viernes, 30 de agosto de 2013

Con los mismos "once", para "comerse" al Torito en rodeo ajeno.

Pasó la necesaria victoria ante el "Camionero", del último martes en el Nuevo Francisco Urbano, y sin demasiado tiempo para el desahogo, ni mucho menos para el descanso, el Gallo comenzó a pensar en el compromiso del próximo sábado, cuando de las 13 hs., visite a Nueva Chicago en Mataderos, en la reedición del "superclásico" del ascenso, con televisación en vivo de TyC Sports y el arbitraje de Nicolás Lamolina.

Tras una actuación no más que discreta, en líneas generales, y sin embargo la mejor producción desde el inicio de la actual temporada 2013/2014, y con un triunfo justificado (en especial, por lo generado en la primera parte), aunque sin sobrarle demasiado, el Deportivo Morón intentará prolongar este primer buen momento en la campaña y demostrar que se trata de una verdadera recuperación futbolística, y no de un mero guiño cómplice de la fortuna, nada menos que ante su clásico rival, que si bien también proviene de una victoria (la primera en el torneo, gracias al 1 a 0 agónico, de visitante, frente a la UAI Urquiza), apenas suma dos unidades más que el Gallito, producto de un triunfo y tres empates en la "B" Metro.

Para afrontar dicha "clásica" parada, un Mario Darío Grana apenas retemplado por la tranquilidad momentánea del primer triunfo y el primer gol en el campeonato, no generaría cambios desde lo nominal, tomando como referencia el once que iniciara el encuentro ante Barracas Central, con un única modificación en el banco de los suplentes, a partir del regreso de Gonzalo Nicolás Juárez, tras purgar su fecha de suspensión, quien ocupará un lugar entre los relevos, en lugar del ex "Albo", Víctor David López.

En consecuencia, con los mismos nombres que saltaran al Nuevo Francisco Urbano para enfrentar a Barracas, la mayor duda pasa por el esquema táctico que realmente dispondrá Grana, es decir, si insistirá con un más aventurado 3-4-1-2 o si regresará a un más precavido 4-4-2, con idénticos protagonistas, aunque variando las posiciones de Hernán Gonzalo Parentini, quien retrocedería hasta el fondo, corriéndose hacia el lateral derecho, el juvenil Ariel Omar Berón, de gran partido ante el "Camionero"; modificando asimismo, la posición de Gerardo Daniel Martínez en el mediocampo, que pasaría de desempeñarse como enganche, a acompañar a Martín Rodrigo Granero en función de "doble cinco".

De una o otra manera, los once que intentarán ganar en el clásico, en el "República de Mataderos", serán: Alejandro Esteban Migliardi; Ariel Omar Berón, Ariel Otermín, Emiliano Jonathan Ivan Mayola; Martín Gastón Sánchez, Martín Rodrigo Granero, Hernán Gonzalo Parentini, Mariano Barbieri; Gerardo Daniel Martínez; Ezequiel Adrián Cérica, Damián Emilio Akerman.

Completan el listado de concentrados, a la espera del cotejo de mañana al mediodía e integrarán el banco de los suplentes: Juan Cruz Leguizamón, Gonzalo Nicolás Juárez, Luis Ferreyra, Mariano Messera, Esteban Alberto González, Mariano Matías Martínez y Leandro Gonzalo Rodríguez.

Quizá, con sólo esto no resulte suficiente..., pero ya es un buen comienzo para ganarle a Mataderos... Vamos Gallo, carajo!!.

jueves, 29 de agosto de 2013

¿Fin del maleficio o simple espejismo?... Nota de opinión, a cargo de Marcos Ruiz Carrizo.

Finalmente el maleficio se cortó. Desde que comenzó el campeonato, Deportivo Morón vivió en cada encuentro su propio martes 13. El equipo era una sombra dentro del campo de juego y "hacía agua" en cada presentación. La fría noche del martes 27 de agosto de 2013, quedará marcado no solamente como el día en el cual Morón ganó por primera vez en el campeonato, sino también como el primer triunfo conseguido en la breve existencia del Nuevo Urbano.

El encuentro del pasado martes planteaba muchas dudas, ya sea para el sufrido pueblo del "Gallo" como para el cuestionado y apremiado Mario Grana. El rival no sería nada sencillo. Morón recibía al complicado e invicto (hasta ese momento) Barracas. ¿Nos íbamos a encontrar con un Morón deslucido e impreciso?; ¿El esquema táctico funcionaría correctamente?; ¿Los cambios estarían a la altura de las circunstancias?. Todas esas preguntas, se develarían en dicha noche.

El partido comenzó con un Barracas dispuesto a tomar el control del balón. De hecho durante los primeros 10 minutos del encuentro, el "Camionero" se adueñó de la pelota (aunque no era capaz de llevar peligro al arco defendido por "Chiche" Migliardi). Por su parte Morón se mostraba nervioso, sin ideas (igual que siempre). Así fueron transcurriendo los minutos iniciales frente a Barracas Central.

Cuando el reloj marcó el minuto 15, llegó un córner desde la derecha, bien ejecutado por Gerardo Martínez, Emiliano Mayola sin marca, definió de cabeza marcando el primer gol oficial en la historia del Nuevo Urbano, ante el grito ensordecedor de los miles de gallos que se hicieron presentes en el estadio, cortando de esta manera, con una sequía de 285 minutos sin convertir goles desde que empezó el campeonato.

Desde ese momento el conjunto dirigido por Mario Grana, se hizo dueño del partido. Al "Camionero" se le había "pinchado una rueda" y por momentos estaba sin rumbo dentro del campo de juego. Morón con mucha voluntad, trataba de llevarse por delante al equipo de Kopriva. El gol le dio al "Gallo" una cuota de tranquilidad, ya que el partido en sí, no fue de lo mejor, debido a que las emociones más destacadas del encuentro, ocurrieron en la primera parte.

En el conjunto del Oeste, los cambios realizados por Mario Grana, dieron sus frutos. El "pibe" Berón (ingresó por el suspendido Gonzalo Juárez), se mostraba sólido y rápido en defensa, aportando seguridad en la última línea del “Gallo’’. Gerardo Martínez jugó un gran partido, en especial durante los primeros 45 minutos. Por su fútbol y habilidad, el equipo tomó envión y pudo aumentar el marcador más de una vez. No queremos dejar de mencionar, el buen comportamiento de Martínez dentro del campo de juego. En más de una ocasión, criticamos su falta de profesionalismo debido a su gran temperamento. El último martes, se mostró maduro y solidario con sus compañeros, aportando su habilidad por doquier. Incluso no se molestó o sacó de lugar, cuando el impresentable árbitro Ignacio Lupani, no le cobró algunas faltas claras en su contra. Tampoco hizo de las suyas con los rivales. En fin, su paso por el fútbol chileno hizo madurar a este gran jugador. Su retorno a Morón fue una sorpresa. No sabíamos si tal sorpresa sería grata o no. Por suerte su llegada (hasta el momento) ha sido beneficiosa para el equipo, ya que le cambió la cara al conjunto de Grana, haciéndose dueño de la pelota, creando juego y distribuyendo el balón, cualidades que el cancino Esteban González no supo demostrar nunca vistiendo la casaca de Morón.

