lunes, 25 de noviembre de 2019

"A cruzar los dedos"...

Y la mejora con Atlanta pareció un "espejismo", luego de la pálida imagen que el Deportivo Morón demostrara en Caballito, ante un Ferro que con muy poco, lo derrotara con justicia y, de no mediar la muy buena tarde de Julio Salvá, la caída hubiese sido más abultada, casi como un nefasto "deja vu" del anterior compromiso en el mismo escenario, tan esquivo que jamás pudo imponerse el Gallo, en la historia, por lo menos enfrentando al "dueño de casa". 

Con la vuelta del capitán, Emiliano Mayola, y el ingreso desde el inicio de Francisco Oliver, como lateral zurdo, en lugar de Nicolás Martínez, y de Lucas Chacana por un lesionado Nicolás Ramírez, el equipo de "Cacho" Sialle "deambularía" sin rumbo, en la tarde Caballito, sin tenencia del balón, ni presencia ofensiva, ni contención en el medio, ni seguridad en la última línea, ante un local que venía de tres partidos sin victorias y encontró en Morón, la oportunidad justa para salir de "perdedor".

En efecto, salvo los primeros minutos, donde Morón pretendería ejercer una presión alta, como ante el "Bohemio", no tardaría mucho para que el local se sintiera cómodo con su mayor volumen de juego y comenzara a "lastimar" por los costados, con la constante subida de sus laterales, en especial de Rodrigo Mazur, por el izquierdo, una de las figuras de la cancha, sólido en la marca y "punzante" en ofensiva, como si se tratara de un delantero.

Con el fútbol de Nicolás Gómez y Renzo Tesuri, Ferro se haría dueño antes de los '15 iniciales, del protagonismo en terreno ajeno, con pelota dominada, colocando siempre en posición de gol a sus laterales y "merodeando" el área visitante, con el criterio de Cristian Bordacahar y la voluntad de Franco Toloza, en su presentación con la camiseta del "Verde", recién arribado de Colegiales.

Mientras la apertura del marcador, parecía cuestión de tiempo y justeza en la última "puntada" de Ferro, por el lado de Morón, el poco fútbol disponible provenía de la zurda de Ezequiel D' Angelo, poco y mal acompañado por Kevin Gissi, que volviera a mostrar su costado más "flaco", y sin acompañamiento por las bandas, con una regular expresión de Fabricio Alvarenga, y otra decididamente pobre de Lucas Chacana. 

En el medio, ni Matías Nizzo, ni Lucas Pérez Godoy podrían imponer condiciones en esa zona, perdiendo con la habilidad y el toque de primera de Gómez y Tesuri, y más allá del buen partido de "Oeste", no porque el local haya sido el "Barcelona", sino porque Morón ni siquiera llegó al nivel del "Girona" o el "Rayo Vallecano".

En ese "desconcierto" generalizado, con Ferro "toqueteando" siempre peligrosamente cerca de Julio Salvá, Renzo Tesuri habilitaría de primera a Rodrigo Mazur (a quien Salvá, minutos antes, le había contenido un mano a mano, ingresando increíblemente solo por su sector), que enviaría un centro al primer palo, dentro del área chica de Morón, que impulsado en primera instancia hacia atrás, por Lautaro Torres, derivaría en un "taco" de Bordacahar, y cuando el debutante, Franco Toloza, se aprestaba a rematar al arco, desde escasos metros, la "barrida" de Oliver derivaría el balón hacia el costado, donde Valentín Perales se la llevaría "puesta", para vencer a propio arco, ante la sorpresa de Salvá y darle de la manera más impensada, la merecida ventaja a un Ferro que era mucho más, a los '45 del primer tiempo.

En el complemento, de arranque nomás, Sialle mandó al campo de juego, a Damián Akerman y Mauricio Alonso, de regreso al banco, en mejoría paulatina de su pubialgia, en lugar de Kevin Gissi y Lucas Chacana, tal vez buscando el efecto que tuvieran los cambios, en el entretiempo con el "Bohemio". 

Sin embargo, dentro del contexto de un equipo "perdido" en el terreno de juego, ni Alonso, visiblemente disminuido por una lesión rebelde y el goleador eterno, demasiado solo para tener que bajar a buscar la pelota e intentar luego progresar con ella en ofensiva, lograrían "torcer" el curso de un segundo tiempo, que más allá de un corto lapso, al inicio, donde Morón dominaría las acciones y se aproximaría al arco local, aunque sin generarle peligro real a Andrés Bailo, aún en ese "puñado" de minutos favorables al Gallo, desde lo territorial y actitudinal, Ferro en cada contra, parecía más cercano al segundo que Morón del empate.

