Morón, ya clasificado al Reducido, visitó en Carlos Casares, a un Agropecuario que no jugaba por nada, buscando un nuevo triunfo que le permitiera una mejor posición final en la tabla y con ello, la posibilidad de disputar alguna instancia de local y con ventaja deportiva, en el caso de ir clasificando en los cruces iniciales.
Por la misma razón, con el objetivo de llegar con todos los "soldados" disponibles y en óptimas condiciones al petit torneo que ofrece un lugar en la próxima edición de la Liga Profesional de Fútbol, la "dupla" Migliardi e Iturrería decidieron (con buen tino) resguardar a aquellos futbolistas al límite de amarillas (a sabiendas que las mismas se "limpian" en las próximas instancias decisivas) y darle "descanso" a jugadores fundamentales, con el rodaje extenuante de un campeonato insólito de 37 interminables fechas.
De esta manera, en la desapacible tarde de Carlos Casares, ingresarían Cristian Broggi, Leonel Bontempo, Alan Schönfeld, Pablo Ferreira y Javier Bayk, en lugar de Cristian Paz, Lucas Angelini, Gastón González, Santiago Ubeda y Santiago Coronel, ofreciendo la misma solvencia de costumbre, pese a los cambios, hasta que la expulsión de Leonel Bontempo, al final del primer tiempo, lo condicionara en el complemento, "agrandara" a su rival y pese a ello, estuviese a punto de ganarlo, en la última acción de juego del encuentro.
En efecto, el primer tiempo comenzó con un Morón agresivo, fiel a su costumbre, buscando el arco de enfrente con mucha gente, con un buen partido del juvenil Pablo Ferreira en el círculo central, generando la primera ocasión de gol, a poco de iniciado el partido, con un remate cruzado de Alan Schönfeld, que se perdería apenas ancho sobre el poste derecho.
Con el correr de los minutos, Agropecuario se acomodaría mejor en el terreno y comenzaría a ejercer el domino territorial y el monopolio del balón, valiéndose de la complicidad de un protagonista inesperado: el fuerte viento que cruzaba el campo de juego y que, a favor del local, en aquél primer tiempo, tornaba casi imposible la tarea de pasar la mitad del campo, con un remate desde los "arrabales" del arco del Gallo.
Con la complicación referida, de un factor meteorológico impensado, pero decisivo a la hora de intentar dominar la pelota, Morón extrañaría la ausencia de Coronel, máxime con un Bayk que entraría muy poco en juego, de manera tal, que la única forma en que la visita podía manejar el desarrollo del partido, sería a partir de las intervenciones del "Pony" Gonzalo Salega, en especial, durante los primeros 45 minutos.
Sin zozobras en el arco propio y poco y nada de peligro generado en el ajeno, el primer tiempo se extinguía sin demasiadas emociones, hasta que la repetición de dos infracciones evitables de Leonel Bontempo, lo dejaran afuera del encuentro por doble amarilla y con ello, el Gallo se viera condicionado en el complemento, por un hombre de menos, ante un rival que once contra once, daba la impresión de resultar absolutamente "ganable", con la carga antojadiza y contrafáctica de cualquier aseveración a priori.
En el segundo tiempo, Agropecuario se "agrandaría" en superioridad numérica y procurando cerrar con una mejor imagen, una pobre temporada en el certamen, más allá de su mejor performance en "Copa Argentina", apretaría a la visita contra su arco, usufructuando el lateral derecho de su ataque, a partir del retroceso de Alejandro Melo, para habilitar a Alejo Montero (complicando a Damián Adín, obligado a cubrir la banda diestra, con la expulsión de Bontempo), con centros para un Emanuel Dening siempre peligroso.
Y allí, una vez más, surgiría la figura de Juan Martín Rojas, cuando lo convocaran a intervenir, como la solvencia habitual de Lucas Abascia, sumado a la confirmación de la escasa efectividad de la ofensiva local, que no por casualidad convirtiera 25 goles en 37 partidos.
Y es que Agropecuario contaría con tres o cuatro chances claras de gol, algunas conjuradas ente Rojas y la defensa de Morón, pero la mayoría mal definidas por los puntas locales, pese al buen manejo del balón y la búsqueda constante, desde el comienzo y hasta los '30 del complemento.
Hasta que, entre el cansancio y la frustración del local y el adelantamiento visitante, Morón hallaría algunos "huecos" para intentar llevarse los tres puntos de "arrebato", sobre el final, como en el gol bien anulado por posición apenas adelantada de Matías Córdoba, y en la más clara del segundo tiempo, la ocasión que desperdiciaría Mariano Bracamonte, ingresanso solo del centro hacia la izquierda, en la última acción de juego del partido.
En definitiva, once contra once, Morón dio la sensación de poder llevarse los tres puntos, en algún momento propicio, pero la prematura expulsión lo condicionaría, mucho más que las ausencias, a tal punto que bien pudo perder el encuentro en el complemento.
Ahora, a pensar en el Reducido, siempre de visitante y con desventaja deportiva, algo que lo obligará a salir a ganar ante cualquier rival y en cualquier escenario, nada nuevo ni extraño para un Morón que viene disputando "finales", desde hace no menos de diez fechas a esta parte.
Porque, a veces, el jugar con dos resultados posibles puede convertirse en un "boomerang", y el especular con el empate, en la manera más efectiva de quedar eliminado.
Morón estará obligado a salir a ganar en todas las canchas, en cualquier instancia del inminente Reducido, y si nos guiamos por los enfrentamientos con todos los posibles rivales, en la fase regular, nadie fue superior en el juego al equipo de la "dupla", más allá del eventual resultado final.
A "suerte o verdad", por el sueño compartido y el "premio" máximo del "boleto" a la Liga Profesional.
Vamos Gallo, CARAJO!!.
@elgallogustavo.
📸: Prensa, Deportivo Morón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario