lunes, 29 de octubre de 2018

"Estreno" con empate

En el "estreno" de la dupla técnica conformada por Alejandro Julián Méndez (en su segundo ciclo, en el banco del Gallo, luego de ocho años) y Walter Reinaldo Pico, el Deportivo Morón se mostró de mayor a menor, en los '90 frente a Defensores de Belgrano, y tras irse al descanso con una ventaja merecida por la mínima, y hasta exigua en los números, dadas las ocasiones que generara en el arco rival, en el complemento se replegaría demasiado y permitiría que la visita, primero controlara el desarrollo del juego, para más tarde justificar la igualdad en el marcador, y en los minutos finales, de no ser nuevamente por la figura emergente de Bruno Galván, hasta podría haberse quedado con los tres puntos, en un partido que, en líneas generales, coincidiera en el uno a uno definitivo, en base a los merecimientos de uno y otro, cada cual en su "etapa" de predominio y desequilibrio.

Con la vuelta de Nicolás Martínez sobre el lateral zurdo de la defensa, en lugar de un Juan Celaya que terminaría afuera de los primeros "18" de Méndez-Pico, y el ingreso desde el inicio de Matías Pardo, por la ausencia obligada de Gastón González, con un traumatismo de tórax, como "saldo" indeseado de la visita del Gallo en Sarandí, desde lo nominal, el Morón de la nueva dupla técnica no ofrecería, como se aprecia, demasiadas diferencias con el último "once" en cancha de Walter Otta, en la previa de su renuncia post Arsenal, aunque sí las evidenciaría desde el planteo táctico con un dibujo que habría de oscilar, entre el 4-4-3 y el 4-2-3-1, pero más allá de lo "numérico", mostraría a un Deportivo Morón mucho más ambicioso y vertical en la búsqueda del arco contrario, con mayor vocación ofensiva, desde lo conceptual, como así también en la cantidad de protagonistas involucrados en ataque, a partir de la utilización integral de las bandas, con laterales que habrían de incursionar permanentemente en terreno contrario, hasta finalizar la jugada en el área rival, y volantes externos rápidos y participativos, iniciando las "excursiones" ofensivas desde más adelante y con mayor grado de compañía, además de cumplir menos obligaciones de cobertura defensiva.

En el medio, con Matías Nizzo y Cristian Lillo, como ejes de la contención, el primero con un recorrido más vertical (hacia adelante y atrás, según quién ostentaba la posesión de la pelota) y el segundo con mayor trayecto hacia los costados, cubriendo las subidas de volantes y laterales, otra de las diferencias más marcadas, en lo táctico, resultaría la posición de Nicolás Ramírez, "flotando" mucho más suelto por delante de los mencionados y sin necesidad de "hacer la banda" como rol principal, quien habría nuevamente de transformarse, en apenas un par de minutos e intervenciones, en el jugador más determinante de aquél primer tiempo, donde volvería a erigirse en figura y a "enloquecer" a los volantes y defensores rivales, con su gambeta indescifrable en velocidad y su panorama para levantar la cabeza y ver al compañero libre o mejor ubicado.

Así las cosas, "Nico" Ramírez, con la "diez" en la espalda, comenzaría a gestar desequilibrio, asistido, unos metros más adelante y sobre la derecha, por Matías Pardo, otro de buen retorno, en especial en esa primera etapa, del mismo modo que Junior Mendieta habría de mostrarse como descarga por el andarivel zurdo, "triangulando" a uno o dos toques, como máximo, en ese "circuito" de virtuosos con Ramírez y Pardo, para la llegada siempre franca y alternada de Junior o "Pichin", en el área rival, donde habría de aguardarlos un Facundo Pumpido, sin necesidad de retroceder tantos metros para tomar contacto con la pelota.

En los primeros '30 de la etapa de inicio, el Gallo mostraría lo mejor de su repertorio, con un buen juego de conjunto en el medio y mucha profundidad en el área de Defensores, creando no menos de cinco o seis situaciones manifiestas de gol, en los pies de Pardo, Ramírez, Pumpido y Mendieta en dos ocasiones, hasta el gol de "Pichin", sobre los '36 del primer tiempo, a partir de una pelota recuperada por Junior, extendida luego a Ramírez (lo dicho, con rapidez y precisión, a un toque), para que el jugador más destacado del partido, el nuevo "diez" del Gallito, desbordara, levantara la cabeza y observara la llegada solitaria de Pardo, por el centro del área, que con un "puntazo" justo superaría al arquero, para marcar la merecida diferencia parcial en favor del equipo de Mendez-Pico.

Como contrapartida, los errores defensivos ya conocidos y repetidos, en especial en la zaga, y dentro de la misma, en particular de un Sebastián Martínez que no logra "remontar la cuesta" de sus flojos rendimientos en el presente torneo, le generarían a Bruno Galván un par de "sustos", en ambos, cuando la velocidad de Ezequiel Aguirre le ganara a la falta de "timming" del uruguayo, para dejarlo mano a mano con el "uno" del Gallo, resolviendo con escasa puntería, para fortuna transitoria de Morón.

En el complemento, las urgencias de la visita, en la búsqueda del empate, lo llevarían a adelantarse unos metros en el campo, aunque fundamentalmente, resultaría el propio Deportivo Morón, quien le permitiría primero controlar el juego, y más tarde justificar el empate, a partir de un repliegue sostenido y permisivo, que convertiría al Gallito del segundo tiempo, en una auténtica "sombra" del que ilusionara en los primeros '45 (quizá producto de la "asfixiante" presión alta que ejerciera en la primera etapa, que le pasara "factura" física en los segundos '45) .

Con los ingresos de Diego Dorregaray y Gustavo "Tortuga" Fernández, Fabián Nardozza se la jugaría a "igualar o morir", en presencia de estatismo local y la preeminencia en el juego de sus dirigidos, hasta que sobre los '23 de la etapa final, una de las tantas aproximaciones de Defensores, terminara con un centro desde la izquierda de la defensa del Gallo, con destino al "corazón" del área, donde Gustavo Fernández, entre Sebastián Martínez y Maximiliano Paredes (de buen partido en terreno ajeno, pero otorgando ciertas ventajas en el retroceso defensivo), se elevara más que todos, con la comodidad suficiente para el elegir el palo zurdo, bien lejos del alcance de Bruno Galván.

Con el partido igualado, acorde a un segundo tiempo en el que el "Dragón" justificaría el resultado, ante el "quedo" pronunciado de Morón, la dupla Méndez- Pico buscarían retomar las "riendas" del desarrollo, con los ingresos de Damián Akerman y Gerardo Martínez (por Facundo Pumpido y Matías Pardo) y más tarde, de Nisim Vergara por el mejor de la tarde, un agotado Nicolás Ramírez, pero más allá de alguna aproximación aérea y en especial, un tiro libre de Gerardo, no contaría con la chances netas, ni mucho menos con la claridad en el juego del primer tiempo, para hallar un nuevo y definitivo desnivel.

Por el contrario, en aquellos minutos finales del encuentro, quien contaría con las opciones más claras de desequilibrio, resultaría la visita, emergiendo una vez más, como desde su debut en el arco del Gallo, en el cierre del primer tiempo con Agropecuario, la figura de un "enorme" Bruno Galván, para "ahogar" el grito de gol en un par de ocasiones, en especial, una cabezazo a "boca de jarro" de Luciano Goux, luego de un tiro de esquina desde la izquierda, "atajadón" que habría de repetir apenas segundos después, ante el rebote de la propia jugada.

El pitazo de Yamil Possi, de buen arbitraje, marcaría un final con empate 1 a 1, que se ajustaría a un desarrollo con dos tiempos bien marcados y distintos, uno con notorio predominio del Gallo y otro, con el "quedo" local y el aprovechamiento integral del "Dragón" (tanto es así, que "Nico" Ramírez resultaría el más destacado del primer tiempo, y el propio Bruno Galván, la figura decisiva de Morón en el complemento).

Con buenas sensaciones colectivas y sanas intenciones conceptuales, este Deportivo Morón de Alejandro Méndez y Walter Pico, deberá consolidar lo bueno de los '45 iniciales, procurando extenderlo o por lo menos sostenerlo, en el resto del tiempo, además de "atacar" el problema reiterado y a la fecha insoluble, de una defensa que ofrece ventajas en cada partido, que a la postre se "pagan" caro en el resultado.

Y a pensar en Gimnasia y Esgrima, en Jujuy, el próximo domingo desde las 17, en un compromiso tan complicado como importante, para ponerse a prueba con un rival exigente, pero también ante las propias dudas y errores recurrentes, de un Morón que necesita ganar solidez y convicción en sus nuevas ideas, para consolidarse como equipo y cerrar los partidos, por lo menos aquellos que "despuntan" favorables.



@elgallogustavo.



domingo, 28 de octubre de 2018

"Técnico que debuta..."