Otro de los cambios realizados en el equipo, fue el ingreso de Ezequiel Cérica por Mariano Martínez (de bajo nivel futbolístico). El ex Midland alternó buenas y malas, pero sin duda, aportó sacrificio en cada pelota. De hecho tuvo una clara chance de aumentar el marcador, pero su remate (estaba solito y solo) se fue desviado del arco defendido por Elías Gómez.

Morón tuvo un aceptable primer tiempo. Sin dudas, fue lo mejor del campeonato. Tal es así, que Gastón Sánchez, Mariano Barbieri  y Damián Akerman (nuevamente jugó infiltrado debido a su lesión en la zona de la costilla), tuvieron claras oportunidades de gol, pero ninguna de ellas, fueron bien resueltas.

La etapa complementaria transcurrió sin grandes emociones. Barracas salió a buscar el empate, pero no supo llegar con claridad. Las chances más claras, las tuvo gracias a algunos errores de la defensa local . Por su parte Morón se dedicó a conservar el triunfo. No hubo claras llegadas, ya que Damián Akerman no se encontraba totalmente recuperado de su lesión (sólo el amor por estos colores lo motivó a decir presente frente al "Camionero") limitándolo seriamente en sus movimientos.

Los minutos transcurrían y la ansiedad de los jugadores y de los miles de hinchas que se hicieron presentes, crecía a medida que transcurría el tiempo. Gerardo Martínez, empezaba a evidenciar su cansancio (debido a que no hizo pretemporada), por ende Morón, huérfano de alguien que domine el balón y genere juego, se replegó en el terreno, cediendo la pelota a Barracas. El equipo de Kopriva, no supo qué hacer y con más voluntad que fútbol, trataba de arrimar peligro al arco local. Los ingresos de Luis Ferreyra (por Gastón Sánchez) y Leandro Rodríguez (Por Ezequiel Cérica) no aportaron demasiado para Morón, ya que el equipo estaba abocado a defender el score.

Finalmente el tan ansiado, necesitado y anhelado triunfo se hizo presente en la fría noche del martes. Esta victoria, no sólo aportó alegría y desahogo en el equipo e hinchada, sino también en el cuestionado cuerpo técnico, ya que una derrota frente a Barracas, le costaría la continuidad a Mario Grana (aunque el mismo presidente lo niegue) en el mando del primer equipo.

Se ganó y eso es importante. El triunfo fue merecido por lo hecho en el primer tiempo. Todavía hay mucho por corregir, en especial en materia defensiva. Ojalá que la victoria sea el comienzo de una necesitada recuperación, ya que el descenso es algo presente en la mente de muchos. Que no nos vengan a vender espejitos de colores....

Por suerte se mejoró, pero todavía hay que ser precavidos. El sábado Morón tendrá la chance de confirmar y ratificar lo hecho frente a Barracas. El rival de turno será nada más y nada menos que nuestro eterno clásico rival, Nueva Chicago. Un partido sumamente complicado.

El tiempo dirá si lo de ayer fue real, o se trató de un simple espejismo.


SÍNTESIS

Deportivo Morón 1:

Alejandro Migliardi (7)
Ariel Otermín (5)
Ariel Berón (7)
Emiliano Mayola (6)
Gastón Sánchez (6) (Luis Ferreyra 5)
Martín Granero (6)
Hernán Parentini (6)
Mariano Barbieri (6)
GERARDO MARTÍNEZ (7) (Mariano Martínez)
Ezequiel Cérica (6) (Leandro Rodríguez 5)
Damián Akerman (5)

DT: Mario Grana.

Barracas Central 0:

Elías Gómez
Eduardo Talarico (Néstor López)
Martín Quiles
Gastón Bojanich
Jonathan Gallardo (Paul Leguizamón)
Emiliano Palacios
Fabián Santana
Carlos Sánchez (Edilio Cardoso)
Marcos Torres
Leandro Puig
Eduardo Berón

DT: Juan Carlos Kopriva.


Arbitro: Ignacio Lupani (mal).

Gol: 15' PT, Emiliano Mayola (Deportivo Morón).

Público: 8000 personas aprox.

Campo de juego (Regular)

Estadio: Nuevo Francisco Urbano.


Por: Marcos Ruiz Carrizo.

miércoles, 28 de agosto de 2013

Tres puntos…, suspensivos.



Si algo necesitaba el Deportivo Morón, al cabo de una semana más que convulsionada en lo institucional (tal vez, la más crítica desde el advenimiento de la actual gestión Spina), era sin dudas de un poco de paz. Y en los clubes como el Gallo, que viven, sienten, respiran y se autodestruyen al ritmo de una pelota número cinco oficial, nada mejor para calmar un poco los crispados ánimos, que el viejo bálsamo de un triunfo dentro del campo de juego.

Y no por “exitistas”, como muy desafortunadamente minimizara el descontento y la angustia generalizada, el propio presidente de la institución, ante los micrófonos colegas de “La 94 Sport”, sino por imperio de la historia de un club grande, que va muchísimo más allá de los últimos 23 y aciagos años, en materia de logros deportivos, y por la necesidad de sumar puntos, lo antes posible, ante el “infierno tan temido” de un promedio que acecha y la posibilidad cierta de un descenso de categoría, que significaría un retroceso institucional y deportivo de más de tres décadas.

En efecto, tras un semana con renuncias y amagues de otras tantas, sumados a un pase de facturas en voy muy alta y bastante malos términos, cuestionamientos “larvados” y acallados durante todo este año y medio, a consecuencia de conducciones autocráticas, propiciadas por acompañamientos pusilánimes, interesados y/o cómodos; en lo estrictamente futbolístico, un Morón sin rumbo y con una sola unidad sobre nueve posibles, más la anemia goleadora de cero tantos al cabo de 270 minutos de pocos y malos intentos, hacían presagiar un pronto adiós de Mario Grana, a su cargo de responsable técnico del conjunto, atentos también a un muy mal promedio de efectividad, que acarrea este mismo proceso desde fines de temporada pasada, que apenas roza el 25 por ciento de los potenciales puntos.

