Morón jugó mal, nervioso, impreciso y apurado y no sólo no pudo pasar de un pálido empate en cero, frente a un All Boys de mediocre torneo, sino que además no pudo recuperarse de la costosa caída en Córdoba y desaprovechó una oportunidad inmejorable para recortar distancias significativas con Almirante Brown, derrotado en la víspera por el propio Estudiantes de Río Cuarto.
Con el regreso de Damián Adín, por Pablo Calderón (que llegó al límite de amarillas), en el lateral derecho y las ausencias obligadas de Maxi Coronel (por una lesión que lo mantendrá afuera por el resto del campeonato), Leo Ramos, expulsado el pasado lunes y Santiago Coronel (informado por Emanuel Ejarque, al término del partido en Río Cuarto y sancionado con dos fechas, al igual que Juan Martin Rojas, que recibiriera cuatro jornadas de suspensión), el equipo de Fabián Nardozza contaría con la vuelta esperada de Ezequiel Rescaldani (tras superar su fractura orbital), sumados a los ingresos de Facundo López y Santiago Kubiszyn para suplir el "mal de ausencias" que dejara la malograda "excursión" cordobesa.
En una jornada fría y destemplada, con mucho viento y una constante amenaza de lluvia, el "calor" supo ponerlo como siempre, la multitud del Gallo que se acercara al Nuevo Francisco Urbano, para irse a casa, al cabo de uno de los partidos más flojos de la "era Nardozza", con el "sabor amargo" de un empate a cero que califica la pobre actuación individual y de conjunto, frente a un All Boys que jugó mejor, manejó la pelota con mayor criterio y de haber contado con mayor efectividad, hasta podría haberse llevado los tres puntos para Floresta.
Y es que Morón jamás haría pie en el terreno de juego, y no por el estado del mismo, que evidencia mejoras fechas tras fecha, sino porque la ausencia del "Tipo" Coronel se haría manifiesta (pese a que no venía en su mejor versión, en los últimos cotejos), para dotar a Morón de esa cuota de pausa y claridad que no pudo hablar, ni en Brian Orosco y Kubiszyn, en el primer tiempo y parte del segundo, ni en Diego Sosa, Santiago Sala y Gonzalo Salega, en el complemento, ni mucho menos profundidad en un desconocido Franco García, que tuvo una tarde gris como el resto de sus compañeros y un Rescaldani que pese al tiempo alejado de las canchas, supo arreglárselas para "pivotear" e intentar juntarse con sus mediocampistas.
Así las cosas, un Morón apurado, impreciso y visiblemente nervioso en todos sus protagonistas, sólo por momentos pudo "empujar" a All Boys contra su arco, como en ese par de minutos, promediando la primera etapa, en que Orosco estrellara un tiro libre contra el palo, o aquella en que Gonzalo Berterame (otro de bajo nivel en los últimos tiempos) desbordara por derecha y su remate fuese contenido a medias por Lisandro Mitre, arquero visitante y su rebote capturado por Franco García, cuyo derechazo con destino de gol, terminara rechazado por el brazo válido de un defensor, casi en la línea de gol, apenas por delante de su propio golero.
Como contrapartida, casi sin proponérselo, el equipo de Norberto Paparatto fue capitalizando el descontrol (emocional y táctico) de Morón, para animarse a jugar unos metros más arriba y comenzar a usufructuar las dudas defensivas del Gallo, generando un par de chances inmejorables para ponerse en ventaja, a través de Facundo Butti, el primer zagueto central y en especial, por Franco Toloza, el delantero más punzante de la visita.
En el complemento, tras un pálido primer tiempo, era de suponer que Morón se iría con todo contra el arco de Lisandro Mitre, para conseguir un triunfo clave, en un partido vital, a falta de cuatro fechas para el final del torneo, pero sin embargo, el que sorprendería animándose a arrinconar a su rival contra su arco, sería la visita, que presionaría con éxito en el medio, para hacerse del balón y con él, complicar a Morón de abajo y de arriba, pero siempre desde las bandas.
En uno de esos retrocesos apresurados y en desventaja numérica, Nicolás Henry cometería una infracción de segunda amarilla, a los 26' de la etapa final, y si el cotejo le había resultado esquivo a Morón, once contra once, con un jugador de menos el arco de enfrente le quedaría "lejísimo".
Y el ingreso en la visita de Joaquín Ibáñez, terminaría por complicar una tarde compleja, aprovechando con su velocidad el adelantamiento de Damián Adín, por la banda diestra de la defensa, para desbordar y provocar más de un "sofocón" en el arco de Bruno Galván, por suerte nunca bien capitalizado por Franco Toloza y sus compañeros del "Albo".
El pitazo final de Pablo Dóvalo, de correcto arbitraje, dejaría con mejor semblante a la visita, a quien el punto le sirve e incluso mereció un poco más, pero con gestos de preocupación a un Morón que no supo controlar sus nervios, que jugó apurado, buscando el segundo gol, antes que el primero y no tuvo la precisión ni la claridad para imponer lo que mejor supo hacer durante el actual torneo: jugar con la pelota al pie y buscar las "sociedades" de sus mejores intérpretes.
Con cuatro "finales" por delante y a cuatro unidades del líder zonal, Almirante, el Gallo deberá afrontar una prueba de carácter, el venidero domingo, cuando visite a Nueva Chicago en el "República de Mataderos".
Entre el "mal de ausencias" y los nervios, Morón dejó escapar otra gran oportunidad de acercarse al sueño mayor, ese de pelear por clasificar no ya al Reducido, sino a la final por el primer ascenso.
En una zona tan pareja, todo es posible, pero Morón además de ajustar sus razones futbolísticas, deberá solucionar los "estados alterados", tan costosos en Río Cuarto y que lo "maniataran" contra el "Albo".
A falta de todos los "soldados" disponibles, a recuperar por lo menos la "memoria", en aquellos que tendrán el desafío de enfrentar la "final del mundo" en los cuatro próximos partidos.
@elgallogustavo.
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