Luego de tres semanas complicadas para el Deportivo Morón, primero con el conflicto y posterior rescisión de contrato de Román Martínez, más tarde, al término del encuentro con derrota ante Arsenal en Sarandí, la renuncia de Walter Nicolás Otta, que se oficializaría horas más tarde, en conferencia de prensa de despedida, y la posterior designación de un histórico del club, como Alejandro Julián Méndez, a cargo de la dirección técnica del primer equipo, en su segundo ciclo (el primero fue en 2010), en compañía de Walter Reinaldo Pico, el Gallo buscará trasladar la tranquilidad ganada recién en los últimos días, al campo del juego del Nuevo Francisco Urbano, para volver a sumar de a tres, por segunda vez en el campeonato, este lunes a partir de las 15:30, ante Defensores de Belgrano, con el arbitraje de Yamil Possi (secundado por Gastón Rallo y José Del Fueyo, como asistentes uno y dos, respectivamente, más Mauro Biasutto de Vicenzo, en rol de cuarto árbitro), sin televisación de aire, en cotejo correspondiente a la octava fecha del Torneo de la Primera "B" Nacional, temporada 2018/2019.

Sin suspendidos y con Gastón González fuera de los convocados, como consecuencia del golpe en el tórax sufrido en el "Viaducto" (más allá de los convalecientes de larga data, ambos uruguayos, Mauricio Alonso y Diego Cháves, en diferentes fases de sus rehabilitaciones, el segundo mucho más cerca que el primero de la vuelta), y con las ausencias contractuales del referido Román Martínez y del ecuatoriano Abel Casquete, por estas horas resulta una incógnita el primer once que dispondrá la dupla del "Cabezón" Méndez y Walter Pico, quienes apenas contaran con cinco prácticas para presentarse y auscultar de cerca al plantel, más allá del conocimiento previo que ambos tenían del mismo.

En este marco, a priori, no parece que el socio e hincha del Gallito se encuentre con demasiados cambios nominales (subrayada la ausencia obligada de Gastón González), respecto del último partido con Otta en el banco, y nos referimos a los contados fanáticos que logren asistir al compromiso con el "Dragón", en otro día y horario imposible para cualquier trabajador normal, propio de las arbitrarias, autoritarias y ridículas imposiciones de un APreViDe, que lejos de procurar la seguridad de los asistentes a los espectáculos deportivos, en el ámbito de la provincia de Buenos Aires, a partir de las decisiones insólitas y las actitudes provocativas de su titular, Juan Manuel Lugones, en el caso del Deportivo Morón y de algunas otros clubes de nuestro Ascenso, parece dispuesto a crispar los ánimos de los espectadores comunes y en definitiva, a afectar gravemente la economía y la estabilidad institucional de un Morón, virtualmente perseguido y acosado por el organismo que debería velar por su integridad y que, en los hechos, procura y genera, semana tras semana, exactamente lo contrario.

De regreso al fútbol, sí resultará posible que varíe el dibujo táctico del equipo, a partir de una actitud más ofensiva en todas sus líneas, con laterales que llegarán al área contraria, buscando el desequilibrio por las bandas, al igual que a través de los volantes externos, para terminar en un ataque propio con dos delanteros netos, bien cerca del arco rival.

Así las cosas, este lunes desde las 15:30, será el momento del estreno oficial de Alejandro Julián Méndez y Walter Reinaldo Pico, en un Deportivo Morón que precisa con urgencia de un triunfo que lo revitalice, tanto dentro como fuera de la cancha.

Porque, como "reza" una "máxima" histórica futbolera..., "técnico que debuta...".

Ojalá así sea, y resulte sólo el comienzo de un futuro mejor.



@elgallogustavo.



miércoles, 24 de octubre de 2018

Comenzó la era Méndez - Pico

En la tarde del miércoles y luego de la formalidad necesaria de la firma del contrato, pasadas las 15:30, en las canchas de fútbol sintético del Nuevo Francisco Urbano, se produjo la presentación de la nueva dupla técnica del Gallo, conformada por Alejandro Julián Méndez y Walter Reinaldo Pico, quienes se hicieran cargo del plantel profesional por el término de un año, tras la partida de Walter Nicolás Otta, quien renunciara al cabo del encuentro con derrota frente a Arsenal, en Sarandí, del último viernes.

Ambos entrenadores, estarán acompañados por Cristian Cetrángolo en la preparación física y Joaquín Iturrería como instructor alterno, además de Marcelo Matías Villasanti como nuevo entrenador de arqueros.



@elgallogustavo.



martes, 23 de octubre de 2018

"Hola, 'Cabezón'..., bienvenido a 'casa' (una vez más)"

Tras el imprevisto adiós de Walter Otta, al término del encuentro con derrota en Sarandí, y al cabo de casi tres años al frente del primer equipo del Deportivo Morón, con un campeonato de la Primera "B" Metropolitana, sellado el imborrable 6 de junio de 2017 en el Nuevo Francisco Urbano y una semifinal de "Copa Argentina" en noviembre del mismo año, además de la permanencia en la Primera "B" Nacional, en un torneo "descarnado" que determinaba seis descensos, en el regreso a la categoría, 17 años más tarde, la dirigencia del Gallo debió salir en la búsqueda de un reemplazante para el banco de los suplentes, hallándolo bien cerca de "casa" y en alguien surgido del "riñón" mismo del club, con historia de la grande y mucho sentimiento de por medio: se trata de Alejandro Julián Méndez, más conocido en el "Mundo Morón" por el apodo que lo acompañara durante toda su carrera futbolística, hasta hoy, sencilla y amigablemente como el "Cabezón".

Surgido de la "cantera" del club, previo paso por el "Trébol" de Haedo, auténtica "cuna" futbolera de varios valores que luego se consagrarían en la élite de nuestro medio, Alejandro Méndez se inscribiría dentro de los protagonistas fundamentales de aquella maravillosa "gesta", concretada el sábado 14 de abril de 1990 (en Semana Santa, para más datos), con el triunfo 2 a 0 sobre Defensores de Belgrano (por paradojas de la vida, el primer rival al que deberá enfrentar en el debut, en su segundo ciclo como técnico de la primera), en un Francisco Urbano entrañable y abarrotado, que consagrara aquél brillante campeonato del '89/90, con el "Gato" Salvador Daniele en el banco y un plantel difícil de emular, tanto que demoraríamos 17 años en hallar otro de similares virtudes, bajo la conducción de Walter Otta, en 2016/2017.

Con pasos futbolísticos posteriores en Estudiantes de La Plata, donde viviera otra ascenso, en este caso a Primera y hasta se diera el "lujo" personal de enmudecer al mismísimo "Maracaná", marcándole un gol a Flamengo por Supercopa, el "Cabezón" Alejandro Méndez, nacido en Capital Federal (hoy Ciudad Autónoma de Buenos Aires), un 3 de mayo de 1969, más tarde registraría pasos por Chacarita, Almagro, Estudiantes de Buenos Aires y hasta el Quindío del fútbol colombiano (en una época complicada de atentados y "toques de queda", en la "guerra" renovada e histórica contra las guerrillas y las carteles del narcotráfico), abandonaría tempranamente su carrera futbolística, tal vez por cansancio del complicado medio profesional y también para encarar otros proyectos de vida, siempre relacionados con lo social, para alguien de permanente compromiso ciudadano.

Cuarto goleador histórico del club que lo viera crecer, luego extendería su vínculo con el fútbol, dentro de la preparación física (otra de sus pasiones), en clubes como Atlanta, Sarmiento y El Porvenir, entre el 2005 y el 2007, para más tarde asumir el nuevo rol de director técnico adjunto o ayudante de campo, en Acassuso (en 2008) y recalar final y nuevamente en el Deportivo Morón (porque, para Alejandro Julián Méndez, más tarde o más temprano, todos los "caminos" conducen el Gallo) como técnico del primer equipo, entre julio y noviembre de 1010, en la temporada 2010/2011 de la Primera "B" Metropolitana. Una vez alejado de la dirección táctica de Morón, el "Cabezón" proseguiría su carrera de entrenador en Almagro, de diciembre de 2010 a julio de 2011, en la campaña siguiente.

Un par de años más tarde, en 2013, su vocación docente lo haría idear y "abrazar" un proyecto tan ambicioso como innovador para el Deportivo Morón, a partir de la puesta en marcha de un plan integral deportivo, destinado a las divisiones inferiores del Gallo, iniciativa que se extendería hasta enero de 2017, dejando tras su paso una visión moderna e interdisciplinaria del trabajo en nuestro "semillero", cosechando logros y títulos en diferentes categorías, además de la promoción de valores entonces juveniles como Matías "Pichin" Pardo y Cristian Broggi, por citar sólo dos ejemplos recientes y destacados. 

Pese a renunciar a su cargo, Alejandro Méndez jamás cerraría las puertas de una vuelta a la institución, cuando la misma requiera de sus servicios, algo sólo posible en el don de gente y la persona de bien, que acompaña y complementa al excelente profesional, algo que ha de compartir con el propio Walter Otta, su inolvidable antecesor en el cargo.

En esta ocasión, el "Cabezón" vendrá acompañado de Walter Reinaldo Pico, aquél recordado volante que surgiera en Boca Juniors, en los '90, y más tarde pasara por Vélez Sarsfield, el fútbol ecuatoriano y el español, nacido también en 1969 (al igual que Méndez), pero un 18 de marzo en Haedo, compartiendo asimismo la "cantera" de baby del Trébol, de Fasola al 700.

Con el "profe", Cristian Centrángolo, reconocido y respetado preparador de la inferiores del Gallo, acompañándolo en la puesta a punto del plantel profesional (junto a Joaquín Iturrería, instructor físico alterno, de importante trayectoria en nuestro "semillero"), Alejandro Julián Méndez, nuevo director técnico del Deportivo Morón, deberá completar su cuerpo de asistentes con un entrenador de arqueros, que develará este miércoles por la tarde, en su primera práctica, y como quedara dicho párrafos mediante, el venidero lunes 29 del actual, a las 15:30 (de acuerdo a la programación siempre cambiante de AFA), deba afrontar su primer compromiso oficial con el "buzo" de DT, en su segundo ciclo como tal, cuando reciba en el Nuevo Francisco Urbano a Defensores de Belgrano, precisamente un "Dragón" al que mandara a la "C", junto a sus compañeros de entonces (uno de ellos, Fabián Nardozza, entrenador del equipo del "Bajo") y que en aquella imborrable jornada de sol del 14 de abril de 1990, se consagrara campeón como jugador, en uno de esos maravillosos "guiños" cíclicos que tiene la vida, en esta historia de amor correspondido entre el "Cabezón" y Morón.

Que sea con toda la fortuna del mundo, porque trabajo serio y a conciencia habrá de sobra, y bienvenido a tu "casa", una vez más, Alejandro Julián Méndez.

Y gracias por estar siempre, cada vez que el club haya necesitado, desde el lugar y el rol que fuese. 

Porque si eso no es amor..., entonces que me lo expliquen.



@elgallogustavo.



lunes, 22 de octubre de 2018

Hasta siempre, Walter Otta

Al término del encuentro en Sarandí, y consumada la injusta derrota ante Arsenal, sólo una horas después, lo que al principio había surgido como un "rumor" (de la "usina" inagotable que genera el club), iría tomando forma de "información", hasta convertirse en una realidad que sorprendiera y dejara atónito a todo el "Mundo Morón": Walter Nicolás Otta, el técnico más exitoso de los últimos 27 años, campeón junto a un gran plantel, del Torneo 2016/2017 de la "B" Metro (restituyéndonos a la "B" Nacional, tras 17 interminables años de ausencia no deseada y padecida), clasificándonos a una histórica semifinal de "Copa Argentina" en 2017, con imágenes imborrables de momentos vividos en Banfield, Lanús, Córdoba y en especial en Mendoza, eliminado nada menos que a cuatro equipos de la Superliga (entre ellos, San Lorenzo) y que, en definitiva y en apretado e injusto resumen, para no aburrir tanto con esta introducción, fundamentalmente nos devolviera, acompañado siempre de sus colaboradores y amigos, la sonrisa extraviada entre tantos fracasos futbolísticos y decepciones repetidas, para un Deportivo Morón que, hasta su arribo a finales de 2015 (y tras perder "feo", en varios sentidos, la final de Reducido de aquella temporada, frente a Almagro), anduviera a los "tumbos" futboleros, ya casi sin remedio, y que con su capacidad profesional y de trabajo, su seriedad, su humildad y don de gente, tuviera la sapiencia de recuperar para todos nosotros la dignidad perdida, por lo menos, dentro de la cancha, al tiempo de ganar el afecto de tanta gente, a muchas de las cuales, sin dudas, les regalara la mayor emoción deportiva de sus vidas. Y todo ello resulta impagable, además de inolvidable.

Por eso, este lunes por la mañana, en la sala de conferencias "Claudio Díaz" de club, que tantas veces lo viera con una sonrisa y una palabra de aliento, aún en la derrota, Walter Otta habría de dar sus últimas reflexiones, ya como ex director técnico del Deportivo Morón, explicando los motivos de su decisión, que si bien para muchos podrá resultar incomprensible y hasta apresurada, entendemos que la misma no resulta producto de ninguna "calentura" circunstancial, sino de una resolución meditada en los últimos tiempos, tanto es así que podría haberse dado un par de partidos antes, de no habérsele ganado a Agropecuario, en el Oeste (según nos confiara al término del mismo encuentro, con un gesto adusto, raro en él, y mucho más ante el agónico y necesario triunfo y desahogo), y que, sólo un par de semanas más tarde, se concretaría ante la siguiente derrota, el último viernes por la tarde, en el "Viaducto" de Sarandí, y ante el conjunto de su amigo, Sergio Rondina.

"Sentimos que es el momento de dar el paso al costado (prologó Walter Otta, acompañado de Félix Benito, Luis Martínez; Sergio Robina y Carlos Adducci, así como de Alberto Meyer). La suerte nos está siendo esquiva, de siete partidos hemos ganado uno sólo y queremos dejar la posibilidad a otro cuerpo técnico de revertir esta situación a tiempo".

"Duele irnos del club, le hemos tomado mucho cariño a Morón y a toda su gente, nos vamos tristes pero tranquilos, creyendo que es lo mejor para la institución, y era momento de dar un paso al costado, porque somos responsables del momento actual".

"Nos vamos tranquilos y no porque tengamos otra posibilidad laboral, eso es mentira. No tenemos nada y esperemos poder volver a trabajar lo más pronto posible, porque somos trabajadores y vivimos de esto".

"Si jugamos como con Arsenal y no pudimos ganar, creemos que es una señal que la mano 'viene torcida' y que es momento de admitir que quizá con otro cuerpo técnico, la suerte pueda cambiar y los resultados comenzar a aparecer, porque como todos sabemos, los que mandan en el fútbol son los resultados. Y así como muchas veces hemos ganando sin merecerlo, hoy sentimos que ni jugando el mejor partido, somos capaces de revertir esta situación".

"Creemos que está la posibilidad abierta de volver a este club que tanto nos dio y ojalá en el futuro nos volvamos a ver, porque realmente le hemos tomado mucho cariño a Morón. Hemos estado tres años, es muy desgastante, pasamos mucho tiempo y muchas cosas, pero lo más importante es el bienestar del club y estamos tranquilos de haber tomado la mejor decisión para Morón".

"Es muy difícil irse de Morón y nosotros que ya nos sentimos afuera, se nos hace muy extraño pensar en dirigir a otro club. Estamos muy agradecidos a todos, a la gente, fundamentalmente, que siempre nos hicieron sentir tanto afecto y respaldo, a los jugadores que nos permitieron vivir los momentos más importantes de nuestras carreras, a los utileros, a los médicos, a cada uno de los empleados del club, a los dirigentes que confiaron en nosotros y renovaron ese "crédito", aún en momentos no tan buenos, a Alberto Meyer con quien establecimos un vínculo muy estrecho y hoy sentimos un cariño mutuo y muy importante, a quienes nos trajeron en su momento, esos "locos" que nos fueron a buscar hasta Mar del Plata para convencernos del proyecto de dirigir a Morón, a los medios partidarios que siempre se manejaron con tanto respeto con nosotros, incluso al momento de la crítica lógica... En fin, agradecidos eternamente con todos y cada uno, por tantos e imborrables momentos profesionales y personales".

"Es que vivimos los momentos más lindos de nuestras vidas y nuestras carreras. Morón nos dio mucho y va a quedar marcado en nuestras vidas y en nuestras familias. Nunca pensamos llegar y quedarnos tres tanto tiempo, en una institución por la que pasara tanta gente y tantos cuerpos técnicos con capacidad y trabajo, sin la posibilidad de ganar todo lo que tuvimos la suerte de ganar nosotros y ante eso estaremos eternamente agradecidos y nos sentimos eternamente afortunados".

"Por eso, queremos agradecerle a la gente del Deportivo Morón, por todo lo que nos han hecho vivir en este tiempo. Abrazo a todos y hasta cualquier momento", cerró su exposición Walter Otta, con lágrimas en sus ojos y la voz entrecortada por una emoción ya incontrolable.

Como en esos "idilios", en que ambas partes se toman un "tiempo", para renovar el vínculo, con la tranquilidad que aporta la mayor distancia, seguramente el "romance" que unió y unirá por siempre a Walter Nicolás Otta y sus colaboradores, con el Deportivo Morón y su gente, será sin dudas tan perecedero como cada logro futbolístico obtenido y cada inolvidable momento personal vivido, en casi tres años de "relación", de un "sentimiento" único y jamás visto, desde el eterno Salvador "Gato" Daniele a esta parte.

Por todo ello, y a pesar de la tristeza y el desconcierto del momento (resultará extraño y difícil, para todos, desde el ámbito de acción de cada uno, hablar de un técnico de Morón que no sea Walter Otta, y ver sentado en el banco de los suplentes, a un entrenador del Gallo que no sea el propio Walter Nicolás Otta), será tiempo de "bancar" al próximo cuerpo técnico, máxime si se trata de un exponente genuino de nuestra "cantera" y del "riñón" mismo de nuestro sentimiento, con historia de la grande en el Gallo, para entre todos, ayudar a salir de esta incómoda e insospechada situación en la que se halla el equipo en la tabla, a sabiendas que esta despedida de Otta, no es un adiós definitivo, sino más bien un hasta siempre, como en los "amores" genuinos, sinceros y duraderos.