Con estos telones de fondo, y la queja lógica y generalizada en los socios y simpatizantes, potenciadas y multiplicadas en su voz y descontento, por esa tribuna virtual y democrática que constituyen las redes sociales, este equipo del Gallo que apenas había insinuado una leve mejoría, en los segundos 45 minutos de la derrota ante Platense, debía jugarse buena parte del crédito para con ellos y el técnico que los escogió y los trajo, debatiéndose entre sus propios temores, nervios y dudas, y nada menos que en el mismo Nuevo Francisco Urbano, de acuerdo al desarrollo del cotejo y el devenir del resultado, potencialmente una auténtica “caldera del diablo”.

Como ya nos tiene acostumbrados, de entrada, el trámite del encuentro frente a Barracas, le resultaría esquivo y cuesta a arriba, tanto es así que, a pesar de una disposición táctica más ofensiva, con tres en el fondo y el ingreso de Ezequiel Cérica para acompañar en ofensiva, a un Damián Akerman visiblemente disminuido en lo físico (por el doloroso trauma intercostal que sufriera en el debut, ante Los Andes), pero en cancha por mero amor propio y a la camiseta, no podría siquiera acercarte, más allá del borde mismo del área visitante, hasta los once minutos de esa primera etapa.

Pero esta vez, y tras algún sofocón en el área propia, siempre bien conjurado por el inmenso “Chiche” Migliardi, la fortuna le haría el primer guiño de la temporada al Gallo y por extensión, al destino más próximo de Mario Grana, puesto que en el primer córner, sobre los quince del primer tiempo, un gran ejecución de Gerardo Martínez, se la pondría en la cabeza a Emiliano Mayola, para que de pique al piso, venciera la resistencia de Elías Gómez, para desatar el grito de gol ahogado en las tres recientes fechas y, al mismo tiempo, inscribir con letras de molde al propio lateral izquierdo del Gallo (más allá de lo que ocurra con él, al cabo de la presente temporada), al erigirse en el autor del primer tanto oficial en el Nuevo Francisco Urbano.

Con el uno a cero a favor, el Deportivo Morón no lograría bajar su nivel de nervios y de desfasaje en su aceleración, pero ante el necesario adelantamiento de las líneas rivales, hallaría los espacios jamás encontrados en jornadas precedentes, para generar un par de opciones de gol tan claras, como mal resueltas en los metros finales.

A partir de un gran primer tiempo de Gerardo Martínez, eje y conductor del equipo, de un mediocampo más combativo y solidario, con Hernán Parentini colaborando en la marca con Martín Granero, y el propio Ezequiel Cérica muy activo en los últimos metros, más el aporte intermitente de Gastón Sánchez, siempre mostrándose como opción de pase y vacío por el costado derecho; el Gallito generaría en veinte minutos de juego, más que en los 270 anteriores, que de no ser por las malas decisiones adoptadas en la puntada final o la defección a la hora del remate al arco, hubiesen conducido a una diferencia más amplia y justa en esa primera etapa que, a la sazón, nos hubiese ahorrado a todos, dentro y fuera del campo, unos cuantos sustos y dolores de pecho.

Ya en el complemento, con algunos de estos puntos altos referidos, cansados por el trajín y la aspereza del encuentro, permitida por un Ignacio Lupani que debió haber expulsado a algún exaltado volante visitante, y con el agregado de un goleador histórico aún en cancha, aunque por lo que significa dentro de la misma, tanto para propios como extraños, al mejor estilo simbólico del “Cid Campeador”; el Deportivo Morón retrocedería considerablemente en el terreno y allí volverían a manifestarse los graves problemas de una última línea que, ante cada centro cruzado sufre y mucho, porque jamás encuentra las marcas rivales, con la única excepción del gran partido protagonizado por Ariel Berón, quien como líbero, diera solución a muchas de las desatenciones y errores conceptuales en la marca de sus compañeros de zaga, mostrándose claramente como el mejor zaguero con que cuenta este Morón, y que por ello, no puede faltar jamás en esa más que endeble y dubitativa última línea.

Sin ser un dechado de virtudes, ni mucho menos, el ordenado conjunto de Juan Carlos Kopriva, en esa segunda parte arrimaría un par de veces con mucho peligro al arco de Migliardi, algunas contenidas por el “uno” y en otras salvadas por una fortuna nuevamente de nuestro lado, sin mencionar los dos goles anulados a la visita (uno en cada tiempo), en la cancha y sin haberlos revisado luego, en apariencia bien sancionados.

Con el pitazo final y el desahogo definitivo de las miles de almas que se sobrepusieron a un noche más que gélida y a un equipo que prometía poco y nada en la previa, el conjunto de Mario Grana accedería a su primera victoria en la presente temporada y, con ello, a esa necesaria paz, para poder encarar sin tanta zozobra lo que se avecina en lo inmediato, que no es otro que el clásico ante Nueva Chicago, en Mataderos, el próximo sábado 31 del corriente, desde las 13 hs., televisado por TyC Sports y con el arbitraje de Nicolás Lamolina.

Desde lo futbolístico, debe admitirse que el equipo mejoró respecto de las presentaciones anteriores, pero fundamentalmente desde la actitud y la entrega dentro del campo, aquello que había brillado por su ausencia, para desagradable sorpresa de todos, hasta los segundo 45 de la derrota frente al “Calamar”, en Vicente López. Por lo demás, poco más para destacar, más que algunas actuaciones individuales ya referidas, aunque aún muy lejos de una actuación colectiva, no ya para entusiasmar, pero siquiera para tranquilizar.

De lo que ocurra en el “República de Mataderos”, el sábado venidero, dependerá en buena medida, tanto la suerte definitiva del cuerpo técnico, como la adquisición de alguna certeza mayor, sobre si se trató del comienzo de una recuperación esperada y necesaria, o por el contrario, de un triunfo aislado y valorable en lo matemático, pero sin un correlato desde el rendimiento.

Desde luego que todos somos conscientes que hoy, el Gallo no está para jugar bien, sino para sumar la mayor cantidad de puntos posibles. Pero no menos cierto es que, si el rendimiento no mejora, la fortuna no estará probabilísticamente de nuestro lado, durante toda la temporada.

Por el momento, son tres puntos…, suspensivos.

Postales de otra noche histórica: la del primer triunfo en el Nuevo Francisco Urbano (Parte II).















Postales de otra noche histórica: la del primer triunfo en el Nuevo Francisco Urbano (Parte I).















El final del encuentro, con el 1-0 frente a Barracas, y el desahogo por la primera victoria en la 2013/2014.


