domingo, 27 de julio de 2025

Y un día tocó perder. A no bajar la "cresta".

En una ráfaga de apenas tres minutos, entre los '20 y los '23 del primer tiempo, Chacarita se adelantó 2 a 0, casi sin proponérselo y en sus primeras (y casi únicas) dos llegadas a fondo en todo el encuentro, para desestabilizar a un Morón que no jugaba bien, pero aún así había arribado con mayor peligro al arco visitante, sin efectividad y repitiendo errores de partidos pasados, como por ejemplo, su "mal de expulsiones", muchas de ellas inexplicables, más allá del apuro, la presión del resultado adverso y las pulsaciones desbocadas.

Claro que el resultado habría de destrabarse con un gol que debió ser anulado, por la insoslayable posición adelantada de Misael Jaime, el autor del primer desnivel para "Chaca", cuando una vez más y al igual que frente a Agropecuario, en el mismo Nuevo Francisco Urbano, en la anterior fecha de local, el árbitro y sus asistentes convalidan en la cancha lo inadmisible, pero piden disculpas más tarde, como si la aceptación del error garrafal, determinante para la suerte final del pleito, fuese a compensar de alguna manera el daño infligido con total impunidad y desparpajo, en un acto de pseudo arrepentimiento tardío, fingido y sobreactuado, que comienza a sonar a "tomada de pelo" repetida y establecida como hipócrita estrategia de excusa, desde las oscuras usinas del poder todopoderoso arbitral de AFA.

Hasta allí el legítimo rezongo por las erráticas decisiones externas (si es que pretendemos seguir creyendo en la buena voluntad de la gente), ajenas por completo a la voluntad de cambio de los protagonistas principales dentro de la cancha, que desestabilizan, ponen nervioso y agudizan errores no forzados, hasta que esos mismos factores comienzan a ser responsabilidad de los propios, a partir de actitudes que terminan por empeorar situaciones adversas, como otra expulsión incomprensible, en esta ocasión a cargo de Santiago Kubiszyn, por un "planchazo" innecesario en mitad de cancha, para dejar a Morón con uno menos y 2 a 0 abajo, a los '35 del primer tiempo (roja directa).

En el medio de ambos hechos, el desnivel ilegítimo de Chacarita y la expulsión, el "Funebrero" sacaría veloz y efectivo rédito de un equipo de Walter Otta que se iría virtualmente de partido, a partir del primer gol en posición adelantada, tanto es así que sólo tres minutos después, Mariano Bíttolo (el mejor del Gallo en el campeonato, "entre algodones" desde el partido frente a Colón), perdería una pelota en tres cuartos rival y con un Morón descompensado por completo, una pelota bien manejada de izquierda a derecha, por el propio Jaime, autor del primer tanto y figura de la tarde-noche, habilitaría a su lateral diestro, Juan Cruz González, para que ingresando absolutamente solo, por detrás de una defensa "corrida" hacia el lado del asistidor, definiera como un delantero ante el intento de cobertura de Julio Salvá.

Si Chacarita había sido superior desde el fuerte habitual de Morón, la posesión del balón, casi desde el comienzo del partido, obviamente con la tranquilidad del 2 a 0 a su favor y el jugador de más, comenzaría a manejar los tiempos y a intentar seguir "lastimando" de contra, aunque el equipo de Walter Otta, en cantidad y calidad de llegadas, haya sido superior a su oponente, con no menos de cinco chances claras de gol, sólo en aquella "accidentada" primera mitad, con chances netas en los pies de Iván Vaquero (de regreso al equipo, pero que una vez más saldría con molestias, en el complemento), Ivo Costantino (tras otro desborde de Vaquero), Yair González (al travesaño) y Jonathan Berón (titular, con Fabricio Sanguinetti y Ramiro Fergonzi al banco) con remates francos, pero apenas desviados, ingresando por derecha y un centro pasado de Bíttolo, desde la izquierda, que ni Costantino, ni Lazza pudieran empujarla al gol.