Hasta la vuelta, Walter Nicolás Otta, te estaremos aguardando con los brazos abiertos. Sin dudas, Deportivo Morón es tu "casa", como vos parte de su "vida", su historia y su sentimiento. Que es, en definitiva, la todos y cada uno de nosotros, sus socios e hinchas.



@elgallogustavo.



sábado, 20 de octubre de 2018

Renunció Walter Otta

Al término de la derrota en Sarandí, el técnico campeón del Gallo, Walter Nicolás Otta, presentó la renuncia a su cargo.
En las próximas horas, la Comisión Directiva deberá cumplir con la formalidad de aceptarla y el lunes se realizará una conferencia de prensa de despedida.
Desde este espacio, no tenemos más que palabras de agradecimiento y reconocimiento eternos, para el cuerpo técnico que nos devolviera la alegría, tras 27 años de sucesivas frustraciones.



@elgallogustavo.



viernes, 19 de octubre de 2018

No aprovechó su "tiempo" y lo pagó caro

En la tarde del viernes, en el "Julio Humberto Grondona" de Sarandí, el Arsenal pragmático y efectivo de Sergio Rondina, aprovechó "su" tiempo, el complemento, e hilvanó su cuarto triunfo consecutivo en el campeonato, al derrotar con lo justo, a un Deportivo Morón que mereció, al menos, llevarse un punto del "Viaducto", merced al tanto convertido de Sebastián Lomónaco, a los '36 del segundo tiempo.

En el caso del Gallo, el equipo de Walter Otta pagó demasiado caro su falta de puntería frente al arco de Maximiliano Gagliardo, puesto que en el primer tiempo habría de superar claramente en el juego al local, generándole varias chances netas para abrir el marcador, algunas mal definidas por los hombres de la visita, en otras bien resultas por el referido Gagliardo (como el mano a mano que le arrebata a Nicolás Ramírez, por lejos el mejor de Morón, a los '5 del segundo), o con ayuda de la "fortuna" (como en el cabezazo del defensor local, que pegara en el palo, tras el rebote de una gran tapada del arquero ante Pumpido) y también, en la errónea decisión de Héctor Paletta, árbitro del encuentro, ante el legítimo gol anulado a Sebastián Martínez, a los '32 de la etapa inicial, ante una supuesta "carga" contra Gagliardo, que en realidad no resultaría otra cosa que un "choque" circunstancial con un compañero.

En el balance de los '90, un Deportivo Morón que se mostraría muy recuperado en el juego, respecto de partidos anteriores, redondeando quizá el mejor primer tiempo desde el debut en Santiago del Estero, y que hubiese merecido largamente retirarse al entretiempo con una victoria parcial, en el complemento, mitad por cansancio propio (en especial de su eje de fútbol y desequilibrio, "Nico" Ramírez), y mitad por la "ganancia" que los cambios le "redituaran" a Rondina, el equipo de Walter Otta habría de quedarse con "las manos vacías", en el global de un desarrollo que lo tuvo como protagonista durante no menos de '60 y que sin embargo, y como quedara dicho, su falta de puntería y su "mala estrella" de los últimos tiempos (dentro y fuera de la cancha), lo privaran injustamente, por lo menos, de un resultado positivo.

Entre los puntos altos de un Morón que exhibiría nuevamente a Bruno Galván en el arco, con un par de buenas intervenciones en ambos tiempos, y sin responsabilidad en el gol del triunfo local, ante la buena definición de Sebastián Lomónaco, se destacan el gran partido de Nicolás Ramírez, mientras le durara el "oxígeno", las muy buenas producciones de Junior Mendieta y Facundo Pumpido, cada vez con mejor entendimiento dentro de la cancha, y con la dosis de sacrificio que el sistema táctico requiere de ambos, además de un buen partido de Matias Nizzo en el medio, bien complementado por Cristian Lillo y Gastón González (reemplazante de Gerardo Martínez, respecto del once de inicio en Campana, en un rol "mixto" de recuperación, pero también de generación de juego y primer pase ofensivo), y el auspicioso ingreso de Nisim Vergara en el segundo tiempo, criterioso y "atrevido", reemplazante del mencionado González, quien saldría golpeado y muy dolorido en el tórax.

Por el contrario, en el "debe" del equipo, el mayor déficit volvería a mostrarse en la defensa, en especial del centro a la derecha de la última línea, con un Sebastián Martínez de muy flojo partido, como aquellos primeros partidos del actual torneo, otorgando ventajas en la marca, sin timming para al anticipo defensivo (uno de sus "fuertes" en el campeonato pasado), tanto es así que en el primer tiempo, a punto estuviera de repetir la "experiencia" de "Copa Argentina", ante un mal cálculo en el rechazo, que Bruno Galván debiera salir a "extinguir el incendio", atorando y ganándole en el mano a mano al delantero local. 

Luego, en el complemento, entre el propio defensor "oriental" y Maximiliano Paredes, otro de regular rendimiento, desde hace un par de fechas, facilitarían el ingreso franco y solo de Juan Manuel García, por el segundo palo, y que la mala definición del goleador del campeonato impediría, providencialmente, que Arsenal no se pusiera en ventaja unos minutos antes. Asimismo, en el gol de la victoria local, y pese al error en la pérdida del balón en mitad de cancha, el defensor uruguayo, muy lejos del nivel superlativo demostrado en el torneo pasado, perdería por velocidad y ubicación ante Sebastián Lomónico, pese a forcejear con el delantero y perder en el intento, durante algunos metros, "soltándolo" al ingresar el área, para evitar el penal.

Errática como en casi todos los partidos, a la fecha, la defensa de Morón volvió a erigirse en el punto más bajo en el rendimiento general del equipo, sin embargo eso no implica que el mal momento futbolísitico de Sebastián Martínez, y de algunos de sus compañeros de zaga (Emiliano Mayola y Juan Celaya alternaron "buenas y malas", aunque mostrando mayor solidez), constituya la razón de la derrota injusta del Deportivo Morón, en la tarde de viernes en Sarandí, que más tiene que ver con la falta de aprovechamiento de los momentos favorables en el juego, para marcar diferencias en el arco contrario.

Ahora, a buscar una pronta recuperación, ante el público del Gallo, frente a Defensores de Belgrano, procurando minimizar errores propios y potenciar virtudes colectivas incipientes, a fin de "facturar" y sacar réditos de los buenos momentos circunstanciales, que se generen en partidos de trámites tan cerrados como ante Arsenal, y que suelen definirse por pequeños y ajustados detalles.



@elgallogustavo.



jueves, 18 de octubre de 2018

Rescindió Casquete, en la previa con Arsenal

En medio de una "novela" impensada, entre el Deportivo Morón y Román Martínez, que día tras día agrega un nuevo "capítulo" a una situación triste y lamentable, con la rescisión "a la vuelta de la esquina", más allá de la decisión compartida (seguramente, en lo único que "coinciden" desde hace un par de semanas a esta parte), que el segundo no volverá a vestir más la camiseta del primero, el equipo de Walter Otta afrontó otra semana de trabajo sin el propio Román, pero también y nuevamente, sin la calma necesaria que, a esta altura, ya parece un "bien" más escaso que el propio dinero, en el "Mundo Morón", de cara a un exigente compromiso en el "Viaducto" de Sarandí, frente al Arsenal de Sergio Rondina, este viernes desde las 15:30, con el arbitraje de Héctor Paletta, secundado por Guillermo Santillán y Daiana Milone como asistentes uno y dos, respectivamente, sumados a Rodrigo Pafundi en rol de cuarto árbitro, en cotejo correspondiente a la séptima fecha del Torneo de la Primera "B" Nacional, temporada 2018/2019, sin trasmisión televisiva de aire.

Por si fuera poco, en jornada del jueves se confirmó otra baja en el plantel profesional que dirige Walter Otta, puesto que el joven ecuatoriano, Abel Casquete, quien llegara proveniente de River Plate, a préstamo por toda la actual campaña, rescindió su vínculo con la institución (sin llegar a debutar con la camiseta del Gallo, más allá de jugar algunos encuentros en Tercera) y aparentemente, en las horas venideras también lo haría con el club de Núñez, dueño de sus derechos federativos, para viajar a Guayaquil, de donde es oriundo, a raíz de un inconveniente de índole familiar, de acuerdo a lo comunicado oficialmente en la fecha.

Así las cosas, e intentando "meterse" en "clima" de partido, a pesar del innecesario "enrarecimiento" del "ambiente" institucional, en las últimas dos semanas, desde lo futbolístico, el cuerpo técnico del Deportivo Morón podrá contar con Julio Salvá, quien cumpliera ante Villa Dálmine, la fecha de suspensión que se le aplicara por su expulsión, en el cierre de primer tiempo ante los "Sojeros" de Carlos Casares.

