A veinte años (9 de abril de 1993 - 9 de abril de 2013) de la desaparición física del Dr. Virgilio Machado Ramos, "el presidente de los campeonatos", como bien se ganara su mote, a fuerza de éxitos deportivos e institucionales, entre principios de los '70 y inicios de los '90, vaya nuestro homenaje a un personaje señero para el fútbol argentino e imprescindible en nuestra historia institucional; paradójicamente en tiempos nuevamente complejos para el Deportivo Morón, en medio de momentos históricos para el devenir futuro del club, y un resurgimiento social, administrativo y financiero, desteñido por un presente futbolístico más que crítico y las dudas sembradas en la masa societaria, en relación a la construcción del nuevo estadio, a tan sólo cuatro partidos de abandonar el Francisco Urbano de manera nostálgicamente definitiva.
Más allá del merecido y sentido recordatorio a uno de nuestros referentes dirigenciales de mayor envergadura, difícilmente igualable o siquiera imitable en el futuro, la reproducción de la presente nota constituye indirectamente y sin proponérselo, un ejercicio de memoria interesante y necesario, máxime en la actual coyuntura, de desparejo resurgimiento y en medio de un proceso de cambios decisivos y hasta refundacionales, aunque sembrado de dudas y temores ante la posible repetición de errores, que atenten gravemente contra nuestro patrimonio más sagrado..., miedo entendible y justicado en presencia de toda una historia reciente de malas decisiones, desatinos institucionales y dudosos negocios, que determinaran la pérdida progresiva de bienes, prestigio, ilusiones y sueños de grandeza compartidos, así como largamente atesorados.
"Réquiem para Machado Ramos, desaparecido presidente de Morón".
"El reposo del guerrero".
Se descompuso por última vez el
sábado 9 de abril, al mediodía. En su casa de Avenida del Libertador, en el
barrio de Palermo, sintió que su vida se extinguía en aquella Semana Santa.
Exactamente a las 12.45, en una ambulancia rumbo al Hospital Finochietto, se
agotaban las fuerzas del Doctor Virgilio Machado Ramos. Fe velado en la Casa de Carlos Gardel, en
Jean Jaurés 735, por la que desfilaron infinidad de personalidades vinculadas
al fútbol, la política y el espectáculo. Los dirigentes de casi todos los
clubes de AFA, su amigo de siempre, Silvio Soldán; Atilio Stampone; el plantel
profesional del Deportivo Morón; ex jugadores de la institución, etc. Sus
restos fueron cremados y el martes 13, alrededor del mediodía, las cenizas
esparcidas (por familiares y amigos) en el césped del estadio de Brown y La
Roche. A los sesenta y ocho años, pasaba a
formar parte de su materia.
Doctor en Ciencias Económicas,
Don Virgilio F. Machado Ramos, casado,
dos hijas (Marta y Liliana) irrumpió en el mundo del fútbol allá por 1967,
cuando se acercara a AFA, como delegado de Colón de Santa Fe. “El fútbol argentino ha perdido un gran
dirigente y yo personalmente, he perdido un amigo. Lamento mucho la
desaparición física de Machado Ramos, pero nos quedan muchas cosas que nos
enseñó y que también hemos luchado juntos”. (Lo recuerda Jorge Serna,
delegado de Central Córdoba de Rosario).
“Personalmente fui compañero y amigo de Machado Ramos y desde el año
1967 que participábamos juntos en esta Casa (AFA). No ha dolido mucho, fue un
gran dirigente y un gran amigo. Nada más. Gracias”. (Palabras de Marcos
Budeski, representante de Quilmas. Como en el caso de Serna, dos referentes
inamovibles a la hora de los recuerdos).
Por invitación del entonces
presidente de Morón, Francisco Urbano (falleció el 23 de agosto de 1986) y en
virtud de la radicación de una empresa frigorífica santafecina en dicha
localidad, Machado Ramos se arrima por primera vez al “Gallito”, sin imaginar
que estaba en presencia de su gran amor: “Habían
hecho una cena, no recuerdo si aniversario, y entre los invitados lanzaron una
rifa. Nosotros que estamos en los clubes sabemos lo difícil que es vender
rifas, que la gente no se compromete mucho y a lo sumo se llevan dos o tres.
Entonces, cuando le preguntaron a él, dijo: ‘Yo les vendo cincuenta números’…y
los vendió, porque al otro día trajo la plata. En ese momento todo el mundo
abrió grande los ojos y pensó –éste es el hombre-. Desde ese día, no lo dejaron
ir más de Morón”. (Rememora Alberto P. Gil, actual dirigente del “Gallito”
y uno de los párvulos de entonces, que más tarde se convertiría en discípulo).