Ya en el segundo tiempo, otro pase magistral de Bíttolo dejaría a Emiliano Franco de cara al descuento, ingresado en diagonal y por sorpresa, pero su remate mordido, ante la salida del arquero, se perdería rozando el poste zurdo del arco de Chacarita.

Contrariando a la lógica y con uno menos, Morón manejaría la pelota más que once contra once, supliendo la ausencia con un enorme sacrificio y despliegue de todo el equipo, sufriendo apenas una solo vez, la contra rival, con un remate también en el amanecer de la etapa final, que se iría pegado al poste izquierdo y más lejano de Salvá.

El ingreso de Juan Manuel Olivares, una vez más, le daría mayor fluidez a la ofensiva del Gallo, que generaría un par de oportunidades más frente al arco visitante, todas mal definidas por un Morón ineficaz en el área rival.

En definitiva, en una ráfaga de tres minutos, con un gol en posición adelantada y un error no forzado en el comienzo del segundo tanto, Chacarita sacaría una diferencia de dos impensada, antes de la primera media hora de juego, que apenas minutos más tarde, una nueva expulsión en Morón le permitía manejar con tranquilidad un trámite hasta allí parejo, con mejor trato de balón de la visita, pero nada que justificara dicha diferencia en el resultado.

Derrota que duele, sin dudas, por el rival y porque el Gallo volvió a cometer errores propios que parecían subsanados, como la reiteración de tarjetas rojas evitables, y también por "salirse de eje" ante el primer impacto negativo, por más que se trate de otra vergonzosa injusticia arbitral (en este caso, perpetrada por Nicolás Lamolina y Walter Ferreyra, asistente uno).

Sin embargo, Morón sigue en carrera y con un partido menos, cayendo por primera vez de local, en lo que va del torneo y tras un invicto de nada menos que trece partidos.

Y un día tocó perder. A no bajar la "cresta".


@elgallogustavo.


       📸: Eduardo Fabián Acuña.



domingo, 20 de julio de 2025

Un Gallo resiliente se quedó con un triunfazo en la Isla

Morón se recuperó de un muy mal comienzo, coincidente con algunos pasajes de cotejos anteriores, por ejemplo, frente a Agropecuario y de la tempranera y merecida diferencia inicial en favor de San Telmo, para revertir desarrollo y resultado, en otra prueba de carácter importante ofrecida por este equipo, para quedarse con tres puntos vitales y fundamentales (luego de tres empates consecutivos) en la siempre complicada Isla Maciel.

Con tres variantes obligadas, dos por suspensión y la restante por lesión, el Gallo presentó a Franco Vázquez, por primera vez desde el inicio, en lugar de Emilio Lazza, expulsado en la jornada pasada. Además del ingreso de Ivo Costantino por Yair González, que llegara a la quinta amarilla ante Agropecuario, el último fin de semana, sumado al retorno de Joaquín Livera, como lateral zurdo, en reemplazo del "averiado" Iván Vaquero.

Estos cambios, en especial los dos obligados en la defensa, resintieron el habitual andamiaje de una última línea caracterizada por su solidez, algo que la presión alta del "Candombero" de César Monasterio habría de sacar rápido provecho, para adueñarse de las primeras acciones de riesgo.

Y en ese contexto no sorprendería que San Telmo se adelantara en el resultado, casi en el "amanecer" del partido, con un pelotazo largo que superara a Franco Lorenzón, inseguro por primera vez en más de 20 cotejos, y el mal cierre de un Livera de flojo desempeño, intentando cubrir el "hueco" de un juvenil Franco Vázquez, a quien se nota que (lógicamente) aún le falta adaptarse a sus compañeros y al sistema defensivo del elenco de Walter Otta.

Así las cosas y con un remate sobre el cuerpo de Leandro Finochietto, adelantado en procura de "atorar" con el "achique" dentro del área grande, Jerónimo Porto Lapegüe, el "movedizo" punta local, definiría con precisión para el 1 a 0 de "Telmo", apenas transcurridos ocho minutos de comenzado el pleito.