Con la vuelta de Matías Pardo entre los concentrados, luego de un par de ausencias y una última convocatoria, donde quedara finalmente afuera de los "18", restará saber si Otta y Félix Benito respetarán la titularidad de Salvá en el arco, o privilegiarán el buen nivel demostrado por Bruno Galván (figura determinante para el punto conseguido por Morón en Campana), así como la conformación del mediocampo, dado el traumatismo de rodilla que sufriera Matías Nizzo ante el "Violeta" y desde lo táctico, las alternativas de Cristian Lillo, Gerardo Martínez y Gastón González, para completar una zona media ya sin Román Martínez, de manera definitiva.

En consecuencia, el plantel viaja a Sarandí por tres puntos tan difíciles como trascendentes, para consolidar la paulatina y trabajosa "levantada" de un Morón que hace tres fechas que no pierde (con dos empates, ante Gimnasia de Mendoza y Dálmine, así como su única victoria en el campeonato, ante Agropecuario) y que por momentos, frente a Villa Dálmine y "Agro", comenzara a dar algunas muestras de pequeñas mejoras en el juego, más allá de errores defensivos repetidos, sumados a la buena noticia de un Facundo Pumpido al que parece habérsele "abierto el arco", con sus goles en el Oeste y en Campana, de manera consecutiva.

En medio de un indeseado "estado de conflicto", y la rescisión de Abel Casquete, que se agrega al adiós anticipado de Román Martínez, aunque aún no hayan podido refrendarlo formalmente, entre el jugador y el club, el Deportivo Morón se reencontrará con Arsenal de Sarandí, en el "Julio Humberto Grondona", tras 18 años de no "verse las caras", desde el 2000, en que los del "Viaducto" ascendieran a Primera y, como contrapartida, el Gallo bajase a la "B" Metropolitana, en el inicio de una "pesadilla" que se prolongaría durante 17 "interminables" años.

Por todo ello, a ganar en Sarandí, para darnos la alegría que tanto merecemos (dentro y fuera de la cancha), más en estos momentos de dolor, decepción, enojo e incertidumbre.



@elgallogustavo.



martes, 16 de octubre de 2018

"Deseo y decepción"... Las razones de un adiós inesperado

Como reflejáramos días atrás, una vez "desatado" el conflicto contractual, entre Román Martínez y el Deportivo Morón, con las ausencias reiteradas del propio jugador, a los entrenamientos del martes 9 al viernes 12 del corriente inclusive, y la posterior carta documento enviada por la directiva del club (el viernes último), intimando al futbolista a reincorporarse a sus tareas habituales y asimismo, justificar sus inasistencias, bajo apercibimiento de proceder a la rescisión unilateral del vínculo entre ambas partes, con exclusiva responsabilidad del "empleado", resultaba evidente que las posiciones se habían "radicalizado" de manera tal y en tan corto tiempo, que los días de Román Martínez parecían contados con la camiseta del Gallo.

En efecto, y tras quedar lógicamente marginado de los "18" que el sábado pasado igualaran en uno frente a Villa Dálmine, en Campana, Román Martínez habría de retornar a las prácticas este lunes en el Nuevo Francisco Urbano, a partir seguramente de una recomendación de Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA), a efectos de evitar posibles sanciones disciplinarias y favorecer la negociación de partes, a pesar que las diferencias ya resultaban virtualmente insalvables.

En este marco, en la tarde-noche del martes 16 del actual, habrían de reunirse en la sede de Agremiados, la cúpula de la misma, con el vicepresidente primero de la institución, Roque Labbozzetta, arribando a un acuerdo de rescisión, sobre la base de abonarle al jugador, como suele ser de práctica habitual y legal en estas situaciones, hasta el último día trabajado (en el caso particular de Román, corresponde hasta el lunes 8 de octubre), más una diferencia económica a determinar entre "empleador" y "empleado".

Así las cosas, arribado el entendimiento, este miércoles 17 deberán reunirse las partes para zanjar los últimos detalles, como la diferencia económica referida, para luego de ello suscribir la rescisión formal del contrato que, en julio hubiera de vincular a Román Martínez por el plazo de tres años, más allá de la posibilidad de extinguirlo antes de tiempo, por diversos motivos de uso normal y corriente en este tipo de contratos, en el ambiente del fútbol.

En consecuencia, y si bien, desde lo legal, hasta que no se firme efectivamente la rescisión del contrato aún vigente y, como segundo paso necesario, un notario matriculado de fe y seguridad jurídica a la extinción contractual rubricada por las partes intervinientes, garantizando con su firma la plena legitimidad del acto y documento (a fin de evitar posibles reclamos posteriores, entre otros temas), resta el paso formal para que Román Martínez abandone la institución, algo que finalmente ocurrirá en cuestión de horas, dada la voluntad de uno y otros, y al acuerdo al que llegaran en Agremiados, en la fecha.

De este modo, habrá de tocar a su fin, de la manera menos pensada, uno de los regresos más esperados por los socios e hinchas del Gallo, expectativa que habría de quedar de manifiesto, durante la conferencia de prensa organizada para anunciar el retorno, con emociones "a flor de piel", en todos los presentes, incluidos los protagonistas (dirigencia, encabezada por su presidente y el propio jugador), y una concurrencia única para un evento de este tipo, prácticamente sin precedentes (salvo la que anunciara en el pasado reciente, el regreso de Sebastián Peratta, casualmente de similar salida "traumática" del club, aunque en otros tiempos no tan efimeros).

Tras seis partidos disputados en la temporada (cinco por el Torneo de la Primera "B" Nacional y el restante por "Copa Total Argentina"), en su impensado segundo y breve ciclo en el club que lo viera nacer, Román Martínez se lleva consigo dos goles oficiales en su vuelta (ante Colón, en Rosario, por "Copa" y frente a Central Córdoba, en Santiago, por el certamen "Nacional"), además, desde lo estrictamente futbolístico, una actuación para la ilusión con el "Sabalero", un buen partido en Santiago del Estero, dos opacos rendimientos (al igual que casi todo el equipo) en las derrotas con Almagro de local y Platense en Vicente López, una actuación regular con Gimnasia de Mendoza en el 0 a 0 en el Oeste y un segundo tiempo de mucho sacrificio y entrega, en la única victoria hasta el momento, en el temporada 2018/2019 de la "B" Nacional, con Agropecuario en el Nuevo Francisco Urbano (además de dos amonestaciones, con Almagro y Agropecuario).

Desde lo institucional, quedará el "sabor amargo" de haber malogrado la oportunidad de potenciar la vuelta a su "casa" de un jugador de características excepcionales, merced a responsabilidades compartidas y concurrente, que implicarían el "principio del fin", de una relación de "amor", que terminaría en decepción: del lado del club, el haber "forzado" el presupuesto del fútbol profesional, para concretar la vuelta de un jugador anhelado por muchos, pero como "golpe de efecto" para silenciar las críticas ante las partidas de Javier Rossi, polémicas mediante, y de otros referentes del ascenso y posterior permanencia en la categoría, como Rodrigo Díaz, a partir de la firma de un contrato por una cifra muy importante para la divisional y que, más allá de eso, en la práctica, implicaba un compromiso de pago de inconveniente a imposible de pagar, para la complicada actualidad financiera del Deportivo Morón.

Como contrapartida, y a pesar de la legitimidad del reclamo contractual del jugador, de plena conformidad con lo suscripto por las partes en el momento de un "reencuentro amoroso" que parecía "indestructible", el error garrafal de Román Martínez llevado a actuar, quizá por un enojo comprensible con la dirigencia, pero permitiendo que se manifestara en una suerte de "abandono de tareas", sin justificación legal alguna, que no sólo le otorgara a la institución la posibilidad de negociar en condiciones de mayor fortaleza, sino que, fundamentalmente, lo expusiera de manera negativa ante la opinión pública en general y, en especial, ante los socios e hinchas de Morón, que mayoritariamente tomaron su actitud como una falta de respeto al club y su grado de compromiso con el mismo.

En este punto, no resulta un dato menor que Román Martínez jamás haya tenido copia del "Convenio de Imagen", contrato de partes conocido vulgarmente como el "negro", tal vez por exceso de confianza o de desidia, lo que en definitiva neutralizaría su justificado reclamo, dado que en consecuencia, el único vínculo contractual con el club haya sido el "blanco", registrado legal y formalmente en AFA, por un valor inferior a la mitad del compromiso de pago reclamado por el jugador.

Y es que, en estos ámbitos tan sensibles como el fútbol, donde las pasiones y las emociones se hallan siempre a "flor de piel" (como en aquella próxima y a la vez tan lejana conferencia de prensa), más allá de las razones particulares y la legitimidad de los intereses en juego, las actitudes personales pueden llegar a determinar el final abrupto y con infinita pena, de aquellos "amores" que parecían para siempre, y duraron sólo un "suspiro" de seis "encuentros".

Porque, en definitiva y como suele suceder, en temas del "corazón", muchas veces la "decepción" resulta directamente proporcional al "deseo" original malogrado. Y es allí, donde las "verdades" de  los contratos y el dinero, no saben absolutamente nada de las "razones" que animan a la "pasión".