Con el correr de los minutos, Ferro retomaría las "riendas" del encuentro, haciéndose nuevamente "dueño" de campo y balón, con el fútbol que al Gallo le faltaría, máxime a partir de la salida de Ezequiel  D' Angelo, el único capaz de generar alguna "pincelada" de desequilibrio y habilidad, para permitir el ingreso de un Agustín Lavezzi, que sólo contribuiría al "barullo" en los últimos metros.

Mientras la visita no generaba una acción de gol, en todo el complemento (y casi nos animaríamos a decir, en los '90), el local contaría con varias opciones para estirar el resultado, de no mediar no menos de tres o cuatro intervenciones decisivas de Julio Salvá, para mantener a Morón en "partido", por lo menos desde lo "numérico", porque en el desarrollo jamás estuvo a "tiro" del empate.

Por eso, el "pitazo" final de Julio Barraza, esta vez de buen desempeño, sin polémicas, Ferro regresaría al triunfo, luego de tres partidos, a expensas de un Morón que volvió a evidenciar las carencias individuales y colectivas, de un equipo desordenado y sin ideas, que perdiera en todo el partidos las "segundas pelotas" y los rebotes.

Con un último cotejo por delante, antes del receso, el próximo domingo 1° de diciembre, ante Estudiantes de Río Cuarto, desde las 17, en el Nuevo Francisco Urbano, el Deportivo Morón intentará clasificar a una "Copa Argentina" cada vez más lejana y que ya no depende exclusivamente de su propio resultado.

Pero lo más importante, deberá volver a "lidiar" con sus propias carencias, para terminar el año de la mejor manera, y si es posible con una victoria, que sume para el semestre definitivo, aunque no llegase a alcanzar para la clasificación "copera", por segunda edición consecutiva.

Lo "positivo": no deberá hacer demasiado para modificar la pálida imagen de Caballito.

"A cruzar los dedos", como diría "Riberito".



@elgallogustavo.




miércoles, 20 de noviembre de 2019

Morón recuperó la "memoria" y Akerman hizo feliz al Oeste

Y una noche el Deportivo Morón recuperó la "memoria"... No sólo porque volvió al triunfo, luego de tres derrotas consecutivas, sino también porque recuperó varios de los argumentos y virtudes que lo erigieran en una equipo sólido, compacto y hasta incómodo para sus ocasionales rivales, hasta que desde la tarde de Turdera a esta parte, o tal vez incluso un poco antes, extraviara la "brújula" futbolística, para convertirse en un conjunto previsible, vulnerable y repetido en errores y desatenciones.

En una de las "paradas" más "bravas" que pudiese ofrecer este parejo y competitivo Torneo de Primera Nacional, en su Zona 1, el equipo de "Cacho" Sialle se impondría merecidamente al cómodo y convincente líder del grupo, Atlanta, un "Bohemio" que, por si fuera poco, implica todo un "karma" en la historia del Gallo, con muchas y dolorosas derrotas, en contraposición a un puñado de alegrías, como la de esta noche, en el Nuevo Francisco Urbano.

Para completar la vivencia de una de esas jornadas "angeladas" para el Deportivo Morón, la victoria vendría de la "mano" de un nuevo gol, el primero en el actual torneo, pero el 159 en su impresionante estadística personal en el Deportivo Morón, de ese auténtico "tótem" viviente para el Gallo, llamado Damián Emilio Akerman, que con tan sólo 24 minutos en cancha, tras su ingreso al comienzo del complemento, debido a la lesión de Ezequiel  D'Angelo, haría "explotar" las gargantas de los hinchas de Morón, una vez más, con ese "olfato" goleador, para estar donde debe estar el "9" (o el "18", en este caso), y transformar en "porotos", lo que hasta allí era un triunfo por "puntos", de un Gallito que generó más que la sumatoria de los tres partidos con derrota precedentes, pero reiterando las consabidas falencias para "facturar" diferencias en el arco contrario.

Desde el comienzo, un Morón con Francisco Oliver (en lugar del suspendido, Emiliano Mayola) y Ezequiel D'Angelo, haciendo ambos su debut como titulares, con la vuelta de Lucas Pérez Godoy, de muy buen partido, y la mejor actuación de Kevin Gissi desde que llegara a la institución, tal vez "tonificado" por su gol frente a Independiente Rivadavia, en Mendoza, evidenciaría la reivindicación de valores tácticos importantes, "extraviados" en los últimos tres partidos: orden e intensidad en toda la cancha, presión alta para provocar el error rival y permitir la recuperación cerca de la última línea contraria y una afán ofensivo ausente "sin aviso" en los cotejos previos, que volvería a colocar al Gallo como protagonista, buscando el desequilibrio por las bandas, como es habitual, pero también desde la habilidad compartida de Nicolás Ramírez y Ezequiel D'Angelo, sumados a la sana intención de buscar el remate desde afuera o el centro al área, en definitiva, procurando "terminar" las jugadas, algo tan obvio como infrecuente en los encuentros anteriores.

