martes, 29 de junio de 2021

"Con permiso"... para soñar

En la previa del cotejo en el "Juan Pasquale", frente al siempre complicado Defensores de Belgrano, por entonces con dos puntos más que el Gallo y en zona de Reducido, el "choque" frente al "Dragón" asomaba como una auténtica "prueba de carácter", por el rival, la complejidad extra del escenario de dimensiones reducidas (con pocas "transiciones" entre áreas y que "invita" a llenar de centros al rival de turno, precisamente uno de los mayores déficits que arrastraba la defensa de Morón), y fundamentalmente, para confirmar la "levantada" iniciada en Adrogué, y prolongada de local, frente a San Martín de San Juan y San Telmo, aunque con el traspié de la visita en Campana.

En ese contexto, y a la luz del 2 a 0 final en favor del equipo de Lucas Bovaglio, dicha "prueba" resultó superada con creces, puesto que Morón disputó el mejor partido el campeonato (incluso por encima del triunfo en el debut, ante All Boys en Floresta), y supo controlar a su exigente rival desde el protagonismo, con "presión alta" y buen manejo del balón, de regreso como virtudes principales, tras las "baches" en los encuentros ante los sanjuaninos y el "Candombero", para no sufrir en el área propia, pese al penal "inventado" por Ramiro López e imponerse en los últimos metros contrarios, tanto es así que el Gallo debió abrir el marcador mucho antes, retirándose al entretiempo con una diferencia de dos goles, algo que la figura de Ignacio Pietrobono (arquero del "Dragón") y la falta de eficacia propia, le impidieran traducir en la "red" contraria, la gran diferencia ejercida en el trámite del partido.

Con la consolidación de Juan Martín Rojas en el arco, uno de los destacados en la "helada" tarde del Bajo Núñez, por el penal atajado al "Animal" Luis López, arrojándose sobre su palo izquierdo, en un momento de "quiebre" del encuentro, poco más de cinco minutos de la esperada y merecida apertura del marcador, pero también para dotar de "justicia" a una decisión inaudita de Ramiro López, que sancionara con penal, un "piletazo" de Juan Manuel Olivares, ante el mínimo contacto desde atrás, en el intento de cierre legítimo de Cristian Broggi. 

Con el regreso a la titularidad de Leonel Bontempo, recuperado del covid, por Mariano Bracamonte (con la "3" en la espalda, pero jugando como lateral diestro, en el pasado triunfo con "Telmo") para terminar de "cerrar" una defensa fecha tras fecha más consolidada, tanto en el "mano a mano" como en las pelotas cruzadas, auténtico "karma" en varias jornadas anteriores, con una zaga muy firme y dentro de ella, otro de los destacados de la tarde, como Cristian Paz, que de aquel comienzo de torneo inseguro, como frente a Ferro, ha crecido de manera exponencial en su rendimiento, tanto sea por derecha, su perfil natural, como por izquierda, como lo hiciera ante Defensores, bien acompañado por Braian Molina.

En el medio, sin dudas que el ingreso de Cristian Lillo, ha redituado en el equilibrio del que careciera este equipo en el inicio del campeonato, potenciando a Norberto Palmieri, su compañero del "doble cinco" y permitiendo que Gastón González, el más regular en las 14 fechas disputadas, pueda dedicarse más a la generación de juego y hasta llegar con peligro al arco rival, para marcar los tres goles que lleva en la temporada, y de no ser por la pierna "salvadora" de Olivares, hubiesen sido cuatro, durante el primer tiempo con "Defe".

Por la bandas, la actualidad inmejorable de Alan Schönfeld, el "termómetro" del equipo de Bovaglio, incansable a la hora del retroceso defensivo y "punzante" en faz ofensiva, con la premisa de llegar al fondo y habilitar al compañero mejor posicionado, como en los primeros '45 en el Bajo Núñez, cuando habilitara a Tobías Zárate y éste, goleador generoso a Santiago Nagüel, que rematara apenas desviado por el palo derecho, a los cinco minutos de iniciado el juego, para anticipar las intenciones de la visita y la tónica de la supremacía de Morón en todo el partido.

