Por tercera jornada consecutiva, Morón no pudo quebrar el cero, frente a San Martín de Tucumán, en el Oeste y al igual que sucediera en el clásico con Nueva Chicago, contó con las mejores chances para quedarse con los tres puntos, pero entre aciertos ajenos (en especial, de los arqueros rivales), deméritos propios por falta de efectividad frente al arco contrario y una dosis esquiva de suerte, de esa que a veces determina, de manera antojadiza, que una pelota entre o no, más allá de los méritos, el Gallo se quedó una vez más con un empate con sabor a poco y prácticamente se despidió de la pelea por el primer puesto de la zona.
Al igual que en Mataderos, el equipo de Fabián Nardozza no controlaría las acciones, a partir de la tenencia de la pelota y sin embargo no sufriría el encuentro en el arco propio, con otra sólida actuación de su última línea, con rendimientos parejos en los cuatro del fondo, que facilitarían la tarea de Bruno Galván, con la valla invicta por tercer partido en fila.
Como contrapartida, y pese al regreso de Santiago Coronel al once titular, a Morón le costaría muchísimo disputarle el balón a un "Santo" tucumano con jugadores de jerarquía, en un enfrentamiento que iría tomando "temperatura", al influjo de los antecedentes recientes en Tucumán y por Copa Argentina, y ante el arbitraje permisivo de un errático Rey Hilfer.
Asimismo, también como en las jornadas precedentes, Morón generó cuatro o cinco opciones de gol inmejorables, a lo largo de todo el partido, pero una vez más, su falta de precisión en la última "puntada" o de efectividad frente al arco rival, lo privarían de un triunfo necesario, para un equipo que en este tramo decisivo del torneo, en el que paradójica (y afortunadamente) se muestra sólido como pocas veces en su defensa, por desventura no logra refrendarlo con goles en el arco de enfrente.
En la noche del Nuevo Francisco Urbano, con Santiago Kubiszyn de entrada y por derecha, en lugar de Gonzalo Berterame y la vuelta (momentánea, por su nueva expulsión del final) de Santiago Coronel, en reemplazo de Diego Sosa, que esta vez partiría desde el banco, el equipo de Nardozza no pudo imponer su juego, tal su costumbre, en especial de local, pero pese a ello, cada vez que se propuso llegar con peligro al área de San Martín de Tucumán, lo haría de manera vertical, directa y generando chances de gol, como el tiro libre desde lejos del "Topo" Coronel, rechazado a medias por el arquero y cuyo rebote no pudiera ser capitalizado por Agustín Gómez, o el cabezazo "Franco" del uruguayo García, controlado por Darío Sand, el "1" visitante que también le negaría el gol, a Leo Ramos, tras un contraataque rápido encabezado por Coronel, la cesión de Brian Orosco al "Tanque", que eludiendo a su marcador para generarse el espacio, sacaría un remate con destino de red, que la gran respuesta del arquero "Santo" evitaría que "exploten" las gargantas en el Oeste.
Del lado de conjunto de Pablo Frontini, se quedaría en intenciones y en una mayor tenencia de la pelota, con un peligro más latente que real, puesto que no le generaría zozobras a Bruno Galván, aunque sí disputas, enojos y reacciones por ambos lados, a partir de las actitudes del capitán visitante, Emanuel Dening, delantero puzante y de cuidado, pero insoportable a la hora de las "mañas" y los reclamos permanentes al árbitro y sus asistentes.
En el complemento, el Gallito procuraría adueñarse del balón para ejercer el protagonismo que no le dejaran en la primera mitad, con un muy buen partido de Pablo Ferreira, desde el arranque en lugar de Santiago Ubeda, y sin tanto peligro como de contra, durante el primer tiempo, provocaría la más clara de la noche, tras un tiro libre de Santiago Coronel, desde la derecha, que Santiago Sala alcanzara a "pellizcar" en su trayectoria rumbo al arco, pero en definitiva, se topara con el "guantazo" salvador de Sand, cuando parecía irremediable su destino de gol.
A los 28' del segundo tiempo, una infracción evitable de Facundo López (otra vez de buen parido hasta allí), lo dejaría afuera por doble amonestación y a Morón con un jugador de menos, para volver a "complicarse solo", en el último cuarto de hora, como ha sido la constante de un equipo que supo quedarse en inferioridad numérica, en tres de los últimos cuatro partidos, síntoma inequívoco del nerviosismo con el que no pudiera lidiar en este etapa decisiva del campeonato.
Diez contra once, el partido se "rompería" definitivamente y si bien el "Santo" tucumano se vería casi obligado a buscar el triunfo, lo haría tan tímidamente como sin ideas, tanto es así que Morón provocaría mayores y mejores desbordes, con pelotazos desde el fondo, mal resueltos en otra noche errática de Gonzalo Salega, a la hora de la toma de decisiones ofensivas.
Tras una agresión, en tiempo agregado, se irían expulsados el "Topo" Coronel en Morón y Nahuel Banegas en San Martín de Tucumán, que bien se pudo llevar de regreso un premio excesivo, en la última del partido, en el que el palo hizo un poco de "justicia", ante el centro pasado y el remate al poste del ingresado Pío Bonacci.
El pitazo final de un muy flojo Rey Hilfer, repartiría puntos y broncas entre el Gallo y el "Santo" tucumano, esfumando virtualmente las chances de Morón de ganar la zona, más allá de que aún la matemática le juegue a favor (quedó a cinco puntos de los líderes, a falta de seis en juego).
Más allá de la decepción lógica por un torneo que lo tuviera como protagonista y le diera chances inmejorables hasta de ganar su zona, en este momento resulta importante no perder de vista el desarrollo del torneo y recordar que este mismo equipo estuvo no menos de trece jornadas, oscilando entre el descenso directo y la reválida, para valorar en su justa medida lo conseguido hasta el momento, que sin embargo aún no garantiza nada, puesto que todavía no está asegurada la clasificación al Reducido.
"El que quiera 'Celeste'"..., que vaya a ganar en Turdera.
Este Nacional da dos chances de ascenso y estamos en carrera.
@elgallogustavo.
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