martes, 6 de enero de 2015

"MEMORIA. CDM".

Alguien dijo, hace ya mucho tiempo, que "un pueblo sin memoria, está condenado a repetir sus errores y, por ende, destinado irremediablemente al fracaso colectivo".

Palabras más, palabras menos, esta máxima de irrefutable veracidad e innegable cumplimiento, a través de los años y las miserias y estupideces humanas, resulta fácilmente trasladable a otros ámbitos del quehacer social, tal el caso del deporte moderno y, en particular, del descarnado fútbol de nuestros tiempos.

En efecto, y sin pretender ejercer un abordaje socio-cultural o tal vez, hasta antropológico de la problemática, que aburriría a más de uno (y con razón), por no tratarse del ámbito adecuado para dicha clase de ensayos, pero fundamentalmente, en virtud de exceder largamente nuestras propias facultades analíticas y capacidades intelectuales, entendemos necesario y hasta oportuno subrayar la actualidad irredenta de esta frase concluyente, sin ir más lejos, adaptada a la realidad reciente de nuestro Deportivo Morón.

Así las cosas, y ante el regreso del plantel profesional a los entrenamientos de pretemporada, de cara al próximo torneo de la Primera "B", en su temporada 2015 (desde abril venidero, la decimoquinta ininterrumpida, tras nuestro último paso por la "B" Nacional), este lunes 5 de enero, en el predio perteneciente a Gabriel Humberto Calderón, en Mariano Acosta, no podemos menos que hacer referencia a la sustancial ausencia de Damián Akerman, quien hoy parece más lejos que cerca, de volver a vestir la camiseta que mejor le sienta, desde hace más de una década, y a la que le retribuyera con nada menos que 141 goles y el récord de presencias oficiales, en un número superior a las 340.

Sabido es que, desde finales de noviembre del año pasado, cuando el técnico del Gallo, Blas Armando Giunta, decidiera "detonar la bomba", en la propia antesala del "Estadio 20 de Octubre", tras la eliminación en cero y por penales, frente al local, Tristán Suárez, de la tenue posibilidad de ascenso que representara el torneo Reducido 2014, cuando en presencia de medios de prensa partidarios y deportivos nacionales, se despachara sin miramientos contra la ausencia de nuestro goleador histórico y jugador emblema de la última década, incluso poniendo en fatal duda la veracidad o magnitud de la lesión, que finalmente marginara a Damián Akerman, de tan decisivo encuentro, cuanto menos, desde lo formal.

Por si fuera poco, y hasta dando claramente a entender, Blas Giunta, que tales actitudes no tendrían retorno en su propio ánimo y consideraciones futuras, lo que abandonaba en manos de la dirigencia del Gallo, la alternativa de una innecesaria disyuntiva, entre uno u otro, desde la vereda (ahora opuesta) y por intermedio de los mismos canales públicos locales y nacionales, la respuesta del futbolista más trascendente del Deportivo Morón, de todos los tiempos, lógicamente que no se haría esperar, recogiendo el lamentable "guante" de la discordia personal, para profundizar la grieta de una dicotomía tan absurda como evitable.

De este modo, el actual técnico del Deportivo Morón, afecto de manera pública e histórica, al folklore de los mal bautizados "códigos" futboleros, habría de abjurar una tarde de Ezeiza, de todos aquellos preceptos de "puertas adentro", para la solución de conflictos grupales, que supo mantener incólume durante su extensa y exitosa carrera profesional, desde ambos márgenes del campo de juego; aún en los últimos tiempos y ya como DT del Gallo, en ocasión del bochornoso episodio pugilístico en cancha de Barracas, entre dos integrantes del pasado plantel, que según parece, continuarán vistiendo la casaca de Morón, el venidero torneo, y que en su momento no requirieran del entrenador más que frases de compromiso, para indultar a uno al poco tiempo y, en definitiva, hacer ingresar a ambos, para que jueguen juntos, precisamente durante el segundo tiempo, del empate con eliminación por penales, del último Reducido.

Algunos dirán en este punto, como también lo hiciera públicamente nuestro técnico, que como capitán del equipo, Damián Akerman pudo y debió estar presente en cancha del "Lechero" para acompañar y apoyar a sus compañeros... Y seguramente que tendrán toda la razón, puesto que el mero rol habría de obligar a nuestro goleador histórico, a decir presente sin atenuantes en el "20 de Octubre". Sin embargo, tampoco es menos cierto que, en este particular, la responsabilidad primigenia a la hora del justificado reproche, también debería tener presente al otro entrenador que jamás lo quiso y que, de manera hipócrita y absurda, lo designara luego como máximo referente del equipo, cuando todos bien sabemos, tras once temporadas de mutuo conocimiento, que Damián Akerman jamás habrá de reunir las características personales, dentro y fuera de una cancha, para resultar distinguido con la cinta de capitán.

