sábado, 27 de noviembre de 2021

Cuando prevalece el orgullo, más allá de un resultado

Una pena.

Morón mereció ganar los dos partidos, pero le faltó contundencia.

El Gallo fue mucho más en el global de los '180, de hecho, fue el único que propuso, jugó al fútbol y generó las situaciones y los méritos suficientes, en ambos partidos, pero no pudo trasladarlo al resultado, que es lo que "vale" para pasar de fase.

Pero nada para reprochar, ni reprocharse... Se estuvo a la altura, se dejó todo, se mereció mucho más, al cabo de un gran torneo, de un plantel y cuerpo técnico para el aplauso, reivindicados en una propuesta futbolera y un sacrificio innegociable, ambos generosos por igual, pese a muchas críticas durante la temporada, algunas razonables y respetuosas, y otras tantas desmedidas y destempladas en las formas, los modos y los tonos.

Con el tiempo y los años, se aprende que en este mundo, donde todo se mide en términos de "éxito" y "fracaso", existen sin embargo, "derrotas" que enorgullecen y por el contrario, "triunfos" transitorios que sólo dejan eso... el "resultado".

Por ello, GRACIAS... Jugadores, cuerpo técnico, cuerpo médico, utileros, cancheros, colaboradores, empleados, dirigentes y secretaría técnica, por "regalarnos" una ilusión de Primera, nada menos, pero por sobre todas las cosas, una propuesta futbolística y un sacrificio como "bandera", que nos representara dentro de la cancha y nos hiciera sentir orgullosos como hinchas y socios, a lo largo de una exigente y agotadora temporada, mucho más allá de cualquier "resultado" circunstancial.

Una vez más... GRACIAS a TODOS... Y no existe otro análisis posible, más que éste mismo, con el "Corazón de Gallo" en la mano y el pecho inflado por nuestro "Orgullo Mayor".

Para la estadística, Quilmes pasó a semifinales del Reducido, tras imponerse 5 a 4 en los penales, luego de igualar 2 a 2 en el Nuevo Francisco Urbano y 1 a 1 en el "Centenario" (con el empate de Guillermo Villalba, otro que el fútbol y los goles importantes supieron "reivindicar" a tiempo).

Pero para nosotros, en este momento, no queda más que "romperse" las manos, en un aplauso cerrado que llegue al alma y al corazón de cada uno de nuestros protagonistas.

 "Alma y corazón" que dejaran en la cancha, cada fecha, superando obstáculos, madurando en la adversidad y ganándose por derecho propio, el respeto y la consideración de propios y extraños.

No hay nada más lindo que ser de Morón.

SIEMPRE!.


@elgallogustavo.



           📸: Deportivo Morón.

lunes, 22 de noviembre de 2021

Partidazo, empate y serie "abierta"

En un verdadero partidazo, Morón y Quilmes empataron 2 a 2, por el cotejo de ida de los cuartos de final, del Reducido de la Primera Nacional, en un "duelo" que tuvo todos los "condimentos" de una auténtica final: dos penales sancionados, uno ignorado (a Mateo Levato) por un pésimo árbitro como Darío Herrera (y eso que se trata de uno, "clase" Liga Profesional y con "categoría" de internacional), un expulsado (la primera amarilla a Brian Orosco, con diferencia de cinco minutos, con respecto a la segunda y definitiva, por una "infracción" tan inusual como ridícula) y un "expulsado" que debió ser y no fue, porque el mismo Herrera se "confundió" de infractor, en la primera amonestación, y Lautaro Pons, de él se trata, "zafó" de una roja bien ganada.

Con el retorno de Lucas Abascia, tras purgar la fecha de suspensión, debido a su expulsión ante Almagro, en el mismo escenario, por Cristian Paz, sumado a la ausencia obligada de Cristian Lillo, que viera la roja en Santiago y fuese reemplazado por Norberto Palmieri, y el cambio táctico del ingreso como titular, luego de largo tiempo, de Guillermo Villalba (autor del segundo tanto ante Güemes) por Tobías Zárate, en los primeros minutos, ante una multitud, en el Nuevo Francisco Urbano, al equipo de Lucas Bovaglio le costó controlar las acciones, tanto es así que, antes de los cinco minutos de juego, Bruno Galván tuvo que desbaratar las telarañas del ángulo superior derecho, del arco que da espaldas a la cabecera visitante, para sacar un tiro libre de gol, desde la izquierda del ataque "Cervecero", a cargo de Julián Bonetto.