@elgallogustavo.



sábado, 13 de octubre de 2018

Punto que suma

Con el "telón de fondo" de una semana atípica, conmocionada por el insospechado conflicto contractual, desatado entre Román Martínez y el Deportivo Morón, el equipo de Walter Otta no tuvo descanso en la actual "Fecha FIFA" y debió emprender el siempre exigente compromiso de visitar a Villa Dálmine, en Campana, en el postergado de la quinta fecha del Torneo de la Primera "B" Nacional, temporada 2018/2019.

Sin el referido Román Martínez, ausente sin aviso a las prácticas de martes a viernes, en una suerte de franca "rebeldía" ante discrepancias, al parecer, insalvables, en la interpretación de su contrato vigente, desde lo estrictamente futbolístico, el Gallo llegaba también con la baja obligada de Julio Salvá, expulsado en el cierre del primer tiempo, en el primer triunfo del campeonato ante Agropecuario, en el Nuevo Francisco Urbano, y sancionado con una fecha de suspensión, que precisamente habría de cumplir ante el "Violeta".

Con el ingreso de Bruno Galván, por primera vez desde el inicio, en el arco del Deportivo Morón, más la ratificación de la confianza en Juan Celaya por el lateral izquierdo, sumados a los regresos de Cristian Lillo (como titular, luego de largo tiempo) y de Matías Nizzo, en un mediocampo con Gastón González en el banco y Román Martinez en la casa, respecto del once de arranque del último viernes, ante los de Carlos Casares, el Gallo contaría con ese necesario "guiño" del destino, del cual había adolecido hasta el momento: en efecto, y con tan sólo tres minutos en el reloj y casi nada en el juego (salvo un cabezazo por encima del travesaño, de Ijiel Protti, el "11" local, antes del primer minuto), un desborde de Nicolás Ramírez por el carril zurdo, cruzaría de izquierda a derecha el área chica de Dálmine, para que Facundo Pumpido, en el segundo palo, controlara el balón y cayéndose al piso, la impulsara dentro del arco de Juan Ignacio Dobboletta, para el uno a cero de la visita en el "amanecer" de encuentro.

Por desgracia, a este Morón al que parece que todo le cuesta el doble, aún con esos pequeños "gestos" cómplices "celestiales", la importante e inesperada ventaja parcial, le duraría menos que un momento de "calma" institucional, puesto que cinco minutos más tarde, y cuando el local apenas había esbozado sus intenciones de empate, aunque sin situaciones concretas de riesgo, en una jugada desafortunada, Maximiliano Paredes, en su intento por anticipar el pase en "cortada" a Martín Comachi, dentro del área, no haría otra cosa que "despejarla" hacia dentro de su propio arco, ante la mirada atónita y resignada de Bruno Galván y Sebastián Martínez. Uno a uno, en apenas ocho minutos del primer tiempo, y a comenzar de nuevo.

Como era de prever, el imponderable de Paredes y la rápida igualdad de Villa Dálmine, aminaría al equipo de Felipe De la Riva a ir en procura del segundo, valiéndose para ello del momento de confusión que el gol en contra generaría en la visita.

En ese lapso, comenzaría a emerger la figura de Bruno Galván, a la sazón el más destacado del partido, manteniendo al Gallo en partido, durante aquellos minutos posteriores al empate del "Viola", a partir de la resolución magistral de dos mano a mano, con destino de gol de Dálmine, "salvándole las papas" a una defensa que volvería a mostrarse errática y sumamente vulnerable, a excepción de Juan Gabriel Celaya, de muy buen partido, al igual que en la jornada precedente con Agropecuario.

Ya en el complemento, Villa Dálmine asumiría el rol protagónico del desarrollo, obligando a Morón a retroceder sus líneas, apostando a una contra encabezada por Gerardo Martínez por el centro o Nicolás Ramírez por las bandas, y que se prolongara en Junior Mendieta, como "descarga" previa a un Facundo Pumpido "derecho" para  el arco.

Sin embargo, y pese al buen partido de Cristian Lillo (quien contaría con dos chances netas de desnivel, una en cada tiempo), al equipo de Otta le costaría demasiado el manejo de la pelota, razón por la cual el local iría animándose cada vez más, a jugar cerca de Galván, con Federico Jourdan y Emanuel Molina en la generación de juego y la presencia siempre amenazante, en el área visitante, de Ijiel Protti y Martín Comachi.

Pese al dominio territorial y de pelota del "Viola", el Gallo contaría con un par de contras que bien pudieron terminar en el segundo de la visita, pero la mala puntería y la falta de acompañamiento en ofensiva, neutralizaría la chances claras que tuvieran Pumpido, Ramírez y hasta Lillo, merced al esfuerzo encomiable del primero, el desequilibrio del segundo y el muy buen partido de Junior Mendieta, desdoblándose con generosidad, para aportar su velocidad en ofensiva y a la hora del retroceso en "bloque", su solidaridad para bajar y dar una mano en la marca.

Con los ingresos de Gastón González por un extenuado Gerardo Martínez, y unos minutos más tarde, el "salto" a la cancha de Nicolás  Martínez en lugar de Matías Nizzo, el Gallo evidenciaría su conformismo con el punto, en tan esquivo escenario (no gana en Mitre y Puccini desde 1986), jugando con línea de cinco en el fondo, a partir de la rotación de Nicolás Martínez, en su habitual función de lateral zurdo, permitiendo el corrimiento de Celaya como tercer zaguero, para colaborar con Sebastián Martínez y Emiliano Mayola, quienes nuevamente alternarían buenas y malas, dejando renovadas dudas personales y de coordinación.

A falta de cuatro para el tiempo reglamentario, Walter Otta mandaría al campo de juego a Damián Akerman, en reemplazo de Ramírez, y el goleador histórico del Gallo, en apenas unos pocos minutos, se las arreglaría para complicar a la endeble defensa local, a punto de generar un peligroso tiro libre en el borde del área grande, sobre el vértice izquierdo, que una incomprensible ejecución de Gastón González, a mitad de camino entre pase en profundidad al propio Damián y remate bajo al arco, terminaría con comodidad en las agradecidas manos de Dobboletta, en tiempo cumplido.

Con el pitazo final de Yamil Possi, de buen arbitraje, el Deportivo Morón se retiraría conforme de Campana, con un empate justo en líneas generales. que pudo ser victoria, de haber capitalizado alguna de los contras despilfarradas, aunque también pudiese haber sido derrota, de no mediar las muy buena actuación de Bruno Galván, la figura del partido.

Ahora, a pensar en Arsenal de Sarandí, el próximo viernes 19 del corriente, desde las 15:30, en el "Julio Humberto Grondona", a la espera de una semana lo más "normal" posible, en la que podamos hablar más de lo futbolístico y bastante menos de "conflictos".



@elgallogustavo.



viernes, 12 de octubre de 2018

"Seguir viviendo sin Román..."

Luego del primer triunfo en el campeonato, laborioso, sufrido y necesario, ante Agropecuario en el Nuevo Francisco Urbano, con Villa Dálmine en el horizonte más cercano, este sábado desde las 15:30, en el postergado de la quinta fecha, la semana laboral que toca a su fin, parecía a priori la primera "tranquila", para el plantel y cuerpo técnico, tras el desahogo festejado del último viernes, y con la chance de planificar los próximos compromisos, también por vez primera en el actual torneo, con la cuota de calma necesaria que otorgan los tres puntos.

Sin embargo, lejos de constituir una semana de sosiego, con la mente puesta exclusivamente en prolongar el envión anímico de la victoria ante los de Carlos Casares, en la siempre riesgosa visita a Campana, el "patio trasero" de Walter Otta, el conflicto insospechado que "estallaría" entre Román Martínez y la dirigencia, habría de recordarnos, una vez más, que en Morón la "tranquilidad" es un bien tan escaso como efímero.

En efecto, desde la primera ausencia de Román Martínez, a una práctica, el martes pasado, habrían de multiplicarse las versiones y los trascendidos, tal y como suele suceder en estos casos, aunque lo cierto es que, al final de la presente semana, Román habría de ausentarse de martes a viernes, de manera consecutiva, más allá de un paso de "civil", para compartir un asado con sus compañeros y, de alguna manera, contarles de primera mano lo que estaba viviendo, en su regreso al club que lo viera nacer como profesional y en cierta manera, también en lo personal.

Por desgracia, en las últimas horas, el regreso tan esperado del "hijo pródigo", habría seguramente de convertirse en una "pesadilla" para algunos de los protagonistas, ante el asombro del que aún nos cuesta reaccionar, a prensa partidaria, socios e hinchas, ante un "idilio" que parecía imposible de afectar y que, sin embargo, hoy se halla resquebrajado y en medio de una encrucijada legal, difícil de encaminar y mucho menos de "digerir".

En estas cuestiones contractuales, tan privadas y sensibles, donde cada parte defiende sus legítimos derechos, con argumentos legales válidos de ambos lados, hoy los caminos de uno y otro, esto es, de Román Martínez y el Deportivo Morón, parecen tomar destinos divergentes y con cada minuto de "no diálogo" que se agrega, las partes tienden a "radicalizarse" y el diálogo asoma tan lejano como utópico cualquier entendimiento.