La salida del equipo, para la primera alegría oficial en el Nuevo Francisco Urbano.


Para la historia: el primer gol oficial en el Nuevo Francisco Urbano!!...

lunes, 26 de agosto de 2013

Con tres cambios y nuevo esquema, el Gallo intenta recuperar la vertical, ante el "Camionero".

Y en medio de una crisis que comenzó como estrictamente futbolística, con un pésimo comienzo de temporada que agudizó una situación ya acuciante, desde la problemática de los promedios y el "infierno tan temido" de la pérdida de la categoría, y que en las últimas horas se extendió al aspecto dirigencial, con renuncias, amagues de otras dimisiones y reproches en voz alta, este Deportivo Morón que busca su rumbo y su primer triunfo en el actual torneo de la "B" Metro, temporada 2013/2014, recibirá mañana desde las 21.05, a Barracas Central en el Nuevo Francisco Urbano, con televisación en vivo de TyC Sports y el arbitraje de Ignacio Lupani.

En este complicadísimo contexto y con un plazo cada vez más acotado para su continuidad, al frente del cuerpo técnico, Mario Darío Grana dispondrá de tres cambios nominales, respecto del once inicial ante Platense y hasta de dibujo táctico, puesto que pasará de un más cauteloso 4-4-2 ante el "Calamar", a un mucho más ambicioso 3-4-1-2, consciente de la necesidad imperiosa de sumar por primera vez de a tres, para lo cual deberá convertir, por lo menos, su primer gol en el campeonato, tras ´270 más que aciagos en materia ofensiva.

De esta manera, serán tres las modificaciones, una por línea, para recibir a Barracas (sin contar el regreso a la titularidad de Damián Akerman). A saber: en la defensa, ingresará Ariel Omar Berón, en lugar del suspendido Gonzalo Nicolás Juárez (sancionado con una fecha, tras su expulsión por doble amarilla, frente a Platense), mientras que en el mediocampo Gerardo Daniel Martínez reemplazará como enganche a un bajísimo Esteban Alberto González, y en la ofensiva, Ezequiel Adrián Cérica acompañará a un reestablecido Damián Emilio Akerman, en lugar de un Mariano Matías Martínez, bastante lejos del nivel que exihibiera hacia finales de la temporada pasada.

En definitiva, los once del Gallito que saldrán mañana desde las 21.05 hs., para enfrentar al "Camionero" de Juan Carlos Kopriva, en el Nuevo Francisco Urbano: Alejandro Esteban Migliardi; Ariel Omar Berón, Ariel Otermín, Emiliano Jonathan Ivan Mayola; Martín Gastón Sánchez, Martín Rodrigo Granero, Hernán Gonzalo Parentini, Mariano Barbieri; Gerardo Daniel Martínez; Ezequiel Adrián Cérica, Damián Emilio Akerman.

Completan el listado de concentrados e integrarán el banco de los suplentes, en la gélida noche de mañana, por lo menos en lo atmosférico: Juan Cruz Leguizamón, Luis Ferreyra, Víctor David López, Mariano Messera, Esteban Alberto González, Mariano Matías Martínez y Leandro Gonzalo Rodríguez.

miércoles, 21 de agosto de 2013

Crisis CDM.



Toda vez que una institución de fútbol desciende de categoría, suelen repetirse casi como verdad revelada, los mismos síntomas que, enhebrados en el tiempo, habrán de desencadenar el trago más amargo desde lo deportivo.

En primera instancia, desde lo futbolístico y también lo reglamentario, se necesitan tres temporadas de magros resultados, de acuerdo al sistema de promedios adoptado desde hace lustros, por nuestro fútbol, para condenar invariablemente a la pérdida de una categoría.

En segundo término, resulta impostergable subrayar, la responsabilidad primera de grupos de jugadores profesionales y directores técnicos, todos ellos protagonistas directos del fracaso dentro del terreno mismo de juego. Sin embargo, en una cadena de mando, donde el jugador de fútbol resulta (junto al cuerpo técnico), la cara más visible de la defección deportiva, no debe omitirse la participación necesaria de la subcomisión de fútbol, de cada institución condenada al descenso, culpables directos y primigenios del error en la toma de decisiones, selección y contratación de los sucesivos entrenadores y planteles, con el agravante insoslayable de la repetición contumaz en la fatal equivocación, puesto que hablamos de un yerro repetido durante tres temporadas distintas y sucesivas.

Más tarde, en tercera instancia, suele asimismo repetirse la existencia de una directiva en crisis, en cada uno de estos clubes que soportan anualmente la pérdida de una categoría, devorados hacia adentro por luchas intestinas y mezquindades varias, donde la guerra de egos y los personalismos desmedidos, terminan por condenar al descenso a dichas instituciones, desde la toma de decisiones, mucho antes que desde lo estrictamente deportivo.

En nuestro caso particular, si algo faltaba para completar la profecía autocumplida de todo descenso anunciado, era el enfrentamiento inoportunamente desenmascarado, tras largos meses de silencios cómplices y acompañamientos pusilánimes o interesados, de una dirigencia de Morón peligrosamente anestesiada, entre los festejos prolongados por la inauguración de un estadio modelo; para una institución que desde lo deportivo, en su expresión fundacional y de mayor arraigo y prestigio, se halla al borde de una descenso, que implicaría un retroceso de más de tres décadas en su rica y vapuleada historia.

Incapaces de escapar a esta lógica casi fatal, de la pérdida de la categoría por promedios, los responsables de conducir los destinos de nuestro querido Deportivo Morón, han repetido punto por punto, todos y cada uno de los errores que condujeran en el pasado y lo seguirán haciendo en el futuro, a infinidad de instituciones en el fútbol argentino, al camino sin salida de la pérdida de una categoría, desde la errónea elección de planteles enteros, durante las últimas dos a tres campañas; sumadas a la equivocación reiterada, tanto a la hora de escoger un cuerpo técnico, indicado específicamente para este tipo de coyunturas tan críticas, cuanto al momento (siempre exageradamente demorado) de reconocer el final de los ciclos tácticos y proceder al despido de los mismos entrenadores.

Hacia adentro, la concentración de poder decisorio real en pocas manos y no precisamente las más idóneas (se trate de aquellos inexpertos, que pecaran de soberbia y ostracismo, como de aquellos verdaderos “caballeros del fracaso deportivo”, históricos y reiterados responsables de 23 años sin vueltas olímpicas), ha determinado la instauración de un régimen casi autocrático en el ejercicio de la gestión, con el consentimiento tácito y beneplácito cómodo, de una comisión directiva numerosa en nombres propios y escasa en verdaderos compromisos; con el telón de fondo de una puja jamás solucionada entre sectores mortalmente antagónicos, sólo reunidos tras la figura fuerte de una conducción personalista, que disimulara enfrentamientos y concentrara poder y atribuciones efectivas, en ausencia de apoyos y acompañamientos sinceros, sustituidos por el silencio de una unidad sólo formal y aparente, mientras por lo bajo, "rumiaban" fastidios, recelos y mascullaban penas de ego herido, por desplazamientos de confianza o falta de reconocimiento.