En los instantes siguientes, Morón no lograría hacer pie en el "Osvaldo Baletto" y bien pudo sufrir la ampliación del marcador adverso, en un par de contragolpes peligrosos del local, con demasiada permisividad de la defensa del Gallo, en especial por el sector izquierdo, una de esas acciones que finalmente terminaría en gol (del "10", Agustín Maidana, de lo mejor de "Telmo"), "fina" pero bien anulada por posición adelantada.

Con el correr de los minutos, luego de '15 en los cuales el equipo de Otta la pasaría muy mal, como pocas veces en el actual torneo, de a poco el Gallito se iría asentando en defensa y "amigándose" con el balón en el mediocampo, para comenzar a acercar algo de riesgo al arco local, ante un San Telmo no ta firme y cómodo con el trámite del partido, "desnudando" además vulnerabilidades en la última línea "Candombera".

Con Santiago Kubiszyn como referencia de juego y Juan Manuel Cabrera como "abanderado" de la recuperación, en una buena acción colectiva, a falta de cinco minutos para el final de la primera etapa, Emiliano Franco habilitaría de gran forma al propio Kubiszyn dentro del área, siendo embestido desde atrás por un defensor, para que Javier Delbarba, árbitro del encuentro, sancionara con acierto el penal para Morón.

Un minuto después, Ivo Costantino, con un remate potente y junto al poste derecho del arquero Joaquín Enrico, le daría a Morón la posibilidad de clavar el empate a uno e irse al entretiempo, con un resultado que le "hacía precio" a los méritos escasos y tardíos de Morón, en aquél muy pobre primer tiempo.

Ya en el complemento, el "shampoo" marca Walter Otta, evidentemente hizo efecto, porque la actitud del equipo fue totalmente distinta, desde el reinicio de juego, retomando sus habituales virtudes de manejo de pelota, acumulación de pases con paciencia y presión alta, lo que comenzaría a modificar por completo la tónica del partido y a colmar de dudas e inseguridades a la defensa del "Candombero".

Con un protagonismo in crescente, Morón apretaría a San Telmo contra su arco, generándole acciones quizá no tan claras (un mano a mano de Fabricio Sanguinetti, lejos del arco rival y de su mejor nivel, y un desvío de primera de Juan Manuel Olivares), pero redefiniendo hasta el pitazo final, los roles de dominador y dominado de la primera etapa.

Ahora sí, sin padecer el desarrollo en su propia área, con mayor solvencia y solidez individual y de conjunto, el Gallo obtendría su premio a la insistencia y la búsqueda permanente, en el segundo tiempo, consolidada a partir del ingreso de Juan Manuel Olivares, hasta que a los 38 minutos del complemento y a través del mejor de la cancha (una vez más), el equipo de Otta daría vuelta el resultado y se pondría 2 a 1, con un cabezazo inapelable de Juan Manuel Cabrera, tras un tiro de esquina desde la derecha, del mismo Olivares.

De allí y hasta el final, San Telmo intentaría pero no generaría riesgo, mientras que Morón bien pudo ampliar su ventaja, por ejemplo, con una media vuelta de Ivo Costantino (de enorme sacrificio y buen partido, en el "podio" de los destacados) con destino de "red", de no mediar la buena reacción del "1" de la Isla Maciel, para sacarla al córner con la punta de sus uñas.

El pitazo final de Javier Delbarba, que alternara buenas y malas, pero cuyas sanciones más determinantes, como el penal en favor de Morón y el gol anulado a "Telmo", resultaran acertadas, un Gallo resiliente se quedaría con tres puntos necesarios y fundamentales, en otra prueba de carácter de este equipo, que supo reponerse de un comienzo de partido pobre en el desarrollo y en desventaja en el resultado, para terminar imponiéndose merecidamente en ambos aspectos del juego.

Ahora, a esperar a Chacarita. Para ratificar todo lo bueno, seguir "prendido" bien cerca de la punta (con un partido menos) y alimentar una ilusión que mantiene en vilo a todo el Oeste.

Resiliencia, carácter y triunfazo.


@elgallogustavo.