Sin entrar en demasiados detalles, no por mala voluntad periodística, sino por respeto a las partes involucradas y a la privacidad del acuerdo suscripto entre ambos, cuando el "amor" recíproco parecía indestructible, una diferencia tal vez no zanjada a tiempo, respecto de un contrato abonado en "castellano", pero cuyos valores referenciales remiten a una moneda extranjera, de aumento exponencial en los últimos tiempos, terminaría por crispar los ánimos entre un "empleado" que sin dudas ama al club, pero reclama un ajuste ante la "estampida" cambiaria (algo previsto en el propio vínculo contractual, que ya establecía una suerte de "banda de flotación" del dólar, con valores mínimos y máximos, estos últimos lejos del "techo" que tocara en bancos y "cuevas", no hace mucho) y por el otro, una institución imposibilitada de hacerse cargo de esa diferencia, por lógica que resulte, en el marco de un contrato que constituye, de por sí, un compromiso oneroso para las posibilidades de pago del club, y que más allá de las condiciones profesionales de excepción del jugador, tal vez el mayor error haya sido firmar algo complicado a imposible de cumplir.

Como sea, y luego de cuatro días de ausencia injustificada (desde lo formal y legal), a una de las responsabilidades contractuales del "agente" empleado, es decir, a su tarea habitual de entrenar, y con el telón de fondo de la intervención, en las últimas horas, de Futbolistas Argentinos Agremiados, a través de la figura de su propio secretario general, el siempre controvertido Sergio Marchi, con el tono conminatorio y casi de "apriete" que lo suele caracterizar, salvo a la hora de dar referencias concretar del destino de los fondos sindicales en la "Fundación El Futbolista", en la jornada de este viernes el "empleador" habría de intimar, vía carta documento, al jugador, conminándolo a responder en el plazo máximo de 24 horas, las razones que motivaran sus reiteradas ausencias y a reintegrarse en igual término a sus funciones, so pena de declarar "extinguido" el vínculo contractual vigente entre las partes, haciéndolo legalmente responsable de tal rescisión al "empleado", reservándose la institución la posibilidad de acciones judiciales ulteriores, por daños y perjuicios ante la inobservancia contractual y el virtual abandono unilateral de tareas.

Así las cosas, y mientras este sábado, desde las 15:30, el Gallo deberá afrontar un compromiso siempre exigente, ante Villa Dálmine en Campana, en cotejo postergado correspondiente a la quinta fecha del Torneo de la Primera "B" Nacional, temporada 2018/2019, sin televisación de aire y con Yamil Possi como árbitro principal, Maximiliano Castelli y Rubén Bustos como asistentes, y Jorge Sosa en rol de cuarto árbitro, en medio de una semana que podría haber sido de "calma" y que, por el contrario, tal como estamos (mal) acostumbrados en el Deportivo Morón, lejos terminaría de constituir el escenario ideal tras el primer triunfo en el campeonato., en definitiva, de aquí en adelante, el Gallo deberá comenzar a acostumbrarse...

... a "seguir viviendo sin Román".


@elgallogustavo.



sábado, 6 de octubre de 2018

Al Gallo le sienta bien la "Soja"

Es un hecho: al Gallo le sienta bien la "Soja".

Lejos de tratarse de un Morón "macrobiótico", "vegano" o "naturista", en sus dos temporadas en la Primera "B" Nacional, luego de su demorado regreso a la categoría, tras 17 interminables años de ausencia no deseada, cada vez que el Gallo debió sumar de a tres, en el marco de una racha negativa, sus laboriosas y festejadas victorias ante Agropecuario, en el Nuevo Francisco Urbano, le permitirían recuperar la confianza y el fútbol extraviados, para mejorar a partir de los resultados, su imagen general en el campeonato.

Por lo menos, eso habría de ocurrir en la temporada 2017/2018, cuando el 2 a 1 en el Oeste, con los goles de Cristian Lillo y Maximiliano Brito (a la postre, el único tanto que convertiría con la camiseta de Morón, en sus seis meses en el club), le renovaran a un Gallo exitoso en "Copa Argentina", pero errático en aquél torneo regular de impiadosos seis descensos, el "crédito" suficiente para encarar el resto del certamen de la mejor manera, algo que intuimos y deseamos, vuelva a ocurrir desde este viernes 5 del corriente en adelante, en la actual campaña 2018/2019.

En efecto, el Gallo llegaba al compromiso con el equipo de Sebastián Saja, con la premisa impostergable de una victoria imprescindible, para recuperar la confianza en un plantel que, a priori, había ilusionado con objetivos trascendentes, pero que al cabo de cuatro jornadas y tan sólo dos puntos, sobre doce posibles, con un único tanto a favor, y tres consecutivos sin "gritos", había confundido a propios y extraños, e inquietado hacia dentro y fuera del campo de juego, en medio de una "usina" de rumores sobre el futuro inmediato del cuerpo técnico más exitoso en los últimos treinta años, así como el malestar de los jugadores, por las críticas recibidas y hasta con algún allegado al presidente, ante el trascendido hecho público, nada casual por cierto, del pedido de premios y otras cuestiones de habitual negociación interna y, como tales, de saludable mantenimiento entre "cuatro paredes".

Ya en el plano futbolístico y con el regreso del público al Nuevo Francisco Urbano, a pesar de la prolongación de una "sanción" velada y no declarada, al imponer un partido en viernes, a las 16.30, el equipo de Walter Otta, con la vuelta de Gastón González como único volante de contención, y la inclusión de Gerardo Martínez, para acompañar a Román Martínez, en la generación de juego, de un Gallo carente del mismo, hasta el momento, las necesidades del local lo llevarían lógicamente a asumir un protagonismo necesario, que iría consolidando y profundizando con el correr de aquellos primeros minutos.

Así las cosas, con una defensa más compacta y sólida, a partir de la recuperación de Sebastián Martínez, más cercano al nivel que acostumbrara en el torneo pasado, y con el cambio táctico de Juan Celaya (de buen partido en su primera experiencia oficial con la casaca del Gallito), en lugar de Nicolás Martínez, a fin de ganar mayor presencia en el juego aéreo, Morón iría mostrando su mejor versión en lo que va de la actual temporada (a excepción, quizás, de los primeros '30 del debut, en Santiago del Estero), merced a un buen partido del referido Gastón González y, fundamentalmente, a la eficiente labor de Gerardo Martínez, quien con la "cinco" en su dorsal, habría de "cargarse al hombro" las necesidades futbolísticas del Deportivo Morón, hasta erigirse en el factor de desequilibrio ofensivo del local.

De esta manera, y a partir de los envíos aéreos de Gerardo, el Gallo comenzaría a "desnudar" las vulnerabilidades defensivas de Agropecuario, generándole tres o cuatro situaciones claras de gol, como aquella media vuelta de Sebastián Martínez, en el área grande, que sólo una respuesta providencial y una reacción magnífica, de un arquero de primera, como Emanuel Trípodi, habrían de negarle a Morón, un desnivel que mereciera largamente en aquella primera etapa.

A pesar de adolecer de precisión en la "puntada final", como le ocurriese en los encuentros precedentes, y más allá del gol bien anulado a Román Martínez, por una posición adelantada muy, pero muy "fina", aunque off side al fin, el Gallo se encaminaba a un injusto 0 a 0 parcial, puesto que había sido mucho más que su rival, hasta que a falta de un minuto para el cierre de la etapa, y para este Gallo de "mano cambiada" en el presente torneo, el destino y una mala decisión personal, habrían de agregarle nuevos contratiempos a las "pruebas de carácter" por vencer: en una contra encabezada por Cristian Barinaga, el factor de mayor desequilibrio ofensivo visitante, Julio Salvá habría de salir apresurada e imprudentemente fuera de su área, para cortar con una infracción grosera una acción de peligro, pero no necesariamente manifiesta de gol, que determinaría su acertada expulsión y el ingreso del debutante Bruno Galván (por Gerardo Martínez, el mejor de los primeros '45).

Ya en el complemento, Agropecuario intentaría sacar rápido provecho del "golpe anímico" local, más allá de la ventaja numérica del hombre de más, pasando a asumir el protagonismo y el contralor del balón en mitad de cancha, e insistiendo sobre el área de Morón, con centros bien resueltos por Sebastián Martínez y Emiliano Mayola, así como la cuota de seguridad creciente de un Galván, de muy buena "presentación en sociedad" con el "buzo" de arquero del Gallo.

En la visita, Sebastián Saja apostaría a llevarse "todo" del Oeste, con los ingresos de Juan Manuel Martínez y Gonzalo Klusener, con un "Burrito" que lograría desnivelar a la defensa del Gallito en un par de ocasiones, una de ellas, "repelida" de manera magistral por Bruno Galván, en un "mano a mano" dentro del área, que bien podría haber sentenciado la historia para la visita, a pesar de la injusticia que hubiese significado en el desarrollo global de los '90.

La inoperancia ofensiva de los de Carlos Casares, sumado al ingreso de Cristian Lillo, en lugar de Gastón González, volverían a inclinar la "balanza" para el lado del local, que renovaría sus ambiciones con el primer pase ofensivo de Román Martínez (de buen segundo tiempo) y las corridas de Junior Mendieta y Facundo Pumpido, éste último, llevándose la peor parte, "fajándose" sin tregua con Ezequiel Parnisari y Federico Rosso, ásperos zagueros del "Sojero".

