viernes, 29 de julio de 2022

Algo de "paz", mucha preocupación

Luego de 19 días, más precisamente desde la noche del sábado 9 de julio, en el mismo escenario del Nuevo Francisco Urbano, el Gallo volvió a disputar un partido oficial, tras cumplir con la fecha libre y emprender de manera infructuosa un viaje de casi 1400 km en micro, para volverse sin jugar su partido en el Sur, que resultara suspendido de antemano y de manera unilateral, por un Deportivo Madryn más interesado en llegar descansado al duelo de "Copa Argentina", del último viernes ante Tigre, que en cumplir con su compromiso con Morón y con el campeonato de la Primera Nacional.

En efecto, este jueves también por la noche, en el Oeste, el equipo de Migliardi e Iturrería recibía a Estudiantes de Río IV, repitiendo el resultado que parece una constante en la presente temporada (aunque con goles, y más de uno, algo sí desusado en el actual torneo): el empate.

En un partido mal jugado, pero vibrante, entretenido (para el espectador imparcial, claro está) y cambiante en su desarrollo, Morón volvería a repartir puntos, como merecimientos y errores groseros, para terminar igualando dos a dos, con el "León del Imperio", en un partido que comenzó ganando, a fuerza de yerros pasó a perderlo y en el peor momento de confusión propia y domino ajeno, encontró un empate providencial, que bien pudo ser triunfo en el final, de no mediar un par de atajadas determinantes del "1" visitante.

Con las ausencias de Gastón González y Lucas Abascia, ambos suspendidos, la dupla dispondría el ingreso de Mariano Bracamonte de lateral derecho, corriendo a Cristian Broggi como central por izquierda, en una defensa "remendada" que sufriría el partido, con una de las actuaciones más pobres de la última línea, pese al repetido muy buen andar de Cristian Paz, autor del tanto del empate definitivo y una de las figuras destacadas de un Gallo vulnerable, nervioso y desordenado.

En el medio, emergeria una vez más otro de los puntos altos de un equipo con pocos rendimientos parejos, tal el caso de Santiago Ubeda, nuevamente luchando en solitario en el círculo central, flanqueado por Gastón Salega a la derecha (el más sacrificado a la hora del retroceso), Javier Bayk por izquierda (el de mayor desequilibrio ofensivo, en los 45' que estuvo en cancha) y Santiago Coronel un poco más "suelto" y adelantado, en función de enlace, pero con demasiados vaivenes en su juego, como para pretender hacerse eje de un Morón "partido" entre líneas y con escaso volumen de fútbol.

Sin embargo, en la primera aproximación seria al arco visitante, Coronel se apoyaría en Ubeda, para luego "recortar" hacia el centro y habilitar a Mateo Levato (de regreso al once de inicio, para acompañar a Leonardo Ramos en ofensiva), que ante un rechazo corto y defectuoso de un central, aprovecharía para sacarse la "mufa" y con una linda definición por arriba del arquero, poner en ventaja a Morón, con apenas tres minutos de juego.

Sólo siete minutos más tarde y en otra de esas distracciones "caras" que suele evidenciar el equipo, a la salida de un lateral  casi desde el vértice del tiro de esquina, sin marca ni oposición cercana, el centro posterior resultaría anticipado en el área, en primera instancia, para que la pelota le quedara con demasiado tiempo y espacio, ante una defensa estática y sin reacción, de manera tal que el "11", Marcos Arturia, pudiese sacar un remate fuerte y esquinado, para poner un rápido empate en uno, a los once minutos de iniciado el pleito.

De allí y hasta el final de la etapa, la visita manejaría el balón y el terreno con mayor criterio, aprovechándose de un local inconexo entre líneas y con ventajas por los laterales, como a espaldas de Ubeda, pese a lo cual, la más clara la volvería a tener Morón, en este caso por intermedio de Leo Ramos, menos participativo que otros encuentros, que incómodo, apenas podría desviar casi con el muslo, el balón por encima del travesaño, tras la habilitación de cabeza de Mateo Levato (de gran sacrificio y buen partido, más allá de su esperado reencuentro con el gol).

En el complemento, el que esta vez "pegaría" desde los vestuarios, sería Estudiantes de Río IV, cuando una error en la salida, producto de las complicaciones de perfil en Cristian Broggi, terminarían por dejar al ingresado Ramiro Balbuena, frente a Juan Martín Rojas, y vencerlo con un remate esquinado y rasante, junto al poste diestro, para el sorpresivo 2 a 1 visitante.