Un Santiago Nagüel, titular en lugar de Santiago Sala, que jugara un gran partido, como volante externo por izquierda, demostrando la categoría del ex Argentinos Juniors y Racing Club, para asociarse con González en la generación de juego, asistir de gran manera a Tobías Zárate, en el amanecer del complemento y dar ese "plus" de sacrificio, para retrasarse, cada vez que el rival tenía la pelota en su poder.

Y en ofensiva, otra actualidad que ilusiona, como la juventud, la habilidad, el atrevimiento y la "guapeza" de Tobías Zárate, quien se perdiera la apertura del marcador, en un "mano a mano", en el primer tiempo, pero a los '9 del complemento y tras una gran habilitación y asistencia por izquierda de Nagüel, abrir el empeine del botín derecho, para colocarla alta y bien lejos de Pietrobono, para la primera diferencia, tras una excelente jugada colectiva, definida como lo marca la "dinastía" Zárate, con la calidad y eficacia crecientes de Tobías, marcando su quinto gol en el torneo, el segundo consecutivo.

Con la diferencia de uno, Morón se retrasaría unos metros, pero a diferencia de partidos anteriores, como en la victoria de hace una semana ante San Telmo, no por obligación y necesidad, ante la presión rival, sino por decisión táctica, para esperar ordenado en defensa a Defensores y ante la primera recuperación del balón, salir rápido de contragolpe en procura del segundo, como ocurriría a los '40 del segundo tiempo, a partir de una recuperación en el área propia, que se prolongaría en una gran corrida por izquierda de Guillermo Villalba y con superioridad numérica, ceder por el medio a Luciano Guaycochea, otra vez ingresado y en la primera que "toca", macar el dos a cero, repitiendo "dupla" goleadora y resultado, como frente a "Telmo".

De esta manera, Morón se anotó un "triunfazo" en el Bajo Núñez, no sólo por los tres puntos, sino porque construyó la victoria de manera inobjetable, a lo largo de los '90, superando una auténtica "prueba de carácter" y consolidando una levantada que a pesar de algún traspié circunstancial, hoy demuestra que tiene bases futbolísticas sólidas y, lo más importante, sin renunciar a la idea primordial de ser protagonista en todos los escenarios y ante cualquier rival.

En zona de Reducido y a seis unidades del líder, Güemes de Santiago del Estero, el Gallo empieza a ilusionar, de pleno derecho, al comenzar a conjugar acertadamente, protagonismo + equilibrio + solidez defensiva + eficacia ofensiva, sumados a la minimización de los errores individuales, que resultaran tan costosos en los cotejos anteriores.

"Con permiso"... para soñar.


@elgallogustavo.



                     📸: Deportivo Morón.

miércoles, 23 de junio de 2021

"Prueba superada"

Morón volvió al triunfo frente a San Telmo y de esta manera, se recuperó rápidamente de la "excursión" con caída en Campana, con una victoria trabajada y laboriosa ante el "Candombero", similar a la obtenida también en el Oeste, dos semanas atrás, ante San Martín de San Juan, "alegrías" consecutivas de local, que parecerían evidenciar que desde un par de fechas a esta parte, el cuerpo técnico del Gallo, "capitaneado" por Lucas Bovaglio, parece haber asimilado un concepto futbolístico (y también "vital"), tan elemental como necesario: si no se cuenta con los "elementos" justos para "jugar a lo que se quiere", se debe adaptar la "receta" y "jugar a los que se puede".

Y es que Morón, ya no es el mismo equipo de las primeras fechas, de presión asfixiante y atildado trato del balón, ante cualquier rival, escenario y circunstancia, pero de escasos resultados positivos, sino que parecería haberse "puesto el overol" y adaptado a una "versión" intermedia de la idea primigenia, no tan rígida y "fundamentalista", "moldeando" el concepto primordial a la naturaleza de los jugadores propios, de los oponentes y hasta de la medianía (por no decir mediocridad) de un torneo de la Primera Nacional que en la mayoría de sus protagonistas, partidos y estrategias, se asemeja más al juego deslucido y "luchado" prototípico de la "B" Metro y cada día menos a la otrora competitiva segunda categoría del fútbol local, hoy indudablemente emparejada hacia abajo, seguramente por los dislates a la hora de la cantidad de participantes y las ascensos "masivos", propiciados en los últimos años desde la presidencia de la AFA.