Sobre los '30 del segundo tiempo, y cuando el partido parecía encaminarse nuevamente a un empate en cero, como en el último antecedente en el Oeste, frente a Gimnasia de Mendoza, un pelotazo largo de Maximiliano Paredes encontraría la cabeza de Junior Mendieta, sobre la izquierda del ataque del Gallo, "testazo" preciso que habilitaría la corrida por derecha de Facundo Pumpido, quien al ingresar al área y antes del cierre desesperado del defensor, lograría vulnerar la (hasta allí) infranqueable figura de Trípodi, y con un derechazo rasante, potente y bajo, impulsarla bien pegada al palo zurdo visitante, para desatar el delirio dentro de la cancha y el desahogo tan esperado, de la "línea de cal" hacia afuera.  

No sin sufrimiento, como resulta ya habitual, tratándose del Deportivo Morón, el equipo de Walter Otta resistía los quince finales, más el descuento, con Nicolás Martínez en cancha, en lugar de un extenuado Nicolás Ramírez, contado con un par de ocasiones más para ampliar el marcador, la primera en los pies de Mendieta y la segunda, en el agregado, nuevamente en un Pumpido agotado y virtualmente acalambrado, por el esfuerzo de '45 con un hombre de menos.

En definitiva, y con el pitazo final de Pablo Díaz, de correcto arbitraje, el Morón de Walter Otta recuperaría la sonrisa, con su primer y festejado triunfo en el campeonato.

Merecido, trabajado y sufrido..., al Gallo, sin dudas, le sienta muy bien la "Soja" de Carlos Casares.



@elgallogustavo.



jueves, 4 de octubre de 2018

Por un Gallo alimentado a "Soja"

Tras la suspensión del encuentro en Campana, frente al siempre complicado Villa Dálmine, en el "patio de atrás" de Walter Otta y su cuerpo técnico, el Deportivo Morón deberá buscar tres puntos vitales, cuando este viernes 5 del corriente, a partir de las 16:30, reciba a Agropecuario, en el Nuevo Francisco Urbano, con público en general (luego de la sanción de APreViDe, que obligara a disputar el último cotejo ante Gimnasia de Mendoza, a puertas cerradas), por la sexta fecha del Torneo de la Primera "B" Nacional, temporada 2018/2019, sin televisación de aire y con el arbitraje de Pablo Díaz, quien será secundado por Mariano Rossetti y Alejandro Scheneller, como asistentes uno y dos, respectivamente.

Con la urgencia de mejorar la imagen futbolística, pero fundamentalmente, comenzar a sumar de a tres, en un errático e impensado inicio de temporada, que lo tiene al Gallo en el puesto 22 de la tabla de posiciones, con apenas dos puntos sobre doce posibles, además de haber convertido un solo gol (el anotado por Román Martínez, en el debut frente a Central Córdoba, en Santiago del Estero) al cabo de cuatro partidos, con tres cotejos consecutivos sin "gritos", el Deportivo Morón deberá salir a "quemar las naves" ante un buen equipo, como el "Sojero" de Carlos Casares, que a diferencia del Gallo se ubica en puestos de Reducido (8°), con ocho unidades en cinco encuentros disputados, producto de dos victorias, dos empates y una sola derrota.

Respecto del once de Morón, sabido resulta la vuelta al primer equipo de Gastón González, quien expulsado en la tercera fecha ante Platense, ya estaba disponible para ponerse la "ocho", de haberse jugado el último sábado en Campana, por lo que todo haría indicar que será de la partida en la tarde del viernes, en el Oeste.

En ese punto, conocidos ya los concentrados en el "Centro Gabriel Calderón", en Mariano Acosta (¿será la última vez que el plantel utilice ese predio, debido a la molestia del propio Gabriel Calderón, con una "persona de confianza" del presidente Alberto Meyer, cuyas actitudes no sólo han crispado de tal modo en este caso, sino que han generado repetidas quejas entre miembros de Comisión Directiva?), llama la atención la ausencia entre los "18" de Agustín "Pochito" Lavezzi, quien iba a ocupar un lugar en el banco de los suplentes, en Campana, y hasta estaba la posibilidad cierta que hubiese arrancado como titular, el pasado sábado.

Del mismo modo, Matías Pardo vuelve a quedar afuera de los convocados para el cotejo contra Agropecuario, al igual que ocurriera con aquellos que concentraran el viernes pasado, para el malogrado partido frente a Villa Dálmine, volviendo a tomar parte en el once de Carlos Aducci, en el empate del miércoles en Cardales, con Defensores de Belgrano, por el torneo de Tercera de la Primera "B" Nacional. Situación que también se repitiera en los casos de Franco Racca, Valentín Perales y Luciano Lapetina, que sumados a los mencionados "Pichin" Pardo y Lavezzi, asimismo tomaran parte del encuentro de Reserva ante el "Dragón".

En definitiva, un Deportivo Morón urgido de mejorar la imagen futbolera, pero en especial, empezar a ganar para que ese proceso de cambio, se genere a partir de los buenos resultados, el equipo de Walter Otta afrontará un compromiso de vital trascendencia frente a Agropecuario, ante el público del Gallito que pueda "eludir" el obstáculo de un día y horario inadecuados para cualquier trabajador.

Y que a la "Soja", se la coma el Gallo.



@elgallogustavo.



miércoles, 3 de octubre de 2018

Ante Agropecuario, el viernes a las 16:30, con público en general

Finalmente, y tras dos cambios de horario consecutivos (primero a las 15:30, y luego hace sólo 48 horas, modificado para las 16 hs.), el partido entre el Deportivo Morón y Agropecuario, en el Nuevo Francisco Urbano, correspondiente a la sexta fecha del Torneo de la Primera "B" Nacional, temporada 2018/2019, se disputará este viernes 5 del corriente, a partir de las 16:30, con el arbitraje de Pablo Díaz, sin televisación de aire y la confirmación del organismo de seguridad deportiva, de la presencia de socios con cuota al día, así como de público en general.

Para ello, sólo se habilitará la venta anticipadas de entradas, con destino a los no socios (no habrá expendio de localidades, el mismo viernes del encuentro, en horario próximo al comienzo del mismo), en la secretaría del club, de acuerdo al siguiente esquema:

* Jueves 4/10: de 12 a 20:30.

* Viernes 5/10: de 9 a 12.



lunes, 1 de octubre de 2018

Victoria de entrenamiento, con Agropecuario el viernes 5 y Dálmine el sábado 13, en el "horizonte"

Este lunes por la mañana, en el Nuevo Francisco Urbano, el equipo de Walter Otta afrontó dos partidos amistosos de entrenamiento, luego de la suspensión del encuentro ante Villa Dalmine, en Campana, a causa de las inclemencias climáticas, cotejo correspondiente a la quinta fecha del Torneo de la Primera "B" Nacional, temporada 2018/2019.

Así las cosas, para no perder ritmo de competencia, el Deportivo Morón recibió a Centro Español, representativo de Villa Sarmiento, que milita en la Primera "D" de nuestro medio, con saldo final global a favor del Gallo de 4 a 3, luego de la derrota 2 a 1 en el primer tiempo y el triunfo por 3 a 1 en el complemento.

Con goles de Damián Emilio Akerman (de penal), el único en el 1-2 de la etapa inicial y de Junior Leandro Mendieta por duplicado y Juan Gabriel Celaya, en el 3-1 del segundo tiempo, el cuerpo técnico del Gallo presentó dos equipos en cancha, fiel a su costumbre en este tipo de partidos amistosos de entrenamiento:

A primer turno, el Deportivo Morón formó con: Federico Rojas; Franco Racca, Valentín Perales, Emiliano Mayola, Luciano Lapetina; Matías Pardo, Matías Nizzo, Cristian Lillo, Nisim Vergara; Abel Casquete, Damián Akerman.

Más tarde, el segundo "once" de Walter Otta alistaría a: Julio Salvá (luego reemplazado por Bruno Galván, por precaución, ante una contractura del golero titular del Gallito); Maximiliano Paredes, Sebastián Martínez, Juan Celaya, Nicolás Martínez; Gastón González, Román Martínez, Gerardo Martínez, Nicolás Ramírez; Junior Mendieta, Facundo Pumpido.

En la continuidad del Torneo de la Primera "B" Nacional, temporada 2018/2019, el Deportivo Morón buscará su primer triunfo en el certamen, cuando el próximo viernes 5 del corriente, reciba en el Nuevo Francisco Urbano la visita de Agropecuario, desde las 16:30, con el arbitraje de Pablo Díaz y público en general, por la sexta fecha del campeonato, y una semana más tarde, es decir, el sábado 13 de octubre (en el marco de la "Fecha FIFA"), a partir de las 15:30, recupere el cotejo correspondiente a la quinta jornada, frente a Villa Dálmine en Campana, con el arbitraje de Yamil Possi.


@elgallogustavo.