domingo, 29 de agosto de 2021

"A la carga... Morón!"

Morón es (casi) inexpugnable de local.

Así como hace una semana atrás, luego de la derrota en Alta Córdoba, hablábamos que a este equipo le cuesta sumar de visitante, tras el "triunfazo" frente al líder zonal, Barracas Central (con todo lo que ello significa, dentro y fuera de la cancha), es claro que aquella dificultad repetida y manifiesta de visita, lo suple de local, en el Nuevo Francisco Urbano, donde no "regala" absolutamente nada, se siente cómodo, tal cual su "casa", y hace sus mejores partidos, en un pésimo ejemplo de "hospitalidad", puesto que muy rara vez, conceda que sus rivales se lleven "algo" del Oeste.

Y es que frente al "Guapo", claramente uno de los "caballos del comisario" del presente torneo (sino EL "equino" favorito del "poder de AFA"), el Morón de Lucas Bovaglio jugó un partido perfecto, sosteniendo al principio, cuando Barracas se dedicara a jugar sin "ayudas", ni pretender ganar de "prepo", justificando la victoria parcial, a partir de la primera diferencia y pudiendo ampliar el resultado, como lo hiciera, e incluso pudiese anotar algún tanto más, a partir de una sólida actuación de conjunto, con el equipo como "figura" excluyente, gracias a una intensidad notable, la solidaridad y el sacrificio de siempre y una personalidad y concentración sin "fisuras", para evitar "sorpresas" desagradables, de propios, ajenos y terceros involucrados (como el árbitro y sus asistentes, de correcto desempeño, más allá de algún off side flagrante, no cobrado, en el área de Bruno Galván).

Y es que Morón no dio espacio alguno a "suspicacias" extra-futbolísticas, de las que ya estamos mal acostumbrados, en todas las categorías de Ascenso, pero en especial en la Primera Nacional, "sometiendo" al líder zonal desde el juego, la inteligencia táctica, el despliegue y la contundencia en el arco ajeno, para quedarse con tres puntos fundamentales, y quedar terceros en las posiciones, a sólo tres unidades de su vencido de este domingo.

Con el regreso de Gastón González, vital en la administración del fútbol, tanto sea para iniciar el desequilibrio en campo ajeno, como para "defenderse" con la pelota, una vez en ventaja, Morón recuperó a una "pieza" clave, que habría de extrañar "horrores", en partidos anteriores, pero en especial frente a Instituto, en Córdoba, donde el Gallo necesitara de su pausa, su criterio y su inteligencia, para procurar sostener el "vendaval", ante la necesidad de "La Gloria", en el segundo tiempo, en la derrota del pasado lunes.

Tras unos primeros minutos, en los cuales Barracas pretendiera asumir el protagonismo del encuentro, a partir de su "tridente" de "buen pie", con Lucas Colitto por izquierda, Juan Manuel Vázquez desde el centro y Fernando Valenzuela, por el costado opuesto, Morón daría muestras de una gran disciplina y concentración defensiva, con una excelente tarea de toda la línea de fondo, sumados a la ayuda siempre presente de Cristian Lillo, imprescindible como relevo, en la cobertura en defensa, así como en sus acostumbradas apariciones ofensivas, por sorpresa, en posición de "nueve", similar a la jugada del penal, bien sancionado por Yael Falcón Pérez y mejor "cobrado" por Gastón González, a los '38 de la etapa inicial, con un derechazo alto e inapelable, sobre el palo diestro de Mariano Monllor. 

Con la ventaja consumada, y al igual que ocurriera en Córdoba, el Gallo se asentaría mejor en el campo de juego, y comenzaría a manejar los "tiempos" del partido, desde la seguridad defensiva, la contención y el criterio para salir de contra, en el medio, con un partido magistral de Brian Orosco, que comienza a justificar con creces, las razones que lo trajeron a Morón: hábil, rápido, desequilibrante y generoso para habilitar el compañero mejor ubicado, como en el segundo tanto local. 