Del otro lado, un Atlanta tal vez más consistente desde las individualidades, y con la saludable intención de buscar el arco de Julio Salvá, como premisa insistente, en especial, a partir de las subidas reiteradas de sus laterales, también le daría al local la ocasión de "explotar" las "espaldas" de ambos marcadores de punta, algo que podrían en práctica con acierto, tanto Fabricio Alvarenga como Nicolás Ramírez, hasta que en el caso de "Nico", un tremendo golpe en la cintura, obligase al cambio prematuro del "10" del Gallito, por Lucas Chacana.

Con un par de buenas chances para abrir el marcador, en los primeros minutos, comenzando por un tiro libre del propio Nicolás Ramírez, que se perdería apenas por encima del travesaño de Juan Rago, un Morón renovado y auspiciosamente asfixiante en la salida y protagonista, se convertiría en "dueño" de balón y el terreno, como no ocurría desde hacía dos o tres partidos, salvo ya estando en desventaja, pero sin perder de vista la peligrosidad del "Animal", Luis López, en las pelotas paradas, y los desbordes de Fabricio Pedrozo por izquierda y las diagonales permanentes de Walter Mazzantti por derecha.

Cuando el partido había caído en una "meseta", a los '32 del primer tiempo, una acción imprudente de Jorge Valdez Chamorro, el "8" de Atlanta, dejaría a la visita con diez, debido a su correcta expulsión por agresión, en perjuicio de Nicolás Martínez, acción que determinaría un doble beneficio para Morón: profundizar su dominio, a partir del hombre de más, pero en especial, la decisión táctica de Alejandro Orfila, entrenador visitante, de suplir la ausencia de Valdez Chamorro, con el ingreso de Nicolás Talpone, excluyendo para ello, a Walter Mazzantti, sin lugar a dudas, el hombre más peligroso y desequilibrante de la visita.

Antes del final de la primera etapa, en un cabezazo en el área, la cara de Ezequiel D'Angelo impactaría con la "humanidad" de un defensor, lo que podría en duda la continuidad del "11" del Gallo, en el complemento, algo que se confirmaría con el ingreso de Damián Akerman, al comienzo del segundo tiempo, ante una posible fractura de tabique nasal del ex enganche de "Telmo".

En los segundos '45, Morón no lograría imponer la misma intensidad de la etapa de inicio, en buena medida, por la destacable intención de la visita, de defenderse siempre con la pelota, con el buen manejo de Joaquín Ochoa, más tarde reemplazado por Enzo Trinidad, el hábil enganche procedente de Tristán Suárez, pero fundamentalmente, por la saludable intención de seguir buscando el arco de Julio Salvá, con el argumento repetido y eficiente del adelantamiento de los laterales, que originaría un par de "revolcones" del "1" del Gallo, y destacaría la gran tarea de Valentín Perales en el fondo, bien acompañado por Francisco Oliver, por el medio, y de Matías Cortave (de interesante partido) y Nicolás Martínez por los laterales.

Cuando Morón no lograba sacar provecho del jugador de más, una "trepada" ofensiva de Matías Cortave, se prolongaría en una gran taco de Lucas Pérez Godoy, para habilitar en ofensiva a Lucas Chacana, que tras dejar a su marca en el camino e ingresar el área visitante, sobre el vértice izquierdo, ensayaría un centro que superaría la línea de Kevin Gissi, controlado al límite del penal por los centrales, pero por el medio, se reencontraría con el goleador "eterno", que la empujaría al gol, para golpearse el pecho, como en aquella tarde de abril, ante Los Andes, en el mismo escenario, al tiempo de poder leerse en sus labios, la palabra "yo", en un mensaje tan explícito como contundente, para más de uno, de ambos lados de la línea de cal.

Con la ventaja parcial, y el hombre de más, "Cacho" Sialle enviaría al campo de juego a Cristian Lillo, para colaborar en la recuperación y "morder" en el medio, en lugar de Matías Nizzo, mientras su rival se arriesgaba a jugar los últimos '20 con línea de tres, lo que implicaba una verdadera "invitación" a definir el "pleito" de contra.

Sin embargo, Morón no lograría defenderse a partir de la tenencia del balón, en buen medida, por las ganas y el mérito ajeno, de un muy buen equipo, no por casualidad líder de la zona, contando con algunas chances inmejorables para "clavar" el segundo, en réplicas con mayoría numérica, pero mal resultas por la velocidad y desequilibrio de Fabricio Alvarenga, no siempre acompañados de las mejores decisiones en los últimos metros de la cancha.

Como en Morón, "si no se sufre, no vale", en el quinto minuto de descuento, en el última "bola" de la noche, un centro al área chica del Gallo, despeinaría el "copete" rubio de Luis López, que por suerte no alcanzaría a conectar el envío, ante una defensa estática y un Salvá fuera de "foco", que poco hubiera podido hacer, en otras circunstancias.