En los minutos siguientes, se vería lo peor de Morón, que acusaría recibo del "golpe", desorientado y a merced de los ataques del "León", que bien pudo anotar el tercero y liquidar la contienda, como en ese balón que vuelve a perder Broggi en la salida y enmendando su yerro, el mismo capitán del Gallo le "extirpara" la pelota al goleador del certamen, el "gigante" Luis Silba, que "sobrando" la situación, de cara una vez más a Rojas, se tomara un tiempo demás para definir o dar el pase, tiempo suficiente para que "Chucky" se rehabilitara y le "punteara" la pelota desde atrás.

Cuando el equipo carecía de ideas y sin los únicos protagonistas capaces de hilvanar algo de juego dentro de la cancha (Bayk, reemplazado en el entretiempo y más tarde, Coronel), el Gallo buscaría el empate, con voluntad y sin fútbol, con tres "9" en cancha (Ramos, Levato y el ingresado Tobías Zárate), con dos enlaces o medias puntas, como Matias Córdoba y Matías Gómez (de regreso a la actividad oficial, tras superar su lesión ligamentaria y de meniscos) y sin los dos lateral de inicio, con Alan Schönfeld por derecha y Lucas Angelini por la banda opuesta.

Precisamente del botín zurdo de Angelini, en un tiro libre desde la izquierda, llegaría el empate definitivo de Cristian Paz, sobre los 26' del complemento, desviando al gol un centro con "rosca", para traer algo de "paz", a un estadio que empezaba a impacientarse.

Y hasta pudo ganarlo, un rato después, con un gran tiro libre de Zarate al poste y una pelota desviada por Ramos, en el primer palo tras otro centro de Angelini, que Brian Olivera, el golero riocuartense, evitara que se transformara en el 3 a 2 local.

Aunque también lo pudo perder, en alguna contra del final, que encontrara mal parada a una defensa insegura (salvo Paz) y vulnerable como toda la noche.

El Gallo volvió a jugar tras 19 días y volvió a empatar.

Ahora, deberá ir por la victoria a Mar del Plata, frente a Alvarado, sabiendo que pasan las fechas y el "infierno tan temido" del descenso, hoy se halla a sólo cinco puntos.

Partidos de más, partidos de menos, "la única verdad es la realidad" , y es la que marca la tabla de posiciones, que ha comenzado a preocupar (y mucho), a los que recuerdan con dolor vívido, los 17 años de sufrimiento que demandara abandonar la "B" Metro, con el demorado y ansiado campeonato de 2017.

Sin margen de error. Ni de duda. Ni de ausencia de compromiso y convicción.


@elgallogustavo.



        📸: Deportivo Morón.




domingo, 10 de julio de 2022

"Nostalgia de ganar"

Morón no puede pasar del empate. 

Frente a Temperley, en el Oeste, cosechó la cuarta igualdad consecutiva, "viniendo desde atrás", luego que el "Gasolero" se pusiera en ventaja, en el "amanecer" del partido.

Pero, en definitiva, Morón no logra sobreponerse a la irregularidad que lo acompañara durante toda la campaña, jugando ante el "Celeste" de Turdera, el peor primer tiempo de la era Migliardi-Iturrería, sin dudas, y tal vez en el "top five" de los más flojos en la temporada, y sin embargo, en apenas quince minutos de entretiempo y dos cambios (los ingresos de Santiago Coronel y Javier Bayk (por Gastón González y Tobías Zárate), el segundo de ellos, fundamental para cambiarle el ritmo y la "verticalidad" al ataque local, y de allí hallar los mejores caminos del desequilibrio para arribar la empate final.

Con el único cambio de Matías Córdoba en lugar de Coronel, respecto del once de inicio de los dos cotejos precedentes, Morón volvería a hallar en Gonzalo Salega, una vez más, al mejor de la cancha, al "distinto" capaz de gambetear "hacia adelante" y desequilibrar a la defensa visitante, en esta ocasión, con mayor criterio a la hora de la toma de decisiones y desprendiéndose del balón más rápidamente, sin perder ese tiempo de más que, a veces, neutraliza todo lo bueno que genera con su corrida y regate indescifrable para los defensores rivales.

Sin embargo, cuando poco y nada había pasado en el encuentro, más que las buenas intenciones de ambos y el mejor manejo del balón, por parte del Gallo, en una jugada en la que Temperley sorprendería descompensada a la última línea local, de un rechazo en el medio del área, la pelota le llegaría absolutamente solo a Lucas Baldunciel, por el sector izquierdo del ataque visitante, para ensayar un centro que, ante una defensa "corrida" y retrocediendo, el balón volvería a caer por delante del punto del penal, para que Franco Ayunta le ganase con facilidad en el salto, a la floja resistencia "aérea" de Gastón González (con Leonel Bontempo y Lucas Abascia llegando a la jugada) y con un cabezazo potente y alto, hiciera estéril el esfuerzo de Juan Martín Rojas por rechazarla por sobre el travesaño.

