Luego de una de las semanas más futbolísticamente convulsionadas, de los últimos años a esta parte, con la renuncia de Gastón Coyette en el medio, tras su fallido intento de "limpiar" a Damián Akerman, y el respaldo unívoco del ídolo entre los socios e hinchas, que empujara a la directiva a "soltarle la mano" al ahora ex entrenador, so pretexto de desconocer la decisión y voluntad del DT, el equipo dirigido una vez más por la "dupla" de "Chiche" Migliardi y Joaquín Iturrería (pero esta vez, no como "interinato") volvió a "gritar" un gol, tras cuatro partidos en cero, aunque no alcanzaría para quedarse con los tres puntos, ante un "amarrete" Deportivo Riestra y un siempre polémico Diego Ceballos, árbitro del encuentro.
En efecto, la insólita determinación de Coyette, el jueves de la pasada semana, de comunicarle al jugador más trascendente en la historia del club, de que no iba a ser tenido en cuenta, con siete meses de contrato por delante, en vigencia física y con un "adiós" meditado en las "gateras", acorde a esa dimensión de futbolista récord, que posiblemente jamás pueda emularse ni en otros 75 años de vida como institución, y la desprolija salida de su cargo, entre directivos que perjuraban no saber nada (lo que es aún más grave que haberlo premeditado), en un desagradable "deja vú" de aquellos años de desorden y anarquía futbolera, entre el 2010 y mediados de 2016, Alejandro "Chiche" Migliardi, otro ídolo de Morón y desde 2018 a esta parte, devenido en "bombero" y "boy scout", todo al mismo tiempo, aceptaría un nuevo reto, junto a Joaquín Iturrería, al frente una vez más del primer equipo, apenas un par de días antes del compromiso formal con Deportivo Riestra.
En lo estrictamente futbolístico, en la gélida noche del Nuevo Francisco Urbano, este Morón que no gana..., para "disgustos" (dentro y fuera de la cancha), a los cinco minutos de iniciado el juego, el "destino" o mejor dicho, la "runfla" permanente del Colegio de Árbitros, complicaría aún más la situación precedente, a partir de un penal inexistente sancionado por Diego Ceballos, un "abonado" a convalidar penales fuera del área.
Porque la mano de Cristian Paz existió, sin ninguna duda, pero fuera del rectángulo comprendido por el área grande, que según parece Ceballos desconoce cada vez que le toca arbitrar a un equipo cercano al "poder" de AFA.
"Speed" y "furioso", Walter Acuña cruzaría el disparo sobre poste izquierdo, para dejar sin chances a Juan Martín Rojas, que venía de contener un tiro desde los doce pasos, en el "amanecer" del cotejo frente a Patronato, por "Copa Argentina", para que la convulsionada semana de Morón, sufriera otro "cachetazo", con el uno a cero del "Malevo", en su primera acción ofensiva de juego.
Pese al "cimbronazo" de la desventaja desde el "vestuario", el Gallo no perdería la calma, situándose en terreno contrario y procurando arribar al empate con más voluntad que fútbol, una constante a lo largo de las diecisiete fechas disputadas del presente campeonato.
Con los regresos de Leonel Bontempo y Lucas Abascia, tras sus ausencias obligadas, en el viaje a Santiago, y el cambio táctico de Santiago Sala en reemplazo de Rodrigo Sayavedra, que no figuraría ni entre los concentrados, Morón iría con decisión, pese a la poca claridad, y de un centro desde la izquierda de Fernando Bersano y un rechazo de la defensa, Gastón González recuperaría algo de la "memoria" del torneo pasado y con un derechazo letal, fortísimo y a media altura, desataría el "nudo" de gol "atragantado" en las gargantas de los hinchas del Gallo, para meter un "zapatazo" hermoso y un golazo que reconciliaba el resultado con el trámite del partido, a los 12' del primer tiempo.
De allí y hasta el final de la etapa, se vería lo mejor de Morón en la noche, "apretando" a su rival contra su área, pero una vez más, sin la cuota necesaria de lucidez y contundencia como para aprovechar su mejor momento en el encuentro, antes del descanso del entretiempo.
En el complemento, el Gallo intentaría repetir la postura de protagonismo de la etapa inicial, pero no lograría "lastimar" a su adversario, más allá de un remate a distancia, a cargo de Bersano, que demandaría una gran atajada de Matías Vega, el "1" visitante, para evitar que el Gallo lo diera vuelta.
Como contrapartida, este flojo Riestra, tampoco complicaría a la última línea local, convirtiendo al segundo tiempo en una etapa sin emociones y con una mayor tenencia del balón, por el lado del Gallo, pero que se diluía en los "arrabales" del área del "Malevo" de Pompeya.
Con la "chapa" final del uno a uno, y el despropósito de un Morón con mayor cantidad de amarillas, en relación a un Riestra que se "cansó" de "pegar", en especial durante el primer tiempo, como nos tiene acostumbrados, máxime en presencia de la complicidad tácita de árbitros condescendientes con los "amigos" del poder, tal el caso repetido de Diego Ceballos, el Gallo de la "dupla" Migliardi-Iturrería, supo sobreponerse a una semana compleja y un partido "cuesta arriba", para sacar un "aprobado" con apenas dos entrenamientos previos al "estreno".
Ahora, otro tipo de prueba y medida: a visitar Barrio Alberdi, para enfrentar al único líder, Belgrano de Córdoba.
Después de la "tormenta", algo de calma.
Y un gol, tras cuatro fechas, que no es poco.
A confiar, trabajar y ordenar lo que haya que ordenar, mucho más allá de la línea de cal.
@elgallogustavo.
📸: Deportivo Morón.