Con el "corazón en la boca" y las "pulsaciones a mil", el pitazo final de un correcto Héctor Paletta, le devolvería la sonrisa a Morón, que en una calurosa noche de noviembre, en el Nuevo Francisco Urbano, recuperara la "memoria", y no solamente por volver al triunfo, luego de tres derrotas consecutivas, sino por volver a confiar en aquellos argumentos futbolísticos, que tan buenos dividendos le dieran a principios de temporada.

Y en definitiva, fiel a su estilo "histórico", el Gallo bajó al puntero y regresó a zona de "Copa Argentina", soñando con un mejor final de primera rueda, con próxima "escala" ante Ferro, en Caballito, y un cierre frente a Estudiantes de Río Cuarto, en el Nuevo Francisco Urbano.

Volvió Morón. Volvió Akerman, En definitiva, sinónimos de la misma conjunción para la alegría de todo el Oeste.



@elgallogustavo.



lunes, 11 de noviembre de 2019

Mismas falencias, igual desenlace: tercera derrota

En la calurosa tarde mendocina de domingo, Morón repitió las falencias que han caracterizado su errático andar de los últimos partidos, y como consecuencia lógica, en un deporte como el fútbol, donde la lógica a la larga tiende a imponer condiciones, el resultado volvió a ser derrota, la tercera consecutiva, que dejó al Gallo momentáneamente fuera de puestos de "Copa Argentina", en el octavo lugar de la tabla, a falta de tres encuentros para el final de la primera rueda.

En efecto, con notables problemas para manejar el balón en la zona media, o cuanto menos, "cortar" los "circuitos" futbolísticos del rival, sumados a su módica cuota de fútbol asociado (que en las últimas fechas, en especial durante los primeros tiempos, ha pasado a ser, directamente escasa y por momentos ausente), a una ofensiva sin peso ni contundencia, no importa los sistemas ni los protagonistas que lo lleven a cabo, una defensa otrora segura, de lo mejor del equipo, en aquellos buenos primeros partidos, ahora devenida en un "mar" de dudas, desacoples y desatenciones, el equipo de "Cacho" Sialle volvió "regalar" un tiempo, el inicial, para "reaccionar" recién en el complemento, con la primera desventaja a cuestas, a partir del ingreso de Ezequiel D' Angelo, por estas horas aciagas de conjunto, el único capaz de generar algo de juego en "tres cuartos", ante el bajón pronunciado en el rendimiento de Nicolás Ramírez, demasiado desequilibrante para pasar inadvertido o suplir su aporte acostumbrado.

Con el regreso de Valentín Perales, en reemplazo de Cristian Broggi, "corriendo" nuevamente a Matías Cortave como lateral derecho, en una función donde, por lo visto, rinde menos que de primer marcador central, más la "apuesta" ofensiva de Agustín Lavezzi, como pocas veces titular, por un Esteban Ciaccheri que ni siquiera viajaría a Mendoza, el Gallo modificaría también "dibujo" táctico, con un 4-4-2, que tampoco terminaría de rendir los "frutos" esperados por el cuerpo técnico, dado el mal momento colectivo que atraviesa el equipo, más allá de los resultados.

En esa primera etapa, en una reedición de lo visto, desde Temperley en adelante, con una profundización paulatina fecha tras fecha, el Deportivo Morón volvería a no "hacer pie" en el mediocampo, nuevamente con el rival como protagonista casi exclusivo en el manejo de la pelota, ahora agravado por una defensa que genera dudas e invita a atacarla, por los desacoples que muestra, en especial, en esa zona "muerta", entre medios y defensores, donde unos no cubren y otros no anticipan, por lo menos con acierto.

Así las cosas, y tras algunas zozobras, de un Independiente Rivadavia que, sin grandes "luces", manejaba terreno y pelota, "rompiendo" la línea media y buscando "abrir" por los costados, en otra escena repetida de cada partido, desde Belgrano en el Oeste a esta parte del campeonato, de un desborde por la derecha de la defensa del Gallo, de Matías Viguet, el centro largo y rasante, con destino al segundo palo, pasaría por las "narices" de toda la defensa visitante, hasta que por el lado opuesto, Julián Marcioni la empujara al gol, a los '24 del primer tiempo.

Sin capacidad de reacción, al igual que en las primera etapas ante Temperley, tras la ventaja del "Celeste" y también con Platense en el Oeste, Morón no lograría hacerse del balón, ni aún ante la necesidad del empate, y comenzaría a sufrir el desarrollo del encuentro, ante una "Lepra" mendocina cada minuto más cómoda en el juego y con escasa oposición de la visita.

