En una de las mejores producciones del torneo, sino la
mejor, el Deportivo Morón se alzó con un triunfo fundamental ante la
UAI Urquiza, en el Nuevo Francisco Urbano,
para treparse a la punta del campeonato en soledad y, lo que es más importante,
en la tabla de los promedios, mantener la diferencia de siete unidades con Defensores de Belgrano
(su rival de la jornada 20º, en el “Juan Pascuale”, tras la fecha libre del
próximo fin de semana) y al mismo tiempo, reducir a la mínima expresión la
distancia que lo separa de Flandria (que visitará el Oeste, en la 21º, y que
comenzara la temporada 16 puntos por encima del Gallo), y acercarse a cuatro
unidades de Barracas Central y a siete de Tristán Suárez.
Con una actuación sobresaliente de Matías Exequiel Orihuela,
en su regreso al primer equipo desde aquél empate en cero con Suárez, en el
mismo escenario (el pasado 8 de octubre del corriente, para luego desaparecer
sin explicación en la consideración del cuerpo técnico), erigiéndose en la
figura del encuentro, con participación directa y decisiva en los cuatro tantos
del Gallo (dos de ellos, pases gol), sumada a la reaparición goleadora de
Damián Emilio Akerman quien se anotaría con un doblete, luego de un largo
tiempo, el Deportivo Morón consumaría una trascendente y festejada victoria por
4 a 2,
ante un visita que le planteó más oposición de la esperada y que se constituyó
en varios pasajes del partido, en un rival de cuidado para el Gallo, con buen
manejo del balón y profundidad en sus atacantes, en particular del grandote
Bauchet.
De entrada nomás, en un partido de trámite parejo y luchado,
el primero en pegar sería el “Furgón”, a través de un centro desde la derecha
de su ataque, que entre la distracción de la última línea del Gallo y las dudas
a la hora de salir a cortar de “Chiche” Migliardi, el nueve de la visita,
Sergio Rodríguez, aprovecharía tantas ventajas para poner arriba al conjunto de
Villa Lynch, en el primer partido oficial de su historia ante el Deportivo
Morón, tanto bajo la actual denominación, con el sponsoreo de la universidad de
capitales mormones anexado a su nombre original, como en el pasado, cuando
predominaba su origen ferroviario.
Sin embargo, este Morón al que nada le resulta sencillo, lo
que constituye un valor agregado para cada uno de sus logros, pudo recomponerse
rápidamente, tanto es así que, en la jugada siguiente al gol de los dirigidos
por Cristian Aldirico, y tras una fenomenal corrida de Matías Orihuela por el
sector izquierdo (quien, a juzgar por lo que demostraría luego, estaba recién
“calentado motores”), finalizaría con un preciso centro al punto del penal,
para que desde allí y abriendo todo el botín derecho, para darle de lleno con
la cara interna, Damián Akerman convirtiese su segundo gol en el torneo, para
el delirio y el desahogo dentro y fuera del campo de juego.
De allí y al final del primer tiempo, habría de suscitarse
una incidencia que volcaría decididamente a favor del Gallito, un trámite del
encuentro, hasta entonces parejo y por demás disputado: la infantil expulsión
del autor del primer tanto de la
UIA, Sergio Rodríguez, quien en mitad de cancha y a la vista
de todos, le propinaría un codazo artero y descalificador a Ariel Otermín, en
pleno rostro, para determinar la acertada tarjeta roja de Héctor Paletta, quien
luego no fallaría de la misma manera, en el segundo tiempo, ante otro codazo de
Vidal, en perjuicio de Ariel Omar Berón.
Ya en el complemento, y con un hombre menos, la visita se
replegaría aún más, cediéndole el terreno y la tenencia del balón al Deportivo
Morón, quien saldría desde el mismo inicio del segundo tiempo a llevárselo por
delante, generándole una presión que, se intuía en el ambiente, iba a
resultarles imposible de sostener durante demasiado tiempo, a los diez en
cancha de la UIA Urquiza.