Diez minutos más tarde, y en su segunda llegada al área local, Facundo Pons "peinó" un pelotazo largo, con destino a Emanuel Moreno, que en su intento por desbordar a Cristian Broggi, por la derecha de la defensa de Morón, envió un centro que fue a dar en la mano zurda del capitán del Gallo, previo a apoyar en el piso, y en una acción tan "fina" como discutible, Darío Herrera no dudó y sancionó el penal para Quilmes, que un rato más tarde, Facundo Pons, el "10" visitante, con un remate seco y al medio del arco, adelantara 1 a 0 al conjunto de Facundo Sava.

Con el correr de los minutos, Morón comenzó a dominar las acciones, a partir de la claridad habitual de Gastón González, la "verticalidad" y el desequilibrio de Brian Orosco, la velocidad de Alan Schönfeld y el buen complemento ofensivo, que demostrara la dupla de Mateo Levato y Guillermo Villalba.

Precisamente, una recuperación en el medio y posterior "corrida" por derecha de Schönfeld, se prolongaría en una centro largo, más allá del punto penal del área visitante, que Rodrigo Saracho, arquero de Quilmes, trataría de repeler, saliendo lejos de su arco e impactando contra el físico de Levato, en una infracción evidente, que Herrera no pudo soslayar y determinó el segundo tiro penal de la noche, en este caso para el local. A los '36, con un remate a media altura, al centro de la red, Gastón González le daría algo más de justicia al resultado, con el 1 a 1 parcial, anotando su noveno gol en el torneo, el cuarto desde los "doce pasos".

Antes del cierre del primer tiempo, y para corroborar que el Gallo merecía más que el "Cervecero", primero lo tendría Villalba, con una volea a metros del arco, que se iría por sobre el travesaño y un par de minutos más tarde, una buena jugada colectiva, terminaría con González otra vez en situación de gol, y cuando se aprestaba a sacar el derechazo para el 2 a 1, Pier Barrios pondría justo, la punta de su botín derecho, para mandarla al tiro de esquina, en un esfuerzo encomiable del primer zaguero central visitante.

El complemento resultaría una continuidad del final de la primera parte, con un Morón apretando a Quilmes cerca de su arco, para propiciar el error "forzado", que primero tendría un remate de Villalba, desde el sector derecho, que impactaría en el ángulo superior izquierdo, del arco de un Saracho ya vencido y, minutos más tarde, un nuevo penal no cobrado, en perjuicio de Mateo Levato, cuando intentaba deshacerse de su marca, ingresando al área, para empujar otra buena "trepada" y centro de Alan Schönfeld. 

Sin embargo, a los '10 de la segunda etapa, Mateo Levato tendría su "revancha", cuando de un centro desde la izquierda de Leonel Bontempo, la pelota le quedara por el sector opuesto a Schönfeld, para probar el remate al arco, y del rebote en un defensor, el balón quedara "suelto" a merced de Facundo Pons (el mejor de la visita), pero en ese momento, Norberto Palmieri (de buen partido), recuperara dos veces la pelota, yendo al piso con el "alma", primero ante el referido Pons y enseguida, anticipando a Pier Barrios, para que Mateo Levato la recibiera dentro del área, sólo sobre la izquierda, y sacara un "latigazo" de derecha inapelable, para el merecido 2 a 1 del Gallito y el tercer tanto en la temporada del oriundo de Pergamino, una gratísima realidad desde su llegada, con algunas "pinceladas" viniendo desde el banco, consolidándose luego, en los tramos finales de la fase regular, como titular con el dorsal "7" en la espalda.

Cuando el partido estaba "a pedir de Morón", en el resultado, como en el desarrollo, la vehemencia que llevara al piso a Palmieri, para recuperar dos veces la pelota, en el gol de Levato, a los '26 del complemento, le jugaría en contra, porque llegaría a destiempo contra Pons y le "regalaría" a la visita, un tiro libre, sobre la derecha, a primera vista, lejos para probar al arco, pero Facundo Silva (había ingresado un par de minutos antes, por Brandon Obregón), con un gol "de otro partido", sorprendería a todos, incluido a Galván, para ubicarla por fuera de la barrera, sobre el poste zurdo del "1" de  Morón, aprovechando su adelantamiento, seguramente pensando en ir a cortar el centro, que nunca fue.

