domingo, 28 de mayo de 2023
Recuperó la memoria
lunes, 22 de mayo de 2023
Tropezón en Tucumán
Morón fue una "sombra" de sí mismo, en su mejor versión de los últimos partidos y cayó sin atenuantes por 2 a 0, en su visita a San Martín, en la "Ciudadela" tucumana, resignando la racha de cuatro triunfos consecutivos y seis cotejos sin derrotas, en una actuación para el olvido, que pudo ser peor en la "chapa" definitiva del resultado, de no mediar la impericia de los puntas locales en una decena de contras, en el complemento.
Extrañando la ausencia de Santiago Coronel, ausente por acumulación de tarjetas, el ingreso lógico de Agustín Allione no pudo suplir la cuota de fútbol que suele aportar el "Topo", ya sea para asociarse con sus compañeros en búsqueda del desequilibrio en terreno contrario, como para mantener la pelota bajo la "suela", cuando el equipo necesita algo de pausa o aquietar el ímpetu de la búsqueda rival.
Por si fuera poco, tampoco estaría disponible Brian Orosco, desgarrado en el clásico frente a Nueva Chicago, reemplazado por Santiago Kubiszyn, de otras características al "10" titular, y por lo general, de mejor rendimiento como "revulsivo", en los segundos tiempos, una vez que los rivales comienzan a evidenciar signos de cansancio.
En el fondo, Pablo Calderón ingresaría en lugar de Maximiliano Coronel, también ausente por llegar al límite de las cinco amonestaciones, no aportando las soluciones que necesita una zaga que, tras tres partidos sin grandes errores ni distracciones determinantes, en la jornada pasada volviera a manifestar vulnerabilidades, entonces no explotadas por Chicago, pero este domingo sí, por Emanuel Dening y compañía, autor de ambos tantos y una auténtica "pesadilla" para el fondo del Gallo, insoluble durante los 90 y pico de juego.
Y es que Morón jamás salió al campo de juego de la "Ciudadela", o tal vez siquiera abordó el avión rumbo a Tucumán, porque la versión de equipo que salió a enfrentar a San Martín, nada tuvo que ver, en lo futbolístico y actitudinal, con aquél que revirtiera una situación muy compleja, desde el agónico triunfo ante Defensores de Belgrano, en adelante, con su "pico" de rendimiento en Floresta, en la victoria ante All Boys, con el conjunto endeble, timorato y hasta "verde", en situaciones puntuales y determinantes del juego, que facilitaran la producción rival, con un Morón que nunca estuvo en partido ni resultó competitivo, frente a un local muy superior.
Desde el inicio, el conjunto de Pablo Frontini apostó a "ahogar" a la visita, en su propio campo, con una presión alta que impidiera que Morón se "defendiera" con la pelota o al menos, intentara progresar a partir del juego asociado, pese a la ausencia de sus dos mejores referencias, "inclinando" la cancha desde la actitud y la intensidad, imponiéndose en todos los cruces, desbordando por velocidad y decisión y ganando todos los rebotes y segundas pelotas, aprovechando las facilidades de una visita que lo esperaría demasiado atrás, otorgándole el espacio y el tiempo necesarios a los intentos ofensivos locales.
Por eso, no sería de extrañar que a los 10 minutos, una centro desde la derecha, a cargo de Rodrigo Colazo, el "9" del "Ciruja", la pelota cayera entre los centrales de Morón, y ambos (Agustín Gómez y Pablo Calderón) atentos al balón y no a la marca, descuidaran el anticipo goleador de Emanuel Dening, la mayor referencia de área a tener en cuenta, para que el capitán de San Martín la impulsara al fondo de la red y le volviera a convertir al Gallo, al igual que en "Copa Argentina".
Lejos de "aflojar" con la primera diferencia, el local insistiría en su búsqueda, mientras Morón no lograba hacer "pie", ni mucho menos emparejar el trámite, absolutamente sometido al rigor físico y futbolístico de su rival, que cuando se lo propusiera o "afinara" la puntería, habría de irse al descanso con algún gol más.