En el camino, y en especial durante el mes y pico de licencia estival, por actitudes propias e intereses ajenos, nuestro goleador histórico y emblema de la institución en la última década, ha sido blanco repetido e injusto, de una formidable campaña, sinó de desprestigio, cuanto menos de desgaste y progresivo deshilachamiento de su figura, indiscutible hasta hace muy poco tiempo, y lo que es aún más grave y desolador, presuntamente fogoneado desde algunos sectores con máxima decisión que, lejos de aportar la solución inmediata que debieron procurar, optaron por prolongar aún más los tiempos, con el fin de terminar de desgajar y lastimar la imagen pública del ídolo para, de paso, no hacerse cargo jamás de su predilección en el conflicto y, en definitiva, desligarse cobardemente de la ida con pena y sin gloria, del ídolo arbitrariamente en desgracia.

Muchas veces, no resulta necesario despedir a alguien, para deshacerse de él, e incluso de su propia "casa". Existen innumerables caminos y maneras de armarle las valijas y colocárselas en la puerta de salida, mientras se aguarda con paciencia la decantación definitiva del cansancio del protagonista y el desprestigio ante los terceros interesados o sencillamente sin memoria.

Que Damián Akerman "no ganó nada", es una verdad sesgada, aunque tangencialmente cierta. Tanto como que jamás, salvo en el período 2005/06 (donde la suerte nos diera brutalmente la espalda), quienes lo han dirigido, dentro de la cancha y desde un escritorio, han sabido potenciarlo, reuniéndolo de un EQUIPO que lo justique, dignifique, le haga justicia futbolística y que, fundamentalmente y por una única vez, se hallara mínimamente a la altura de las circunstancias y los desafíos de un ascenso.

Que Damián Akerman "sólo le hace goles a Acassuso, Comunicaciones o Flandria", no es menos cierto..., ¿pero a qué equipos pretenderían sus neo detractores que les convierta, si desde bastante antes de su arribo al club, Morón ya comenzaba a "freezarse" en una categoría cada año más y más devaluada, al punto que hoy constituye una suerte de primera "C" "premium"?(es más, cuando pudo anotarlos, en un cotejo decisivo, convirtió tres de los cuatro goles que debieron depositarnos en la "B" Nacional, en un contexto "normal" del destino).

En definitiva, la noticia pasa porque este lunes 5 de enero de 2015, el plantel profesional del Deportivo Morón, comandado por Blas Giunta, regresó a los entrenamientos sin su goleador histórico, Damián Emilio Akerman, quien sin embargo, aún oficialmente no abandonó la institución, por lo cual..., todavía quizá estamos a tiempo.

No olvidemos que, hace muy poco, ya permitimos en silencio cuasi cómplice, la antojadiza "jubilación de prepo", y el injusto "manoseo" a otro ídolo contemporáneo: Alejandro Esteban "Chiche" Migliardi. Tal vez, otro que desde lo estadístico "no ganó nada con Morón", pero que en el terreno de juego y prácticamente en una pavorosa soledad, nos salvara de un descenso lógico e inapelable, en la temporada 2009/10, rodeado de un plantel sencillamente paupérrimo e impresentable.

Los pueblos que carecen de memoria, se hallan condenados a repetir sus errores, y en definitiva, destinados invariablemente al fracaso colectivo.

Tal vez y sólo tal vez, más allá del esquivo destino futbolístico del último cuarto de siglo (nada menos), por alguna razón inexcusable nos irá, como nos suele ir de mal últimamente..., mientras estamos absurdamente ocupados, de manera repetida y hasta encarnizada, destruyendo a martillazos los ídolos que supimos conseguir, autores materiales de las escasas razones para ser felices, dentro de los confines de un terreno de juego.


"MEMORIA. CDM".


Gustavo Adrián Requelme.
@elgallogustavo.


2 comentarios:

  1. Simplemente gracias por tus palabras Gustavo Adrián Requelme.

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    1. De nada, Patri, simplemente intentamos expresar, de la manera más clara y contundente posible, un cúmulo de actos de justicia, verdades objetivas y sentimientos. Gracias por seguirnos y confiar en nosotros. Saludos!. Atte: Gustavo A. Requelme.

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