      
       📸: Deportivo Morón.



domingo, 13 de julio de 2025

De punto (en punto)

Morón no había jugado bien, había equivocado una vez más los caminos y había carecido de lucidez en la gestación y de profundidad en la definición, pero no merecía perder frente al equipo más mezquino y mañoso de la categoría, como Agropecuario, que se dedicó a hacer tiempo y había encontrado la diferencia a favor, a los '38 del complemento, en su segundo remate al arco en todo el partido, en un off side escandaloso sólo omitido por una terna arbitral vergonzosa.

Hasta que de un tiro de esquina desde la derecha del ataque del Gallo, Yair González capturara un rebote en el área y con un derechazo furibundo, descargando la bronca y la impotencia que generan esos encuentros, en los que los "amigos del poder de AFA" te hacen saber cómo funcionan las cosas, el balón impactara en el poste izquierdo del arco visitante, para el 1 a 1 del Gallo frente a Agropecuario, que le daba un poco más de justicia a un partido de escasa luces, pero indudables intenciones sólo del lado de Morón, a falta de dos minutos para arribar al tiempo reglamentario.

Y es que el equipo de Walter Otta fue más que su rival durante todo el desarrollo, porque fue el único que se propuso como objetivo quedarse con los tres puntos, mientras que la visita sólo apostó y apeló a una variedad inagotable de ardides y malas prácticas futboleras, con tal dejar pasar el tiempo, con la complacencia inocultable de un árbitro, como Juan Pablo Lousteau, que permitió que Agropecuario se sirviera de las peores artimañas para llevarse el punto que vino a buscar desde el arranque y a cualquier precio, y que por minutos no se alzara con el premio mayor, a los '38 del segundo tiempo, luego de un tiro libre desde la izquierda y el remate goleador de Alejandro Gagliardi, claramente en off side, salvo para el árbitro y su asistente.

Con algunos cambios en el once inicial, con el regreso de Leandro Finochietto al arco, en lugar de Julio Salvá, la vuelta "entre algodones" de Iván Vaquero como lateral izquierdo, en lugar de Joaquín Livera (quien lo hiciera de entrada en Jujuy) y el ingreso como titular de Ramiro Fergonzi, por Ivo Costantino, al banco de los suplentes, Morón no hallaría casi nunca los mejores caminos para vulnerar el cerco defensivo de su rival, más allá de un tiro libre de Fabricio Sanguinetti y un cabezazo del mismo, ambos al inicio de cada tiempo, más un remate desde lejos de Emilio Lazza y un ingreso en solitario de Juan Manuel Cabrera, bien anticipado por Germán Salort, el "1" visitante, así y todo mucho más que la mezquindad táctica de Agropecuario, que recién remataría al arco por primera vez, superada la media hora del segundo tiempo.

Pero el partido habría de complicarse un poco más, con la expulsión (correcta) de Lazza, a los 30 minutos del complemento, por doble amonestación, lo cual habría de incentivar a la visita a abandonar su libreto de equipo amarrete y mañero, para animarse a pisar el área de enfrente y casi en la primera acción medianamente seria y de peligro, encontrarse en ventaja, a falta de siete minutos para llegar a los '90, con un gol convalidado de manera inaudita, por un fuera de juego tan evidente como escandaloso.

Por suerte, Morón pudo hallar su premio mínimo, antes del cierre del pleito y hasta pudo ganarlo de arremetida y con uno menos, en los pies de Vaquero, en tiempo cumplido.

El Gallo estiró su racha invicta a doce juegos y se mantiene en una posición expectante, con un partido menos (debe el cotejo de la fecha 20, con Gimnasia de Mendoza, en el Oeste), pese a su bajón de rendimiento, individual y colectivo, y los imponderables de arbitrajes desastrosos que se equivocan siempre para el mismo lado.

De punto (en punto).


@elgallogustavo.