Así las cosas, Morón finalizaría la etapa inicial, justificando la diferencia parcial, pese a tener menos la pelota que su rival, pero con una "administración" más inteligente de la misma, y respaldado siempre, desde el arco, por la seguridad que brinda un Bruno Galván, "castigado" como nunca ante el líder, que en más de una ocasión pretendió empatar de "guapo", golpeando al "1" del Gallo en esos intentos desesperados.

Ya en el complemento, Morón no se tiraría tan atrás, como frente a Instituto, y desde el criterio de Gastón González, estaría más dispuesto y atento a un contragolpe que comenzara a definir el "pleito", como en la jugada del segundo gol, a los '11 de la segunda mitad, con la corrida por izquierda de Orosco y la habilitación justa para Tobías Zárate, para que el "heredero", ingresando al área por el centro y de derecha, la colocara a media altura, bien lejos de Monllor, para el 2 a 0 del Gallo frente al "Camionero".

De allí y hasta el final del encuentro, el equipo de Lucas Bovaglio no sufriría grandes sofocones en defensa, tanto que estaría más cerca del tercero, con Alan Schönfeld (incansable, en la contención y la llegada al fondo en ofensiva), Tobías Zárate de cabeza y más tarde, el ingresado Mateo Levato, mientras la defensa se ocupaba de alejar todo peligro, pese a la "multitud" de puntas que pondría en cancha, Rodolfo De Paoli, y cuando resultaran superados, la seguridad y personalidad de Galván, "maltratado" como pocas veces.

El pitazo final de Yael Falcón Pérez, de correcto arbitraje, salvo algunas pequeñas "desatenciones", desataría el festejo de todo Morón, dentro de la cancha y frente al televisor.

Ahora, el próximo destino es Mendoza, y si Morón logra empezar a sumar de visitante, la ilusión se "encenderá" como el Gallo, históricamente, cada vez que debió "bajar" al líder de turno.

"A la carga... Morón!".


@elgallogustavo.



                                          📸: Deportivo Morón.


martes, 24 de agosto de 2021

Con pena y sin "Gloria"

Morón no puede sumar de visitante.

Desde aquellos merecidos y promisorios triunfos post suspensión por la pandemia, frente a Brown en Adrogué y Defensores en el Bajo Núñez (fechas 10 y 14, respectivamente), el equipo de Lucas Bovaglio jamás pudo volver a "hacer pie" fuera de "casa", tanto es así, que el Gallo cayó las últimas tres veces que salió del  Oeste y en lo que va de la temporada, acumula 9 de 24 puntos posibles en condición de visitante, con tres victorias y ocho derrotas, sin empates.

Y es que Morón no puede sumar de visitante, ni siquiera hallándose en ventaja (como sucediera en Alta Córdoba), una diferencia sustancial en partidos tan cerrados y parejos, donde por lo general, el equipo que se adelanta en el marcador, suele conservar esa "luz" mínima para quedarse con los tres puntos.

Y es que a Morón le cuesta tanto sumar de visitante, que aún cuando la situación se torna propicia, como al término del primer tiempo, en el "Juan Domingo Perón", pocas veces logra manejar los "tiempos" o "jugar" con los "nervios" rivales, a partir de la tenencia del balón, imponiéndose o resignando puntos, de acuerdo a la "puntería" de sus oponentes o la tarea sobresaliente de su arquero y su última línea, en el "aguante" de una diferencia mínima.

Y es que Morón no ha sabido "defenderse con la pelota", una vez en ventaja, dependiendo la suerte del resultado final, de la "resistencia" acertada o con "baches" de atención, de un equipo de Lucas Bovaglio que tiende a "refugiarse" demasiado cerca de Bruno Galván, sin resignar la "contra" (es cierto), pero "haciendo equilibrio" por la delgada línea del error propio o el acierto rival, en el "desfiladero" futbolístico entre el triunfo "sufrido" o la caída presumible, por acumulación de méritos o la simple insistencia ajena.