En esa jugada, muy costosa para el equipo de Lucas Bovaglio, más allá del segundo gol de la visita, para el 2 a 2, Brian Orosco correría la pelota del lugar decidido por el ejecutante del tiro libre, ganándose una amonestación "infantil", entre la acción evitable del "10" de Morón y la extrema "rigurosidad" de Darío Herrera. 

La misma "rigurosidad" que no tuvo, tras una pelota al tiro de esquina con empujón a Abascia incluido, y en el área local, Facundo Pons le arrojara un cabezazo a Franco Verón y como consecuencia del mismo, unos minutos después, sancionara con amonestación al "6" del Gallo (que llegó a la quinta y se pierde la vuelta, el sábado próximo) y confundiese a Tomás Blanco con Facundo Pons, sacándole la amarilla al jugador equivocado en la visita... un auténtico mamarracho, en el mejor de los casos y el más "naif" de los supuestos.

Por si fuera poco, menos de cinco minutos después, una pelota recuperada por Abascia en el medio, la impulsara hacia adelante, con destino a Brian Orosco, quien extendiera la pierna para hacerse del balón, al mismo tiempo que Pier Barios salía con la cabeza para rechazar, y entre el mínimo roce entre ambos, con Barrios en el piso, como si hubiese sufrido un ACV, Herrera le sacaría la segunda amarilla a Orosco, sacándolo del juego y también de la "revancha" en el "Centenario".

De allí y hasta el final, con diez hombres por tercer partido consecutivo (tras las expulsiones de Lucas Abascia con Almagro, Cristian Lillo ante Güemes y este domingo, Orosco frente a Quilmes), el equipo de Bovaglio entendería que este "duelo" de 180 minutos, no se define, ni mucho menos en los primeros '90, procurando buscar el triunfo, puesto que está en el ADN de este plantel y cuerpo técnico, pero sin desesperarse ni descuidarse en defensa.

En definitiva, si bien el empate final podía sonar a poco "premio", para los merecimientos de uno y otro, máxime con aquél gol increíble de Quilmes, cuando el Gallo lo diera vuelta, lo justificaba en el resultado y lo dominaba en el desarrollo, Morón dejó una muy grata impresión, de cara a la definición en cancha del "Cervecero", siendo superior al equipo de Sava, por juego y temperamento.

La serie está "abierta" y Morón pretende seguir haciendo historia.


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martes, 16 de noviembre de 2021

Triunfo y clasificación, con el "corazón" y mucho de hazaña

Contra todos y a pesar de todo (los vaivenes propios y los factores de poder externos, que jugaran un rol preponderante durante toda la temporada), el Gallo llegó a Santiago del Estero, para enfrentar a Güemes, con la premisa de un único resultado posible, para clasificar al torneo Reducido: ganar. Y habría de conseguirlo, en uno de esos partidos que quedarán en el recuerdo de los hinchas y la historia del club, por acceder al objetivo con mucho de "sabor" a hazaña.

Y es que Morón enfrentaba a varios "rivales" en simultáneo, como el agobiante calor santiagueño, en un cotejo programado para las cinco de la tarde, un estadio absolutamente adverso, con miles de "almas" "Gauchas", expectantes por la posibilidad de acceder a la final por el primer ascenso, siempre y cuando venciera a su visita y se dieran una serie de resultados, comenzando por la derrota de Barracas, ambas variables ausentes en la tarde del lunes, tanto en Campana (en el duelo entre Dálmine y el "Guapo"), como en la propia ciudad capital de Santiago del Estero.

Y el equipo de Lucas Bovaglio se sobrepondría a todo y a todos, fuesen sospechas o realidades, para derrotar con justicia a Güemes, que lejos de "soñar" con disputar la final, con el 2 a 1 en favor del visitante, se quedaría afuera del Reducido, y eso que con el empate le alcanzaba para clasificar y postergar las ilusiones del Gallito.