Como también viene ocurriendo en los cotejos precedentes, pese a no manejar el trámite de los partidos, el Gallo contaría con una ocasión muy propicia para llegar al empate, luego de una buena acción individual de Lucas Chacana, recostado sobre el sector izquierdo, con escaso aporte como volante externo, en el retroceso, pero algunos movimientos interesantes en ofensiva, de su desborde y pase entre líneas emergería solo en el área, "Nico" Ramírez, pero el envío, un poco alto para el "10" de Morón, ya "atorado" por el arquero, terminaría con un intento de "sombrero", que Cristian Aracena controlaría, esforzándose en el aire.

Con chances para ampliar la ventaja y "liquidar" el pleito, en la cabeza de Gonzalo Klusener o algún buen encuentro entre Pablo Palacio y el autor del gol, Julián Marcioni, el 0-1 resultaba "precio" para una etapa inicial decididamente mala del Gallo, dejándolo en partido, con la expectativa de un mejor segundo tiempo, para lo cual no era necesario mejorar demasiado.

Al inicio del complemento, los ingresos de Ezequiel D' Angelo y de Kevin Gissi, en lugar de Agustín Lavezzi y Lucas Chacana, mostrarían a un Morón más ambicioso, parado casi en terreno contrario y con el manejo del balón que le reportara el ex enganche de San Telmo, capaz de generar un pase "entre líneas" o una jugada asociada, con un Fabricio Alvarenga que comenzaría a desequilibrar por el sector derecho.

Luego de algunas aproximaciones, pero con la visita "plantada" decididamente en campo rival, con la pelota bajo la "suela", empezarían a aflorar las permeabilidades de la defensa local, hasta allí no detectadas y a los '24 del complemento, una pelotazo largo de Valentín Perales, con destino a Kevin Gissi, en el área local, permitiría el "puntazo" goleador del suizo-argentino, ante el "quedo" de ambos centrales y el propio arquero de "La Lepra".

Con el uno a uno y un trámite más parejo, en el Oeste se ilusionarían con la posibilidad de un triunfo, que devolviera al Gallo a la "lucha" por los primeros puestos, sin embargo, Morón no habría de capitalizar anímica ni futbolísticamente el empate, profundizando las dudas locales, sino que por el contrario, se retrasaría en el campo y permitiría que Independiente Rivadavia le volviese a manejar terreno y pelota, tal vez en la expectativa de una contra que definiera el "pleito" a su favor, en los minutos restantes.

Pero allí, una vez más aflorarían las "licencias" que otorga en cada partido, una defensa que perdió hace tiempo la solidez que exhibiera a comienzos de torneo, con otro gol "calcado", de similares características a los que hemos visto, ya demasiadas veces: centro largo desde la derecha del ataque local, Julián Marchioni (el volante diestro, no el autor del primer gol), que cabecea sobre el palo opuesto, evitando así que la pelota se perdiera afuera, y solo por el segundo palo, Gonzalo Klusener habría de impulsar la pelota para el segundo gol de "La Lepra", con notable facilidad, ante una defensa estática, tal vez siguiendo el recorrido del balón, más que la posición de Klusener.

Con doce minutos por delante, Arnaldo Sialle mandaría al campo de juego a Damián Akerman, por Cristian Lillo, y en el contexto de un desarrollo "partido", entre la necesidad del Gallo y las oportunidades de contra del local, Fabricio Alvarenga, de buen segundo tiempo, contaría con una ocasión inmejorable para volver a empatar, cuando su derechazo, ingresando por el medio literalmente "reventara" el travesaño de Aracena, en tiempo cumplido, una de las tres chances de gol que tendría Morón en el complemento, junto a un remate de zurda apenas desviado, de D' Angelo, y minutos antes del segundo desnivel local, la más clara de todas, nuevamente en los pies de Kevin Gissi, pero en esta oportunidad, el remate del ex "Leproso" se iría ancho por el primer palo, después de cruzar su remate, dentro de área y tras desembarazarse de su marca. 

El pitazo final de Mariano González, de regular arbitraje, sin polémicas, pero afecto a ese estilo anquilosado de referato, de dirigir las acciones, "muñequeando" las decisiones desde el círculo central, determinaría una nueva caída del Deportivo Morón, la tercera consecutiva, en un partido que le resultara más esquivo en el desarrollo que en el resultado final, y donde no sólo tuviese la oportunidad de empatar momentáneamente, sino hasta pasar a ganarlo, de haber "embocado" Kevin Gissi la suya, con la "chapa" igualada en uno.

Con mucho por corregir y no tanto tiempo, el Gallo volverá al Oeste el lunes al mediodía, con la mirada puesta en recibir a Atlanta (sin el capitán Emilano Mayola, que llegara a la quinta tarjeta amarilla), nada menos que el sólido líder zonal, que además nos resulta más que esquivo en el devenir del historial.

A mismas falencias, igual desenlace: tercera derrota consecutiva.