Hasta que a los 40' de la etapa inicial, una acción infantil de Calderón (que tenía agarrado a Dening fuera del área y al ingresar a ella, sería arrastrado por el "11" local, en su fingida y previsible caída), para darle la excusa justa a un árbitro siempre "localista" como Rodrigo Rivero, de sancionar un penal pueril, pero penal al fin ("cobrable"), que el propio Dening cambiaría por gol, para definir el "pleito", con más de un tiempo por delante.
Por si fuera poco, en el tiempo agregado, y luego de un rechazo largo, Agustín Gómez reaccionaría con una empujón de atrás, sobre Colazo, tan innecesario como evidente, para que Rivero tuviera la segunda excusa perfecta de la tarde tucumana, y con la roja directa al "6" de Morón, "sepultara" las ya escasas posibilidades de ponerse en partido, de un Morón intrascendente, ingenuo y desconocido.
En el complemento, el equipo de Fabián Nardozza casi no generaría peligro en el arco del seguro Darío Sand (que en la única que le tocó intervenir, en el cierre del primer tiempo, lo hizo y muy bien, ante la "volea" de Gonzalo Berterame) y San Martín podría haber ampliado la diferencia en más de una ocasión, pero la falta de puntería y de criterio de sus delanteros, muchas veces en superioridad numérica, respecto del retroceso de los defensores visitantes, privarían al "Ciruja" de una diferencia mayor, haciéndole "precio" a un Morón "desteñido" y ausente sin aviso, en la tardecita tucumana.
En definitiva, en un escenario siempre complicado y ante un rival en levantada, la derrota final no resulta lo más preocupante, pero sí la forma, con un Morón sin respuestas futbolísticas ni anímicas, durante los 90 y pico de minutos de juego.
Tropezón, mala tarde o "baño de realidad"?... Veremos.
Ahora, a recuperar la "memoria" (de corto plazo) con Temperley.
@elgallogustavo.
📸: Deportivo Morón
sábado, 13 de mayo de 2023
Como se juegan y ganan los clásicos... Así Morón!
Morón jugó y lo ganó como un clásico.
Lo jugó y por momentos muy bien, como en el primer tiempo, cuando sacó la diferencia y hasta pudo ampliarla, para irse al descanso con un resultado aún mayor.
Lo ganó como se ganan los clásicos, corriendo los 109 minutos, siendo solidarios, yendo al piso, poniendo la pierna en cada cruce, luchando cada pelota como si fuese la última, desdoblándose con generosidad en los relevos, defendiendo desde Ayala a Rescaldani, cuando Chicago se venía (sin muchas ideas, pero con la necesidad a cuestas) y siendo inteligente, aunque le faltara precisión en el complemento para definir la cuenta y no "sufrir" hasta el adicionado, no porque los de Mataderos lo hayan desbordado, ni muchísimo menos, sino porque con el resultado "corto" del uno a cero, cualquier acierto ajeno o error propio, podía hacerlo repartir puntos de manera inmerecida.
Por si fuera poco, con el 1 a 0 frente a Nueva Chicago, tras trece años sin ganarle al histórico antagonista de Mataderos (además de conseguir su primer halago, ante el "Torito", en el Nuevo Francisco Urbano), el equipo de Fabián Nardozza hilvanó nada menos que su cuarto triunfo consecutivo (con dos clásicos incluidos, ante All Boys en Floresta y Chicago en el Oeste), para empezar a olvidarse del fondo de la tabla y meterse de lleno en zona de clasificación al Reducido, si bien todavía resta una "vida" de torneo por delante.
Ante una multitud (una vez más), y una fiesta y marco dignos de un equipo de Primera, el Gallo recibía a Nueva Chicago con dos modificaciones, respecto del once de inicio, hace poco más de una semana, en el "Islas Malvinas" de Monte Castro: la reaparición desde el arranque de Santiago Ubeda, en el círculo central (regresando de buena forma, para quitar, jugar y asistir siempre a la última línea), en reemplazo del lesionado Pablo Ferreira y el regreso de Brian Orosco, tras su suspensión por acumulación de tarjetas amarillas, en lugar de Agustín Allione, que ingresaría en el complemento y otra vez, de buena manera, para dotar al equipo de mayor claridad, pase en profundidad y en especial, manejo de los "tiempos", en ventaja.