Y aunque parezca mentira, lo antedicho no se trata de una crítica, sino todo lo contrario, del "destaque" de una nueva capacidad descubierta en el cuerpo técnico del Gallo y por extensión, en su dirigidos, puesto que parecería hablar de la "inteligencia práctica" para reconocer los límites propios y ajenos, flexibilizando conceptos e ideas, para plasmarlos con mayor acierto y probabilidad de éxito, sin por ello resignar la idea general del protagonismo (mientras se pueda), del juego asociado (cuando se tiene el balón) y la presión asfixiante, siempre y cuando la misma no implique la pérdida del equilibrio y por consiguiente, el desorden en lo colectivo.

Así las cosas, en la previa de la visita de "Telmo", un rival siempre duro y de buen presente, aún en la transición de juego entre la "Metro" y el "Nacional", como todo equipo recién ascendido, Bovaglio debió renovarle la confianza al joven Juan Martín Rojas, en el arco, ante la partida intempestiva, aunque no sorpresiva, de Matías Mansilla, cedido a préstamo a Patronato de Paraná, y en definitiva, una buena manera de "descomprimir" una relación de compleja a "rota", entre el "Payo" y buena parte de la gente del Gallo, ante los errores reiterados y costosos en puntos, del ahora ex "1" de Morón, que comenzaran en Jujuy y la última semana, ante Villa Dálmine, tuvieran su "capítulo" definitivo, para forzar este adiós anticipado.

Por otro lado, la nueva ausencia de Leonel Bontempo, recuperándose de covid, a diferencia del cotejo en Campana, donde lo sustituyera Maximiliano Bonanno (de correcto desempeño), en esta oportunidad el técnico del Gallito optaría por el ingreso de Mariano Bracamonte (uno de los puntos altos con el "Candombero") como lateral por derecha, pese a su dorsal "3", corriendo a Cristian Broggi hacia la banda opuesta, adaptándose bastante bien al perfil cambiado, de un "capitán" del equipo, que indudablemente rinde y "responde" con acierto donde lo ubiquen, desde hace un buen tiempo a esta parte.

El comienzo del encuentro encontraría a un San Telmo mejor asentado en el campo de juego, que el propio Gallito, ofreciendo unos primeros minutos distintos a los acostumbrados por este Morón, que suele sentirse más cómodo con la pelota en los pies y dominador de las acciones, en campo ajeno.

Sin embargo, en la destemplada y más tarde lluviosa tarde del Oeste, el predominio del balón en la visita, no redundaría en situaciones de peligro para el arco de Rojas, y en contraste, de contra con Santiago Sala por izquierda, Tobías Zárate en el centro y Alan Schönfeld desde la derecha, Morón se mostraría mucho más incisivo que San Telmo, generando opciones de gol, en esta ocasión, con menos minutos de tenencia y bastante más aceleración en ofensiva, en comparación con partidos anteriores.

Y es así como Morón llegaría a la primera ventaja, a los '40 de juego, luego de un par de "avisos" (en los pies de Sala y la cabeza de Zárate), a partir de una buena combinación entre Santiago Sala, "atacando" el terreno rival con "verticalidad", y cuando podría haber probado la individual, ceder por el medio a Tobías Zárate, quien luego del control y de un buen enganche, para dejar en el camino a su marcador, sacar un derechazo rasante junto al poste derecho de Alan González, el buen arquero visitante", hijo del recordado "Nacho" y "héroe" en los penales que le dieran el ascenso al viejo "Telmo".

Con la merecida diferencia parcial, sustentada más en el "picante" local a la hora de atacar, que al "dominio" territorial y de la pelota, ejercida de manera estéril por la visita, ya en el complemento, el Gallo se retrasaría unos metros, más por imperio del "empuje" y la necesitada búsqueda "Candombera", que por la decisión táctica de resignar protagonismo.

En un segundo tiempo deslucido y con un trámite que se iría "rompiendo" paulatinamente, con el paso de los minutos, el efecto de la lluvia y el cansancio progresivo, Morón comenzaría a jugar cada vez más cerca de su arco, "resistiendo" los embates de San Telmo, sin demasiadas ideas, pero con la peligrosidad de los centros aéreos, algo que siempre complica a la última línea del Gallo, y más en presencia de delanteros peligrosos, como Javier Velázquez, quien tuviera la más clara, con un anticipo de cabeza, entre Cristian Paz y la salida fallida de Rojas, que se iría apenas "ancho" sobre el poste derecho del arco local.