Con pasajes de buen fútbol y la actitud de siempre, los
dirigidos por Mario Darío Grana hallaron en las bandas las llaves maestras para
abrir definitivamente el resultado del pleito, fundamentalmente con el
desequilibrio y la habilidad de Orihuela por la izquierda, pero también a
partir de la velocidad de Martín Gastón Sánchez, por el sector opuesto.
En otra incursión del “Oreja” por el lateral zurdo, Orihuela
cedería en profundidad para que Mariano Matías Martínez realizara un “slalom”
akermaniano, desembarazándose de rivales en el borde del área, hasta encontrar
el hueco justo para el remate franco, y sacar un derechazo formidable e
inatajable para el heterodoxo pero efectivo arquero visitante, y marcar el
desnivel tan esperado en el Oeste, con un golazo terrible.
Con el 2 a
1 en el bolsillo y un hombre de más, Morón podría demostrar lo mejor de su
juego, quizá en todo lo que va del torneo, presionando al rival con tranquilidad
y paciencia, en procura de la diferencia que comenzara a definir el encuentro a
favor del Gallo.
Y de tanto ir, con Dante Martín Zúñiga, Esteban Alberto
González mientras estuvo en cancha y luego Mariano Messera, el local hallaría
primero, el festejado 3 a
1, a
partir de un remate desde afuera del área de…, sí, adivinó…, de Matías
Orihuela, cuyo rebote largo del golero Cano, capturaría el gran goleador
histórico del Gallito, para anotar el tercero en el campeonato y el 129 con la
camiseta del Deportivo Morón; y más tarde, en la mejor jugada colectiva de todo
el presente torneo, y empujando otro remate al arco/centro de Orihuela, desde
el vértice izquierdo del área, el “Polaco” Sánchez convirtiera el cuarto tanto
para el Gallo, y el tercero de su cuenta personal en la temporada, pero
fundamentalmente, el gol del cierre del encuentro y de la tranquilidad
definitiva de los jugadores, cuerpo técnico y la gente.
Claro que para este Morón, siempre hay espacio para el
sufrimiento y cierta dosis de dramatismo, como aquella que sobrevendría, como
un baldazo de agua fría, cuando tras el tercero del Gallo y mientras los socios
e hinchas aún se abrazaban y descargaban sus gargantas con el goce del cercano
triunfo, a la inversa de lo ocurrido el el primer desnivel de la
UAI Urquiza, la visita hallaría enseguida, un
descuento tan impensado como inoportuno, a partir de una mala cobertura
defensiva, por el sector derecho, que dejaría solo a Coria para sacar una comba
incontrolable para “Chiche”, a la carrera y sin dejarla que pique.
Menos mal que el referido cuarto gol de Martín Gastón
Sánchez, detendría cualquier ímpetu de empate por parte del “Furgón”, y le
devolvería la tranquilidad al Gallito para manejar la pelota con criterio y
hasta para generar alguna ocasión más de gol, en los pies del ingresado
Ezequiel Adrián Cérica.
En la mejor actuación colectiva del presente torneo, con una
defensa nuevamente vulnerable, un mediocampo que alternó mejores y peores
rendimientos (con el punto más alto y regular, como siempre, en Martín Rodrigo
Granero, y las intermitencias de Zúñiga y un discreto partido del “Pelado”
González), más el despertar de ambos delanteros, y en el mismo partido, el
Deportivo Morón hallaría su pieza clave de desequilibrio, en el juvenil Matías
Exequiel Orihuela, el mismo que desde el hacía más de mes se hallaba en un
“freezer” inexplicable, al igual que las demás jóvenes promesas de la cantera.
Despacito, y con paciencia, volvió el “Oreja” y cantó bien
fuerte el Gallo. En silencio y sin soberbia, nos…aplaudimos y brindamos con
“leche” (de la “buena”).
Gustavo Adrián Requelme.
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