A levantar la "cresta".



@elgallogustavo.



miércoles, 6 de noviembre de 2019

"Deportivo Morón volverá a ser un tema central y estratégico en la agenda comunal"

El miércoles al mediodía, durante una nueva emisión de "Corazón de Gallo, conducido por Jorge Marinelli, Maximiliano Benozzi y Gustavo Requelme (miércoles, de 13 a 14, por "Radio La Ciudad de Ituzaingó", www.radiolaciudad.com.ar), se entrevistó al electo intendente del Municipio de Morón, Lucas Ghi, quien dejara importantes conceptos respecto del lugar del Deportivo Morón en la futura "agenda" comunal y precisiones sobre los temas que más preocupan al socio e hincha del Gallo, y que atañen a la comuna, como la culminación de las obras correspondientes a la tercera etapa del estadio, la cesión de terrenos en la ex Base Aérea y una posible asistencia financiera oficial, en temas y gastos puntuales, como los operativos policiales en los partidos.

Lucas Ghi, en "Corazón de Gallo" y hablando del Deportivo Morón:

"Es imposible pensar en el desarrollo y el crecimiento del distrito, si no es de la mano de sus instituciones. Por eso es necesario recuperar la centralidad de un club como el Deportivo Morón, tan entrañablemente vinculado a la identidad de nuestro pueblo".

"Y en ese camino tenemos que complementarnos, establecer alianzas estratégicas, objetivos comunes  y tratar de alcanzarlos. El testimonio de lo logrado en su momento, debe ser el motor que nos desafíe a construir cosas nuevas".

Culminación de la tercera etapa de obra en el estadio:

"Respecto de la tercera etapa del traslado del estadio, quiero ser extremadamente prudente. Hace poquitos días me reuní con el intendente saliente (Ramiro Tagliaferro) y entre las cosas que le planteé que me parecía importante conocer, estaba este elemento, el nivel de desarrollo y de avance que tenían las obras. Más allá de lo que uno puede ver, conocer en términos administrativos qué cosas nuevas se habían gestado en estos cuatro años, y el intendente quedó en facilitarme esa información, en el marco de un montón de otras cosas que tienen que ver con la transición".

"Y digo esto porque en función de lo que hay, también nosotros vamos a poder asumir compromisos. Una vez que nosotros fijamos un rumbo y asumimos un compromiso, lo vamos a concretar. Pero necesito tener un diagnóstico muy certero, muy preciso sobre cómo está, en qué se avanzó, qué falta, si hubo algún incumplimiento... Bueno, evidentemente incumplimientos hubo, porque la realidad así lo demuestra, pero no quiero generar ninguna otra apreciación que no esté debidamente sustentada en los papeles".

"De todas maneras, es importante llevarle tranquilidad al hincha y al socio, sobre que es un tema que se va a tener en cuenta permanentemente, porque es un desarrollo que soñamos e hicimos juntos, en el que logramos avances importantes también juntos y hay que coronar ese esfuerzo que llevó adelante la ciudad, que llevó adelante la institución, cumpliendo con los objetivos que se habían trazado oportunamente".

Cesión de terrenos en la ex Base Aérea de Morón:

"Se de la expectativa que hay respecto del tema de la cesión de tierras en la Base Aérea, por eso pedí especialmente al equipo que está trabajando en la transición, a las personas que designé para trabajar en la intercambio de información con la actual administración, que se ocupasen particularmente de este asunto, y lo mismo que decía sobre la tercera etapa del estadio, ojalá podamos avanzar y consolidar ese objetivo".

"No es algo que se termine resolviendo con la firma de un Comodoro, porque ahí intervienen las direcciones políticas de los organismos. No se si en este caso se estará gestionando en la AABE (Agencia de Administración de Bienes del Estado) o en el Ministerio de Defensa o en qué otro organismo nacional, pero necesito conocer hasta dónde está el avance y después es gestión, es traducir esa decisión política en gestión. Gestionar es hacer que las cosas pasen y para eso tenés que ocuparte. Tenés que tener una idea, un plan claro y qué querés que pase, y por supuesto, trabajar para lograrlo".

"Morón tiene en la capilaridad de sus instituciones y particularmente en el Deportivo Morón, un potencial extraordinario y desatenderlo, desvincularse, tener "hojas de ruta" distintas, municipio e institución... obviamente, la institución con su propia vida, con su discusión interna, respetando los ámbitos que cada uno tiene..., es un enorme error, porque fijar objetivos comunes y trabajar en conjunto, siempre redunda en un beneficio para la comunidad. Es sin dudas un eje de trabajo central y estratégico, que aprovecho para anticipar, y ojalá que al igual que en la etapa anterior, podamos disfrutar de los logros que construyamos".