De contra, Morón tuvo ocasiones para correr el campo rival, incluso con superioridad numérica, pero jamás pudo finalizarlas con acierto, perdiéndose un gol increíble, minutos antes del segundo tanto, con una llegada por izquierda de Gastón González (incansable, presente en toda la cancha, para jugar, quitar o presionar), cuyo centro atrás, le quedaría en los "talones" al recién ingresado Damián Akerman.

Ya en el descuento de seis minutos, decidido por el buen arbitraje de Mariano Negrete, y cuando Morón decididamente "sufría" el desarrollo, por el agotamiento propio y el "ir" incansable de su rival, una gran acción individual de Alan Schönfeld por derecha, en el podio de los mejores de la tarde en el Oeste, terminaría con el desborde del "11" del Gallo, la pausa justa para esperar la llegada de un compañero libre y de frente al arco, y el pase justo a otro reemplazo, Luciano Guaycochea, quien con un zurdazo furibundo le "rompería" el arco a González, para el definitivo 2 a 0, en el minuto '47 del segundo tiempo.

Ganó Morón y volvió al triunfo, para sumar 18 unidades y volver a prenderse en la lucha por ingresar al Reducido, en una Zona "B" tan pareja, que entre el tercero (Defensores de Belgrano) y el décimo por diferencia de gol (Deportivo Morón), sólo median dos puntos, con Santamarina en el cuarto puesto, que suma 19 unidades, a la fecha el último en clasificar al mini torneo por el segundo ascenso.

Un Defensores de Belgrano que, precisamente, constituye el próximo "desafío" del Gallito, el martes 29 a las 15, en el Bajo Núñez, en una prueba interesante para comprobar dónde estamos "parados" y si el equipo de Bovaglio es capaz de sumar regularidad, a sus nuevas virtudes de equilibrio y adaptabilidad táctica.

Mientras tanto, Morón debía ganar y lo hizo. "Prueba superada".


@elgallogustavo.


 

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viernes, 18 de junio de 2021

"Tropezó" en Campana

Morón "tropezó" en Campana, y no pudo prolongar la racha positiva de dos triunfos consecutivos, con "claroscuros", pero victorias al fin.

"Tropezó" de nuevo con las desatenciones defensivas, que nuevamente lo tuvieran "peleando desde atrás", a partir del tempranero gol de Villa Dálmine, a los '10 de juego (en una buena acción individual de Leandro Larrea), en la primera acción ofensiva seria de un local, que no había ganado en el torneo y marchaba último en la tabla de posiciones de la Zona "B", de la Primera Nacional.

"Tropezó" una vez más, con su falta de eficacia en los últimos metros, pese a generarle algunas opciones de empate transitorio al "Violeta", ahora dirigido por Marcelo Franchini, y a pesar de monopolizar la tenencia del balón, durante la mayor parte del partido, "moviéndola" de pie a pie, con paciencia y constancia, en procura de la búsqueda de las "espacios" en el área contraria, que lo acercaran a un gol, más próximo en los merecimientos que en las ocasiones manifiestas frente al arco de Emanuel Bilbao.

"Tropezó" otra vez con los errores individuales, que terminan resultando muy costosos en el resultado final, como la repetición en la salida apresurada e innecesariamente lejana de Matías Mansilla, que al igual que ocurriese en Jujuy, facilitase la concreción del segundo y definitivo tanto del "Viola" (a los '30 del complemento), desde poco menos de mitad de cancha, ante el mal retroceso de un Morón jugado en ataque, pero no tanto para intentar la "desesperada" de cortar la contra a cuarenta metros del arco propio, sin el suficiente "timming" y cuando volvían compañeros de campo para seguir la jugada hasta su desenlace, con un autor del gol extenuado (Fernando Bersano), tanto es así, que una vez reanudado el juego, debería ser reemplazado por un "calambre".