Es por ello que en esta, seguramente nuestra hora más crucial, desde los deportivo y en particular, desde lo estrictamente futbolístico (nuestra actividad fundacional, primigenia y que nos identifica inequívocamente ante el mundo), los encargados de dirigir los destinos del club deberán despojarse por completo (unos y otros), previo y necesario sinceramiento, de toda mezquindad, personalismo o egolatría, demostrando ante el cúmulo de socios y simpatizantes del Deportivo Morón, angustiados ante este crítica actualidad, una grandeza no evidenciada hasta la fecha, como único camino capaz de revertir una situación casi de manual, que desde lo dirigencial antes de lo deportivo, nos está conduciendo invariablemente al abismo tan temido del descenso de categoría.

Porque, en definitiva, resultaría ocioso y sin embargo dable recordar, que el club es sólo de los socios e hinchas y que su clase dirigente, meros administradores y tenedores momentáneos del mandato societario, jamás y bajo ningún pretexto, podrá colocarse por encima de los intereses permanentes de la institución, largamente trascendentes a cualquier nombre propio o cargo circunstancial. De lo contrario, nuestra suerte institucional estará irremediablemente echada y la primera "C" no será más que el mal menor y el primer golpe de una caída tan abrupta, como inversamente proporcional al sueño de Pagano, Ferrante, Capelli, Urbano, Machado Ramos, Capurro y tantos otros próceres.

Ojalá se sitúen, de una buena vez y por el bien de la institución, a la altura de las circunstancias y los desafíos. Porque si, "a los tibios los vomita Dios", a los estúpidos los condenará la historia.


domingo, 18 de agosto de 2013

¿Vamos de vacaciones a Morón?..., nota de opinión, por Marcos Ruiz Carrizo.

Un grupo de jóvenes (algunos no tanto), cansados de las exigencias laborales (se dice que son jugadores de fútbol profesional), decidieron tomarse unas vacaciones. Cansados de las exigencias, de los diferentes problemas que se suscitaban, optaron por cambiar de aire y rumbo. Pensaron...¿A dónde podemos escapar de la rutina diaria?... El destino (o las malas decisiones de algunos personajes ligados a la elección de jugadores) decidieron que el lugar en donde pasen sus vacaciones, sea Morón.

Se dice que estos jóvenes al llegar a Morón, se sintieron tan a gusto que optaron por seguir de vacaciones un largo periodo....Tal es así, que fueron incapaces de cambiar su postura (por mérito propio y causas ajenas) El tiempo pasó y la situación siguió igual...Es más, se sumaron más jóvenes. Morón se convirtió en el paraíso vacacional...¿Porqué se preguntará Ud? ¿Qué tiene de especial Morón que lo hace tan atractivo?..Acá va la respuesta: buenos sueldos, grandes premios, concentraciones de lujo, un estadio de primera, en fin, un lugar en donde vivir y pasar las vacaciones tranquilamente sin grandes preocupaciones.

Estos jóvenes viven felices, en su mundo de fantasía, lejos de la realidad. Realidad que en cualquier momento, puede llegar a cambiar radicalmente ese paraíso. Mientras tanto, siguen en la suya, despreocupados, relajados. Se dice que estos jóvenes forman parte del primer equipo de Deportivo Morón. Pero...¿son jugadores o turistas? Le diría que ambas cosas. Por un lado son jugadores que "defienden" los colores del Club Deportivo Morón, y por otro, simples turistas vestidos de blanco y rojo en un gran rectángulo verde (puede cambiar de color según el lugar que se visite) al cual denominan campo de juego.

Esto es lo que la mayoría de los socios, hinchas, simpatizantes, sentimos por algunos de nuestros jugadores. Sentimos que hace varias temporadas (no importa los nombres, Ud. sabrá cuáles serán) algunos jugadores viene a pasar sus vacaciones a Deportivo Morón, sin importar lo que se juega, ya sea el campeonato o el descenso. Jugadores sin compromiso, sin alma, sin el mínimo respeto por el hincha que semana a semana sufre por estos colores y esta delicada situación. Obviamente no están incluidos Alejandro "Chiche" Migliardi y Damián Akerman, grandes referentes e íconos del Club.

También queremos dejar afuera a nuestros pibes, que tanto entregan por esta camiseta. ¿Serán capaces de torcer el rumbo? ¿Serán capaces de despertar a tiempo?..¿O seguirán de vacaciones, sumergidos en su mundo de fantasía?. El tiempo (no hay mucho) lo dirá. Lo cierto, es que si en este paraíso vacacional llamado Morón, las cosas siguen igual, pronto se convertirá en un "infierno" que se devore a la gran mayoría de los turistas-jugadores. No hay necesidad de quemarse...siempre y cuando exista la posibilidad de apagar el fuego a tiempo....


Por: Marcos Ruiz Carrizo.

Nos estamos suicidando...



Nos estamos suicidando…Pasó Platense, pasó otra nueva derrota, para redondear un escuálido punto de nueve jugados (mérito exclusivo de las manos “milagreras” de Alejandro “Chiche” Migliardi) y el equipo volvió a repetir una actuación paupérrima, con alguna mejoría transitoria a partir del ingreso del repatriado Gerardo Daniel Martínez.

Nos estamos suicidando…, si es que creemos objetiva y sinceramente que este actual proceso es pasajero y se puede revertir, cuando en ‘270 de fútbol (???), en la presente temporada 2013/2014 de la “B” Metro, el equipo no ha siquiera evidenciado funcionamiento, ideas y temperamento.

Nos estamos suicidando…, si volvemos a confundir obcecación con convicción y pretendemos prolongar partido a partido, el crédito a un técnico que fuera innecesaria e injustamente expuesto, con tal de absorber la presión asfixiante de una coyuntura más que crítica, especulando con la “espalda ancha” de otro ídolo del club, aún a riesgo de ensombrecer su bien ganado idilio histórico con la gente.

Nos estamos suicidando…, si de manera contumaz, volvemos a despreciar nuestra historia y a nuestros próceres, inmolándolos en la picota de un descenso que ya se fagocitó a otros ídolos y referentes de sentimiento, para que sean vilipendiados en una plaza pública, con tal de resumir en su “ajusticiamiento”, varias puteadas propias y muchas ajenas, expiando culpas personales (las menos) y de terceros (las que vienen de larga data).

