Morón jugó y lo ganó como un clásico.
Lo jugó y por momentos muy bien, como en el primer tiempo, cuando sacó la diferencia y hasta pudo ampliarla, para irse al descanso con un resultado aún mayor.
Lo ganó como se ganan los clásicos, corriendo los 109 minutos, siendo solidarios, yendo al piso, poniendo la pierna en cada cruce, luchando cada pelota como si fuese la última, desdoblándose con generosidad en los relevos, defendiendo desde Ayala a Rescaldani, cuando Chicago se venía (sin muchas ideas, pero con la necesidad a cuestas) y siendo inteligente, aunque le faltara precisión en el complemento para definir la cuenta y no "sufrir" hasta el adicionado, no porque los de Mataderos lo hayan desbordado, ni muchísimo menos, sino porque con el resultado "corto" del uno a cero, cualquier acierto ajeno o error propio, podía hacerlo repartir puntos de manera inmerecida.
Por si fuera poco, con el 1 a 0 frente a Nueva Chicago, tras trece años sin ganarle al histórico antagonista de Mataderos (además de conseguir su primer halago, ante el "Torito", en el Nuevo Francisco Urbano), el equipo de Fabián Nardozza hilvanó nada menos que su cuarto triunfo consecutivo (con dos clásicos incluidos, ante All Boys en Floresta y Chicago en el Oeste), para empezar a olvidarse del fondo de la tabla y meterse de lleno en zona de clasificación al Reducido, si bien todavía resta una "vida" de torneo por delante.
Ante una multitud (una vez más), y una fiesta y marco dignos de un equipo de Primera, el Gallo recibía a Nueva Chicago con dos modificaciones, respecto del once de inicio, hace poco más de una semana, en el "Islas Malvinas" de Monte Castro: la reaparición desde el arranque de Santiago Ubeda, en el círculo central (regresando de buena forma, para quitar, jugar y asistir siempre a la última línea), en reemplazo del lesionado Pablo Ferreira y el regreso de Brian Orosco, tras su suspensión por acumulación de tarjetas amarillas, en lugar de Agustín Allione, que ingresaría en el complemento y otra vez, de buena manera, para dotar al equipo de mayor claridad, pase en profundidad y en especial, manejo de los "tiempos", en ventaja.
Con otro correcto partido de Josué Ayala, que acumula también cuatro fechas sin goles en contra y una defensa, esta vez despareja en su rendimiento, a diferencia de lo que venía ocurriendo en los cotejos precedentes, Damián Adín volvería a subirse al "podio" de los más destacados, evidenciando otra vez su gran momento, tanto para defender como para generar peligro en terreno contrario, con un regular partido de la zaga, en especial de Maxi Coronel, alternando buenas y malas con Agustín Gómez (ambos "aprobados", pero con una mejor nota del "6" del Gallo, figura casi excluyente en jornadas anteriores) y un flojo andar de Nicolás Henry, poniendo mucha voluntad, pero dando ventajas en la marca por su lateral, en especial, durante los primeros 45'.
En el medio, Gonzalo Berterame volvería a redondear otro buen partido, con velocidad para desequilibrar por derecha, siguiendo a su marca, cada vez que fuera requerido, aunque impreciso en la última "puntada", al igual que en Floresta, en este caso para aprovechar con un centro preciso, alguno de sus varios desbordes, en "tándem" con Damián Adín. Con Ubeda como único "cinco", Brian Orosco resultaría uno de los puntos más "flacos" de un Morón parejo y de enorme sacrificio, contrastando con un recuperado Santiago Coronel, mucho más activo y "fino" que en cotejos anteriores, que además definiría el pleito con una definición de penal, con tanta tranquilidad y categoría que no deja de asombrar.
Y en ataque, la dupla de Franco García, con la prodigalidad de siempre, aunque no tan determinante como en otros partidos y nuevamente la figura de Ezequiel Rescaldani (el de mayor crecimiento individual, junto a Agustín Gómez), haciendo todas bien, siendo el primer defensor, cuando el rival salía con la pelota, retrocediendo unos metros para juntarse con los medios y ofrecerse como alternativa de descarga y la calidad para devolver en profundidad y meterse en el área, para que, por ejemplo, le cometan el penal del triunfo.
Porque Morón fue muy superior a Chicago, desde el "pitazo" inicial de Sebastián Martínez, mostrando una vez más, su vocación de protagonismo desde el "minuto cero", a partir del buen "pie" de sus mediocampistas y las "sociedades" ya conocidas, entre Adín, Berterame y Rescaldani por derecha o de Santiago Coronel, Franco Garcia y Henry por izquierda, esta vez con poca participación de Orosco, o por lo menos no tan determinante, para un jugador del que esperamos siempre más, porque condiciones le sobran para sacar un "conejo de la galera".
