domingo, 5 de febrero de 2023

Deseo y decepción, con crédito abierto

Morón no estuvo a la altura de las expectativas generadas en la previa y perdió en el debut, jugando mal, ante un Almagro que lo superó con muy poco, apenas con la cuota necesaria de orden y el oportunismo de "cambiar" por gol, una de las escasas situaciones que tuvo, aprovechando las ventajas defensivas, en una pelota parada, promediando el primer tiempo.

Con un equipo totalmente renovado, respecto del que clasificara al Reducido en la pasada temporada de la Primera Nacional, el Gallo de la "dupla", Alejandro Migliardi y Joaquín Iturrería, sólo repitió a un intérprete por línea, en comparación con la campaña 2022: Damián Adín en el lateral diestro, Santiago Ubeda en el medio de la cancha y Leonardo Ramos en ofensiva. A quienes debemos sumarle a Bruno Galván, Pablo Ferreira, Gonzalo Salega y Santiago Coronel, en el banco de los suplentes.

Con el "estreno" de Santiago Kubiszyn con la camiseta de Morón (había debutado como profesional, en la última temporada, pero en la "B" Metro, a préstamo en Deportivo Merlo), desde el comienzo, al Gallo le costó "hacer pie" en el campo de juego, no sólo porque el "Carlos Castellón" no ofreció su mejor versión, sino desde lo futbolístico, evidenciando problemas en el acople defensivo, tanto como en la contención y la generación de juego en el mediocampo, sin precisión en los pases ni sorpresa por las bandas, esto último, algo que lo había distinguido en las instancias finales del último certamen.

Dentro de un primer tiempo muy pobre de ambos, Almagro insinuaba más, cada vez que lograba superar al "doble cinco" local o ensayar algún pelotazo a espaldas de los marcadores de punta, o puestos sus delanteros a encarar mano a mano a los centrales, con dificultades para cubrir o tomar las marcas, tanto unos como otros (laterales y zagueros).

En el medio, la generación de juego fue prácticamente nula, sin ideas ni precisión para gestionar "sociedades" o al menos, intentar un pase "filtrado" o entre líneas, para procurar poner de cara al arquero rival, a alguno de los dos "tanques" de adelante, a los cuales, como al resto del equipo, se nota la falta de "afinación" y ensamble, para buscarse y encontrarse.

Por tratarse de una primera fecha, y una vez más, de un torneo tan largo como extenuante, creemos que no tiene sentido ponerle nombres propios a los rendimientos bajos, puesto que el contexto general resultó de escaso relieve y muy por debajo de las expectativas (que esos mismos nombres propios) habían generado, por lógica, en la previa.

La diferencia fundamental entre Morón y Almagro, resultarían ese mayor orden táctico evidenciado por la visita, que le permitiera aún con sus limitaciones, aprovechar falencias puntuales para ponerse en ventaja, y una vez arriba en el marcador, controlar en el trámite a un local, que mejoró con el ingreso de Santiago Coronel, y que pudo empatarlo a través de Damián Adín o Gonzalo Salega, pero aún así, jamás pudo siquiera "apretar" a la visita contra su arco, para intentar sacar algún provecho de las ventajas que también ofrecían los dirigidos por el "Chavo" Leandro Desábato.

El pitazo final de Yamil Possi, de flojo arbitraje, para no desentonar con el pobre espectáculo en la  noche del Nuevo Francisco Urbano, quizá resultara un premio excesivo para el "Tricolor" de Villa Raffo, y no porque el local haya merecido mejor fortuna, sino porque de haber existido la alternativa, los dos deberían haber perdido el partido.

Mucho torneo por delante y mucho trabajo para la "dupla", para que con el paso de las fechas, los nombres propios ensamblen y conformen un equipo y a partir de allí, las expectativas se transformen en realidades dentro de la cancha.

Mientras tanto, la ilusión sigue intacta, confiados en la capacidad y laboriosidad del cuerpo técnico, así como en la jerarquía de un plantel conformado para soñar en grande.

Crédito abierto.


@elgallogustavo.





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