Y esto es precisamente, lo que sucediera en Alta Córdoba, en la tarde del lunes, en la derrota 2 a 1 frente a un Instituto, de muchos empates y tan escaso de victorias como de derrotas, a pesar de ir en ventaja, por un golazo de tiro libre de Tobías Zárate, y que luego de un primer tiempo en el que terminara justificando la ventaja, con alguna chance más para ampliar la diferencia, en el complemento le cediera terreno y pelota a una "Gloria", que de tanto ir y merodear los "arrabales" de la defensa del Gallito, pudo encontrar dos jugadas a favor, entre virtudes propias y yerros ajenos, para dar vuelta el resultado y sumar de a tres, en un partido que, hasta la primera mitad parecía de Morón y tras la igualdad, se insinuaba como un empate "clavado", con "gusto" a poco para el local, más por insistencia que por claridad o lucidez en su juego.

Con la ausencia obligada de Braian Molina, expulsado frente a los jujeños, pero además desgarrado en la semana (reemplazado por Franco Verón), sumado a los cambios tácticos de Norberto Palmieri y Brian Orosco, en lugar de Matías Ledesma y Santiago Sala, el Gallo se presentaría en Alta Córdoba intentando ser prolijo desde el fondo y ganar el duelo en el mediocampo, para progresar desde las bandas, con otro buen partido de Alan Schönfeld por derecha, y la presentación de Orosco por la franja izquierda, para "agredir" con la peligrosidad de Zárate y la proyección de Cristian Broggi, ambos también de interesante partido.

Superada la primera media hora de juego y cuando poco y nada había sucedido frente a los arcos, más allá de la saludable intención del buen trato del balón, presente en ambos equipos, aunque sin profundidad, de un tiro libre desde el vértice diestro del ataque visitante, por una infracción en perjuicio de Schönfeld (muy golpeado en la tarde cordobesa), Tobías Zárate se haría cargo de su ejecución, previo beso a la pelota, para meter un zurdazo preciso y precioso junto al poste zurdo de César Carranza, para adelantar al Gallo uno a cero, con un auténtico GOLAZO del más chico de la "dinastía" Zárate.

Luego de la apertura del marcador, entre los '32 y el final de la primera etapa, se vería la mejor versión de Morón, con solidez en el fondo, en especial, a partir de un muy buen desempeño de Cristian Paz, el "aplomo" del "doble cinco", conformado por Cristian Lillo y Palmieri, el desequilibrio de Schönfeld y de Orosco, "picante" en el uno a uno, más el "empuje" de Broggi y Leonel Bontempo (autor de un par de "caños" para los ediciones televisivas de fin de año), tanto es así que el propio capitán del Gallo, a punto estuvo del  2 a 0, en una de las mejores acciones de "contra" de la tarde en Alta Córdoba.

Por desgracia, el complemento no depararía aquellas buenas sensaciones del cierre de los primeros '45, con un Morón que se iría replegando cada vez más contra su arco, con el pasar de los minutos, frente a un Instituto sin demasiadas "luces", pero con la necesidad y la persistencia como "banderas", además de todo un tiempo completo para "presionar" sobre los últimos metros visitantes.

Cuando poco había sucedido, más allá de intenciones, y al igual que sucediera con Morón en el primer tiempo, a los '23 del segundo, una gran reacción de Bruno Galván impediría el empate local, aunque un minuto después, del tiro de esquina consecuencia de la "salvada" de Galván, Leonardo Ferreyra, el lateral derecho de Instituto ganaría en el anticipo, para de cabeza, esta vez sí, dejar sin chances el esfuerzo del "1" visitante.

Y allí el partido cambiaría radicalmente de rumbo, porque "La Gloria", agrandada por el empate parcial, redoblaría la "apuesta" en búsqueda del triunfo, ante un Morón que jamás conseguiría "defenderse con la pelota", aunque generara un par de contragolpes, que bien pudieron torcer la "chapa" final del resultado.