La relación entre el sector público, el privado y las instituciones:

"Me parece que esas cosas se lograron (el traslado y construcción del nuevo estadio) porque construimos una agenda de trabajo, afianzamos confianza, sostuvimos en el tiempo las ideas y se lograron los objetivos. En estos últimos años, por circunstancias que desconozco, no se pudo avanzar con la celeridad que seguramente hubiésemos deseado, pero no hay tiempo que perder, retomar esa agenda de trabajo y creo que a partir de la articulación entre el tercer sector, el mundo representado por las entidades intermedias, en este caso el Deportivo Morón, el sector privado y el sector público, construyendo ese tipo de sinergia, que son las que terminan construyendo logros de la envergadura del nuevo estadio y promover el desarrollo en el área central".

"Ambas cosas quedaron en el camino, tanto el desarrollo en el área central, en la ciudad de Morón que es cabecera del Oeste, con el potencial que eso conlleva, así como terminar con lo que estaba originalmente previsto para las nuevas instalaciones del Deportivo Morón. En lo personal, me siento desafiado por esta situación. Así como pudimos avanzar con lo que avanzamos, tenemos que lograr que se corone ese esfuerzo, con lo que estaba pautado. Nadie tampoco está pidiendo nada demasiado desmesurado, pero eso se puede hacer. Y es a partir de esa tríada virtuosa, que es el tercer sector, el sector privado y el sector público tirando todos para el mismo lado".

Posible asistencia económica para el Deportivo Morón:

"Hasta ahora, todo lo que me vengo encontrando de los reportes que me da la gente que está trabajando en la transición, son deudas, vamos heredando deudas, con lo cual poder decir hoy, 'sí, vamos a tener una política activa respecto de las necesidades económica del club y que la asistencia va a estar asegurada hoy', sería una imprudencia, porque la verdad no tengo el detalle fino de en qué municipio estamos asumiendo. Por ejemplo, hoy el hospital municipal pide donaciones a los vecinos, porque sinó hoy no tiene con qué darle de comer a la gente que está internada, y no estoy exagerando".

"¿Por qué digo esto?, porque tenemos algunos espacios en la gestión que están atravesando una situación extremadamente delicada. Si me preguntan, 'entonces descartás que haya alguna asistencia'..., no, no descarto, al contrario, soy coherente con lo que decía antes, que tenemos que trabajar en conjunto, y vamos a trabajar en conjunto. Y si eso se traduce en que también va a haber asistencia, porque también está representado el interés público, estaremos al lado de la institución procurando acompañar su desarrollo y colaborar con sus necesidades".

"El Deportivo Morón vuelve a la agenda de la gestión comunal, como un tema central y estratégico".



Gustavo Requelme.



                                  Foto: Lucas Ghi (Facebook).

martes, 5 de noviembre de 2019

Cuesta abajo

En la noche del lunes, en el Nuevo Francisco Urbano y frente a un rival históricamente esquivo como Platense, el Deportivo Morón volvió a jugar mal, a "regalar" un tiempo (el primero) y evidenciar su ya "endémica" falta de contundencia, en los últimos metros de juego, para "hilvanar" su segunda derrota consecutiva y comenzar a "dibujar" un gesto de preocupación, tanto dentro como fuera de la cancha.

Y es que Morón nunca descolló por su juego vistoso, en los partidos que se llevan jugados de la Primera Nacional, pero sí se caracterizó por encarnar un conjunto compacto, duro, difícil y hasta incómodo de enfrentar, sólido en defensa, con sacrificio en el medio y la "soledad" de sus puntas, por el sistema de juego, pero no por ello menos eficiente en el contralor de los partidos y efectivo en la sumatoria de puntos.

Sin embargo, desde hace un par de encuentros a esta parte, tal vez por el progresivo desgaste físico, de un equipo que basa la sustitución de sus carencias individuales, en la solidaridad y sacrificio colectivos, durante los '90, o porque los rivales ya han tomado nota de lo mismo, el equipo de "Cacho" Sialle se ha venido desdibujando, al punto de perder aquél control de los trámites que tanto destacáramos, y que hoy lo sorprende "sometido", como en el primer tiempo del último cotejo en Turdera, o la primera etapa del partido ante Platense, que en los '45 iniciales dominara pelota y terreno, aunque sin profundidad (es cierto), ante un Morón incapaz de hacer pie, hasta hallarse en desventaja y urgido por la necesidad del empate.

Sin Mauricio Alonso y Lucas Pérez Godoy, ausentes por lesión, el primero con una pubialgia que lo tiene a "mal traer", desde hace un tiempo, y el segundo desgarrado en la práctica del sábado (la  segunda lesión del mismo tenor, en poco tiempo), a quienes se agregaría Damián Akerman, como alternativa en el banco de los suplentes, por una contractura, "Cacho" Sialle dispondría el regreso de Cristian Broggi como lateral derecho, "corriendo" a Matías Cortave en función de primer marcador central, con el retorno de Cristian Lillo en el "doble cinco" y el ingreso desde el inicio de Lucas Chacana, como volante externo por derecha, cambiando de punta a Fabricio Alvarenga, que habría de alternar más que nunca, entre ambos perfiles.