Pero Deportivo Morón, en una continuidad del muy buen nivel demostrado en las fechas de cierre, aún en la caída sorpresiva ante Santamarina, con aquél primer tiempo brillante y contundente ante Defensores de Belgrano, en el Oeste, los '45 iniciales en la noche de Tandil, donde debería haberse ido al descanso con ventaja de dos y hasta tres goles, pero su falta de puntería, lo privara de un resultado positivo, en un segundo tiempo para el olvido, hasta la victoria trabajada y laboriosa con Almagro, en el Nuevo Francisco Urbano, donde el Gallo justificara con fútbol el triunfo parcial y al quedarse con diez, "resistiera" con solvencia en el complemento, dando señales de todo lo bueno que evidenciara en Santiago, con pasajes de buen fútbol, a la hora de la búsqueda necesaria y con mucho temperamento y aplomo para "bancar" los últimos '20, otra vez con uno menos, sin Cristian Lillo y Bruno Galván, el primero expulsado y el segundo lesionado, ya con el descuento local, en el contexto de un "hervidero" por estadio, adentro y afuera, sea por el intenso calor y la obligación de empatar que "bajaba" de la numerosa parcialidad local.

Así las cosas, con la cuota de tranquilidad e inteligencia para manejar la pelota y presionar a su rival, en todos los sectores de la cancha, y al mismo tiempo, de carácter para salir a buscar el triunfo necesario en "terreno hostil", jugando el encuentro en campo local, a partir del criterio y el despliegue del "cerebro" de este equipo, Gastón González, bien secundado por un Brian Orosco que, cada vez que encara rumbo al arco rival, desequilibra por velocidad y gambeta, Morón desde el inicio se convertiría en protagonista exclusivo de las acciones, obligando al buen equipo de Güemes a oficiar de "partenaire" en su propia "casa".

Con el correr de los minutos, Morón iría acumulando momentos de buen juego asociado y méritos suficientes para estar en ventaja, pero la falta de precisión en el último pase, le impedían contabilizar situaciones de gol, más allá de un tanto bien anulado a Mateo Levato (otra vez, de gran partido, "punzante" en ataque y solidario en el repliegue defensivo), por posición adelantada.

Sobre los '28 del primer tiempo, Gastón González impulsó la pelota por izquierda, para que de primera, Tobías Zárate buscase a Mateo Levato por el centro del área, que controlado por su marca no pudo tomar contacto con el balón, pero sí Cristian Broggi, en posición de delantero diestro, para asistir de gran manera a Brian Orosco, que llegando a la carrera, de frente al arco, y cara a cara con Julio Salvá, la pusiera a contra pierna del ex "1" del Gallo, sobre su palo zurdo, cuando Julio comenzaba a jugarse por el remate cruzado sobre el palo derecho y más lejano. Golazo, segundo consecutivo de Orosco, para poner el merecido uno a cero en favor de la visita, que era mucho más en el juego que el "Gaucho".

Sin sobresaltos hasta el cierre de la primera etapa, Morón justificaba la ventaja parcial y quedaba la sensación que, de hilvanar una contra con acierto, podía comenzar a cerrar el resultado, "jugando" con el nerviosismo y la ansiedad de un Güemes que no encontraba los caminos al arco de Galván.

En el complemento, Lucas Bovaglio decidiría la inclusión de Guillermo Villalba por Tobías Zárate, y la "suerte" le daría un guiño, algunos minutos más tarde, porque más allá de un tiro libre de mucho peligro, en el borde del área, que Nicolás Barrientos, el "10" local, la "colgara" apenas ancha sobre el poste derecho de Galván, un Morón que seguía siendo más, "enarbolaría" un gran réplica, con Alan Schönfeld como "abanderado" (nuevamente, de los más destacados de la tarde santiagueña), haciendo la "pausa" justa para esperar la llegada a su espalda de Levato, que luego de avanzar unos metros, sin oposición (porque la marca se la había "llevado" Schönfeld), ensayara un centro preciso para la cabeza de Guillermo Villalba, que ganando en el salto, metiera un "frentazo" de pique al piso, junto al "caño" izquierdo de Salvá, para dejarlo sin reacción y desatar la euforia del 2 a 0, a los '20 del segundo tiempo.