Con otro correcto partido de Josué Ayala, que acumula también cuatro fechas sin goles en contra y una defensa, esta vez despareja en su rendimiento, a diferencia de lo que venía ocurriendo en los cotejos precedentes, Damián Adín volvería a subirse al "podio" de los más destacados, evidenciando otra vez su gran momento, tanto para defender como para generar peligro en terreno contrario, con un regular partido de la zaga, en especial de Maxi Coronel, alternando buenas y malas con Agustín Gómez (ambos "aprobados", pero con una mejor nota del "6" del Gallo, figura casi excluyente en jornadas anteriores) y un flojo andar de Nicolás Henry, poniendo mucha voluntad, pero dando ventajas en la marca por su lateral, en especial, durante los primeros 45'.
En el medio, Gonzalo Berterame volvería a redondear otro buen partido, con velocidad para desequilibrar por derecha, siguiendo a su marca, cada vez que fuera requerido, aunque impreciso en la última "puntada", al igual que en Floresta, en este caso para aprovechar con un centro preciso, alguno de sus varios desbordes, en "tándem" con Damián Adín. Con Ubeda como único "cinco", Brian Orosco resultaría uno de los puntos más "flacos" de un Morón parejo y de enorme sacrificio, contrastando con un recuperado Santiago Coronel, mucho más activo y "fino" que en cotejos anteriores, que además definiría el pleito con una definición de penal, con tanta tranquilidad y categoría que no deja de asombrar.
Y en ataque, la dupla de Franco García, con la prodigalidad de siempre, aunque no tan determinante como en otros partidos y nuevamente la figura de Ezequiel Rescaldani (el de mayor crecimiento individual, junto a Agustín Gómez), haciendo todas bien, siendo el primer defensor, cuando el rival salía con la pelota, retrocediendo unos metros para juntarse con los medios y ofrecerse como alternativa de descarga y la calidad para devolver en profundidad y meterse en el área, para que, por ejemplo, le cometan el penal del triunfo.
Porque Morón fue muy superior a Chicago, desde el "pitazo" inicial de Sebastián Martínez, mostrando una vez más, su vocación de protagonismo desde el "minuto cero", a partir del buen "pie" de sus mediocampistas y las "sociedades" ya conocidas, entre Adín, Berterame y Rescaldani por derecha o de Santiago Coronel, Franco Garcia y Henry por izquierda, esta vez con poca participación de Orosco, o por lo menos no tan determinante, para un jugador del que esperamos siempre más, porque condiciones le sobran para sacar un "conejo de la galera".
En esa primera etapa, y cuando el Gallo ya había acumulado los méritos suficientes para ponerse en ventaja, una apertura hacia la derecha de la ofensiva local, derivaría en una centro alto y largo de Berterame, rumbo al segundo palo, para la llegada de un Rescaldani que, puesto a "revivir" su cabezazo goleador ante All Boys, resultaría embestido desde atrás por Brayan Sosa, para que con acierto, pese a los reclamos visitantes, Sebastián Martínez sancionara penal. Torpe y hasta infantil, pero infracción sin dudas y penal al fin.
Y allí empieza otra historia, la de una ejecución con una clase magistral del "Topo" Santiago Coronel, que "poniéndose muy nervioso" (?!), iría lentamente rumbo al balón, para "acariciarlo" con su empeine diestro, abriendo apenas hacia afuera su botín derecho, y colocarla como con la "mano", junto al poste zurdo de un Daniel Monllor, arquero del "Torito", que quedaría tan desairado y lejos, que apenas si alcanzara a moverse del centro del arco. Golazo de penal, si es que eso existe, a los 15 del primer tiempo, para poner arriba a Morón 1 a 0 con total justicia.
Y bien pudo haberlo definido, en ese primera parte, con un par de ocasiones muy propicias, la más clara, ante un remate cruzado de García, ingresando por el sector izquierdo, que Monllor a "mano cambiada" y en gran reacción la mandaría al tiro de esquina, para evitar un 2 a 0 que no hubiese estado mal, de acuerdo al desarrollo del encuentro, al término del primer tiempo.