Sin Cristian Paz en cancha, por un problema ocular, ante un "dedo en el ojo" de un rival, a falta de dos minutos para el cierre, como una rueda atrás, en el Oeste, Instituto hallaría "premio" en un centro desde la izquierda de su ofensiva, con "peinada" en primera instancia y casi una "asistencia" en forma de amague, en segundo término, para dejarla pasar y que la pelota le llegara "mansa", a un "solitario" Matías Godoy, por el segundo palo y definir con remate rasante y pegado a un palo, un partido que pudo ser triunfo, que debió ser empate y terminó en una nueva derrota de visitante.

Lo pudo igualar Mateo Levato, a quien habrían de anticiparlo de cabeza, cuando parecía que la "peinaba" en el descuento y el Gallo se podía llevar algo de Córdoba.

No fue así. Morón pagó caro su repliegue excesivo en el complemento y sumó una nueva frustración fuera de "casa", pese a mantenerse en puestos de clasificación al Reducido.

Ahora llega Barracas, el próximo domingo, en el Nuevo Francisco Urbano, nuevo líder zonal y con todo lo que implica enfrentar al "Guapo", dentro y fuera de la cancha.

Con pena (por la derrota, en ventaja) y sin "Gloria".


@elgallogustavo.



                       📸: Deportivo Morón.


domingo, 15 de agosto de 2021

Prueba de carácter, en otro "examen" aprobado

Y este Morón de Lucas Bovaglio, acostumbrado a "rendir examen" jornada tras jornada, este sábado al mediodía, rindió con éxito un "parcial" complicado: volvió a sumar de a tres, luego de la caída en Ezeiza, confirmó lo cómodo y fuerte que se siente en el Nuevo Francisco Urbano, y fundamentalmente, derrotó a un rival directo en la lucha por la clasificación al Reducido (por lo menos, en una primera instancia), en una auténtica "prueba de carácter", justificando la diferencia "once contra once" y sosteniéndola con uno menos, o tal vez dos, si contamos la inocultable y ya repetida tendencia de Sebastián Zunino, árbitro del encuentro, de favorecer a los rivales, cada vez que le ha tocado dirigir al Gallo.

En la previa, con la ausencia obligada y significativa de Gastón González, desgarrado, uno de los más destacados, sino el más significativo, en lo que va de la actual temporada de la Primera Nacional, Morón presentaba un segundo cambio, en este caso táctico, respecto del equipo que cayera con Tristán Suárez, a partir del reingreso a la titularidad de Cristian Paz, en lugar de Franco Verón.

Por el "Melli" González, el cuerpo técnico dispondría la inclusión, luego de un largo tiempo (lesión muscular incluida) de Matías Ledesma, de características asimilables, por su "buen pie" y su criterioso primer pase, en una "apuesta" tal vez arriesgada del cuerpo técnico, por la larga inactividad del talentoso joven mediocampista de inferiores, pero que a la sazón, justificara su decisión con creces: amparado en las grandes condiciones técnicas ya conocidas, y que lo transformaran desde su irrupción en primera, en uno de los mejores "prospectos" devenidos de la "cantera", Ledesma se convertiría en una de la figuras destacadas de un Morón, con buenos promedios individuales, en un podio que podría completarse con Cristian Broggi, en su mejor partido en bastante tiempo y Leonel Bontempo, otro de los más regulares y rendidores en las 21° fechas disputadas.

En los primeros minutos del cotejo frente a Gimnasia y Esgrima de Jujuy, en la previa de la jornada, quinto en la clasificación de la Zona "B", un punto por debajo del Gallo, el "Lobo" jujeño, con el regreso de Arnaldo "Cacho" Sialle y Lucas Pérez Godoy al Oeste, se asentaría mejor en el impecable campo de juego "Carlos Castellón", sin llevar peligro al arco defendido por Bruno Galván, pero cortando los "circuitos" de un Morón, por entonces aún inconexo en el mediocampo.

