Un final injusto para un generoso Estadio. Perdón, Francisco Urbano..., fueron, son y serán los imbéciles de siempre. Los que te han hecho daño, bajo el auspicio o la mirada permisiva de quienes no te quisieron ni respetaron nunca. Nosotros..., lo que te amamos con locura, te pedimos infinitas disculpas. Hasta siempre...
No hay comentarios:
Publicar un comentario