En el complemento, en los primeros diez minutos de la etapa de cierre, Chicago mostraría lo mejor de su "repertorio", más por voluntad y empuje que por buen juego asociado, permitido también, es cierto, por un Morón que entraría "dormido" al segundo tiempo, generando la visita la única clara de todo el partido, con el ingreso en diagonal de Agustín Curruhinca, el "7" y valor más destacado en el conjunto de Tomás Arrotea, aprovechándose de un centro desde la izquierda, una "pifiada" de Maxi Coronel y que Agustín Gómez lo perdiera en la marca, para sacar un remate potente, pisando el área chica, que por fortuna para todo Morón, impactara en el palo diestro de Ayala y saliera hacia afuera, lejos de cualquier posibilidad de rebote o "segunda jugada" rival.
Antes del primer cuarto de hora del segundo tiempo, los cambios propuestos desde el banco por Nardozza, hallarían efectiva solución a esos desajustes del comienzo del complemento (con Santiago Kubiszyn y Agustín Allione en lugar de Santiago Coronel y Brian Orosco) y con ellos, el envión de Nueva Chicago por el empate, desluciéndose un poco el trámite, con más lucha que juego en el medio, pero propiciando que el Gallo le cerrara los espacios a la visita, dejándole la única vía de la pelota área, a un Chicago con escasas ideas pero abundante voluntad.
Y lo cierto que Morón no pasó mayores sobresaltos en defensa, más allá de algún despeje corto o remate desde afuera, siempre de espaldas o incómodos, por la atenta contención de la última línea, con la asistencia permanente de Santiago Ubeda y los cabezazos defensivos de Ezequiel Rescaldani (el que más ganó, rechazando en su propia área, junto a Agustín Gómez), y también debió haberlo "liquidado" de contragolpe, pero las imprecisiones en la "puntada" final, sumados al cansancio, permitieron que Chicago se mantuviera en partido, hasta el "pitazo" final del árbitro.
Ganó Morón, como se ganan los clásicos. Jugando cuando se puede jugar y corriendo y "metiendo" cuando la pelota está en poder del rival de toda la vida.
"Marca registrada" de la "casa", desde la llegada de Fabián Nardozza, cuyos equipos juegan y luchan de la misma manera, en la que él lo hacía con el dorsal "5" en la espalda, por ejemplo, en el Morón campeón del 89'/90'.
Cuarta victoria al hilo (sin recibir goles) y a revalidar mejoras y méritos en la "Ciudadela" tucumana.
La "fiesta" la pone la gente y el equipo responde en la cancha, y ambos se retroalimentan.
Así Morón!.
@elgallogustavo.
📸: Fabián Acuña.
sábado, 6 de mayo de 2023
Se "floreó" en Floresta y piensa en Mataderos
Morón gana, se aleja del fondo de la tabla y se acerca a los puestos de Reducido, hilvanando su tercer triunfo consecutivo, a la espera de Chicago, nada menos, en una semana.
Pero Morón, también gana en confianza, en convicción en el propio juego y en el crecimiento paulatino de rendimientos individuales, que mejoran y consolidan la performance de conjunto, tal como ocurriera en la lluviosa noche de viernes de Floresta, donde se impusiera 2 a 0, con justicia y autoridad, consolidando un proceso de mejora continua, que insinuara en los últimos 15' en Mendoza, luego en la inmerecida derrota ante Patronato, más tarde en el empate con Güemes en Santiago del Estero y en la igualdad con sabor a poco, ante Almirante Brown en el Oeste, antes de encadenar las tres últimas victorias, con Defensores de Belgrano en el Bajo, Estudiantes de Río Cuarto en el Nuevo Francisco Urbano y ahora All Boys en el "Islas Malvinas", para alejarse del descenso y acercarse mucho más, al objetivo de equipo que ilusionara al inicio del torneo, y seguramente, a la idea de juego que pretende Fabián Nardozza.