Superado el primer cuarto de hora de partido, Cristian Lillo se haría cargo de la "aduana" invisible del círculo central y a partir de su prodigalidad y sacrificio de siempre, no exento de calidad y mucho criterio táctico, Matías Ledesma comenzaría a "soltarse" y a abastecer las subidas de Cristian Broggi, y Leonel Bontempo por los laterales, con un buen partido de Luciano Guaycochea, más activo y comprometido con el juego colectivo, en la búsqueda permanente de Alan Schönfeld por derecha (nuevamente determinante y de gran rendimiento, y junto a González, en el "podio" de los más destacados, en el balance de lo que va de la temporada) y Santiago Sala por el sector opuesto, con Tobías Zárate como referencia ineludible en el área contraria.

Con el correr de los minutos, Morón se impondría en el juego y tal vez sin profundidad, pero sí juego asociado y paciencia, el equipo de Lucas Bovaglio iría construyendo los merecimientos para una diferencia, que hallaría a los '42 del primer tiempo, cuando de un centro con "ojos bien abiertos" de Alan Schönfeld (una asistencia más y van...), la pelota en el centro del área, resultaría capitalizada por Luciano Guaycochea, que anticipándose a volantes y centrales visitantes, la impulsaría de "primera", con un "latigazo" preciso de derecha, para vencer a Fernando Otarola y marcar, antes del cierre de la etapa de inicio, el merecido uno a cero local.

Ya en el complemento, Sialle podría en cancha a todas sus opciones ofensivas, algunas de las cuales se había reservado en el banco (de los suplentes), y pese al empuje y al dominio territorial, el "Lobo" jujeño sería incapaz de preocupar seriamente a la última línea del Gallo, por la buena actuación de los cuatro del fondo, sumados a la impecable respuesta de Bruno Galván, las veces que lo "llamaran" a intervenir.

Como contrapartida, en cada contra, Morón dejaba en evidencia que, cuando se lo propusiera y "afinara" la puntería, podría usufructuar las ventajas otorgadas por la defensa visitante, para ampliar la ventaja y empezar a definir el "pleito", hasta que Sebastián Zunino decidiera darle alguna "ventaja" al elenco visitante.

En ese contexto, con Morón manejando la tiempos del encuentro, sin sufrir en defensa y apostando a una contra, que en cualquier momento le permitiría sacar diferencia de dos goles, apenas superado el primer cuarto de hora del segundo tiempo, y en una jugada similar a muchas, sin mala intención manifiesta ni excesivo uso de la fuerza, Braian Molina, que apenas segundos antes había tenido el  segundo tanto, a la salida de un tiro libre, iría a disputar una pelota de cabeza con un rival, y en un gesto natural de los brazos para ganar en el salto, apenas impactaría en el rostro de su oponente: roja directa para Sebastián Zunino, ante la protesta airada de algunos y la incredulidad de otros, incluido del propio Molina, en una acción que sí podría haber sido sancionada con amarilla, pero jamás con expulsión, y que tan sólo intentaría equilibrar la "balanza", de un trámite que Morón tenía claramente controlado.

Y a partir de allí se plantearía otro partido, porque el local debería replegarse para sostener la ventaja y la visita, pese a sus limitaciones, intentar aprovechar al máximo los "permitidos" de un árbitro, que ante cada pelota "dividida", beneficiaría siempre a Gimnasia y Esgrima de Jujuy, comenzando a "inclinar la cancha" para el lado de Bruno Galván.

Aún así, Morón no renunciaría a su intención de ganar, algo que este equipo de Bovaglio lleva evidentemente en su "ADN", puesto que Cristian Broggi desde afuera, tendría la posibilidad del segundo gol, aunque con el paso de los minutos y el cansancio, el cuerpo técnico debiera resignar jugadores del "medio hacia arriba", para fortalecer su línea defensiva.

Sin jugadas claras frente al arco del Gallo, y con más empuje que ideas, el "Lobo" jujeño apostaría un "pleno" por la vía aérea, llenando el área de Morón de centros, en especial por su franja diestra, todos bien controlados por la última línea, y superada ella, por el propio Galván, "estandartes" de un equipo solidario a la hora del "aguante", como atento a cualquier chance de salir de contra y sorprender mal parado a su rival.