Nos estamos suicidando…, cuando las ratificaciones se convierten en sentencias cortoplacistas, en lugar de genuinas demostraciones de confianza, y al mismo tiempo, las decisiones crudas pero necesarias se demoran, en momentos en que el tiempo, más que un aliado, se transforma en un silente y paciente sicario de ilusiones colectivas.

Nos estamos suicidando…, cuando demostramos una negación casi absoluta de una verdad a gritos, o cuanto menos, damos claras muestras de autismo o ensimismamiento patológico de poder, colegiando las responsabilidades ante la crisis, pero no así las decisiones fundamentales que podrían salvarnos del desastre.

Nos estamos suicidando…, si proponemos como un valor destacado a la tozudez, en tiempos en que se impone un sentido absolutamente inverso, de imprescindible apertura y consulta a todos los actores y sectores, con conocimiento y derecho adquirido en tantos años de pasión/sufrimiento; puesto que del “Titanic” todos se acuerdan por su naufragio, más nadie recuerda el apellido del capitán que, pudiendo corregir el rumbo a tiempo, optó por mantener el camino del siniestro, incapaz de percibir tamaño iceberg, hasta el preciso instante de la mortal colisión.

Porque, es cierto…, hubo también un encuentro en el que Morón volvió a caer, esta vez por uno a cero, ante Platense en el “Ciudad de Vicente López”. Con otra pálida actuación individual y colectiva, salvo por el regreso en buen nivel, de ese talento emotivamente intempestivo, llamado Gerardo Martínez y algunas facetas interesantes de Hernán Parentini como volante central y de Mariano Barbieri por el carril zurdo, más el aporte siempre presente de un “Chiche” Migliardi acostumbrado a lidiar con una defensa más peligrosa que los puntas rivales y con compañeros cuya indolencia ya roza lo irrespetuoso, como la liviandad con la que se desplaza por el terreno, Esteban Alberto González, con una indolencia intolerable en un conjunto que partido tras partido, ve recortadas drásticamente sus chances de mantener la categoría.

¿Pero a quién puede importarle las consideraciones tácticas de una nueva derrota (la segunda, en tres fechas), sin goles a favor al cabo de ´270 efectivos de juego, cuando... NOS ESTAMOS SUICIDANDO?.

viernes, 16 de agosto de 2013

Tres cambios, para sumar de a tres, en Vicente López.

Sin demasiado tiempo para lamentarse, ni tampoco para profundizar los trabajos tácticos y anímicos, a fin de hallar soluciones al cúmulo de errores que han impedido que el Deportivo Morón, haya podido ganar un partido, en dos presentaciones para el olvido y francamente preocupantes, el Gallo deberá volver al ruedo y nada menos que frente a Platense, mañana sábado, desde las 19 hs., en el "Estadio Ciudad de Vicente López", con televisación en vivo de TyC Sports y el arbitraje de Pablo Giménez, en el marco de la tercera fecha del torneo de la primera "B" Metropolitana, temporada 2013/2014.

Además de la fantástica actuación de Alejandro Esteban "Chiche" Migliardi, quien sostendría el cero en su arco, en el empate frente a Acassuso, del último martes, en el primer cotejo oficial en el Nuevo Francisco Urbano, a fuerza de penales magistralmente atajados (dos, para ser exactos, uno en cada tiempo), la dura "batalla" ante el "Quemero" dejaría un par de soldados "averiados", que sumados a un cambio de esquema táctico, generará tres modificaciones en el Gallito, con relación al once que iniciara el cotejo ante "Ssuso".

En efecto, en la defensa, se producirá el ingreso de Gonzalo Nicolás Juárez, en reemplazo de Matías Sebastián Villavicencio, quien abandonara el terreno de juego, el martes pasado, con una fuerte contractura, que se presume podría tratarse de un desgarro. En el medio, volverá a la titularidad Martín Gastón Sánchez, ausente ante Acassuso, en virtud de una tendinitis en el talón de Aquiles de su pierna izquierda. Asimismo, en la misma zona del campo, se registrará el ingreso de Hernán Gastón Parentini (debutando con la camiseta del Gallo) en lugar de un Damián Emilio Akerman que arrastra un fuerte golpe intercostal, desde el encuentro ante Los Andes, y si bien jugara los '90 el último martes, lejos de mejorar de su dolencia, evidentemente ha empeorado.

Con esta modificación, que obligará a Esteban Alberto González a adelantarse en el terreno, para acompañar a Mariano Matías Martínez en ofensiva, Mario Darío Grana ha decidido también cambiar el esquema táctico utilizado hasta el momento, con enganche y un sólo cinco, a un 4-4-2 más definido, sin enlace y con Hernán Parentini dándole una mano a Martín Rodrigo Granero, evidentemente muy solo, en dicha tarea, en los '180 de fútbol oficiales disputados hasta el momento.

En definitiva, el once del Deportivo Morón que intentará sumar de a tres, por primera vez en el torneo, nada menos que ante el "Calamar", y en una cancha que le resulta particularmente esquiva, desde lo histórico, serán el siguiente: Alejandro Esteban Migliardi; Esteban Gabriel Giambuzzi, Gonzalo Nicolás Juárez, Ariel Otermín, Emiliano Jonathan Ivan Mayola; Martín Gastón Sánchez, Martín Rodrigo Granero, Hernán Gastón Parentini, Mariano Barbieri; Mariano Matías Martínez, Esteban Alberto González.

Completan el listado de concentrados, quienes integrarán el banco de los suplentes, con la novedad de la inclusión por primera vez, tras regresar de Cobresal y arribar su pase internacional, de Gerardo Daniel Martínez: Juan Cruz Leguizamón, Ariel Omar Berón, Luis Ferreyra, el citado Gerardo Daniel Martínez, Mariano Messera, Ezequiel Adrián Cérica y Leandro Gonzalo Rodríguez.

Por una recuperación urgente e imprescindible, ante uno de los candidatos, en su casa y ante su gente. Un "Marrón" que no olvida, que la mayor concurrencia de público de los últimos años, en su propio estadio, la generó un tercero: el propio Pueblo del Gallo, por los 16º de final de la actual "Copa Argentina", frente a San Lorenzo de Almagro.

                                                 Foto: Leonela Albañir.

jueves, 15 de agosto de 2013

A prender velas, muchachos…


Y si de Lomas de Zamora, tras el decepcionante comienzo de temporada, nos iríamos con un gesto de inocultable inquietud, del último martes 13 (nada menos), en el Nuevo Francisco Urbano, nos retiraríamos con una preocupación tan profunda e indisimulable, más propia de una jornada 30, que de un encuentro correspondiente a la segunda fecha.