Tras la apertura del marcador, a los 12 de iniciado el juego, el desorden y el nerviosismo se apoderarían de Morón, generando los mejores momentos de Temperley en el partido, tanto es así que, de haber afinado la "puntería" (no por casualidad, se ubica por debajo del propio Morón, en la tabla de posiciones), hasta podría haber ampliado la ventaja, ante Gallo con renovados problemas de contención en el mediocampo, pese a la reiterada buena labor de Santiago Ubeda, demasiado solo para "lidiar" con los volantes rivales, siempre imponiendo condiciones por imperio de la supremacía numérica.

Más allá de la superioridad de Gonzalo Salega para ganar en el "mano a mano" y la peligrosidad siempre latente de Leo Ramos, por entonces Morón carecía de volumen de juego para ir en búsqueda del empate, facilitándole la tarea a un "Celeste" que habría de llevarse la victoria parcial, por la mínima, al entretiempo, con demasiado poco, por lo muy malo de aquél primer tiempo del Gallo.

En el complemento, los ingresos de Santiago Coronel y en especial, de Javier Bayk, en su regreso tras purgar dos fechas de suspensión, por su insólita expulsión en Casanova, le cambiarían rotundamente la "cara" a Morón, desde el mismo inicio del segundo tiempo, tanto es así, que el propio Bayk se perdería el empate, rematando ancho sobre la izquierda, antes del segundo minuto de la etapa y sesenta segundos más tarde y desde el mismo sector, entregar una asistencia en forma de centro, para que Leonardo Ramos, arqueando el cuerpo apenas hacia atrás, conectara un gran cabezazo, bien lejos del arquero, rumbo al poste zurdo del arco visitante.

En los minutos posteriores, el Gallo inclinaría la cancha, sometiendo al "Gasolero" a una presión constante sobre su área, contando con un par de chances inmejorables para dar vuelta el resultado y pasar a ganar, como aquella volea dentro del área, de Gonzalo Salega, que con destino de red, fuese evitada de manera increíble, por una reacción a puro reflejo de Matías Fidel Castro, para enviar el balón al tiro del esquina.

Así como el ingreso de Bayk, en el podio de los destacados, cambiaría el rumbo del partido, en favor de Morón, cuando el desarrollo del mismo estaba "a pedir" del Gallo, la entrada de Agustín Alione en la visita, resultaría fundamental para que el "Gasolero" recuperara la pelota y a partir de ella, el trámite del encuentro volviese a ser parejo, y con el correr de los minutos, el peligro merodeara el arco de Rojas, como en aquel centro con "rosca", que diera en el travesaño y cuando la pelota la quedaba a Baldunciel, de cara al gol, el "10" del "Celeste" se resbalara, a metros del arco, en lo que podría haber sido el segundo de Temperley.

En tiempo agregado, la polémica se instalaría una vez más, a partir de los reiterados pésimos arbitrajes, cuando ante un remate en el área, de Mariano Bracamonte (que había ingresado sobre el final, por el autor del gol, Leo Ramos), el defensor de Temperley se interpusiera entre el remate y el arco, y al darse vuelta para evitar el impacto de frente, la pelota diera contra su brazo de apoyo en el piso, evitando el festejo local en el descuento.

Pese a los "antecedentes" de Adrián Franklin y su mal arbitraje en la noche del Oeste (entre tantas, cortó un puñado de peligrosos ataques de Morón, negándole la ventaja, para amonestar a jugadores visitantes), en esta ocasión debemos decir que no fue penal, aunque claro está, esto lo pudimos confirmar observando la repetición, puesto que a primera vista, pareció una mano burda, en la que el  defensor arrastrara la pelota con su brazo y axila. En consecuencia, y sabiendo que estuvo correcto en la determinación, la duda que nos queda es, si nosotros debimos recurrir a la televisión para confirmar la sanción, o bien Franklin tiene una vista privilegiada, o bien jamás lo hubiese cobrado, fuera penal o no.

Como sea, fue empate final uno a uno, con el "Gasolero", con un primer tiempo para el olvido, y un complemento de lo mejor del torneo.

Ahora, a aprovechar la jornada libre para seguir "ajustando", y cruzar los dedos para que los de más abajo, no sumen y sigamos a prudencial distancia de los últimos puestos.

Porque del Reducido, estamos lejos. Pero en el juego, más allá de los puntos que nos separan en la tabla.


@elgallogustavo.