Algo que ocurría en el séptimo minuto de descuento, de los ocho agregados por Zunino, cuando Mateo Levato, ingresado minutos antes, armara un contragolpe para el aplauso, con autopase incluido, para encarar de "cara al arco" y a pesar de tratarse de un goleador, dar el pase al costado para la llegada franca de Lucas Abascia, que pese a ser defensor, definiría como delantero para marcar el 2 a 0, a los '52 del complemento y desatar el festejo de todo el banco del Gallo.

El pitazo final de Zunino terminaría con la incertidumbre del resultado y premiaría a Morón, con otros tres puntos bien ganados, ante un rival directo en la lucha por la clasificación, en una auténtica prueba de carácter, de un equipo que jornada tras jornada gana en madurez e invita a soñar de pleno derecho.

Ahora, a pensar en rendir con éxito otro "examen": sumar de visitante en "Alta Córdoba".


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sábado, 7 de agosto de 2021

"Se busca regularidad"

En un torneo de la Primera Nacional, caracterizado (para bien o para mal, de acuerdo al "paladar" personal) por la paridad y la irregularidad, el Gallo de Lucas Bovaglio no logra escapar a las "generales de la ley" futbolera de la temporada, en la categoría, mediatizado también en su andar, por la irregularidad en el juego y consecuentemente, en los resultados, transcurridas ya 20 fechas de las 34 de la etapa (justamente) "regular" de competencia.

En efecto, en esta suerte de certamen de "rachas", donde Morón casi ha ganado tanto, como lo que ha perdido, convirtiendo al empate (tal vez, la alternativa matemática más gráfica de la "paridad" ausente) en una "rareza" en la actual campaña, volvió a perder (tras dos victorias en serie), en la tarde de sábado, ante un Tristán Suárez que con muy poco y bastante de oportunismo, supo dejar los tres puntos en Ezeiza.

Con el mismo "once" de inicio, respecto del trabajoso triunfo de la jornada anterior, frente a Ferro en el Oeste, el Gallo comenzó mejor el partido, asumiendo el rol de protagonista, y dentro de la "chatura" de una trámite más propio de la "B" Metro, que de la Primera Nacional, en aquél primer tiempo lograría manejar los tiempos, el balón y el terreno de juego, sin pasar mayores sobresaltos en el arco defendido por Bruno Galván, y sin generar demasiado en los metros finales del rival, con un par de situaciones claras de gol, le alcanzaría para "aprobar" el "examen" de los primeros '45 y ser más que Tristán, en el balance de su desarrollo.

Así las cosas, en la jugada más peligrosa de la primera mitad, entre Rodrigo Lugo, arquero local y el travesaño, le negarían a la visita la apertura del marcador, de manera increíble, primero ante la definición de Tobías Zárate, rechazada por el propio golero, y de cuyo rebote lo tuviera en el área chica, por dos veces, Cristian Lillo, y en la culminación del "pinball" en el área de Suárez, el cabezazo de Santiago Sala pegara en el travesaño, en una acción en tres "actos" que, a la luz del resultado final, Morón lamentaría su falta de puntería y en contraposición, Tristán se beneficiaría con la fortuna repetida, de una jugada que debió sin dudas terminar en gol.

Ya en el complemento, en un trámite que iría in crescendo en intensidad, pero no de la "buena", de aquella que genera un partido atractivo de "ida y vuelta", sino de la otra, la que va lentamente "calentando" los ánimos de los protagonistas, merced a la mala actuación de un Ariel Gastón Suárez, árbitro del encuentro, cuya permisibilidad, en especial con los "roces" propuestos por el conjunto local, terminarían por "crispar" los nervios de unos y otros, "juego" en el que claramente se beneficiaría el "dueño de casa".