Debieron transcurrir nada más que
dos años, para que Machado Ramos asumiera la presidencia del club en calidad de
primerizo, en una época muy atesorada por su parcialidad porque coincide con la
única residencia en Primera División. Aquél 1969, fue el año de esplendor de
Morón, con la construcción de la tercera tribuna (la que utiliza el local, que
da a la calle Alte. Brown), la instalación del sistema lumínico en el estadio y
un padrón de socios récord, calculado en 20.000 (como referencia, hoy en día
cuenta con 3.500).
El paso del “Gallo” en primera
fue muy corto. Tan fugaz, que en 1970 volvió a bajar. Con los deseos de
permanencia se aleja Machado y el club pierde una rutilancia que jamás podrá
recuperar.
Nueve años después encontramos a
Morón una división más abajo (Primera “C”) y es tan grande la presión, que
Virgilio Machado Ramos acepta volver, haciéndose cargo de la Subcomisión de Fútbol.
Una temporada más tarde recupera la categoría y el doctor patentiza un slogan
que por siempre lo identificará: “El presidente de los campeonatos”.
“En el año ’80, cuando Morón logra el ascenso a la “B”, el Dr. Machado
Ramos al reasumir la presidencia viste la plantel profesional con prendas sport
de una conocida casa de moda masculina (La misma que años atrás, durante una
manifestación, fue saqueada y destruida en Av. de Mayo y Perú). Habría que
imaginarse a los jugadores de Morón, llegando impecablemente vestidos a canchas
de primera “C”, donde (en aquellos tiempos) el barro y la humildad eran
decorados habituales”. (Acota con nostalgia Hugo Toschi, nuevo presidente
de la institución, tras la desaparición de Machado Ramos, siempre preocupado
por la elegancia).
Entre el ’80 y el ’86 se retira
un par de años, lo que algunos apresurados predijeron como “cuarteles de
invierno”, hasta que finalizado el Torneo Apertura, Morón pierde una categoría
y se torna imprescindible el regreso del viejo maestro.
Se presentan tres listas: el
oficialismo, la denominada “20 de junio” (fecha de fundación del club) y la
“Agrupación Nuevo Gallo”, movimiento que propugnaba la vuelta de Machado.
Movida que, en definitiva no se concretaría y de cuya negociación se extractan
éstos párrafos: “…Me he negado hasta el
presente a volver al club, porque tengo aún fresco el recuerdo de mis
presidencias anteriores…la capacidad de esfuerza se agota con el tiempo… si
volviera a Deportivo Morón no podría aceptar pasar sin pena ni gloria por la
institución… si no vengo con (…) ambiciones, mejor me quedo en mi casa”. (De
la carta: “Por qué no acepto ser
candidato a presidente de Deportivo Morón”- Revista “Agrupación Nuevo
Gallo”- número seis- 1985).
Años más tarde, la problemática
situación de un club al borde de la quiebra precipita el malogrado regreso de
Machado Ramos, quien no sólo lo desahoga económicamente, sino que lo saca
campeón de la “B”, en la temporada ‘89/’90. (Curiosamente, también para Semana
Santa).
Allí comienza otra historia,
aquella que no desearíamos contar y que sin embargo simboliza el epicentro de
esta tormenta llamada información. Las molestias estomacales de mediados del
año pasado y la posterior intervención en el “Instituto Argentino del
Diagnóstico”, en octubre de 1992.
La forzosa reasunción del 17 de
enero, ante la amenaza de Samid, y en una asamblea que lo catapultó por
aclamación. El deterioro final, la agonía de los últimos días y su despedida: “Sigan
luchando, muchachos, no dejen caer al club”.
Quizás la verdad más perfecta la
sintetice Carlos Derebían, secretario de actas del Nacional “B”: “… Entiendo que fuera de las discusiones y
los desentendidos, hay que valorar siempre los buenos recuerdos. Machado Ramos ha sido un personaje señero,
un maestro y el fútbol va a sentir su pérdida, tal vez adelante. Porque ha
dejado una enseñanza lo recordaremos siempre, con toda seguridad”·.
Lo demás, no forma parte de esta
historia. Es propiedad exclusiva del césped de la cancha de Morón.
N. de R.: la presente nota fue
escrita por quien suscribe, Gustavo Adrián Requelme, y publicada en la revista
“Esto es EL ASCENSO”; Año 1, Nº 11, de mayo de 1993.
..... Excepcional esta nota. Describe exactamente lo grande que fue el Dr Virgilio Machado R
ResponderEliminaramos.Han hecho Justicia. Felicitaciones por tan buen periodismo
Muchas Gracias por el presente homenaje.
ResponderEliminarEn nombre de su familia.
Su nieto.
Claudio Contratti Machado.
Un señor ojalá la dirigencia del Fútbol Argentino copié e imite algo de este fenomenal dirigente ...Yo soy de Colon,del club cual fue también socio.
ResponderEliminarQue el mundo del Fútbol lo recuerde como un Grande..Saludos