        📸: Club Atlético Temperley.


domingo, 3 de julio de 2022

Otro empate a cero

En un partido entretenido y de dominio alternado, el Gallo pudo y debió haberse traído los tres puntos de Jáuregui, ante un Flandria de características similares y en especial, casi idénticas falencias, pero una vez más, la falta de contundencia en el arco rival lo privarían de un triunfo accesible, ante un "Canario" ordenado y de juego atildado, pero más "liviano" que el propio Morón.

Con el mismo once de inicio, que pagara cara las ocasiones dilapidadas, una semana atrás, en el empate sobre la hora de Gimnasia y Esgrima de Jujuy, el equipo de "Chiche" Migliardi y "Joaco" Iturrería no pasaría del empate en cero (el resultado más registrado ante Flandria, en el historial reciente y el más repetido en la presente temporada, no por casualidad), en la soleada tarde del "Carlos V", el Gallo contaría con no menos de siete ocasiones para "quebrar" el cero, pero entre la "pólvora mojada" y la falta de precisión en la habilitación final, o los errores en la toma de decisiones en los metros finales del rival, obligaron a Morón a conformarse nuevamente con sumar de a uno, en un partido que era cuestión de "abrirlo" con un gol (para luego "manejarlo"), algo que no sólo implica definir con justeza frente al arco contrario, sino también ajustar la "asistencia", para facilitar la definición.

Y hoy, con Leonardo Ramos y Tobías Zárate, este Morón tiene condiciones potenciales para empezar a definir a su favor, los partidos con un gol, lo merezca o no, pero en la gestación previa, los intérpretes encargados de hacerles llegar la pelota, de la manera más ventajosa posible, o bien carecen de precisión en la asistencia o equivocan la decisión, en la "estocada" ofensiva.

Tal el caso de Gonzalo Salega, el mejor en la tarde de Jáuregui, que a poco estuviese de marcar un gol "maradoniano", luego de una gran acción individual, que se perdiera apenas ancho por el segundo palo, al inicio del complemento.

Y nos referimos a Salega, porque constituye el mejor ejemplo de la situación descripta, figura en el "Carlos V" y sin lugar a dudas, uno de los protagonistas más participativos y desequilibrantes del partido y de la visita, pero al mismo tiempo, uno de los más erráticos a la hora de la toma de decisiones, de tres cuartos de cancha en adelante, guardándose demasiado el balón, en lugar de habilitar de primera al compañero mejor ubicado, actitud que muchas veces termina aislándolo en su carrera y sucumbiendo a la marca defensiva o ensayando un pase tardío, incómodo o apresurado.

Sin embargo y pese a ello, el joven ex Los Andes implica uno de los puntos más altos del equipo, por habilidad, "verticalidad" y cambio de ritmo, del medio en adelante, virtudes que seguramente potenciará aún más, cuando gane en generosidad y se apoye mucho más en sus compañeros, que en sus innegables condiciones individuales.

En el primer tiempo, y luego de 15 minutos de predominio local, Morón sería el protagonista de las mejores acciones, como el cabezazo de Ramos que tenía destino de red y fuese a dar contra el poste zurdo de Juan Lungarzo, el "1" local, o el remate desviado de Cristian Broggi, o el "zapatazo" desde afuera de Santiago Coronel, que le "quemara" las manos al arquero. Dichas situaciones claras de gol, sumadas al penal no cobrado por Lucas Novelli, en perjuicio de Lucas Abascia.

En el complemento, a la acción "maradoniana" de Gonzalo Salega, debemos agregarle otro remate del "11" visitante, apenas contenido en la línea por el propio arquero, un pase "filtrado" de Salega, que Lungarzo pudo llegar un segundo antes que Gaston González, un centro de Leonel Bontempo, que Leo Ramos se llevaría la pelota "por delante" y hasta otra acción de supuesta infracción en el área, en este caso en detrimento de Zarate.

Eso sí, pese a otra buena jornada de Juan Martín Rojas (cada partido más seguro) y de la defensa, sumados a Santiago Úbeda (el más regular en los últimos compromisos, junto a Lucas Abascia, Cristian Paz y el mencionado Rojas), en los 15' finales el local pudo llevarse también el partido, a partir de dos llegadas muy claras, que otro rival y con otra jerarquía ofensiva en el área, seguramente no hubiese perdonado la distracción, como no lo hiciera el "Lobo" jujeño, una semana atrás en el Oeste.

Ahora, a pensar en "Celeste" y en la necesidad de ganar de local.

Con goles, claro está, pero también con asistencias precisas y sabiendo que, más allá de desequilibrios individuales, el fútbol siempre será un deporte de conjunto.


@elgallogustavo.



         📸: Deportivo Morón.