Morón es (casi) inexpugnable de local.
Así como hace una semana atrás, luego de la derrota en Alta Córdoba, hablábamos que a este equipo le cuesta sumar de visitante, tras el "triunfazo" frente al líder zonal, Barracas Central (con todo lo que ello significa, dentro y fuera de la cancha), es claro que aquella dificultad repetida y manifiesta de visita, lo suple de local, en el Nuevo Francisco Urbano, donde no "regala" absolutamente nada, se siente cómodo, tal cual su "casa", y hace sus mejores partidos, en un pésimo ejemplo de "hospitalidad", puesto que muy rara vez, conceda que sus rivales se lleven "algo" del Oeste.
Y es que frente al "Guapo", claramente uno de los "caballos del comisario" del presente torneo (sino EL "equino" favorito del "poder de AFA"), el Morón de Lucas Bovaglio jugó un partido perfecto, sosteniendo al principio, cuando Barracas se dedicara a jugar sin "ayudas", ni pretender ganar de "prepo", justificando la victoria parcial, a partir de la primera diferencia y pudiendo ampliar el resultado, como lo hiciera, e incluso pudiese anotar algún tanto más, a partir de una sólida actuación de conjunto, con el equipo como "figura" excluyente, gracias a una intensidad notable, la solidaridad y el sacrificio de siempre y una personalidad y concentración sin "fisuras", para evitar "sorpresas" desagradables, de propios, ajenos y terceros involucrados (como el árbitro y sus asistentes, de correcto desempeño, más allá de algún off side flagrante, no cobrado, en el área de Bruno Galván).
Y es que Morón no dio espacio alguno a "suspicacias" extra-futbolísticas, de las que ya estamos mal acostumbrados, en todas las categorías de Ascenso, pero en especial en la Primera Nacional, "sometiendo" al líder zonal desde el juego, la inteligencia táctica, el despliegue y la contundencia en el arco ajeno, para quedarse con tres puntos fundamentales, y quedar terceros en las posiciones, a sólo tres unidades de su vencido de este domingo.
Con el regreso de Gastón González, vital en la administración del fútbol, tanto sea para iniciar el desequilibrio en campo ajeno, como para "defenderse" con la pelota, una vez en ventaja, Morón recuperó a una "pieza" clave, que habría de extrañar "horrores", en partidos anteriores, pero en especial frente a Instituto, en Córdoba, donde el Gallo necesitara de su pausa, su criterio y su inteligencia, para procurar sostener el "vendaval", ante la necesidad de "La Gloria", en el segundo tiempo, en la derrota del pasado lunes.
Tras unos primeros minutos, en los cuales Barracas pretendiera asumir el protagonismo del encuentro, a partir de su "tridente" de "buen pie", con Lucas Colitto por izquierda, Juan Manuel Vázquez desde el centro y Fernando Valenzuela, por el costado opuesto, Morón daría muestras de una gran disciplina y concentración defensiva, con una excelente tarea de toda la línea de fondo, sumados a la ayuda siempre presente de Cristian Lillo, imprescindible como relevo, en la cobertura en defensa, así como en sus acostumbradas apariciones ofensivas, por sorpresa, en posición de "nueve", similar a la jugada del penal, bien sancionado por Yael Falcón Pérez y mejor "cobrado" por Gastón González, a los '38 de la etapa inicial, con un derechazo alto e inapelable, sobre el palo diestro de Mariano Monllor.
Con la ventaja consumada, y al igual que ocurriera en Córdoba, el Gallo se asentaría mejor en el campo de juego, y comenzaría a manejar los "tiempos" del partido, desde la seguridad defensiva, la contención y el criterio para salir de contra, en el medio, con un partido magistral de Brian Orosco, que comienza a justificar con creces, las razones que lo trajeron a Morón: hábil, rápido, desequilibrante y generoso para habilitar el compañero mejor ubicado, como en el segundo tanto local.
Así las cosas, Morón finalizaría la etapa inicial, justificando la diferencia parcial, pese a tener menos la pelota que su rival, pero con una "administración" más inteligente de la misma, y respaldado siempre, desde el arco, por la seguridad que brinda un Bruno Galván, "castigado" como nunca ante el líder, que en más de una ocasión pretendió empatar de "guapo", golpeando al "1" del Gallo en esos intentos desesperados.
Ya en el complemento, Morón no se tiraría tan atrás, como frente a Instituto, y desde el criterio de Gastón González, estaría más dispuesto y atento a un contragolpe que comenzara a definir el "pleito", como en la jugada del segundo gol, a los '11 de la segunda mitad, con la corrida por izquierda de Orosco y la habilitación justa para Tobías Zárate, para que el "heredero", ingresando al área por el centro y de derecha, la colocara a media altura, bien lejos de Monllor, para el 2 a 0 del Gallo frente al "Camionero".
De allí y hasta el final del encuentro, el equipo de Lucas Bovaglio no sufriría grandes sofocones en defensa, tanto que estaría más cerca del tercero, con Alan Schönfeld (incansable, en la contención y la llegada al fondo en ofensiva), Tobías Zárate de cabeza y más tarde, el ingresado Mateo Levato, mientras la defensa se ocupaba de alejar todo peligro, pese a la "multitud" de puntas que pondría en cancha, Rodolfo De Paoli, y cuando resultaran superados, la seguridad y personalidad de Galván, "maltratado" como pocas veces.
El pitazo final de Yael Falcón Pérez, de correcto arbitraje, salvo algunas pequeñas "desatenciones", desataría el festejo de todo Morón, dentro de la cancha y frente al televisor.
Ahora, el próximo destino es Mendoza, y si Morón logra empezar a sumar de visitante, la ilusión se "encenderá" como el Gallo, históricamente, cada vez que debió "bajar" al líder de turno.
"A la carga... Morón!".
@elgallogustavo.
📸: Deportivo Morón.