"Tropezó" con su característica de "revivir" rivales en estado "terminal", como ya ocurriese con el "Lobo" jujeño, por entonces último y sin triunfos, más tarde con Instituto, de flojo desempeño y dos goles abajo, y en menor medida, también con Independiente Rivadavia, superado en el juego y 0-2 abajo en el Nuevo Francisco Urbano, hasta la "ultima bola" de la tarde, para el empate agónico de "La Lepra" mendocina, y luego con Brown de Madryn, "colista" y otro de las más "flojos" de la zona, con quien no pudiera salir del empate en cero de local, y desde este jueves, "sumar" a esa lista de "rehabilitados" a Villa Dálmine, sin triunfos en las once jornadas precedentes y con la misma cantidad de goles a favor en todo el campeonato, que en los '90 con el Gallo.

Y es que Morón perdió 2 a 0 en su visita al "Coliseo de Mitre y Puccini", "revalidando" las razones que lo llevaran a este presente irregular y contradictorio, con interesantes movimientos colectivos, en materia de tenencia del balón y protagonismo, pero que que parecen "chocar" una y otra vez, con su falta de eficacia en el arco contrario y los yerros garrafales individuales que "colaboran" con la "resurrección" de sus rivales.

A pensar en San Telmo, el miércoles 23, desde las 15, en procura de ese equilibrio que nuevamente parece tan lejano.


@elgallogustavo.


                        📸: Deportivo Morón.

jueves, 10 de junio de 2021

De vuelta al "camino"

Morón cambió el "chip" e hilvanó su segundo triunfo consecutivo, el primero en el Nuevo Francisco Urbano, puesto que la anterior "alegría" de local, de la tercera fecha, frente a Tristán Suárez, se produjo en el "Ciudad de Caseros", cuando el campo de juego del Gallo estaba abocado a ser una de las sedes de la "Copa Libertadores Femenina".

Luego de la victoria, también por la mínima, ante Brown de Adrogué, en el "Lorenzo Arandilla", previo al último parate de nueve días, consecuencia de la segunda ola de covid-19, la duda pasaba por comprobar si la breve suspensión del fútbol local, habría de afectar la recuperación evidenciada en Adrogué, no sólo en el resultado final, que constituyera una auténtica "bocanada de aire" para Lucas Bovaglio y su cuerpo técnico, sino en el juego, donde el Gallo sin renunciar a su idea de presión alta y de jugar a uno o dos toques, con permanentes desbordes por las bandas, lograra el equilibrio que le faltara en cotejos anteriores, a partir de un mediocampo con mayor "lucha", gracias al "doble cinco" conformado por Norberto Palmieri y Cristian Lillo, sumados al sacrificio del resto, incluso de los delanteros y a una mejoría notable en la última línea, con la seguridad de Braian Molina, tal vez "potenciando" a sus compañeros.

Y esas características, por fortuna, habrían de reiterarse en el partido con San Martín de San Juan, que llegaba al Oeste como el Gallito, con demasiados altibajos en su andar, pese a contar con nombres y apellidos más que interesantes en su formación inicial.

En la tarde de jueves, en el Nuevo Francisco Urbano, el once de Bovaglio presentaba una sola variante, respecto del equipo que volviera al triunfo con el "Tricolor" de Adrogué, debido a la ausencia obligada de Franco Verón, primero por su fractura en el dedo gordo de su pie derecho y después, por haber resultado "reactivo" en los últimos testeos covid, realizados al plantel en la antesala de la undécima fecha, lugar en la zaga cubierto por el regreso de Cristian Paz, quien jugaría su mejor partido desde que está en Morón, en compañía del mencionado Braian Molina.

De entrada, el partido se plantearía con las características evidenciadas en Adrogué, con un Morón más "combativo" y pragmático, sin renunciar a su idea de buen juego, a partir de la tenencia del balón, y cuando no se logra, con el sacrificio de todos para recuperarla lo antes posible, comenzando por presionar cerca del área visitante, procurando provocar el error rival desde la misma salida.

Cuando poco y nada había pasado en el trámite del partido, una buena combinación sobre la derecha, entre Alan Schönfeld y Cristian Broggi, terminaría con el centro al "corazón" del área de "Chucky", para que de "aire", sin dejar que pique, Gastón González la "empalme" de primera, con su botín derecho, para ubicarla bien pegada al poste diestro de Juan Pablo Cozzani, arquero sanjuanino, para adelantar al Gallo en la primera jugada de riesgo, a los 11 minutos de juego.