En esa primera etapa, y cuando el Gallo ya había acumulado los méritos suficientes para ponerse en ventaja, una apertura hacia la derecha de la ofensiva local, derivaría en una centro alto y largo de Berterame, rumbo al segundo palo, para la llegada de un Rescaldani que, puesto a "revivir" su cabezazo goleador ante All Boys, resultaría embestido desde atrás por Brayan Sosa, para que con acierto, pese a los reclamos visitantes, Sebastián Martínez sancionara penal. Torpe y hasta infantil, pero infracción sin dudas y penal al fin.
Y allí empieza otra historia, la de una ejecución con una clase magistral del "Topo" Santiago Coronel, que "poniéndose muy nervioso" (?!), iría lentamente rumbo al balón, para "acariciarlo" con su empeine diestro, abriendo apenas hacia afuera su botín derecho, y colocarla como con la "mano", junto al poste zurdo de un Daniel Monllor, arquero del "Torito", que quedaría tan desairado y lejos, que apenas si alcanzara a moverse del centro del arco. Golazo de penal, si es que eso existe, a los 15 del primer tiempo, para poner arriba a Morón 1 a 0 con total justicia.
Y bien pudo haberlo definido, en ese primera parte, con un par de ocasiones muy propicias, la más clara, ante un remate cruzado de García, ingresando por el sector izquierdo, que Monllor a "mano cambiada" y en gran reacción la mandaría al tiro de esquina, para evitar un 2 a 0 que no hubiese estado mal, de acuerdo al desarrollo del encuentro, al término del primer tiempo.
En el complemento, en los primeros diez minutos de la etapa de cierre, Chicago mostraría lo mejor de su "repertorio", más por voluntad y empuje que por buen juego asociado, permitido también, es cierto, por un Morón que entraría "dormido" al segundo tiempo, generando la visita la única clara de todo el partido, con el ingreso en diagonal de Agustín Curruhinca, el "7" y valor más destacado en el conjunto de Tomás Arrotea, aprovechándose de un centro desde la izquierda, una "pifiada" de Maxi Coronel y que Agustín Gómez lo perdiera en la marca, para sacar un remate potente, pisando el área chica, que por fortuna para todo Morón, impactara en el palo diestro de Ayala y saliera hacia afuera, lejos de cualquier posibilidad de rebote o "segunda jugada" rival.
Antes del primer cuarto de hora del segundo tiempo, los cambios propuestos desde el banco por Nardozza, hallarían efectiva solución a esos desajustes del comienzo del complemento (con Santiago Kubiszyn y Agustín Allione en lugar de Santiago Coronel y Brian Orosco) y con ellos, el envión de Nueva Chicago por el empate, desluciéndose un poco el trámite, con más lucha que juego en el medio, pero propiciando que el Gallo le cerrara los espacios a la visita, dejándole la única vía de la pelota área, a un Chicago con escasas ideas pero abundante voluntad.
Y lo cierto que Morón no pasó mayores sobresaltos en defensa, más allá de algún despeje corto o remate desde afuera, siempre de espaldas o incómodos, por la atenta contención de la última línea, con la asistencia permanente de Santiago Ubeda y los cabezazos defensivos de Ezequiel Rescaldani (el que más ganó, rechazando en su propia área, junto a Agustín Gómez), y también debió haberlo "liquidado" de contragolpe, pero las imprecisiones en la "puntada" final, sumados al cansancio, permitieron que Chicago se mantuviera en partido, hasta el "pitazo" final del árbitro.
Ganó Morón, como se ganan los clásicos. Jugando cuando se puede jugar y corriendo y "metiendo" cuando la pelota está en poder del rival de toda la vida.
"Marca registrada" de la "casa", desde la llegada de Fabián Nardozza, cuyos equipos juegan y luchan de la misma manera, en la que él lo hacía con el dorsal "5" en la espalda, por ejemplo, en el Morón campeón del 89'/90'.
Cuarta victoria al hilo (sin recibir goles) y a revalidar mejoras y méritos en la "Ciudadela" tucumana.
La "fiesta" la pone la gente y el equipo responde en la cancha, y ambos se retroalimentan.
Así Morón!.
@elgallogustavo.
📸: Fabián Acuña.
Ganamos un partido histórico ya que hace mucho no se daba. Se ganó a lo Morón Morón. Felicitaciones CT y jugadores!!!!!
ResponderEliminarEquipo de varios jugadores de buen pie aunque "laguneros"..No me gusta Ayala,Henry no marca. Adin el alma de lGallo. Lo que cambiô fundamentalmente ,fuê el estado fîsico de los jugadores,lo que les permite correr ños 95 o 96 minutos del partido. El futbol argentino ,a falta de calidad ,se gana corriendo y poniendo esfuerzo.. El que muestra un poquito de calidad es vendido al exterior desde la cuna.
ResponderEliminarMuy bien gallito, dos clásicos en fila, gracias Fabián por levantar un plantel que estaba en la lona. Igual que este buen presente no nos haga olvidar que en junio hay que traer refuerzos. Son 4, un arquero, un central, y un delantero lo me mínimo que hay que buscar. Aguante gallo!!!
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