Luego de 19 días, más precisamente desde la noche del sábado 9 de julio, en el mismo escenario del Nuevo Francisco Urbano, el Gallo volvió a disputar un partido oficial, tras cumplir con la fecha libre y emprender de manera infructuosa un viaje de casi 1400 km en micro, para volverse sin jugar su partido en el Sur, que resultara suspendido de antemano y de manera unilateral, por un Deportivo Madryn más interesado en llegar descansado al duelo de "Copa Argentina", del último viernes ante Tigre, que en cumplir con su compromiso con Morón y con el campeonato de la Primera Nacional.
En efecto, este jueves también por la noche, en el Oeste, el equipo de Migliardi e Iturrería recibía a Estudiantes de Río IV, repitiendo el resultado que parece una constante en la presente temporada (aunque con goles, y más de uno, algo sí desusado en el actual torneo): el empate.
En un partido mal jugado, pero vibrante, entretenido (para el espectador imparcial, claro está) y cambiante en su desarrollo, Morón volvería a repartir puntos, como merecimientos y errores groseros, para terminar igualando dos a dos, con el "León del Imperio", en un partido que comenzó ganando, a fuerza de yerros pasó a perderlo y en el peor momento de confusión propia y domino ajeno, encontró un empate providencial, que bien pudo ser triunfo en el final, de no mediar un par de atajadas determinantes del "1" visitante.
Con las ausencias de Gastón González y Lucas Abascia, ambos suspendidos, la dupla dispondría el ingreso de Mariano Bracamonte de lateral derecho, corriendo a Cristian Broggi como central por izquierda, en una defensa "remendada" que sufriría el partido, con una de las actuaciones más pobres de la última línea, pese al repetido muy buen andar de Cristian Paz, autor del tanto del empate definitivo y una de las figuras destacadas de un Gallo vulnerable, nervioso y desordenado.
En el medio, emergeria una vez más otro de los puntos altos de un equipo con pocos rendimientos parejos, tal el caso de Santiago Ubeda, nuevamente luchando en solitario en el círculo central, flanqueado por Gastón Salega a la derecha (el más sacrificado a la hora del retroceso), Javier Bayk por izquierda (el de mayor desequilibrio ofensivo, en los 45' que estuvo en cancha) y Santiago Coronel un poco más "suelto" y adelantado, en función de enlace, pero con demasiados vaivenes en su juego, como para pretender hacerse eje de un Morón "partido" entre líneas y con escaso volumen de fútbol.
Sin embargo, en la primera aproximación seria al arco visitante, Coronel se apoyaría en Ubeda, para luego "recortar" hacia el centro y habilitar a Mateo Levato (de regreso al once de inicio, para acompañar a Leonardo Ramos en ofensiva), que ante un rechazo corto y defectuoso de un central, aprovecharía para sacarse la "mufa" y con una linda definición por arriba del arquero, poner en ventaja a Morón, con apenas tres minutos de juego.
Sólo siete minutos más tarde y en otra de esas distracciones "caras" que suele evidenciar el equipo, a la salida de un lateral casi desde el vértice del tiro de esquina, sin marca ni oposición cercana, el centro posterior resultaría anticipado en el área, en primera instancia, para que la pelota le quedara con demasiado tiempo y espacio, ante una defensa estática y sin reacción, de manera tal que el "11", Marcos Arturia, pudiese sacar un remate fuerte y esquinado, para poner un rápido empate en uno, a los once minutos de iniciado el pleito.
De allí y hasta el final de la etapa, la visita manejaría el balón y el terreno con mayor criterio, aprovechándose de un local inconexo entre líneas y con ventajas por los laterales, como a espaldas de Ubeda, pese a lo cual, la más clara la volvería a tener Morón, en este caso por intermedio de Leo Ramos, menos participativo que otros encuentros, que incómodo, apenas podría desviar casi con el muslo, el balón por encima del travesaño, tras la habilitación de cabeza de Mateo Levato (de gran sacrificio y buen partido, más allá de su esperado reencuentro con el gol).
En el complemento, el que esta vez "pegaría" desde los vestuarios, sería Estudiantes de Río IV, cuando una error en la salida, producto de las complicaciones de perfil en Cristian Broggi, terminarían por dejar al ingresado Ramiro Balbuena, frente a Juan Martín Rojas, y vencerlo con un remate esquinado y rasante, junto al poste diestro, para el sorpresivo 2 a 1 visitante.
En los minutos siguientes, se vería lo peor de Morón, que acusaría recibo del "golpe", desorientado y a merced de los ataques del "León", que bien pudo anotar el tercero y liquidar la contienda, como en ese balón que vuelve a perder Broggi en la salida y enmendando su yerro, el mismo capitán del Gallo le "extirpara" la pelota al goleador del certamen, el "gigante" Luis Silba, que "sobrando" la situación, de cara una vez más a Rojas, se tomara un tiempo demás para definir o dar el pase, tiempo suficiente para que "Chucky" se rehabilitara y le "punteara" la pelota desde atrás.
Cuando el equipo carecía de ideas y sin los únicos protagonistas capaces de hilvanar algo de juego dentro de la cancha (Bayk, reemplazado en el entretiempo y más tarde, Coronel), el Gallo buscaría el empate, con voluntad y sin fútbol, con tres "9" en cancha (Ramos, Levato y el ingresado Tobías Zárate), con dos enlaces o medias puntas, como Matias Córdoba y Matías Gómez (de regreso a la actividad oficial, tras superar su lesión ligamentaria y de meniscos) y sin los dos lateral de inicio, con Alan Schönfeld por derecha y Lucas Angelini por la banda opuesta.
Precisamente del botín zurdo de Angelini, en un tiro libre desde la izquierda, llegaría el empate definitivo de Cristian Paz, sobre los 26' del complemento, desviando al gol un centro con "rosca", para traer algo de "paz", a un estadio que empezaba a impacientarse.
Y hasta pudo ganarlo, un rato después, con un gran tiro libre de Zarate al poste y una pelota desviada por Ramos, en el primer palo tras otro centro de Angelini, que Brian Olivera, el golero riocuartense, evitara que se transformara en el 3 a 2 local.
Aunque también lo pudo perder, en alguna contra del final, que encontrara mal parada a una defensa insegura (salvo Paz) y vulnerable como toda la noche.
El Gallo volvió a jugar tras 19 días y volvió a empatar.
Ahora, deberá ir por la victoria a Mar del Plata, frente a Alvarado, sabiendo que pasan las fechas y el "infierno tan temido" del descenso, hoy se halla a sólo cinco puntos.
Partidos de más, partidos de menos, "la única verdad es la realidad" , y es la que marca la tabla de posiciones, que ha comenzado a preocupar (y mucho), a los que recuerdan con dolor vívido, los 17 años de sufrimiento que demandara abandonar la "B" Metro, con el demorado y ansiado campeonato de 2017.
Sin margen de error. Ni de duda. Ni de ausencia de compromiso y convicción.
@elgallogustavo.