La irregularidad de Morón, a lo largo del presente torneo de la Primera Nacional, no es novedad.
Más allá de las estadísticas, que lo marcan con claridad, como el equipo que más partidos ganó dentro de la Zona "B" (14) y al mismo tiempo, el conjunto que más perdió (13), en 32 jornadas, durante el transcurso de la actual temporada, el Gallo alternó pequeñas rachas de dos o tres victorias consecutivas, en varias ocasiones, con otras tantas caídas, también en reiteradas oportunidades, tanto es así, que en materia de goles, hoy registra una diferencia "neutra", de 33 tantos a favor como en contra.
Del mismo modo, tampoco resultado ninguna novedad que, en su derrotero desparejo de "buenas, regulares y malas", a la fecha, siempre le costó enfrentar a los equipos que "habitan" de la mitad de tabla hacia abajo, desde aquella derrota con los "bloopers" de Matías Mansilla, en Jujuy, cuando el "Lobo" norteño aún no había sumado triunfo alguno, en las fechas iniciales, pasando por el empate en cero de local, ante Brown de Puerto Madryn, en el Oeste, cuando el equipo de la Patagonia apenas había podido cosechar un par de unidades, promediando la primera rueda, o el traspié sin atenuantes ante Villa Dálmine en Campana, en momentos que el conjunto "Violeta" no podía salir del fondo de la tabla y no conocía lo que era sumar de a tres, en la presente campaña, casi en el cierre de la primera ronda.
Lo que sí constituyó una dura "novedad", en su reciente "excursión" a Tandil, para enfrentar a un "colista" Ramón Santamarina, que venía de prescindir de los servicios de Héctor Arzubialde y generar su tercer cambio de cuerpo técnico en el certamen, es que aquella notable irregularidad, evidenciada a lo largo de toda la temporada, fuese capaz de producirse dentro de un mismo partido, entretiempo de por medio, en una suerte de "Dr. Jeckyll y Mr. Hyde", en 15 minutos de descanso.
Y es que Morón jugó un gran primer tiempo, con muy buena circulación de pelota, recuperación pronta en el medio para salir rápido de contragolpe y una presión permanente en todos los sectores, dentro de un equipo "corto" entre líneas, al igual que sucediera en la primera mitad de partido, hace casi una semana, en el contundente 3 a 0 a Defensores de Belgrano, en el Nuevo Francisco Urbano.
En este contexto, donde el Gallo asumiría el rol de protagonista excluyente desde el "minuto cero" de juego y con buenos arranques de Brian Orosco, desequilibrando con su velocidad y gambeta a los volantes locales, para asociarse con Gastón González, por el medio, Alan Schönfeld en la derecha y los puntas, Mateo Levato y Tobías Zárate, alternándose en el frente de ataque, tras unos primeros minutos de dominio sin profundidad, comenzarían a gestar situaciones clarísimas de gol, como para que Morón se fuese al descanso en ventaja, incluso por más de un tanto de diferencia.
Claro que, para irse al descanso con una ventaja de dos o tres a cero, primera hubiese sido necesario abrir el marcador con el primero, y es allí donde todo lo muy bueno edificado por la visita en la gestación, se iría desdibujando a medida que fuese dilapidando, una tras otra, ocasiones inmejorables frente al arco de Santamarina.
De los '15 en adelante, podríamos contabilizar una media vuelta en el área de Tobías Zárate, tras un tiro de esquina de Gastón González, que parecía tener destino irremediable de red y sin embargo, se perdería apenas ancha... O la más clara, el mano a mano que supiera generarse Mateo Levato, en base a potencia y habilidad, para "picarla" por encima del pronto "achique" de Nicolás Avellaneda, arquero local, para "colgarla" en el "techo" del arco, después de una definición bárbara... o el mano a mano que tendría Gastón González, ingresando por derecha, luego de una "guapeada" de Schönfeld, pero el remate bajo y esquinado del talentoso volante del Gallo, hallaría la punta del botín del mismo Avellaneda, para sacarla al córner... o el remate "a quemarropa" de Alan Schönfeld, que el eterno "Pucho" Barsottini impediría arrojándose con "timming" al piso... U otro derechazo del mismo Schönfeld, que prefirió rematar al arco, cuando quizá tenía mejores opciones con Levato en el primer palo y Zárate en el segundo... Y hasta el claro penal no sancionado por Diego Abal, en perjuicio del propio Tobías, sujetado y tirado al piso de espaldas, dentro del área, por un defensor local, pero de frente a los ojos de un árbitro que decidió ignorar una infracción indubitable.