Sin embargo, y al igual que ocurriera con Temperley, el rival de ocasión, en este caso, Platense, con muy poco le alcanzaría para apoderarse del medio y desde allí, imponer condiciones con la pelota, jugando permanentemente en terreno de un Morón, que sin sufrir en su propio arco, se lo notaba incapaz de incomodar a su oponente, con aquellos argumentos sencillos pero contundentes, de comienzo de campeonato.

En un primer tiempo de discreto a malo, casi sin emociones frente a los arcos, Platense ejercería el monopolio del balón, aunque sin profundidad, mientras que Morón intentaría jugar de contra, repitiéndose en centro anunciados a las seguras manos de Jorge De Olivera, redondeando entre ambos, en definitiva, unos flojos primeros '45, con apenas un par de aproximaciones por lado.

En el complemento, ya con Ezequiel D' Angelo en el terreno, en lugar de Lucas Chacana, el Gallo volvería a cometer esa desatención, que tan caro se paga en categorías como la Primera Nacional, con apenas nueve minutos del segundo tiempo, y la misma tónica de la primera etapa, hasta que de un lateral en ofensiva, desde la derecha de la defensa local, Elías Borrego recibiera demasiado solo, y con el tiempo suficiente para enviar un centro largo, hacia el segundo palo, para el ingreso solitario de Nicolás Morgantini, que por detrás de todos definiría de zurda, fuerte y rasante, contra el poste izquierdo y más cercano de Julio Salvá.

Si el partido le había resultado esquivo en el cero a cero, con la ventaja parcial del "Calamar", se intuía una "cuesta arriba" difícil de sortear, para lo cual el cuerpo técnico dispondría el ingreso de Diego Tonetto por Cristian Lillo y minutos más tarde, el de Agustín Lavezzi en reemplazo de Cristian Broggi, pasando a jugar con tres en el fondo.

Entre las modificaciones posicionales y la retracción de Platense, procurando definir el pleito de contra, Morón se haría dueño de la pelota y el terreno, por primera vez en el desarrollo del juego, sumando intérpretes a una ofensiva, que hasta allí se había repetido con la "soledad" de Esteban Ciaccheri, pocas veces acompañado en los metros finales del rival.

Sin embargo, de una buena habilitación de D' Angelo, y la "canchereada" de Juan Infante, lateral izquierdo de los de Vicente López, para despejar el centro, la pelota le quedaría sorpresiva e inmejorablemente a Nicolás Ramírez, pero como ante Temperley, el "10" del Gallo, que no anda "fino" para la "puntada final", ensayaría un remate potente de zurda, pero demasiado recto para ir al arco y demasiado fuerte para buscar la llegada de un compañero.

Un par de intentos desde afuera de Fabricio Alvarenga, uno de ellos, "rasante" y "venenoso", bien contenido por De Olivera al córner, y otro tanto a cargo de Ezequiel Lavezzi, el más peligroso, luego de un control de pecho y media vuelta que se perdería alto, completarían las mejores aproximaciones de Morón, en aquél segundo tiempo, en que finalmente pudo hacerse de balón, no casualmente en los pies de dos de los mejores del Gallo, junto a Emiliano Mayola y Matías Cortave, dentro de un equipo que volvería a fallar, tanto en lo colectivo como en lo individual.

Del otro lado, sólo un remate de Joaquín Susvielles, desde afuera, determinaría una buena atajada de Salvá, sobre su palo derecho y un rebote próximo al arco, en los pies del "Bicho" Javier Rossi, bloqueado a último momento por Emiliano Mayola, constituirían las mejores opciones de un Platense que, cómodo con la ventaja parcial, le "regalara" pelota y terreno a la necesidad del local, a sabiendas de los mucho que le cuesta a Morón, generar fútbol y, más aún, situaciones ofensivas de riesgo.

Con el pitazo final de Nazareno Arasa, de regular arbitraje, pero sin decisiones que resultaran determinantes para el resultado del partido, Platense volvería a hacer valer su historial con el Gallo, para derrotarlo con tan poco, que es, en definitiva, lo que comienza a preocupar, dentro y fuera de la cancha.

A sumar en Mendoza, el próximo domingo 10, desde las 18, frente a Independiente Rivadavia, en el "Bautista Gargantini", para detener la pendiente y, cuanto menos, de cara a los últimos cuatro compromisos del año, aferrarse al séptimo puesto de la zona, último "boleto" a "Copa Argentina 2020", del que hoy estamos sostenidos con la punta de las uñas.



@elgallogustavo.