Con un Josué Ayala más seguro, al que le llegan poco por partido, pero a diferencia del pasado reciente, resuelve con el aplomo y la sobriedad que se esperaba de él, sumado al gran nivel del ahora capitán, Agustín Gómez, figura en las últimas jornadas y que cambiara murmullos de desaprobación por aplausos, pasando por el excelente nivel de Damián Adín, correcto en la marca y vital a la hora de desequilibrar en ataque, más la férrea prodigalidad de Nicolás Henry (de vuelta al equipo, tras su suspensión, en lugar de un Pablo Calderón, que cumpliera con los cordobeses) y un mejorado Maxi Coronel, más parecido a sus antecedentes de primera división, para redondear una defensa de crecimiento exponencial, cuando apenas una decena de partidos atrás, preocupaba (y mucho) por el bajísimo nivel individual y colectivo.
Y si al Gallo, ahora le llegan poco en defensa, también obedece a una mejora sustancial de su mediocampo, con un gran nivel de Pablo Ferreira, otra vez de los más destacados, hasta que tuviese que salir por lesión, luego bien cubierto por Santiago Ubeda, más el aporte en aumento de Gonzalo Berterame, desequilibrante y determinante en cada acción de gol del equipo, en las últimas fechas, con un buen partido de Agustín Allione, titular por primera vez en el torneo, que disimulara la ausencia obligada del fútbol que aporta Brian Orosco, y un Santiago Coronel que, a diferencia de la mejora de sus compañeros, se lo nota impreciso y errático, lo que encuentra solución desde el banco, con cada ingreso de Santiago Kubiszyn, el auténtico "revulsivo" del equipo, que juega, encara y obliga, aprovechando el cansancio de los rivales, para acompañar y "lastimar" en ataque.
Y precisamente, en ofensiva, la destacable y muy paulatina mejora de Ezequiel Rescaldani, que pasara de ser una "sombra" de sí mismo, a no encontrar su mejor juego, pero aportar al sacrificio colectivo, aunque demasiado lejos del arco, para jugar su mejor partido en Floresta, con gol incluido, merced a un gran cabezazo, a los 28' del segundo tiempo, y constituirse en una de las figuras de la noche del viernes, junto a su compañero de ataque, el uruguayo Franco García, una vez más, generoso para correr a todas (las pelotas) y a todos (los rivales), para ganar por velocidad, guapeza y hasta "viveza", generando espacios para sí mismo o sus compañeros, haciendo bien ancho el campo de juego, poniendo el "cuerpo" con astucia y el "corazón" sin reparos, hasta la última gota de sudor, antes de ser reemplazado.
Y es que Morón jugó un gran partido, con la saludable y repetida intención de ser siempre protagonista, aún en "casa" ajena, y tanto es así, que a excepción de los primeros 15' de juego, donde no encontrara la pelota y All Boys lo dominara sin generarle peligro, una vez ajustadas las "tuercas" en el medio, el equipo de Nardozza comenzaría a inclinar la "balanza", provocando las mejores acciones de peligro de la primera etapa (un remate alto de García y uno desde afuera del "Topo" Coronel, más varias "trepadas" ofensivas de Adín) y pese a la igualdad parcial en cero, en el entretiempo, dar la impresión que, ajustando la precisión en el último pase, los tres puntos tenían destino de cercano Oeste.
Y en el complemento, sin jugar tan bien como en los primeros 45', el Gallo hallaría los espacios para marcar la diferencia que mereciera mucho antes, primero a los 28', a través de un cabezazo de Ezequiel Recaldani, tras una centro de Berterame, luego de una gran jugada colectiva, que circulara el balón en área rival de izquierda a derecha y a los 43', luego de otra asistencia de Gonzalo Berterame por derecha, el "tacazo" goleador del ingresado Diego Sosa, para darle cifras definitivas y justas a un triunfo que pudo ser más amplio aún, en los pies del propio Berterame o en algún mal pase en la "puntada" final, entre el cansancio y la velocidad de un campo de juego "regado" durante los 90', por una lluvia incesante.
Ganó Morón, su tercer partido consecutivo y comienza a alejarse de la incómoda posición del fondo de la tabla, para pensar en uno de los objetivos, para los que se prefigurara este plantel, al inicio de temporada: la lucha por clasificar al Reducido.
Y ahora se viene Chicago, en el Nuevo Francisco Urbano.
