los socios e hinchas, de cara a un mejor futuro en la próxima temporada 2025: en efecto, Walter Nicolás Otta, el último técnico campeón del Deportivo Morón en 2017, regresó a su "casa" para intentar torcer el triste rendimiento futbolístico, tras dos campañas sin clasificación al Reducido y ni siquiera a la "Copa Argentina".

Luego de una última y exitosa campaña en Estudiantes de Buenos Aires, al que clasificara al Reducido y quedase eliminado en octavos de final, por Gimnasia y Esgrima en Mendoza, en un polémico partido, donde el "Pincha" se viera despojado de la posibilidad de seguir avanzando por el segundo ascenso, debido a un arbitraje claramente "localista", el oriundo de Río Tercero declinaría la propuesta de renovación en Caseros, para regresar por más gloria al club del que es ídolo, en una coyuntura nada fácil, donde tal vez tenga más para perder que para ganar, lo cual no hace más que poner en valor su decisión, ante una parada mucho más compleja que su llegada en diciembre de 2015, para ganarse un lugar de privilegio en la historia del club, campeón en 2017 ("sepultando" 17 años sin ascensos a la "B" Nacional y 27 sin vueltas olímpicas, además de alcanzar una inolvidable semifinal de "Copa Argentina", en aquel imborrable "Año del Gallo").

Hablar de Walter Otta, sin dudas que está demás, cuando todo el "Mundo Morón" sabe perfectamente lo que significa como entrenador dentro de la cancha y como un ser humano excepcional fuera de ella.

Sólo resta desearle el mayor de los éxitos, en éste su segundo ciclo en el Deportivo Morón, porque el trabajo fructífero y la dedicación están asegurados.

Nadie más que Walter Otta se merece lo mejor, en su esperado retorno a su "casa". 

Ojalá quienes lo rodeen, estén a la altura de las circunstancias y como suelen decir los más jóvenes... "Respeten los rangos".

Bienvenido Walter, te estábamos esperando (y necesitando).


@elgallogustavo.




viernes, 8 de noviembre de 2024

Yo... Periodista Deportivo...

En referencia al 7 de noviembre, "Día del Periodista Deportivo", con un día de demora...

Ninguneados, bastardeados y subestimados, los periodistas deportivos siempre fuimos los "analfabetos" de la profesión, "termos" que tenemos por cabeza una pelota (del deporte que sea) y por lo tanto, jamás sujetos de respeto entre los colegas, la mayoría de los cuales ni siquiera nos consideran como pares, al esgrimir que nuestra formación es inferior y nuestro título de grado un diploma menor, al que cualquiera puede acceder sin demasiado esfuerzo.

Intimidados y amenazados por los poderes del ambiente, que suelen tener mucho menos "protocolo" que los aprietes de otros sectores de la sociedad.

Juzgados y prejuzgados por muchos de lo protagonistas de los diversos deportes, que responden al llamado cuando se los destaca y te dan la espalda cuando se los critica (con acierto o error, pero parte indisoluble de la profesión), ganás enemigos conocidos y desconocidos, con cada opinión.

Jamás reconocidos por nadie, y muchas veces insultados en todos los idiomas conocidos, máxime en una época digital, en la que nos han hecho creer, que la información real pasa por las redes sociales, en manos de cualquier anónimo (interesado o por hobby) y nosotros, los profesionales, unos "ensobrados" que siempre nos vendemos al mejor postor.

Mal pagos y peor considerados, el 90 por ciento vive como puede y el 10 por ciento restante vive mejor que todos ellos juntos, con varios de los "sobres" que nos endilgan por igual (me pregunto, quién se quedará todos los meses con el mío?...).

Despreciados por los colegas, intimidados por el poder, a merced del humor de los protagonistas y del esceptismo del público, porque en definitiva de fútbol habla cualquiera y no hace falta un título para opinar con propiedad (o no)..., volvería a elegir una y mil veces esta profesión, que te caga de hambre y te hace pasar momentos de mierda.