Seis minutos más tarde, Bruno Galván debería abandonar el terreno, por una molestia en la cintura, ingresando Juan Martín Rojas en su lugar, sin acción desde hacía un largo rato, y obligado a mostrar todo su temple, nada menos que en semejante final. Para colmo, en la primera que le tocara intervenir, debió salir a cortar un peligroso avance del ingresado, Matías Pato, arrojándose a los pies del "18", en el límite de la falta, y cuyo rebote lo aprovechara otro sustituto (autor de uno de los tantos, en el cotejo entre ambos, en el Oeste), Diego Diellos, para rematar al arco sin "golero" de Morón, con Cristian Lillo junto al poste izquierdo, que no tendría más remedio que "meter la mano", para evitar el descuento local. Conclusión: penal para Güemes, expulsión para otro de las baluartes de la tarde santiagueña, como el "capitán sin cinta", Cristian Lillo, y la ejecución posterior de Federico Boasso (también autor de un gol, en el 0-2 de la ida, en Morón), sobre palo derecho de Rojas, cuando el joven arquero del Gallo se había "jugado" sobre su poste zurdo.

Con el descuento local, y 19 minutos por delante, sin el agregado, además del hombre de menos, el equipo de Bovaglio sacaría a relucir, una vez más, el "corazón" que lo distingue, y que en varios encuentros ha disimulado otras carencias técnicas, que sumado a una personalidad para el aplauso, le permitirían "resistir" los embates sin ideas, pero repetidos del local, respondiendo la defensa en gran nivel, y destacándose Juan Martín Rojas en un par de situaciones peligrosas, como un remate que tenía destino irreversible de red, sobre el vértice del travesaño y el "caño" izquierdo, pero la "volada" espectacular" del "12" visitante, dejara "atragantado" el grito de gol fallido de los "Gauchos".

En este punto, es importante destacar que, pese al jugador de menos y el empuje local, Morón jamás resignaría su vocación ofensiva, contando con alguna chance para ampliar el marcador, pero fundamentalmente, para defenderse con la pelota y jugar los últimos seis minutos del tiempo agregado, en terreno rival, bien lejos de su arco.

El "pitazo" final de Pablo Echavarría, de correcto arbitraje, resultaría un desahogo, para los protagonistas dentro del campo de juego, y para miles de corazones emocionados a la distancia, frente a la pc, el televisor, la tablet o el celular, al consumarse uno de los triunfos más trascendentes de los últimos tiempos, con mucho de hazaña y de épica.

Pese a todos y a todo (los vaivenes propios y los factores de poder ajenos), el Gallo cumplió con su parte, se impuso 2 a 1 en Santiago del Estero, y a pesar de los contratiempos del penal y la expulsión, le sobró personalidad y carácter, para acompañar el fútbol que justificaran su clasificación al torneo Reducido.

Ahora, es tiempo de pensar en Quilmes, el domingo 21 en el Oeste (19:15), y el sábado 27 en el "Estadio Centenario".

Y lo mejor de todo... con el "corazón" de este Morón, todo, pero absolutamente todo, es posible.

Aplauso de pie por una alegría, de esas que se atesoran para siempre, pero con la convicción y la fe renovadas de ir por todo.

Vamos Gallo!.


@elgallogustavo.



           📸: Deportivo Morón.

miércoles, 10 de noviembre de 2021

El lunes serán uds...

El lunes serán uds… Pero jamás estarán solos, siempre estaremos acompañándolos y alentándolos, porque el corazón no sabe de distancias, ni la pasión se puede medir en kilómetros.

El lunes serán uds… Once contra once y el público en contra. Y aunque sean doce, trece o catorce, jamás serán más fuertes que los titulares y suplentes que salgan a la cancha, más el cuerpo técnico, médico y auxiliares, porque ninguno de ellos tendrá lo que nosotros tenemos en el pecho, que es el escudo y los colores, por los que dejamos hasta el último jirón de vida.

El lunes serán uds… Con la cabeza fría, aunque la temperatura agobie, porque más caliente que el clima, tendrán el “Corazón de Gallo", dispuesto a dejarlo todo en cada pelota.

El lunes serán uds… Y estarán respaldados por el amor incondicional de la familia, que los bancaron en todas, durante el transcurso del año, y nadie más que ellos, merecen un final con lágrimas de emoción y gritos de festejo, luego de tantas amarguras compartidas en silencio.