Al término de un muy buen primer tiempo del Gallo, que sólo explicaba la "chapa" parcial de 0 a 0, por la ausencia de precisión en la definición de la visita, pese a las situaciones repetidas y al domino del desarrollo, en todas las líneas, que por momentos se convirtiera en un auténtico "monólogo" de Morón, la sensación imperante era saber hasta cuándo podría sostener el elenco local, el asedio sobre su arco, y al mismo tiempo, que el equipo de Bovaglio en una tendría que "acertar", para comenzar a inclinar en el resultado, una "balanza" claramente a su favor en el juego, durante los '45 iniciales.
Sin embargo, la "metamorfosis" que sufriría el equipo en el entretiempo, resultaría tan evidente como incomprensible, permitiéndole a Santamarina adelantarse unos metros en el campo de juego, primero para contrarrestar la presión visitante y luego, para animarse a "desnudar" algunas debilidades defensivas, que el "monopolio" del terreno y el balón, en la primera parte, no fueran posibles de advertir por "culpa" del propio Morón.
Y así, entre la baja de "tensión" en el visitante y el mayor atrevimiento del local, a los '12 del complemento, Bruno Galván sacaría largo con el pie, desde su área, mientras la defensa del Gallo se adelantaba para "achicar" espacios, sin percatarse que el rechazo rápido de los medios de Santamarina, hallaría mal parada a la última línea de Morón, situación que aprovecharía otro "inoxidable" como Martín Michel, para ganarle la "espalda" a Lucas Abascia, sin Cristian Broggi ni Franco Verón, cerca para la cobertura, definiendo con la calidad que lo caracteriza, en el mano a mano con Galván, para el 1 a 0 sorprendente de Santamaría en su segunda situación en el partido (la primera, había resultado un "aviso", minutos antes, en un centro que Guillermo Vernetti, solo por el segundo palo no supo capitalizar), y que a "contramano" del balance general del trámite, en '45 más '12, no se condecía con los merecimientos de uno y otro.
Así las cosas, este Morón "frágil de mandíbula", ante el primer "puñetazo", como en la mayor parte del torneo, en especial de visitante, no podría recuperarse más del "golpe" de "nocaut" local, tanto es así que demoraría no menos de 20 minutos en recuperar la "vertical", sin el desequilibrio de Brian Orosco, ni la claridad de Gastón González, ni el aporte de Alan Schönfeld, con Mateo Levato y Tobías Zárate "aislados" en ataque, en una visita que habría de perder por completo su volumen de juego, y para colmo, el buen andar en el medio de Norberto Palmieri, reemplazante a último momento de un lesionado Cristian Lillo, también se desdibujaría con el correr de los minutos, sumados a la permeabilidad de una defensa, que sin la contención de antes en el medio, y con el apuro de "empujar" el equipo hacia adelante, comenzaría a ofrecerle al local, tantas dudas como espacios para la contra.
Por si fuera poco, cuando superada la media hora del segundo tiempo, la visita esbozara una leve reacción, Diego Abal volvería a resultar determinante en el resultado final del partido, con otra acción de penal no sancionado en favor de Morón, en este caso, aún más evidente y flagrante que la jugada de la primera parte: en un centro al "corazón" del área, Nicolás Avellaneda saldría lejos a "romper", con Mateo Levato ingresando a la carrera, para conectar el cabezazo... En definitiva, el único que terminaría "roto" resultaría el "7" de Morón (por un violento "rodillazo" del arquero), aunque para el árbitro, la jugada determinaría un tiro libre para el local, por falta del hombre de Morón... sencillamente vergonzoso.
Y entre bajones de "tensión" repentinos, despropósitos arbitrales y tal vez, la reedición de aquél eterno "apotegma" futbolero que advierte, "que los goles que se no se convierten en el arco contrario; se terminan padeciendo en el propio", en otro "quedo" defensivo inexplicable, Santiago Sayago, recién ingresado en Santamarina, hallaría demasiadas ventajas para cabecear, entre los centrales y Mariano Bracamonte (reemplazante de Broggi), para poner el 2 a 0 a los '37 de la segunda mitad, con la contundencia que debió tener Morón en el primer tiempo y al final, terminó sufriendo de su rival en el complemento.
Con el "pitazo" definitivo y las "manos vacías", Morón se bajaría de la lucha por el primer puesto de la zona y la final, mientras que ahora dependerá de resultados ajenos, en las próximas dos fechas, para saber si concreta su clasificación a "Copa Argentina" y "calculadora en mano", si le alcanzan los puntos para ingresar al Reducido, con Almagro de local y Güemes en Santiago de Estero, nada menos, en los últimos duelos de la temporada.
Pero lo más importante... sin pretender regularidad, donde no la hubo en 32 jornadas, por lo menos evitar que esos vaivenes tan marcados se den dentro de un mismo partido, para poder aspirar a que "sobreviva" algo del "sueño".
"Dr. Jeckyll y Mr. Hyde", versión Morón.
@elgallogustavo.
📸 : Deportivo Morón.