Morón volvió a perder, hilvanando su tercera
derrota consecutiva, en una visita a Colón en Santa Fe, que a priori resultaba
un partido "perdible", dada la disímil actualidad de ambos, pero con
el 0-1 puesto y a la luz del desarrollo de un encuentro chato, parejo y
disputado, el equipo de César Monasterio debió traerse un punto, pero otra vez,
le facilitó las cosas a un rival que no sabía cómo romper el cero, hasta
complementar su insólita inoperancia en el arco ajeno, con sus infaltables y
decisivas "contribuciones" en el área propia.
Con todas sus debilidades a cuestas, ya conocidas,
referidas y padecidas hasta el cansancio, el Gallo llegaba a este pleito ante el
“Sabalero”, con un “mal de ausencias” extra, a partir de las lesiones de Gonzalo
Berterame, Gastón González, Nicolás Henry y Agustín Curruhinca, sumadas a la
suspensión de Fernando Moreyra, el más regular de la defensa, expulsado en el
final de la caída frente a Almirante Brown.
Con Brian Machuca por Moreyra, acompañando en la
zaga a Agustín Gómez, Iván Vaquero en lugar de Henry, Mariano Bracamonte reemplazando
a Patricio Núñez, Thiago Lauro por González y Santiago Sala en lugar de
Curruhinca, Morón supo llevar a Colon a su juego, bajando el ritmo y la
intensidad a las urgencias del “Sabalero”, redondeando un buen primer tiempo,
con la tenencia del balón, sin pasar sobresaltos en su última línea y generando
un par de chances de peligro, como el anticipo de Matías Castro, apenas iniciado
el partido, que terminaría en la cancha de Unión (por lo alto y desviado del
remate) y la más clara de la primera mitad, con la media vuelta de Bracamonte, dentro
del área, despejada al tiro de esquina por Manuel Vicentini, en el único intento
visitante en todo el cotejo, con destino cierto de arco.
Con buenos rendimientos de Thiago Lauro, hasta que
“aguantara” físicamente, de Lautaro Disanto (el único capaz de aportar algo de claridad,
en ausencia de Gastón González), de Bracamonte, “obligando” permanentemente, más allá
de su “barullo”, de Julián Vitale y el correcto desempeño de toda la defensa, en
particular de los laterales, con Vaquero en buen nivel y tal vez, el mejor partido
de Rodrigo Arciero, desde su debut con gol incluido, en el “espejismo” del 3-0
de la primera fecha con Brown de Adrogué, Morón llevaba con acierto y sin sufrimiento
en su arco, el desarrollo de un cotejo en el que Colón buscaba, pero sin ideas,
e incluso dejando “huecos” en su retroceso, algunos aprovechados por Morón, en
el complemento, como en aquél desborde y centro de Vaquero, que Bracamonte en
el punto del penal, remataría al arco con zurda y la pelota rebotaría en su pierna
derecha, para irse desviada por encima del travesaño.
Hasta ese momento, el equipo de Rodolfo de Paoli
sólo había inquietado con un remate fuerte, bien contenido por Juan Martín
Rojas y un par de remates “envenenados” de Brian Farioli, el “10” del “Sabalero”.
Pero en apenas dos minutos, entre los 38 y 39 del
segundo tiempo, todo lo bueno hecho por el Gallo, dentro de sus limitaciones, que
le alcanzaban para “maniatar” y controlar a Colón ante su gente, se esfumaría
en beneficio de las incapacidades locales, entre malas decisiones, errores repetidos
y hasta ingenuidad en acciones puntuales.
Como en la jugada de la expulsión de Emilio
Lazza, que había ingresado diez minutos antes por Sala y en su pretensión de anticipar
de cabeza a su rival, en una acción intrascendente, pegada al lateral izquierdo,
saltara de manera evitable e imprudente con la rodilla en alto, provocando la falta
y la roja directa de Fabricio Llobet.
Y de ese tiro libre, mal ejecutado en principio,
tanto que parecía pelota recuperada por la visita, la escasa y tardía reacción
de los jugadores de Morón, permitirían recuperar el control del balón largo y del
intento de rechazo “al bulto” en la puerta del área grande, la pelota con algo
de fortuna se introduciría dentro de la misma, entre el amague y “recule” de Rojas
en salir a cortar, el rechazo defectuoso de cabeza de Gómez, que terminaría con Fernando Barrientos habilitando (involuntariamente) de "pecho" a
Nicolás Talpone, mal cerrado por los defensores y con al arquero a mitad de
camino.
Uno a cero a falta de seis minutos para el final
de un partido, que de no mediar tamaña cantidad de “licencias”, dudas y errores
por parte de Morón, tenía destino irremediable de empate sin goles.
Pero habría más, en los cinco minutos agregados,
porque el Gallo apretaría como nunca a su rival, contra su área y lo lograría,
pero su conocida inoperancia ofensiva, lo privarían de un empate justo, en dos
acciones tan claras como emblemáticas de su incapacidad irremediable de llegar al
gol: en la primera, Matías Romero, mal ubicado, se interpondría de manera insólita,
en el remate al arco de Rodrigo Arciero rechazando su intento, y en la última “bola”
de la noche, Iván Vaquero tomaría un inmejorable rebote en el área y con el arco
a su merced, la mandaría… a Rosario.
No lo ganó Colón. Lo perdió Morón.
A falta de ocho fechas, trece puntos nos separan
del descenso y la reválida.
Ojalá no lo suframos más de la cuenta. Ya la decepción
es demasiada para terminar penando por la permanencia.
@elgallogustavo.
📸: Deportivo Morón.
Escuché que se disuelve la secretaria técnica. Una muy buena noticia para el gallo, sin dudas es un gran paso adelante para terminar con esta decadencia. Sacando 12 puntos de los 24 que faltan nos quedamos en la categoría. Aguante Gallo.
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