El lunes serán uds… Y van a “vender cara la derrota”, porque el sacrificio jamás se negocia, y más allá del éxito deportivo, lo que está en juego, en definitiva, es la dignidad propia y el orgullo de equipo.

El lunes serán uds… Y que al final del día, sólo se hable del corazón de Morón, por encima de cualquier resultado.

El lunes serán uds… Más las familias, y nosotros, sin importar la distancia. Y entre todos, no hay dudas, tenemos la fortaleza suficiente para hacer realidad cualquiera de nuestros sueños.

El lunes serán uds… Y nosotros. 

No podemos perder.


@elgallogustavo.



domingo, 7 de noviembre de 2021

Con el "Corazón de Gallo" en la mano

Luego de la inesperada derrota en Tandil, de una semana atrás, el Gallo recibía a Almagro, en el Nuevo Francisco Urbano, con la premisa de ganar o ganar, a fin de conservar chances matemáticas de clasificar al torneo Reducido por el segundo ascenso, hasta la jornada de cierre del certamen, que implicará nada menos que la visita a Santiago del Estero, para visitar a Güemes, entre el calor de la tarde santiagueña, las urgencias y los nervios de un duelo entre rivales directos y los arbitrajes vergonzosos, máxime en "territorio" de Pablo Toviggino, "mano derecha" del presidente de AFA (que en cualquier momento, puede terminar con un "muñón", en lugar de "mano  diestra", por el "juego propio" que viene evidenciando el presidente de la Liga Santiagueña y tesorero del Comité Ejecutivo, en una "Casa Madre" del fútbol argentino, donde las "lealtades" resultan tan confiables como los "hombres de negro" de Federico Beligoy).

Y Morón cumplió con su parte, porque elaboró una trabajada y laboriosa victoria frente al siempre complicado, "Tricolor" de Villa Raffo, con un comienzo mejor de la visita, en los primeros minutos de juego, una mejoría notoria del Gallo, a partir del primer cuarto de hora, que "arrinconaría" a su rival contra el arco defendido por Horacio Ramírez, que le negaría una golazo de "chilena" a Gastón González, y algunos minutos más tarde, la "perla negra" de cada encuentro, con otro penal inaudito no sancionado en favor del equipo de Bovaglio, ante una mano indisimulada de un defensor, lejos de su cuerpo y con el único fin de evitar el derrotero del balón rumbo a la red (luego del lateral largo de Bontempo y el cabezazo de Abascia en el área grande), frente a la mirada atenta y en inmejorable posición de Yael Falcón Pérez, que prefirió como muchos de sus colegas, a lo largo de 33 fechas, acatar sin rubores la "bajada de línea" del poder de AFA, que transformara al presente campeonato de la Primera Nacional, en el más bochornoso y vergonzante de nuestra historia.

Por eso tampoco sorprendería la apertura del marcador, a los 33 minutos de la etapa inicial, en momentos en que Morón era mucho más que su rival y no se hallaba en ventaja sencillamente por un acierto fenomenal del "1" visitante y los "errores dolosos" repetidos de un arbitraje local, reducido a la "servidumbre" del presidente de AFA y su séquito de obsecuentes "cortesanos", cuando de un lateral/centro al área, desde la banda zurda, a cargo de Leonel Bontempo (de enorme partido y en el "podio" de los más destacados de la tarde-noche, desdoblándose en defensa y ataque, cuando el equipo  se quedara con diez hombres), el balón fuera "peinado" por Mateo Levato (otro de los puntos altos, "punzante" en ofensiva, bancándose un segundo tiempo de "llanero solitario" y "generoso" para bajar a cubrir en inferioridad numérica), para que Tobías Zárate recibiera el pase y lo prolongara hacia Brian Orosco, que ingresando en diagonal, del centro a la izquierda, definiera con clase y precisión, con un remate bajo al segundo palo de un Ramírez que nada pudo hacer.

En los minutos subsiguientes a la apertura del marcador, bajo el incesante aliento de su gente, Morón contaría con alguna oportunidad más para ampliar el marcador, pero además controlaría los tiempos, el balón y el terreno, ante un equipo de Walter Perazzo que no lograría hacer pie, ni mucho menos poner en peligro una tranquila diferencia parcial de Morón, salvo por aquella "excursión" inicial de Braian Cuello, ganándole la espalda a Cristian Broggi y rematando cruzado apenas desviado, sobre el poste más lejano de Bruno Galván, a los '6 de iniciada la contienda.

