En un torneo de la Primera Nacional, caracterizado (para bien o para mal, de acuerdo al "paladar" personal) por la paridad y la irregularidad, el Gallo de Lucas Bovaglio no logra escapar a las "generales de la ley" futbolera de la temporada, en la categoría, mediatizado también en su andar, por la irregularidad en el juego y consecuentemente, en los resultados, transcurridas ya 20 fechas de las 34 de la etapa (justamente) "regular" de competencia.
En efecto, en esta suerte de certamen de "rachas", donde Morón casi ha ganado tanto, como lo que ha perdido, convirtiendo al empate (tal vez, la alternativa matemática más gráfica de la "paridad" ausente) en una "rareza" en la actual campaña, volvió a perder (tras dos victorias en serie), en la tarde de sábado, ante un Tristán Suárez que con muy poco y bastante de oportunismo, supo dejar los tres puntos en Ezeiza.
Con el mismo "once" de inicio, respecto del trabajoso triunfo de la jornada anterior, frente a Ferro en el Oeste, el Gallo comenzó mejor el partido, asumiendo el rol de protagonista, y dentro de la "chatura" de una trámite más propio de la "B" Metro, que de la Primera Nacional, en aquél primer tiempo lograría manejar los tiempos, el balón y el terreno de juego, sin pasar mayores sobresaltos en el arco defendido por Bruno Galván, y sin generar demasiado en los metros finales del rival, con un par de situaciones claras de gol, le alcanzaría para "aprobar" el "examen" de los primeros '45 y ser más que Tristán, en el balance de su desarrollo.
Así las cosas, en la jugada más peligrosa de la primera mitad, entre Rodrigo Lugo, arquero local y el travesaño, le negarían a la visita la apertura del marcador, de manera increíble, primero ante la definición de Tobías Zárate, rechazada por el propio golero, y de cuyo rebote lo tuviera en el área chica, por dos veces, Cristian Lillo, y en la culminación del "pinball" en el área de Suárez, el cabezazo de Santiago Sala pegara en el travesaño, en una acción en tres "actos" que, a la luz del resultado final, Morón lamentaría su falta de puntería y en contraposición, Tristán se beneficiaría con la fortuna repetida, de una jugada que debió sin dudas terminar en gol.
Ya en el complemento, en un trámite que iría in crescendo en intensidad, pero no de la "buena", de aquella que genera un partido atractivo de "ida y vuelta", sino de la otra, la que va lentamente "calentando" los ánimos de los protagonistas, merced a la mala actuación de un Ariel Gastón Suárez, árbitro del encuentro, cuya permisibilidad, en especial con los "roces" propuestos por el conjunto local, terminarían por "crispar" los nervios de unos y otros, "juego" en el que claramente se beneficiaría el "dueño de casa".
Para colmo, en la primera acción "seria" de gol, Tristán hallaría la primera ventaja, a los '15 del segundo tiempo, a partir de una pérdida del balón en terreno local, de Luciano Guaycochea, que generaría una réplica rápida del local, con el cabezazo del "inoxidable" Marcos Britez Ojeda, en mitad del campo, ganándole en el anticipo a Franco Verón, y la corrida en soledad por el flanco derecho del ataque local, a cargo de Ezequiel Mellillo, con tiempo y espacio para levantar la cabeza y divisar la llegada por el medio del área, de Brian Miranda, también sin marcas, en un mal retroceso defensivo de Morón, que terminaría con el remate potente y alto del "10" de Suárez, lejos del alcance de Bruno Galván.
A partir de allí y como sucediera en varios partidos del actual campeonato, a Morón le costaría recuperarse de la sorpresiva desventaja y recuperar la "vertical", permitiendo que el local comenzara lentamente a justificar la diferencia, "enmarañando" a Morón en su juego de "roces" y pérdida de tiempo recurrente, ante lo cual la visita no pudo oponer algo mejor, que el adelantamiento en el terreno, aunque sin ideas ni mucho menos profundidad.
Y casi de "manual", como en varias de las otras siete derrotas anteriores, en el primer minuto de tiempo agregado, con una visita "jugada" en ataque, un corte defectuoso en el medio, derivaría en un pase en profundidad, por la izquierda de la ofensiva local, para que otro "Brian", en este caso Giménez, "cara a cara" con Galván y sin marcas, definiera bajo y rasante, contra el poste más lejano del arquero de Morón, con la "fortuna" que la pelota rebotaría en el palo y se metería por el sector opuesto del arco visitante, en otra acción de "pinball", nuevamente favorable a Tristán, para el definitivo 2 a 0.
Reza un viejo refrán, que "a la suerte hay que ayudarla". Y en el caso de Morón, esa "ayuda" se llama "regularidad".
A pensar en "Jujuy" (y no "apunarse").
@elgallogustavo.
📸: Deportivo Morón.
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