Se "floreó" en Floresta, a "faenar" a Mataderos.
@elgallogustavo.
📸: Deportivo Morón
lunes, 1 de mayo de 2023
Seis de seis y "paso a paso"
En la ciclotimia habitual de nuestro fútbol, en menos de una semana, Morón pasó de acumular una racha negativa de seis partidos sin ganar, con un solo triunfo en once presentaciones, a torcer la historia (e "histeria") estadística de tal forma, que hoy suma cuatro sin derrotas, con dos victorias consecutivas y dos empates, en trece partidos disputados a la fecha.
Y es que, más allá de los últimos seis puntos en fila, que trajeran una bocanada de aire fresco enorme y reconfortante, tanto para salir de los puestos de descenso y reválida, por primera vez en lo que va del actual certamen de la Primera Nacional, en su Zona "A", Morón halló algunas razones futbolísticas, pero en especial anímicas, para torcer un rumbo que asomaba sombrío, y que hoy alberga esperanzas, con la tranquilidad de las victorias para buscar soluciones a los problemas individuales y de conjunto.
Y es que este Gallo, conducido técnicamente por Fabián Nardozza, pareció entender que debe afrontar cada partido como una auténtica final, para sacar lo mejor de cada uno de los protagonistas y en ese balance, la mejor versión colectiva posible, para traducir en puntos sus buenos pasajes en cada cotejo y cuando las reservas físicas ya no acompañan, minimizar el margen de error propio, en cada una de sus líneas, haciendo de la solidaridad una "bandera", que los vaya sacando con mérito y sudor, del fondo de la tabla de posiciones, jugando y buscando cuando se puede y "sosteniendo" cuando es el rival el que asume ese protagonismo, por mayores reservas físicas o necesidades emergentes del resultado.
Así Morón venció a Estudiantes de Río de Cuarto, en una tarde muy desapacible en el Nuevo Francisco Urbano, en una de esas victorias que se "degustan" doblemente, por la importancia de volver a sumar de a tres, en el Oeste, pero también por esa suerte de "épica" futbolera tan "argenta" y de nuestro querido ascenso, cuando la lluvia, el viento y el barro dan un marco de "batalla" a un partido "caliente", jugado con "dientes apretados" por ambos lados, potenciado por las "barbaridades" repartidas, de un Lucas Comesaña del que nada (bueno) se espera, pero que en cada nuevo arbitraje deja en evidencia la pobreza irremediable del referato local, sostenido sólo por la soberbia del director nacional de arbitraje, Federico Beligoy, con la venia cómplice del presidente de la AFA y el silencio cobarde de los todos los presidentes y/o representantes de la categoría.
De regreso al partido de este domingo, el Gallito se quedó con un triunfo tan justificado, como luchado y "trabajado" a lo largo de los 100 minutos de juego efectivos, con un equipo de Nardozza que apelaría al ingreso de Pablo Calderón, como lateral izquierdo, en lugar del suspendido Nicolás Henry, del mismo modo que Gonzalo Berterame sustituiría al lesionado Gonzalo Salega, por el sector derecho del mediocampo y la figura del encuentro, y "héroe" de la pasada tarde en el Bajo Núñez, el uruguayo Franco García, reemplazaría a Leonardo Ramos, respecto del once inicial que derrotara en su visita a Defensores de Belgrano.
Al igual que ocurriera en la "casa" del "Dragón", Morón "atoraría" a Estudiantes de Río de Cuarto desde el inicio, asumiendo el protagonismo con decisión y buenas sociedades colectivas, pese a la lluvia persistente de aquella primera etapa, "apretando" bien "alto" a su rival, para provocar el error o recuperar el balón en la zona media, generando un par de opciones interesantes de gol, a partir de la movilidad de García y el buen pie de Brian Orosco y Santiago Coronel, sumados a las subidas constantes y con peligro de Damián Adín, uno de los puntos más altos y regulares, dentro de esta levantada del equipo, en la últimas dos jornadas.