Con la ventaja parcial en el "bolsillo", pero muchos minutos por delante, Morón no resignaría el protagonismo, ni dejaría llevarse "por delante" ante la necesidad de empate visitante, procurando "defenderse" con la pelota y buscando contras rápidas, para ampliar el marcador, algo que podría haber conseguido, cerca de la media hora, ante la "peinada" apenas ancha de Schönfeld, ingresando solo y por sorpresa, por el primer palo, luego del centro desde la izquierda de Leonel Bontempo (otro de buen partido).

Sin sufrir demasiado en su área, salvo por un remate de Jonás Aguirre, despejado al tiro de esquina por Broggi, el primer tiempo finalizaría con la victoria parcial del equipo de Bovaglio, justificada en su practicidad y contundencia, como en el buen andar del "doble cinco" (con Palmieri como destacado, siempre bien acompañado por Lillo), la "claridad" habitual de Gastón González y en especial, la sobria actuación de la última línea, para "maniatar" a delanteros peligrosos, como Gonzalo Berterame y Ezequiel Rescaldani.

En el complemento, con el ingreso en el entretiempo de Matías Giménez, el equipo de Paulo Ferrari se jugaba a conseguir el empate, con dos "referencias de área" y otros tantos puntas por afuera, lo que sin embargo no redituaría en situaciones de riesgo concretas frente al arco defendido por Matías Mansilla, en parte por la imprecisión en los generadores de juego de la visita (en especial, de Pablo Ruiz, de flojo desempeño), pero fundamentalmente, por la buena respuesta defensiva en el medio, y la destacada tarea de la defensa del Gallo.

Promediando el segundo tiempo, en una réplica que mereció terminar en gol, por la notable jugada individual de Tobías Zárate, el hijo del "Roly" encararía con velocidad rumbo al arco, dejaría en el camino a su defensor, tirando el autopase por un lado, para ir a buscar la descarga por el otro, y ya dentro del área, en inferioridad numérica y "atorado" por la marca, ensayar un centro atrás corto, cuando Alan Schönfeld se "relamía" con el segundo tanto.

Con Matías Gómez en lugar de Santiago Sala y de Guillermo Villaba por el referido Zárate, en los minutos finales Morón cedería el control de la pelota a su rival, que recurriría al centro al área como única herramienta para alcanzar el empate, en procura de la "cabeza" de Rescaldani, aunque siempre provocando alguna buena respuesta de los centrales o los laterales del Gallito, y hasta de Cristian Lillo colaborando con su última línea.

En la última jugada del encuentro, en el quinto minuto de descuento, sobrevendría la polémica de la tarde, cuando ante el último centro de la tarde en el Oeste, Leonel Bontempo cruzara al delantero visitante, cuando se aprontaba a verse "cara a cara" con Matías Mansilla, y en una acción que, en primera instancia pareciera penal, no fuera sancionada por Lucas Comesaña, de pobre labor durante todo el partido, no sólo por esta última acción, que provocara la bronca visitante, sino también por permitir el juego brusco, y no sacar las suficientes tarjetas amarillas, en este caso, con beneficio para San Martín de San Juan, que debió quedarse con algún jugador menos en los '90.

El pitazo final de Comesaña provocaría el "alivio" en los que siguieron el partido por streaming y el festejo dentro de la cancha, mientras los visitantes se iban en búsqueda del árbitro, reprochando la acción del cierre.

Morón volvió a ganar, hilvanó su segundo triunfo por primera vez en el torneo y también se sacó la "mufa" en el Nuevo Francisco Urbano, donde no había caído, pero sí había perdido puntos increíbles, en el final de los cotejos frente a Instituto de Córdoba e Independiente Rivadavia de Mendoza, en ambos casos, habiendo tenido diferencia de dos tantos.

Con cambio de "chip" colectivo, con más "lucha" y practicidad, aunque sin resignar la idea de juego principal, ahora el Gallo buscará continuar la racha en el "Coliseo de Mitre y Puccini", frente a Villa Dálmine, en Campana, en una semana exacta, para acercarse a los puestos de Reducido.

De vuelta al "camino".


@elgallogustavo.


            📸: archivo, Prensa Deportivo Morón.