Seré un masoquista. Pero con auténtica vocación de Periodista Deportivo.

(E hincha del Gallo ❤️🐓).


Gustavo Adrián Requelme.

@gusrequelme (IG)

@elgallogustavo (X)




viernes, 1 de noviembre de 2024

Telón de fondo y receso (eterno)

Telón de fondo para una temporada fácilmente olvidable, con un resultado más que previsible: 0 a 0.

En la tarde del jueves, en el cierre formal de la etapa regular del Torneo de la Primera Nacional, Morón empató en cero con Temperley, en el Nuevo Francisco Urbano, en un duelo para cumplir con el fixture, entre dos equipos que no jugaban por nada.

Con muchos cambios, el Morón de César Monasterio (habrá sido su última vez en el banco del Gallo?) enfrentó al "Gasolero" de Walter Perazzo, con muchos cambios, cuyas ausencias indicarían muy posibles bajas para la próxima temporada y varios chicos de inferiores entre los relevos.

Así las cosas, con Agustín Rufinetti en el arco (otra vez, de buen partido, las pocas veces que debió intervenir y manteniendo su segunda valla en cero, de manera consecutiva), Gerónimo Ulibarri como lateral derecho (en lugar de Rodrigo Arciero), Facundo López (por Agustín Gómez) y Emilio Lazza en la zaga (en reemplazo de Fernando Moreyra, con una molestia física) e Iván Vaquero por la banda izquierda (sin Nicolás Henry, siquiera en el banco). 

En el mediocampo, Santiago Sala en lugar de Gonzalo Berterame, Julián Vitale, Thiago Lauro y Lautaro Disanto, con Pablo Cáceres (por Matías Romero) y Mariano Bracamonte, una vez más el destacado del partido.

Tras un primer tiempo para el "bostezo", en duelo de "impotencias" y desmotivaciones, entre el calor sofocante, el estado del campo de juego (malo en todo el campeonato y máxime luego del recital del último viernes), más allá de un par de remates desde afuera de Bracamonte, una salida en falso de Facundo López, mal definida por el punta visitante y un envío desde lejos, bien respondido por Rufinetti, los primeros 45' resultaron un fiel reflejo del pobre torneo de ambos, en especial de Morón, que muy pocas veces "hizo pie" en la interminable temporada de 38 capitulos.

En el complemento, por lo menos, el Gallo se animó un poco más y pudo haberse quedado con el triunfo, a partir de los ingresos de Agustín Curruhinca, Mauro Schönfeld y el debut absoluto del juvenil Valentino Roncarolo, con el buen remate desde afuera de Bracamonte, que apenas pudo rechazar Francisco Rago, el buen arquero del "Celeste" y de su rebote, Schönfeld no pudo sacar rédito, al llevarse la pelota por delante, en lugar de rematar de primera o intentar un control más corto. 

Un Schönfeld que tendría su revancha, casi inmediatamente, con una muy buena corrida por izquierda, la llegada al fondo y el centro atrás, en el área grande, para que Curruhinca tuviese el tiempo suficiente de parar el balón, levantar la cabeza y meter un remate con destino de red, que sólo una formidable reacción del "1" visitante, pudo evitar que se transformara en el gol de un triunfo justo, por lo hecho en el complemento.

Ahora será tiempo de un larguísimo receso, hasta febrero de 2025, con infinidad de dudas (respecto al futuro técnico y la renovación casi por completo del actual plantel) y una sola certeza: que, quienes tomen las decisiones en materia de fútbol, algo que aún no queda claro quiénes serán sus responsables, "nuevos" o "reciclados", no vuelvan a equivocarse de manera tan burda como en este paupérrimo 2024.

Telón de fondo para el torneo. 

A mirar definiciones y festejos ajenos por la tele.

Y a cruzar los dedos para lo que viene.


@elgallogustavo.



     📷: Eduardo Fabián Acuña.