Es que frente a Acassuso, en la histórica noche del debut oficial del Nuevo Francisco Urbano, el Deportivo Morón no sólo repetiría la paupérrima imagen dejada tras ’90 para el olvido, ante el “Milrayitas” de Felipe De La Riva, sino que profundizaría sus errores colectivos y sus desaciertos individuales, a tal punto de redondear una segunda presentación tan fallida que, lo “paupérrimo” del primer encuentro, hoy resultaría demasiado benevolente y condescendiente con lo evidenciado en la gélida noche del nuevo estadio.

En tren de hallar razones a la sinrazón y explicaciones lógicas a variables que, a esta altura, quizá no las tengan, es evidente que un comienzo de temporada tan horrible, en lo individual y de conjunto, debe responder necesariamente a deméritos concurrentes, tanto dentro como fuera del campo del juego.

En efecto, resulta evidente que el mensaje del cuerpo técnico no ha sabido llegar o hacerse carne en sus dirigidos, por lo menos hasta el momento. El desorden táctico que muestra con extrema crudeza el equipo, dentro de la cancha, en todas sus líneas, nos exime por completo de cualquier consideración táctica, a favor o en detrimento de Mario Grana.

Sin embargo, es también muy cierto que los entrenadores tienen su límite, y que éste precisamente, coincide con los alcances máximos del “corralito” demarcado a los pies del banco de suplentes, a partir del cual todo lo bueno o malo (o pésimo) que se demuestre en el rectángulo de juego, depende casi en exclusividad de los botines, la cabeza y el corazón de sus dirigidos.

Y es en esos tres aspectos, donde el Gallo no logra ensamblar, una suerte de “body and soul” futbolístico, donde el “cuerpo” de cada jugador en particular y como noción de “conjunto”, responda a los dictámenes de un “alma” templada y valiente, dispuesta a dejar en cada pelota y en cada encuentro, jirones de piel, de ser necesario.

Si bien estamos obligados a mantener la mesura, por imperio de la labor periodística, de la necesidad de aportar al mantenimiento de la fe y el espíritu de conjunto, y hasta por la madre de todas la razones, esto es, que tan sólo se han jugado seis puntos, resulta insoslayable remarcar una verdad futbolística, tan ancestral como el propio ser humano (en este caso, vestido de jugador de fútbol): no existe sobre la faz de la tierra, sin importar tiempo ni paraje, condicionamiento más grande y pavoroso para aplacar el ánimo y enturbiar el propio juicio, que el mismísimo miedo.

Cualquier planteo táctico y estratégico, sin importar que se trate de Guardiola, Mourinho o Bielsa, cuanto concienzudo trabajo semanal o exigente de pretemporada haya podido plasmarse, habrá indefectiblemente de derrumbarse como un castillo de naipes, si el miedo comienza a aprisionar el pecho de los intérpretes, a maniatarle los botines y, fundamentalmente, a turbarles la mente y condicionarles sus decisiones, dentro de un campo de juego.

Y con esto no queremos exculpar a Mario Grana, de un pésimo rendimiento colectivo, por lo menos a la fecha, que sin lugar a dudas lo sitúa como el máximo responsable de este horrible comienzo de temporada, puesto que sobre el recaerá siempre la responsabilidad mayor y primigenia, tanto como líder de grupo, como factótum de la elección y desembarco de los actuales jugadores a su cargo.

Ojalá sólo se trate de un espantoso comienzo de campaña, y que de a poco el equipo comience a librarse de sus miedos y con ellos, a liberar la ductilidad potencial de sus piernas, pero para ello, previamente, deberá aprender a convivir (y rápido) con la presión asfixiante de una institución gigante que se está yendo al descenso, desde hace tres temporadas, en una agonía tortuosa e inmerecida que, merced a una sucesión de desatinos sin medida, hoy nos encuentra en una situación angustiante y con el margen de maniobra de Jorge Porcel (h), montado en un burro, sobre el desfiladero más estrecho e inestable de la cumbre más escarpada y agreste de toda nuestra historia.

Porque, de lo contrario, deberemos concluir en que se cometió un nuevo error (esta vez, de manera dolorosa e irremediablemente definitiva) en relación a la selección y contratación de los jugadores, ya que no necesariamente la experiencia en librar batallas por el descenso, en instituciones como Comunicaciones, Villa Dálmine o Flandria, conlleva las mismas implicancias que encarar la misma lucha, en el Deportivo Morón y ante su gente.

Mientras tanto, vayamos juntando bronce para el busto de “Chiche” Migliardi y de Damián Akerman. Y a prender velas, muchachos…

miércoles, 14 de agosto de 2013

Martes 13: "no te cases, ni te embarques"... Ponelo a "Chiche" Migliardi.

Martes 13, noche de tristeza y decepción. El martes 13 sin dudas, se hizo presente en la fría noche del Nuevo Urbano, y fue el invitado especial del encuentro frente a Acasusso, ya que el rendimiento del equipo fue de "terror", haciendo claros honores al día de ayer.

El cotejo frente a "Ssuso", no era un partido más. Había mucho en juego. No sólo cambiar la pálida imagen que el equipo mostró frente a Los Andes en la primera fecha del campeonato, sino también, inaugurar con un triunfo el Nuevo Francisco Urbano, en su primer partido oficial. La necesidad de sumar los primeros 3 puntos, era (y es) imperiosa para Deportivo Morón. El rival de turno no era nada fácil. El equipo de Fabián Nardozza (ex Gallo), quería ser el "cuco" en la noche del martes, y arruinar la fiesta en la nueva casa del "Gallo", como lo hizo aquél 26 de mayo último, día en el cual despedimos a nuestro querido y entrañable "Viejo Urbano".

El partido comenzó con un Morón que trató de llevarse por delante a Acassuso. De hecho, apenas comenzó el encuentro, una salida rápida del equipo, posibilitó la primera llegada de gol a cargo de Damián Akerman, acción que fue bien resuelta por el arquero rival, Gustavo Ruhl. Ante este auspicioso comienzo, podía pensarse que la "pesadilla" vivida en Lomas de Zamora, se esfumaría rápidamente. Lamentablemente no fue así, ya que este dominio y supremacía, pronto se convertiría en un espejismo.