Tras un par de aproximaciones, a los 15' del primer tiempo, un remate desde lejos, sobre el sector izquierdo del ataque del Gallo, por un siempre "picante" e incómodo (para la última línea visitante) Franco García, entre el campo mojado y una floja respuesta de Adrián Peralta, arquero del elenco cordobés, el rebote largo le caería a Brian Orosco, que "primereando" a toda la defensa rival, cruzaría el remate de zurda, ingresando por el centro del área, para poner el merecido uno a cero, de un Morón que había sido el único equipo presente y propositivo en la destemplada tarde de domingo del Nuevo Francisco Urbano.
Luego de la apertura del marcador, el Gallo contaría con un par de ocasiones más, como para aumentar la ventaja, pero con el correr de los minutos y del cansancio lógico, iría cediendo el protagonismo a la necesidad visitante, que llevaría las únicas dos opciones de riesgo, sobre el final de la primera etapa, ambas con desbordes por el sector derecho de la defensa local, aprovechando el adelantamiento de Adín y la escasa cobertura de sus compañeros, en la más peligrosa, en tiempo agregado, con un centro pasado, rumbo al punto del penal, que con el arco a disposición, para fortuna de Josué Ayala y todo Morón, el remate se iría desviado apenas junto al poste derecho.
En el complemento, la necesidad de la visita, llevaría a Estudiantes de Río de Cuarto a adelantarse unos metros en campo local, manejando terreno y balón, en especial a partir del ingreso del "inoxidable", pero siempre talentoso, Fernando Belluschi, pero sin provocar situaciones de peligro real en el arco de Ayala, con una buena actuación de la defensa, en especial de los zagueros, y en particular, de un Agustín Gómez muy criticado (y con razón) en los primeros partidos, pero que hoy parece asentado en su posición y resulta de lo más parejo y rendidor de la última línea, auténtico "Talón de Aquiles" en muchos pasajes de los encuentros precedentes.
Como suele pasar en todos los partidos, desde los 30' del segundo tiempo en adelante, Morón pareció una vez más "fundirse" físicamente, lo que llevaría al cuerpo técnico del Gallo a proponer variantes, primero a través de Fabián Nardozza y luego de Leonel Martens, consumadas las expulsiones de Nardozza y su otro ayudante de campo, Guillermo Crudo, cuando el partido empezaba a descontrolarse, con quejas y reclamos de ambos lados, ante la pasividad de un paupérrimo Comesaña.
Con Santiago Kubiszyn, Pablo Cáceres, Santiago Ubeda y Agustín Allione, en lugar de Santiago Coronel, Ezequiel Rescaldani (más participativo y generando foules, aunque lejos del arco), Franco García (la figura de la cancha) y Brian Orosco, Morón apostaría a dar pelea en el centro de la cancha, evitando que Belluschi genere juego para la visita, permitiendo que el Gallo perdiera la facultad de "defenderse con el balón" en su pies, pero sumándole ayuda a otro buen partido de Pablo Ferreira, procurando salir de contrataque, con un mejorado segundo tiempo de Gonzalo Berterame, que "lastimaría" por la derecha, al igual que en el complemento del triunfo precedente ante Defensores de Belgrano.
Y en una de esas contras hilvanadas por Berterame, en el quinto minuto agregado, la pelota derivaría por el centro, en Santiago Kubiszyn, que sin marcas a la vista, aprovechando el adelantamiento rival, sacaría un zurdazo potente y angulado, para meterse junto al poste diestro del arquero visitante, para que la tensión imperante en el estadio, se transforme en grito de gol, desahogo y algarabía, por otros tres puntos vitales para salir del fondo de la tabla.
Volvió a ganar Morón y hoy mira el horizonte próximo con renovado optimismo. Por los puntos y la mejora individual y colectiva en el juego, pero fundamentalmente, por entender que para salir de la incómoda posición del fondo de la tabla, había que afrontar cada partido como una final.
Ahora, a visitar Floresta, a un All Boys rival directo en la lucha por zafar del descenso y luego recibir en el Oeste a Nueva Chicago, dos auténticas "pruebas de carácter" para consolidar la levantada y empezar a olvidarse del fondo, para empezar a focalizar en el "Reducido".
Pero, como diría un "filósofo" contemporáneo... "Paso a paso".
@elgallogustavo.
📸: Fabián Acuña.