Para colmo, en la primera acción "seria" de gol, Tristán hallaría la primera ventaja, a los '15 del segundo tiempo, a partir de una pérdida del balón en terreno local, de Luciano Guaycochea, que generaría una réplica rápida del local, con el cabezazo del "inoxidable" Marcos Britez Ojeda, en mitad del campo, ganándole en el anticipo a Franco Verón, y la corrida en soledad por el flanco derecho del ataque local, a cargo de Ezequiel Mellillo, con tiempo y espacio para levantar la cabeza y divisar la llegada por el  medio del área, de Brian Miranda, también sin marcas, en un mal retroceso defensivo de Morón, que terminaría con el remate potente y alto del "10" de Suárez, lejos del alcance de Bruno Galván.

A partir de allí y como sucediera en varios partidos del actual campeonato, a Morón le costaría recuperarse de la sorpresiva desventaja y recuperar la "vertical", permitiendo que el local comenzara lentamente a justificar la diferencia, "enmarañando" a Morón en su juego de "roces" y pérdida de tiempo recurrente, ante lo cual la visita no pudo oponer algo mejor, que el adelantamiento en el terreno, aunque sin ideas ni mucho menos profundidad.

Y casi de "manual", como en varias de las otras siete derrotas anteriores, en el primer minuto de tiempo agregado, con una visita "jugada" en ataque, un corte defectuoso en el medio, derivaría en un pase en profundidad, por la izquierda de la ofensiva local, para que otro "Brian", en este caso Giménez, "cara a cara" con Galván y sin marcas, definiera bajo y rasante, contra el poste más lejano del arquero de Morón, con la "fortuna" que la pelota rebotaría en el palo y se metería por el sector opuesto del arco visitante, en otra acción de "pinball", nuevamente favorable a Tristán, para el definitivo 2 a 0.

Reza un viejo refrán, que "a la suerte hay que ayudarla". Y en el caso de Morón, esa "ayuda" se llama "regularidad".

A pensar en "Jujuy" (y no "apunarse").


@elgallogustavo. 



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domingo, 1 de agosto de 2021

Lo justificó en el juego, lo sostuvo en Bruno Galván

Debieron pasar casi 51 años, desde el martes 3 de noviembre de 1970, para que el Deportivo Morón volviera a vencer a una de sus mayores "bestias negras" futbolísticas, como lo fue siempre Ferro Carril Oeste, para sumar su segunda "alegría" en el historial entre ambos, y por supuesto, el primer "halago" histórico en el Nuevo Francisco Urbano, ya que el anterior y primer triunfo, había tenido lugar en el "viejo" Francisco Urbano, más de medio siglo mediante.

Por si fuera poco, esta victoria demorada, esperada y realmente histórica, sirvió para prolongar la racha positiva retomada hace exactamente una semana, en el mismo escenario, con el contundente 3 a 0 a All Boys, y con tres nuevos puntos, sumar 30 en el actual Torneo de la Primera Nacional, y "meterse de lleno" en zona de Reducido, accediendo a la tercera colocación dentro de la Zona "B", a cinco unidades del líder, Güemes de Santiago del Estero y a dos de su escolta, Barracas Central.

Con la figura excluyente de Bruno Galván, que cada vez que lo "llamaran" a intervenir, lo haría de manera formidable y decisiva, Morón ganó con justicia, su segundo partido en el historial frente a los de Caballito, aunque ello pareciera un contrasentido.

Y es que el equipo de Lucas Bovaglio mereció la victoria por la mínima, porque "pegó primero", antes de los '10 de iniciado el juego y manejó el partido en la mayor parte del tiempo, con buen y atildado trato del balón, aunque sin la profundidad de otras tardes, ya que más allá de la "palomita" goleadora de Alan Schönfeld, a los '9, tras el buen centro desde la izquierda de Leonel Bontempo (que, entre ambos y en el orden de mención, podrían completar el "podio" imaginario de los más destacados de un Morón parejo y compacto en todas sus líneas), el Gallo no generó otras situaciones de riesgo frente al arco visitante, pese a dominar a su rival por amplios pasajes, en especial, durante los primeros '45.