En efecto, Acassuso se despertó demasiado pronto, y supo reaccionar a tiempo. Tal es así que a los 15 minutos del primer tiempo, una mano infantil de Villavicencio, originó un claro penal para el conjunto visitante. A esa altura del partido, el equipo era puro nervios, mostrándose impreciso y dubitativo cada vez que tenía la pelota. Por suerte en el arco teníamos a nuestro superhéroe de la noche, Alejandro "Chiche" Migliardi, quien lograría contener el penal de Sergio Salomone.

Morón dominado por los nervios, hacía agua en el campo de juego. De hecho no generó ni una ocasión de gol a lo largo de todo el primer tiempo (y del partido, salvo una dudosa mano en el área rival que Pablo Dóvalo, no sancionó penal), después de aquel remate de Akerman, apenas comenzado el encuentro. En contrapartida, "Ssuso", sin mucho, se hacía dueño de la pelota y del terreno.

El rendimiento individual y colectivo del equipo dejaba mucho que desear. A pesar que se mostró algo más de actitud, con respecto al primer partido del campeonato, las actuaciones individuales del conjunto dirigido por Mario Grana, no eran de lo mejor. Un impreciso y errático Esteban González (otra vez de floja actuación al igual que la mayoría de sus compañeros), no podía abrir la cancha, y por ende generar juego. Tampoco fue preciso a la hora de pasar la pelota y mucho menos de patear decentemente un tiro libre o córner.

La defensa del "Gallo", (otra vez luciendo sus debilidades), no daba ninguna garantía cuando el rival se decidía a atacar. Villavicencio (que luego se iría reemplazado por Luis Ferreyra, a consecuencia de una molestia muscular), volvía a fallar en la marca, al igual que sus compañeros: Otermín (por momentos perdido en el campo de juego y mucho más a la hora de defender), Mayola y Giambuzzi (ambos de flojo desempeño).

El mediocampo a cargo de Martín Cabrera (intrascendente como siempre) y el "Vikingo" Granero (uno de los mejores ante tanta mediocridad), por momentos, no podía parar el débil ataque de la visita. De más está decir que Morón no existió prácticamente en materia ofensiva, ya que tanto Akerman como Martínez, estaban aislados y huérfanos de pases precisos que le permitan llevar peligro al arco defendido por Ruhl.

Incluso Morón, al igual que en el partido frente a Los Andes, tendría la chance de aprovechar su supremacía numérica, debido a la expulsión de Lucas Mazzulli (bien expulsado), en el conjunto visitante. Uno imaginaba que a partir de este hecho, Morón saldría a comerse la cancha y cambiar la pálida imagen que venía mostrando hasta ese entonces. Nuevamente nos volveríamos a equivocar.

Al equipo dirigido por Grana, no se le "cayó una idea" a la hora de generar juego, y mucho menos de lastimar al equipo “Quemero’’. Es más, Acassuso fue superior con un jugador menos, en gran parte del encuentro. En el conjunto local, Barbieri con mucho esfuerzo, trataba de generar algo de peligro por medio de centros que eran bien absorbidos por la defensa rival, como por su arquero. Mientras tanto, los cambios tampoco aportaron nada, ya que Ferreyra, Messera y Rodríguez, se mostraron intrascendentes como el resto del equipo.

Morón era un conjunto de nervios. Trataba de avanzar en el campo de juego como podía, sin ideas, sin precisión. La gente se mostraba impaciente con el conjunto del Oeste. Los minutos pasaban y el equipo se agudizaba en su imprecisión. Tal es así, que a los 27 minutos de la etapa complementaria, la figura de la noche, "Chiche" Migliardi, se pondría nuevamente el traje de superhéroe, conteniendo un nuevo penal (falta absurda de Otermín) al jugador "Quemero", Rodrigo Alonso. A esta altura, a falta de emociones propias, "el único héroe en este lío", se vestía de gala, para salvar los horrores de sus compañeros y tratar de mantener el cero en su arco, y empezar el primer partido oficial en el Nuevo Francisco Urbano, sin una derrota.

Créanos que no hay animosidad contra ningún jugador ni el cuerpo técnico. Morón es un enfermo que necesita de muchos cuidados. Es un paciente en estado delicado y con pronóstico reservado. La cura para esta enfermedad, no está solamente en el apoyo de la gente, sino fundamentalmente en el mismo equipo y en la capacidad que pueda mostrar Mario Grana, para salir de esta situación. Somos conscientes de que Morón, es un “enfermo’’ que necesita rápidamente la cura para esta enfermedad llamada "descenso". Suena feo y hasta trágico, pero créanos, que si no se actúa de manera inmediata y con inteligencia, no habrá tiempo para salvar este "cuadro". A pesar que se llevan disputadas solamente 2 fechas del campeonato, no hay que dormirse ni mucho menos confiarse.

Anoche Morón vivió su propio Martes 13 y tuvo su "noche de terror". El equipo se fue envuelto en una lluvia de silbidos. Recurriendo a la famosa frase que alude a tal día, "Martes 13, no te cases, ni te embarques", Morón se embarcó hacia el camino del nerviosismo y mediocridad. Rogamos, deseamos y anhelamos, que este barco en el cual se subió Morón, pronto encuentre su camino, y no termine por naufragar, en los mares del temido y oscuro descenso....Sólo es cuestión de tomar la brújula, agarrar fuerte el timón y cambiar el rumbo...Todavía hay chances...ojalá que no sigamos desperdiciándolas. 

Por: Marcos Ruiz Carrizo.


Síntesis:

Deportivo Morón:

ALEJANDRO MIGLIARDI (10)
Esteban Giambuzzi (4)
Matías Villavicencio (3) (Luis Ferreyra (4))
Ariel Otermín (3)
Emiliano Mayola (4)
Martín Cabrera (3) (Mariano Messera (4))
Martín Granero (6)
Mariano Barbieri (5)
Esteban González (3) (Leandro Rodríguez (3))
Mariano Martinez (4)
Damián Akerman (5)

DT. Mario Grana.

Acassuso:

G. Ruhl
F. Santana
R. Alonso
E. Pedreida
N. Minici
M. Planté (R. Nicola)
L. Mazzulli
A. Friedrich
R. Chao
F. Pumpido (A. Avalos)
S. Salomone (D. Gómez)

DT. Fabián Nardozza.

Goles: No hubo. (Migliardi atajó dos penales:15 min PT y 27 min ST)

Expulsado: L. Mazzulli (Acassuso)

Arbitro: Pablo Germán Dóvalo (pésimo).

Estadio: Nuevo Francisco Urbano.

                                          Foto: Osvaldo Abades (h).

Una jornada histórica, un partido para olvidar: videos del primer encuentro oficial en el Nuevo Francisco Urbano.


Primer partido oficial en el Nuevo Francisco Urbano: los segundos '45, del empate en cero con el "Quemero", by "San Chiche"...