Sin embargo, algunos desajustes en el retroceso de un "equipo" corto, que procuraría presionar constantemente a su rival, encenderían las "alarmas" de un Morón que transcurría con solvencia el  primer tiempo, hasta que en el primer minuto agregado, una vez cumplidos los '45 iniciales, de un rechazo largo desde la defensiva visitante, Walter Rueda, el "10" de la visita, aprovecharía un "quedo" inexplicable en terreno local, para ganar la "espalda", en este caso por la derecha y a Lucas Abascia, que debería recurrir a la infracción como último recurso, a centímetros de cometerle penal y para evitar que quedara "cara a cara" con Galván. Conclusión: Abascia resultaría correctamente expulsado por el árbitro y si bien el tiro libre posterior, al borde del área, no traería consecuencias para el arco del Gallo, el quedarse con un hombre de menos modificaría el rumbo y la tónica general del segundo tiempo, con un local condicionado por la expulsión y obligado a cederle la pelota y la iniciativa a su rival. 

Con el ingreso previsible de Cristian Paz, para rearmar la línea de cuatro defensiva, en lugar de Tobías Zárate, Morón procuraría en los primeros minutos del complemento, continuar "apretando" en terreno visitante, y pese a generarle nuevas zozobras a la defensa de Almagro, con el correr de los minutos debió retroceder unos metros, para esperar a su rival en campo propio, algo que el "Tricolor" aprovecharía para monopolizar el trámite de la etapa, aunque sin generarle situaciones de riesgo a Galván, excepto en un par de ocasiones, con centros desde los laterales, siempre bien resueltos por la última línea del Gallo, con Franco Verón de notable y eficaz tarea, "emblema" de la "resistencia" de Morón, a los embates sin ideas, aunque potencialmente peligrosos de los visitantes.

Con poca gente en ofensiva, para acompañar a Mateo Levato, crecería el aporte de Leonel Bontempo (autor de una gran jugada por izquierda, para ganarle la posición por oficio y decisión al lateral derecho y sacar un centro que, de no mediar un despeje providencial, esperaba por la cabeza goleadora de Levato), el sacrifico de Alan Schönfeld por derecha, para correr, "aguantar" y generar alguna jugada de riesgo, y fundamentalmente, del mejor de la cancha, Gastón González, quien además del criterio y el talento al que nos tiene gratamente acostumbrados, también le agregaría un sacrificio generoso, para tener la pelota "arriba", abastecer al punta y los volantes que llegaran, pero en especial, generar "pausas" e infracciones que resultaran auténticos "oasis", para el "descanso" de un Morón con diez hombres durante todo un tiempo y pocas "piernas", en medio de un trámite, por momentos "frenético", de ida y vuelta constante.

Del otro lado, Cristian Lillo, de regreso como titular, luego de su ausencia a último momento en Tandil, por una dolencia en la espalda, se convertiría en un defensor más, para ayudar en la "resistencia" de un Morón que sostuvo con "corazón", diez contra once, lo que supo ganar con fútbol, once contra once, y pese a los "latrocinios" reiterados de nuestro incalificable referato.

En los instante finales, Cristian Broggi tuvo el segundo, tras un tiro de esquina desde la derecha de González, pero Horacio Ramírez, arrojándose sobre su palo derecho, quiso poner a prueba la tolerancia cardíaca de los hinchas de Morón, en el estadio y frente al televisor.

En la quinta posición, con 50 unidades y +1 de diferencia de gol, el equipo de Lucas Bovaglio se jugará su clasificación, a todo o nada, en la fecha de cierre, ante Güemes en Santiago del Estero... Y todo lo demás, que viene por lamentable añadidura.
Mientras tanto, el Gallo ya aseguró su participación en la "Copa Argentina" de 2022, en la que llegara a octavos en 2016 y accediera a semifinales en 2017, pero estuviese ausente en las últimas dos ediciones.

A todo o nada, con el "Corazón de Gallo" en la mano. Hasta el final.


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              📸  : Fabián Acuña.