      📸: captura de pantalla, DirecTV Sports.


lunes, 7 de julio de 2025

Suma y sigue (prendido)

Dos semanas más tarde, luego de la postergación de su cotejo frente al "Lobo" mendocino, en el Oeste, el Gallo volvió al Norte para visitar al líder, Gimnasia de Jujuy, trayéndose consigo un empate a cero, importante por el rival y el contexto (siempre adverso, máxime ante el actual "caballo del comisario" de AFA), para mantenerse en un expectante sexto puesto, a seis unidades de su encumbrado rival (con un partido menos) y de paso, prolongar la racha positiva de once cotejos sin derrotas.

En un encuentro luchado, friccionado y casi sin emociones frente a los arcos, el equipo de Walter Otta dejó una imagen totalmente diferente, a la evidenciada hace quince días, también en el empate a cero, frente a Central Norte en Salta, siendo por momentos superior a su rival, pese a no jugar su mejor fútbol, pero sin sufrir el desarrollo en su extrema defensa, algo que había dejado un dejo de preocupación, tras el choque con el "Cuervo" salteño, con Julio Salvá como figura excluyente de dicho duelo.

En esta ocasión y frente al líder de la Zona "B", el "Lobo" jujeño, el de mayor cosecha de puntos, tomando en cuenta ambos grupos, Morón se plantó de igual a igual y jamás sufrió el trámite del partido, con una defensa cada fecha más sólida, pese a los cambios obligados y circunstanciales por lesión, tal la modificación obligada de Joaquín Livera como lateral por izquierda, en lugar de Iván Vaquero, uno de los puntos más altos en las últimas presentaciones.

En el medio, con Santiago Kubiszyn y Emiliano Franco, en reemplazo de los "averiados" Pablo Ferreira y Gastón González (determinante en cotejos precedentes, por ejemplo, frente a Almirante Brown en el Nuevo Francisco Urbano), el Gallo se las arregló para suplir la ausencia de un "cinco" tradicional, para no perder la marca en el círculo central y apeló a lo mejor de Mariano Bíttolo, mientras tuvo resto físico, para disimular la ausencia de Gastón González y sus "pinceladas" de calidad, cuando el partido se complica y requiere de la conjunción de sus mejores intérpretes.

Lástima que en ofensiva, al igual que sucediera en Salta, ni Ivo Costantino y Fabricio Sanguinetti, de entrada y más tarde, Ramiro Fergonzi y Jonathan Berón (más el errático partido de Yair González) pudieran acercar algo más de peligro al arco de Milton Alvarez, más allá de aquél tiro libre del referido Berón, a los '28 del complemento, que bien pudo ser el gol del triunfo en Jujuy, pero la base del poste derecho del arco local, jugaría a favor de un Milton, en la que poco y nada tenía por hacer.

Del lado del local, más allá de un centro "envenenado" al segundo palo, en el que se molestaran dos compañeros, el conjunto de Matías Módolo tampoco inquietó a un seguro Salvá y una defensa inexpugnable, con dos centrales impasables, como Emilio Lazza y una vez más, la figura destacada de Franco Lorenzón y por encima de todos ellos, otro partidazo de Juan Manuel Cabrera, el mejor de todos, propios y ajenos, en la tarde de San Salvador de Jujuy.

Con el pitazo final de Ariel Penel, de regular arbitraje, disimulando un par de infracciones para amonestación de los locales y algunas faltas no medidas con la misma "vara", propias de un especialista del "muñequeo" localista, el Gallo no sólo se llevaría un punto importante frente al puntero y en su "casa", siendo superior en algunos pasajes del encuentro (en especial, durante el inicio del segundo tiempo), sino que confirmaría una vez más, una dato de la realidad, nada menor: Morón está para pelearle a cualquiera, sin importar el rival ni la localía, en absoluta igualdad de condiciones.

Ahora, a reencontrarse con el Oeste, para procurar volver a sumar de a tres, frente a Agropecuario, en zona de Reducido y de andar irregular en el torneo, de aparente consideración en baja para el entorno de AFA, coincidente con la quiebra de sus utilidades fuera del campo (de juego).

Es el Morón de Otta, que suma y sigue (prendido).


@elgallogustavo.



       📸: Gimnasia y Esgrima de Jujuy.