Y es precisamente allí donde se puede comprender la relación entre un Morón que justificó el triunfo y sin embargo, tuvo en su arquero a la gran figura del encuentro, ya que en las pocas que tuvo que intervenir (porque en líneas generales, Morón no "sufrió" el partido en defensa, más allá de los minutos finales, por la necesidad lógica de "Oeste" de ir a buscar el empate), el retornado Bruno Galván respondió de manera magistral, en particular, en tres jugadas puntuales, dos en la primera mitad y la restante en el complemento, cuando no quedaba demasiado en el reloj de Yamil Possi.

Es así que, promediando el primer tiempo, y cuando el cotejo era todo de Morón, ya en ventaja y con la sensación de poder ampliar el marcador cuando se lo propusiera, Brian Fernández, el "verdugo" de este mismo equipo en la primera rueda, en esta oportunidad, muy bien controlado por toda la defensa, pero en particular, por Braian Molina, el "10" de Ferro sacaría un "conejo de la galera", fiel a su jerarquía, y en la única en que podría "ganarle" a su marcador, ensayaría un remate desde lejos, que tenía destino de red, de no mediar la notable reacción de Galván, para retroceder y mandar la pelota sobre el travesaño.

Un rato más tarde, casi en el epílogo de la primera mitad, luego de un tiro de esquina desde la derecha de la ofensiva visitante, Germán Rivero la bajaría (con la mano), para dejársela "servida", a escasos metros y de frente al arco local, al ingresado Gonzalo Rodríguez, cuyo remate bajo y junto al poste izquierdo parecía encaminarse al empate (injusto) de "Oeste", pero Bruno Galván a puro "reflejo" y repentización, con la "punta" de su botín zurdo, la desviaría a un nuevo córner, en una acción (y reacción) francamente impresionante.

Ya sobre el cierre del partido, cuando Morón controlaba a su rival, pero había cedido la tenencia del balón, más por la presión desordenada de su rival, que por decisión táctica, de un remate defectuoso de otro ingresado, Franco Toloza, el rebote afortunado le quedaría dentro del área, nuevamente a Brian Fernández, "suerte" que se le terminaría a la visita, en las seguras manos de Galván, autor de otra atajada determinante, para rechazar al tiro de esquina, otro envío que parecía tener destino de red.

En el medio, hubo un partido en cuyo desarrollo, Morón se impuso en la mayor parte del mismo, con una muy buena primera mitad, regresando a aquél juego asociado y de buen trato del balón, evidenciado en varios partidos del actual campeonato, no siempre con los mejores resultados finales, debido a la falta de contundencia que esta vez, en la tarde del Nuevo Francisco Urbano, supo conseguir en su primera llegada a fondo, con el centro zurdo de Leonel Bontempo y la "palomita" goleadora de Alan Schönfeld, a los '9 de iniciado el pleito.

Superior en varios pasajes del encuentro, con mucho más fútbol que una visita que demostrara voluntad, pero nada de ideas, el Morón de Lucas Bovaglio justificó el triunfo en el "balance" de los '90, pese a no generar situaciones de riesgo ante Marcelo Miño, arquero del "Verde", más allá del gol, y de "someter" a su rival por "prepotencia" de buen fútbol, a excepción de los minutos finales del complemento y el adicional de siete minutos concedido por Yamil Possi, consecuencia de la agresión de Brian Fernández contra Braian Molina, no vista por el árbitro del encuentro, que sacó del partido al central local lesionado y debió ser roja directa para el enganche de la visita, en un partido "caliente", que por varios pasajes transitara por la "cornisa" del "desborde".

Ganó Morón, y pudo sumar su segundo triunfo ante Ferro, tras casi 51 años de espera, en un partido histórico, que además lo consolidó en puestos de Reducido, "soñando" fecha a fecha con cosas importantes.

Lo mereció, porque fue mejor que su rival. Y cuando no lo fue, o su oponente lo complicó, en contadas pero peligrosas ocasiones, allí emergió la figura del encuentro, Bruno Galván, para asegurar que los tres puntos se quedaran en "casa".

Lo justificó en el juego y lo sostuvo en Bruno Galván.


@elgallogustavo.



                          📸: Deportivo Morón.